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lunes, 1 de septiembre de 2025

DÍA MUNDIAL DE ORACIÓN POR NUESTRA RELACIÓN CON LA CREACIÓN 2025

Mensaje del Santo Padre para la Jornada Mundial de Oración por el Cuidado de la Creación 2025

La Santa Sede hace público, el miércoles 2 de julio, el Mensaje del papa León XIV para la X Jornada Mundial de Oración por el Cuidado de la Creación, que la Iglesia celebra el 1 de septiembre. Este día comienza la iniciativa ecuménica del “Tiempo de la Creación”, que se prolonga hasta el al 4 de octubre, San Francisco de Asís.
Semillas de paz y esperanza” es el tema que eligió el papa Francisco para esta Jornada. Un tema, explica León XIV, que adquiere todo su significado por el contexto en el que se va a celebrar este año: se cumple el décimo aniversario de la institución de la Jornada, que coincidió con la publicación de la encíclica Laudato si’ y nos encontramos en pleno Jubileo, como “peregrinos de esperanza”.

Este mes, el Papa León XIV nos invita a orar “por nuestra relación con toda la creación”. Inspirados por San Francisco de Asís, nos invita a experimentar nuestra interdependencia con todas las criaturas, amadas por Dios y dignas de amor y respeto.
León XIV nos anima a descubrir la presencia de Dios en la creación y a sentirnos responsables de nuestra casa común. Oremos juntos a través de este video realizado por la Red Mundial de Oración del Papa en colaboración con el Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral.


Os dejamos el Vídeo del Papa "Por nuestra relación con toda la creación":

La intención de oración de septiembre se enmarca en un momento especial: el Tiempo de la Creación, que une a cristianos de diversas denominaciones en oración y acción por el cuidado de la tierra. A su vez. celebramos dos aniversarios importantes: los 800 años del Cántico de las Criaturas de San Francisco de Asís y el 10° aniversario de la encíclica Laudato Si’ del Papa Francisco.


Oremos para que, inspirados por San Francisco, experimentemos nuestra interdependencia con todas las criaturas, amadas por Dios y dignas de amor y respeto.
Señor, Tú amas todo lo que has creado, y nada existe fuera del misterio de Tu ternura. Cada criatura, por pequeña que sea, es fruto de tu amor y tiene un lugar en este mundo. Incluso la vida más breve o sencilla es rodeada por tu cariño. Como San Francisco de Asís, hoy también queremos decir:

“¡Alabado seas, mi Señor!”

Porque a través de la belleza de la creación te dejas ver como fuente bondadosa, Te pedimos: abre nuestros ojos para reconocerte, aprendiendo del misterio de tu cercanía a todo lo creado que el mundo es infinitamente más que un problema que resolver.

Es un misterio que se contempla con gratitud y esperanza.

Ayúdanos a descubrir Tu presencia en todo lo creado, para que, enteramente reconociéndola, podamos sentirnos y sabernos responsables de esta casa común donde nos invitas a cuidar, respetar y proteger la vida en todas sus formas y posibilidades.

¡Alabado seas, Señor!
Amén.
(León XIV)

Os dejamos un vídeo para entender la carta del Papa Francisco "Laudato Si" de mayo de 2015 para el cuidado de nuestra casa común, La Tierra, viviendo en armonía, ya que las actividades humanas influyen en el cambio climático y el cuidado del planeta:

Reflexiona, ¿Qué haces para cuidar nuestro Medio Ambiente?

Cantamos "Cántico de las criaturas" de San Francisco de Asís:
¡GRACIAS SEÑOR, POR LA CREACIÓN,
VIVAMOS EN ARMONÍA CON LOS DEMÁS
Y CON TODA LA NATURALEZA 
EN NUESTRO PLANETA TIERRA!

sábado, 4 de marzo de 2023

ORATORIO 5 (12)

AMAOS UNOS A OTROS COMO YO OS HE AMADO

Lee el Santo Evangelio según San Juan 13, 34-35 aquí.
También podéis verlo:

ORACIÓN:
Gracias Jesús
por amarme hasta
morir por mi.
Queremos ser tus amigos,
danos un corazón como el tuyo
para tener tus mismos sentimientos,
y llevar la alegría de tu amor a todos


- Realiza la siguiente actividad y colorea:


Para saber más:
Jesús subió a Jerusalén con sus discípulos para celebrar la PASCUA JUDÍA, pero fue LA ÚLTIMA CENA con sus apóstoles. En esa Cena, Jesús nos va a dejar los mejores mensajes:
  • Amaos unos a otros como yo os he amado (mandamiento nuevo)
  • Lavatorio de pies (Servicio a los demás)
  • Tomad y comed esto es mi cuerpo (Eucaristía)
  • Haced esto en un recuerdo mío. (sacerdocio ministerial)
La entrega total de su vida será al día siguiente, viernes santo. Pero la donación plena ya se ha consumado en la Eucaristía: “Tomad, comed, bebed, mi cuerpo y mi sangre”. Ya no puedes dar más. La donación total ya está hecha; el viernes será la constatación de lo ya entregado.

