viernes, 22 de noviembre de 2024

JESÚS, NUESTRO ÚNICO REY Y SEÑOR 2024 -B

Lecturas misa AQUÍ.

Os dejamos el Evangelio según San Juan 18, 33b-37:
MEDITAMOS: La Iglesia en este último día del año litúrgico presenta a Cristo Rey del Universo.
Al terminar el año litúrgico, es lógico reconocer al Jesús, como el Cristo, el Señor, el dueño del tiempo, de la historia y del cosmos.
Los judíos llevaron a Jesús a presencia de Pilato quien era el gobernador romano y el que tenía poder para condenar a muerte a una persona. Pilato inicia el diálogo con Jesús preguntándole si él es rey. Jesús le responde haciéndole una pregunta: que si lo llama rey por su propio criterio o, porque se lo ha oído a otros. En este momento, Pilato tiene delante de sí la Verdad y porque el poder y la fama son lo más importante en su vida no acepta a Jesús como único Rey y Señor, sabemos que se lavó las manos para no involucrarse en la muerte de Jesús pero de hecho, dejó que lo crucificaran. Jesús le dice a Pilato que ha venido al mundo para dar testimonio de la Verdad y que todo el que pertenece a la Verdad cree en él.
MI REINO NO ES DE ESTE MUNDO
PARA VIVIR:
Pilato se encontró con la Verdad y la rechazó. Nosotros nos hemos encontrado con Jesús y sabemos que él es la Verdad.
¿Seremos capaces de mantener nuestra fe en Él para nunca rechazarlo frente al poder, las amenazas, el placer, el tener? Seremos capaces si Dios, Padre, Hijo y Espíritu Santo, es el primero, el Único Rey de nuestro corazón.
ORACIÓN:
Querido amigo Jesús,
Queremos agradecerte 
por todo lo bueno 
que nos has permitido vivir 
en este año litúrgico que termina 
y porque nos has dado a tu Hijo Jesús, 
único Rey y Salvador nuestro.
Te pedimos les concedas 
a todos los hombres del mundo, 
que no te conocen, la alegría de conocerte. Amén.
ACTIVIDADES:
1. Lee o ve de nuevo el Evangelio. Después comenta con tus padres y catequistas las siguientes cuestiones:
  • Contesta: -¿Por qué le preguntó Pilato a Jesús si era él el rey de los judíos?
    -¿Qué le respondió Jesús a Pilato?
    -¿Cuál es la misión de Jesús?
    -¿Quién es el que escucha la voz de Jesús?
  • El texto: Este domingo celebramos la fiesta de JESUCRISTO, REY DEL UNIVERSO, con la que termina el año litúrgico. Tenemos que sentirnos muy felices porque nuestro único Rey y Señor es Jesús, el que más nos ama, porque ha dado su vida por todos nosotros. Vamos a decir todos: ¡GRACIAS, JESÚS, PORQUE NOS AMAS, NOS HAS SALVADO, ERES NUESTRO REY Y SEÑOR! 
  • Reflexión: Jesús es la puerta del Reino de Dios, de la verdad. Él es quien nos abre camino al Padre, Él es el origen de la vida y es camino, verdad y vida. El único que nos lleva a la verdad sobre Dios, sobre el mundo y sobre nosotros mismos. Y la frase final: “Quien está de parte de la verdad escucha mi voz” es una gran invitación para escuchar al maestro. Recordando que escuchar significa no sólo oír, sino prestar atención, entendimiento y voluntad de seguir al maestro. El texto sagrado no es sólo para leerlo, sino para dejarse leer por Dios que nos habla a cada uno a través del texto.
    Amigo, debemos preguntarnos sinceramente cómo este texto está dirigido directamente a nosotros. Hoy vivimos un mundo donde hay muchas confusiones y muchos hablan de Jesús. Algunos dicen cosas muy distintas de lo que está escrito en el Evangelio. Nosotros queremos conocer a Jesús y lo que Él nos dice a nosotros. ¿Reconozco a Jesús como “mi Rey”? ¿Qué implicaciones tiene que Él sea “mi Rey?
    Cuándo nosotros hablamos de Jesús, ¿Es porque lo hemos experimentado personalmente… o porque otros nos lo han contado? No aceleres tu respuesta, porque en muchas ocasiones damos una respuesta mecánica sobre Jesús y aquí es que buscamos un diálogo con Él. 