En esa cena, también Jesús hará el último intento para recuperar a Judas: “el que moja su pan en mi plato, ese es”. Y dirigiéndose a él, le dice :”Lo que has de hacer, hazlo pronto”. Pero Judas es ya un mar de confusión, desencanto de aquel líder supuestamente el libertador de su pueblo, que renuncia a reinar. Y el traidor abandona el cenáculo: ”Era ya de noche”. La noche se había echado sobre todo Jerusalén, pero sobre todo, eran las sombras de la noche en el corazón de Judas.
¿Quién estaría esa noche cenando con Jesús, celebrando la fiesta familiar de la Pascua judía? Sin duda los apóstoles; pero muy probablemente sería, también, María, su Madre, viuda por la muerte de José, sola para celebrar la pascua. Y con ella algunas de las mujeres que seguían a Jesús (¿podía acaso faltar María la de Magdala?). Otros discípulos más cercanos completarían el cuadro de celebrantes. Si era la despedida, tendrían que estar lo más íntimos, aquellos que iban a sentir y sufrir más la marcha de Jesús.
Jesús, como una especie de reproche, lleno de comprensión, le dice a Pedro: “antes de que el gallo cante, me negarás tres veces”. Y a los demás les recuerda: “ Esta noche todos vosotros os apartaréis por causa de mí, pues escrito está: Heriré al pastor y se dispersarán las ovejas”.
Sólo un resto pequeño le seguirá aquella larga noche, hasta el Calvario: María, su madre; Juan, el discípulo amado; y algunas de las mujeres mas fieles y valientes.
Dice el Evangelio, que ”acabado el canto de los Salmos, Jesús y sus acompañantes salieron para el Huerto de los Olivos, atravesando el torrente Cedrón”. Allí comenzaría la Pasión: “Padre, pase de mí este cáliz, pero no se haga mi voluntad, sino la tuya”.
Todo esto lo veremos en Semana Santa, en nuestra celebración de triduo pascua.
¡SU CRUZ NOS LLEVA AL CIELO!

miércoles, 26 de enero de 2022

JORNADA DE ORACIÓN POR UCRANIA. PAPA FRANCISCO





EL PAPA FRANCISCO CONVOCA LA
 JORNADA DE ORACIÓN POR UCRANIA PARA HOY Y MAÑANA



CANTAMOS "HAZME UN UNSTRUMENTO DE TU PAZ" DE SAN FRANCISCO DE ASÍS:

OS DEJAMOS LA ORACIÓN DE LA ORDEN FRANCISCANA SEGLAR PARA HOY:

ORACIÓN:
ACTIVIDAD:
Aprende y colorea:
LOS NIÑOS/AS CONSTRUIMOS LA PAZ CON NUESTRO COMPORTAMIENTO. OS DEJAMOS UNA CANCIÓN QUE HABLA DE PAZ
SEÑOR AYÚDANOS 
A COMPRENDER, 
A  SABER AYUDAR
Y A AMAR SIEMPRE

sábado, 1 de mayo de 2021

MES DE MAYO A MARÍA 2021

 


NO ME SUELTES MADRE DE TU MANO



De nuevo comenzamos el mes de mayo, dedicado a La Virgen María.

Os dejamos las flores del mes de mayo; dediquemos un ratito cada día a María, Madre de Dios y Madre nuestra:

Y cantamos Que no me canse nunca de mirarte:


Aprende a dibujar a la Virgen María

Cantamos: Proclama mi alma (Magnificat):




¡¡SIEMPRE DE TU MANO

MADRE MÍA
VIRGEN MARÍA!!

sábado, 3 de abril de 2021

VÍA LUCIS.ALELUYA!! JESÚS HA RESUCITADO

 


JESÚS HA SUPERADO LA MUERTE Y NOS PROMETE ESTAR CON ÉL EN LA VIDA ETERNA





Cómo rezar el Via Lucis

Para rezar el Via Lucis, en que compartimos con Jesús la alegría de su Resurrección, proponemos un esquema similar al que utilizamos para rezar el Via Crucis:

a. Enunciado de la estación;
b. SE PUEDE DECIR SI SE DESEA:
        V/ Verdaderamente ha resucitado el Señor. Aleluya.
        R/ Como anunciaron las Escrituras. Aleluya.
c. Presentación o monición que encuadra la escena;
d. Texto evangélico correspondiente, con la cita de los lugares paralelos (en las dos últimas estaciones hemos tomado el texto de los Hechos de los Apóstoles);

e. Oración que pretende tener un tono de súplica
f. Al final de cada estación SE PUEDE DECIR:
        V/ Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo.
        R/ Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de
           los siglos. Amén.

El Via Lucis es el camino de la luz, del gozo y la alegría vividos con Cristo y gracias a Cristo resucitado. Vamos a vivir con los discípulos su alegría desbordante que sabe contagiar a todos. Vamos a dejarnos iluminar con la presencia y acción de C
risto resucitado que vive ya para siempre entre nosotros. Vamos a dejarnos llenar por el Espíritu Santo que vivifica el alma.
Cantamos: "Nada nos separará del amor de Dios"

PRIMERA ESTACIÓN
 ¡JESÚS VIVE! 
¡CRISTO HA RESUCITADO!

En la ciudad santa, Jerusalén, la noche va dejando paso al Primer Día de la semana. Es un amanecer glorioso, de alegría desbordante, porque Cristo ha vencido definitivamente a la muerte. 
¡Cristo vive! ¡Aleluya!
Del Evangelio según San Mateo 28, 1-7. (cf. Mc 16, 1-8; Lc, 24, 1-9; Jn 20, 1-2).
 Comentario
En los sepulcros suele poner 'aquí yace', en cambio en el de Jesús el epitafio no estaba escrito sino que lo dijeron los ángeles: '¿Por qué buscáis entre los muertos al que vive? No está aquí, sino que ha resucitado' (Lc 24, 5-6). Cuando todo parece que está acabado, cuando la muerte parece haber dicho la última palabra, hay que proclamar llenos de gozo que Cristo vive, porque ha resucitado. Esa es la gran noticia, la gran verdad que da consistencia a nuestra fe, que llena de una alegría desbordante nuestra vida, y que se entrega a todos: 'hasta a los muertos ha sido anunciada la Buena Noticia' (1 Pe 4, 6), porque Jesús abrió las puertas del cielo a los justos que murieron antes que Él. Cristo, que ha querido redimirnos dejándose clavar en un madero, entregándose plenamente por amor, ha vencido a la muerte. Su muerte redentora nos ha liberado del pecado, y ahora su resurrección gloriosa nos ha abierto el camino hacia el Padre.
Oración
Señor Jesús, hemos querido seguirte en los momentos difíciles de tu Pasión y Muerte, sin avergonzarnos de tu cruz redentora. Ahora queremos vivir contigo la verdadera alegría, la alegría que brota de un corazón enamorado y entregado, la alegría de la resurrección. Pero enséñanos a no huir de la cruz, porque antes del triunfo suele estar la tribulación. Y sólo tomando tu cruz podremos llenarnos de ese gozo que nunca acaba.

SEGUNDA ESTACIÓN  
JESÚS SE ENCUENTRA 
CON MARÍA MAGDALENA

María Magdalena, va al frente de las mujeres que se dirigen al sepulcro para terminar de embalsamar el cuerpo de Jesús. Llora su ausencia porque ama, pero Jesús no se deja ganar en generosidad y sale a su encuentro.
Del Evangelio según San Juan 20, 10-18 (cf. Mc 16, 9-11; Mt 28, 9-10).

Comentario
La Magdalena ama a Jesús, con un amor limpio y grande. Su amor está hecho de fortaleza y eficacia, como el de tantas mujeres que saben hacer de él entrega. María ha buscado al Maestro y la respuesta no se ha hecho esperar: el Señor reconoce su cariño sin fisuras, y pronuncia su nombre. Cristo nos llama por nuestros nombres, personalmente, porque nos ama a cada uno. Y a veces se oculta bajo la apariencia del hortelano, o de tantos hombres o mujeres que pasan, sin que nos demos cuenta, a nuestro lado.

María Magdalena, una mujer, se va a convertir en la primera mensajera de la Resurrección: recibe el dulce encargo de anunciar a los apóstoles que Cristo ha resucitado.