    ¿Qué tipo de Reino te gustaría que ejerciera Jesús? ¿Un Reino impositivo, donde Él con todo el poder sea prepotente, que mande sus legiones de ángeles sobre los enemigos y amenace con un gran poderío? ¿cuántas veces hemos caído en estas tentaciones? ¿Cuántos enemigos públicos de la fe cristiana hay y que quisiéramos combatirlos? ¿Será esto el Reino que nos ofrece el Señor?
    ¿Nos gusta la fe de las apariencias? ¿Nos gusta vernos en número grande por las calles? ¿será esto el reinado que Jesús quiere?
    Muchos dicen “Que viva Cristo Rey” y está muy bien ¿pero qué hay detrás de esa afirmación?
    Hasta qué punto me identifico con la Verdad con mayúscula. ¿O sólo busco “mi verdad”, lo que yo sé, lo que yo creo, lo que aprendí y no quiero moverme de mis zonas de confort espiritual y de conocimientos?
    Este texto tan importante, comentamos ¿Qué te lleva a pensar? ¿Cuál sería tu conclusión personal.
  • Papa Francisco: El Evangelio de hoy nos hace contemplar a Jesús mientras se presenta ante Pilatos como rey de un reino que «no es de este mundo». Esto no significa que Cristo sea rey de otro mundo, sino que es rey de otro modo… La lógica mundana se apoya en la ambición, la competición, combate con las armas del miedo, del chantaje y de la manipulación de las conciencias. La lógica del Evangelio en cambio se expresa en la humildad y la gratuidad, se afirma silenciosa pero eficazmente con la fuerza de la verdad. · Los reinos de este mundo a veces se construyen en la arrogancia, rivalidad, opresión; el reino de Cristo es un «reino de justicia, de amor y de paz»… Es precisamente en el fracaso del pecado —el pecado es un fracaso—, en el fracaso de la ambición humana, donde se encuentra el triunfo de la Cruz, ahí está la gratuidad del amor. En el fracaso de la Cruz se ve el amor, este amor que es gratuito, que nos da Jesús. 
    · Hablar de potencia y de fuerza, para el cristiano, significa hacer referencia a la potencia de la Cruz y a la fuerza del amor de Jesús: un amor que permanece firme e íntegro, incluso ante el rechazo, y que aparece como la realización última de una vida dedicada a la total entrega de sí en favor de la humanidad. 
    · «A otros ha salvado y a sí mismo no se puede salvar». Si Jesús hubiese bajado de la cruz, habría cedido a la tentación del príncipe de este mundo; en cambio Él no puede salvarse a sí mismo precisamente para poder salvar a los demás, porque ha dado su vida por nosotros, por cada uno de nosotros. …«Jesús ha dado su vida por mí». 
    · «Jesús, acuérdate de mí cuando llegues a tu reino». Y este era un malhechor, era un corrupto… pero vio en la actitud de Jesús, en la humildad de Jesús, el amor. Y esta es la fuerza del reino de Cristo: es el amor. Por esto la majestad de Jesús no nos oprime, sino que nos libera de nuestras debilidades y miserias, animándonos a recorrer los caminos del bien, la reconciliación y el perdón. 
    · Miremos la Cruz de Jesús, miremos al buen ladrón y digamos todos juntos lo que dijo el buen ladrón: «Jesús, acuérdate de mí cuando llegues a tu reino». Pedir a Jesús, cuando nos sintamos débiles, pecadores, derrotados, que nos mire y decir: «Tú estás ahí. ¡No te olvides de mí!».  
    Señor Jesús, el Cristo, yo quiero proclamarte como mi Rey, como mi Señor. Que no lo diga de boca hacia fuera, cuando luego quiero vivir en este mundo, con las cosas de este mundo, donde el príncipe del mundo me tienta.
  • Oración: Señor Gracias por este diálogo tan importante. Estoy comprendiendo cada vez más cuál es tu Reino, al que quiero pertenecer. Que comprenda, Señor que cuando diga con fuerza ¡Viva Cristo Rey!, esté también dirigiéndome al entendimiento de tu reino de verdad.
    Señor, cuánto me cuesta entender la verdad. Confieso que me gustaría que tú vinieras a acabar con aquellos que no piensan como yo cristianamente. Pero descubro que esto es un grave error.
    Señor, que busque siempre la verdad. Señor que busque siempre escuchar tu voz, y que sea tu discípulo en todo, no en mis caprichos, sino en lo que hacemos para vivir de verdad.