Oración
Virgen María, Madre de Dios y Madre nuestra, la tradición cristiana nos dice que la primera visita de tu Hijo resucitado fue a ti, no para fortalecer tu fe, que en ningún momento había decaído, sino para compartir contigo la alegría del triunfo. Nosotros te queremos pedir que, como María Magdalena, seamos testigos y mensajeros de la Resurrección de Jesucristo, viviendo contigo el gozo de no separarnos nunca del Señor.
TERCERA ESTACIÓN 

JESÚS SE APARECE A LAS MUJERES
Las mujeres se ven desbordadas por los hechos: el sepulcro está vacío y un ángel les anuncia que Cristo vive. Y les hace un encargo: anunciadlo a los apóstoles. Pero la mayor alegría es ver a Jesús, que sale a su encuentro. Del Evangelio según San Mateo 28, 8-10.

Comentario
Las mujeres son las primeras en reaccionar ante la muerte de Jesús. Y obran con diligencia: su cariño es tan auténtico que no repara en respetos humanos, en el qué dirán. Cuando embalsamaron el cuerpo de Jesús lo tuvieron que hacer tan rápidamente que no pudieron terminar ese piadoso servicio al Maestro. Por eso, como han aprendido a querer, a hacer las cosas hasta el final, van a acabar su trabajo. Son valientes y generosas, porque aman con obras. Han echado fuera el sueño y la pereza y, antes de despuntar el día, ya se encaminan hacia el sepulcro. Hay dificultades objetivas: los soldados, la pesada piedra que cubre la estancia donde está colocado el Señor. Pero ellas no se asustan porque saben poner todo en manos de Dios.

Oración
Señor Jesús, danos la valentía de aquellas mujeres, su fortaleza interior para hacer frente a cualquier obstáculo. Que, a pesar de las dificultades, interiores o exteriores, sepamos confiar y no nos dejemos vencer por la tristeza o el desaliento, que nuestro único móvil sea el amor, el ponernos a tu servicio porque, como aquellas mujeres, y las buenas mujeres de todos los tiempos, queremos estar, desde el silencio, al servicio de los demás.

CUARTA ESTACIÓN
LOS SOLDADOS CUSTODIAN 
EL SEPULCRO DE CRISTO

Para ratificar la resurrección de Cristo, Dios permitió que hubiera unos testigos especiales: los soldados puestos por los príncipes de los sacerdotes, precisamente para evitar que hubiera un engaño. Del Evangelio según San Mateo 28, 11-15.

Comentario
Los enemigos de Cristo quisieron cerciorarse de que su cuerpo no pudiera ser robado por sus discípulos y, para ello, aseguraron el sepulcro, sellando la piedra y montando la guardia. Y son precisamente ellos quienes contaron lo ocurrido. Qué acertado es el comentario de un Padre de la Iglesia cuando dice a los soldados: "Si dormíais ¿por qué sabéis que lo han robado?, y si los habéis visto, ¿por qué no se lo habéis impedido?". Pero no hay peor ciego que el que no quiere ver.
En lugar de creer, los sumos sacerdotes y los ancianos quieren ocultar el acontecimiento de la Resurrección y, con dinero, compran a los soldados, porque la verdad no les interesa cuando es contraria a lo que ellos piensan.

Oración
Señor Jesús, danos la limpieza de corazón y la claridad de mente para reconocer la verdad. Que nunca negociemos con la ella para ocultar nuestras flaquezas, nuestra falta de entrega, que nunca sirvamos a la mentira, para sacar adelante nuestros intereses. Que te reconozcamos, Señor, como la Verdad de nuestra vida.
QUINTA ESTACIÓN
PEDRO Y JUAN CONTEMPLAN 
EL SEPULCRO VACÍO
Los apóstoles han recibido con desconfianza la noticia que les han dado las mujeres. Están confusos, pero el amor puede más. Por eso Pedro y Juan se acercan al sepulcro con la rapidez de su esperanza.
Del Evangelio según San Juan 20, 3-10 (cf. Lc 24, 12).

Comentario
Pedro y Juan son los primeros apóstoles en ir al sepulcro. Han llegado corriendo, con el alma esperanzada y el corazón latiendo fuerte. Y comprueban que todo es como les han dicho las mujeres. Hasta los más pequeños detalles de cómo estaba el sudario quedan grabados en su interior, y reflejados en la Escritura. Cristo ha vencido a la muerte, y no es una vana ilusión: es un hecho de la historia, que va a cambiar la historia. Después de este hecho, el Señor saldría al encuentro de Pedro, como expresión de la delicadeza de su amor; y así, el que llegaría a ser Cabeza de los Apóstoles, y tendría que confirmarlos en la fe, recibió una visita personal de Jesús. Así nos lo cuenta Pablo y Lucas: "[Cristo] se apareció a Cefas y luego a los Doce" (1 Cor 15, 5; cf. Lc 24, 34).

Oración
Señor Jesús, también nosotros como Pedro y Juan, necesitamos encaminarnos hacia Ti, sin dejarlo para después. Por eso te pedimos ese impulso interior para responder con prontitud a lo que puedas querer de nosotros. Que sepamos escuchar a los que nos hablan en tu nombre para que corramos con esperanza a buscarte.
SEXTA ESTACIÓN
JESÚS EN EL CENÁCULO MUESTRA SUS LLAGAS 
A LOS APÓSTOLES

Los discípulos están en el Cenáculo, el lugar donde fue la Última Cena. Temerosos y desesperanzados, comentan los sucesos ocurridos. Es entonces cuando Jesús se presenta en medio de ellos, y el miedo da paso a la paz.
Del Evangelio según San Lucas 24, 36-43 (cf. Mc 16, 14-18; Jn, 20, 19-23).
Comentario
Cristo resucitado es el mismo Jesús que nació en Belén y trabajó durante años en Nazaret, el mismo que recorrió los caminos de Palestina predicando y haciendo milagros, el mismo que lavó los pies a sus discípulos y se entregó a sus enemigos para morir en la Cruz. Jesucristo, el Señor que es verdadero Dios y hombre verdadero. Pero los apóstoles apenas pueden creerlo: están asustados, temerosos de correr su misma suerte. Es entonces cuando se presenta en medio de ellos, y les muestra sus llagas como trofeo, la señal de su victoria sobre la muerte y el pecado. Con ellas nos ha rescatado. Han sido el precio de nuestra redención. No es un fantasma. Es verdaderamente el mismo Jesús que los eligió como amigos, y ahora come con ellos. El Señor, que se ha encarnado por nosotros, nos quiere mostrar, aún más explícitamente, que la materia no es algo malo, sino que ha sido transformada porque Jesús la ha asumido.

Oración
Señor Jesús, danos la fe y la confianza para descubrirte en todo momento, incluso cuando no te esperamos. Que seas para nosotros no una figura lejana que existió en la historia, sino que, vivo y presente entre nosotros, ilumines nuestro camino en esta vida y, después, transformes nuestro cuerpo frágil en cuerpo glorioso como el tuyo.
SÉPTIMA ESTACIÓN
JESÚS ES RECONOCIDO 
AL PARTIR EL PAN
Esa misma tarde dos discípulos vuelven desilusionados a sus casas. Pero un caminante les devuelve esperanza. Sus corazones vibran de gozo con su compañía, sin embargo sólo se les abren los ojos al verlo partir el pan. Del Evangelio según San Lucas 24, 13-32

Dos discípulos de Jesús iban andando aquel mismo día a una aldea llamada Emaús (...). Mientras conversaban y discutían, Jesús en persona se acercó y se puso a caminar con ellos. Pero sus ojos no eran capaces de reconocerlo (...) Y comenzando por Moisés y siguiendo por los profetas, les explicó lo que se refería a Él en toda la Escritura. Ya cerca de la aldea donde iban, Él les hizo ademán de seguir adelante; pero ellos le apremiaron diciendo: "Quédate con nosotros porque atardece y el día va de caída". Y entró para quedarse con ellos.
Sentado a la mesa con ellos, tomó el pan, pronunció la bendición, lo partió y se lo dio. A ellos se les abrieron los ojos y lo reconocieron. Pero Él desapareció. Ellos comentaron: "¿No ardía nuestro corazón mientras nos hablaba por el camino y nos explicaba las Escrituras?"
(cf. Mc 16, 12-13)

Comentario
Los de Emaús se iban tristes y desesperanzados: como tantos hombres y mujeres que ven con perplejidad cómo las cosas no salen según habían previsto. No acaban de confiar en el Señor. Sin embargo Cristo "se viste de caminante" para iluminar sus pasos decepcionados, para recuperar su esperanza. Y mientras les explica las Escrituras, su corazón, sin terminar de entender, se llena de luz, "arde" de fe, alegría y amor. Hasta que, puestos a la mesa, Jesús parte el pan y se les abren la mente y el corazón. Y descubren que era el Señor. Nosotros comprendemos con ellos que Jesús nos va acompañando en nuestro camino diario para encaminarnos a la Eucaristía: para escuchar su Palabra y compartir el Pan.