    Hacemos un momento de silencio y reflexión para responder al Señor.
    Añadimos nuestras intenciones de oración y decimos:
    Amén.
  • Interiorizo la Palabra de Dios La verdadera realeza no consiste en una ostentación de poder, sino en la humildad del servicio; no en la opresión de los débiles, sino en la capacidad de protegerlos para darles vida en abundancia. Cristo reina desde la cruz y con los brazos abiertos, que abarcan a todos los pueblos de la tierra y les atrae a la unidad. Por la cruz, derriba los muros de la división, y nos reconcilia unos con otros y con el Padre. (Benedicto XVI)
    · Jesús es el centro de la creación; y así la actitud que se pide al creyente es la de reconocer y acoger en la vida esta centralidad de Jesucristo, en los pensamientos, las palabras y las obras. Y así nuestros pensamientos serán pensamientos cristianos, pensamientos de Cristo. Nuestras obras serán obras cristianas, obras de Cristo, nuestras palabras serán palabras cristianas, palabras de Cristo. (Papa Francisco)
    · Cristo es el centro de la historia de la humanidad, y también el centro de la historia de todo hombre. A él podemos referir las alegrías y las esperanzas, las tristezas y las angustias que entretejen nuestra vida. Cuando Jesús es el centro, incluso los momentos más oscuros de nuestra existencia se iluminan, y nos da esperanza. (Papa Francisco)
    · En este día, nos vendrá bien pensar en nuestra historia, y mirar a Jesús, y desde el corazón repetirle a menudo, pero con el corazón, en silencio…: “Acuérdate de mí, Señor, ahora que estás en tu Reino. Jesús, acuérdate de mí, porque yo quiero ser bueno, quiero ser buena, pero me falta la fuerza, no puedo: soy pecador, soy pecadora. Pero, acuérdate de mí, Jesús. Tú puedes acordarte de mí porque tú estás en el centro, tú estás precisamente en tu Reino.” (Papa Francisco)
    · ¿Con qué te ha sorprendido Dios? Disfrútalo, saboréalo. ¿Qué conversión de la mente, del corazón y de la vida te pide el Señor?
    Repetimos varias veces esta frase del Evangelio para que vaya entrando a nuestro corazón:
    «Toda persona que es de la verdad, escucha mi voz»
    (Versículo 37)
    Y así, vamos pidiéndole al Señor ser testigos de la resurrección para que otros crean.
  • Me comprometo: Debo cambiar en mi vida. Si no cambio, entonces, no soy un verdadero cristiano. · Pide al Señor que moldee tu vida, tu conciencia, tu voluntad… para que seas una ofrenda viva como la suya, viviendo desde la verdad, desde él.
    · Comprométete a ser misionero del Amor de Dios, para aquellos que creen y también para aquellos que quieren construir la sociedad a base de injusticia, desigualdad y corrupción.
    · En tus relaciones con los demás ten presente que Jesús predica y realiza una nueva situación de: respeto, justicia, igualdad, servicio y amor.
    · Jesús dice “soy rey. Yo para esto he nacido y para esto he venido al mundo: para dar testimonio de la verdad.”. Es una invitación a vivir desde el reinado de Jesucristo, pues ello nos permite desmontar toda esclavitud y vivir como hijos ante Dios y como hermanos ante los demás; para que el mundo crea en él.
    · Pide al Señor y esfuérzate en que tu vida sea un acto de servicio por amor.
    Si estoy solo, te propongo revisar todas las veces que quisieras que Jesús fuera un rey con poder en este mundo, acabando con los que denominamos malos según nuestros criterios. Y volver a releer este texto, buscando un cambio. Puedes hacer un servicio humilde, que haga para ti notar que estás ayudando a los demás.
    En el grupo, pueden hablar con tus compañeros de lo que muchos hablan de la imagen de Cristo Rey. Y releyendo el pasaje bíblico de hoy, mostrar cuál es el estilo del Reino. Cuál es la forma en la que Jesús se manifiesta como Rey. Pueden hacer una cartelera para poner visible sobre lo que Jesús aclara sobre su Reino y sobre el seguimiento de la verdad.
2. Aprende y colorea:
3. Ve el vídeo "Reconocer la verdad"
4. Realiza el puzzle:
¡DEMOS TESTIMONIO 
DE NUESTRA FE!

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