Oración
Señor Jesús, ¡cuántas veces estamos de vuelta de todo y de todos! ¡tantas veces estamos desengañados y tristes! Ayúdanos a descubrirte en el camino de la vida, en la lectura de tu Palabra y en la celebración de la Eucaristía, donde te ofreces a nosotros como alimento cotidiano. Que siempre nos lleve a Ti, Señor, un deseo ardiente de encontrarte también en los hermanos.

OCTAVA ESTACIÓN
JESÚS DA A LOS APÓSTOLES 
EL PODER 
DE PERDONAR LOS PECADOS
Jesús se presenta ante sus discípulos. Y el temor de un primer momento da paso a la alegría. Va a ser entonces cuando el Señor les dará el poder de perdonar los pecados, de ofrecer a los hombres la misericordia de Dios.
Del Evangelio según San Juan 20, 19-23 (cf. Mc 16, 14; Lc 24, 36-45).

Comentario
Los apóstoles no han terminado de entender lo que ha ocurrido en estos días, pero eso no importa ahora, porque Cristo está otra vez junto a ellos. Vuelven a vivir la intimidad del amor, la cercanía del Maestro. Las puertas están cerradas por el miedo, y Él les va a ayudar a abrir de par en par su corazón para acoger a todo hombre. Durante la Última Cena les dio el poder de renovar su entrega por amor: el poder de celebrar el sacrificio de la Eucaristía. En estos momentos, les hace partícipes de la misericordia de Dios: el poder de perdonar los pecados. Los apóstoles, y con ellos todos los sacerdotes, han acogido este regalo precioso que Dios otorga al hombre: la capacidad de volver a la amistad con Dios después de haberlo abandonado por el pecado, la reconciliación.

Oración
Señor Jesús, que sepamos descubrir en los sacerdotes otros Cristos, porque has hecho de ellos los dispensadores de los misterios de Dios. Y, cuando nos alejemos de Ti por el pecado, ayúdanos a sentir la alegría profunda de tu misericordia en el sacramento de la Penitencia. Porque la Penitencia limpia el alma, devolviéndonos tu amistad, nos reconcilia con la Iglesia y nos ofrece la paz y serenidad de conciencia para reemprender con fuerza el combate cristiano.

NOVENA ESTACIÓN

JESÚS FORTALECE LA FE 
DE TOMÁS

Tomás no estaba con los demás apóstoles en el primer encuentro con Jesús resucitado. Ellos le han contado su experiencia gozosa, pero no se ha dejado convencer. Por eso el Señor, ahora se dirige a él para confirmar su fe.
Del Evangelio según San Juan 20, 26-29

Comentario
Tomás no se deja convencer por las palabras, por el testimonio de los demás apóstoles, y busca los hechos: ver y tocar. Jesús, que conoce tan íntimamente nuestro corazón, busca recuperar esa confianza que parece perdida. La fe es una gracia de Dios que nos lleva reconocerlo como Señor, que mueve nuestro corazón hacia Él, que nos abre los ojos del espíritu. La fe supera nuestras capacidades pero no es irracional, ni algo que se imponga contra nuestra libertad: es más bien una luz que ilumina nuestra existencia y nos ayuda y fortalece para reconocer la verdad y aprender a amarla. ¡Qué importante es estar pegados a Cristo, aunque no lo sintamos cerca, aunque no lo toquemos, aunque no lo veamos!

Oración
Señor Jesús, auméntanos la fe, la esperanza y el amor. Danos una fe fuerte y firme, llena de confianza. Te pedimos la humildad de creer sin ver, de esperar contra toda esperanza y de amar sin medida, con un corazón grande. Como dijiste al apóstol Tomás, queremos, aún sin ver, rendir nuestro juicio y abrazarnos con firmeza a tu palabra y al magisterio de la Iglesia que has instituido, para que tu Pueblo permanezca en la verdad que libera.

DÉCIMA ESTACIÓN
JESÚS RESUCITADO EN EL LAGO DE GALILEA
Los apóstoles han vuelto a su trabajo: a la pesca. Durante toda la noche se han esforzado, sin conseguir nada. Desde la orilla Jesús les invita a empezar de nuevo. Y la obediencia les otorga una muchedumbre de peces.
Del Evangelio según San Juan 21, 1-6a

En aquel tiempo, Jesús se apareció otra vez a los discípulos junto al lago de Tiberíades. Y se apareció de esta manera: Estaban juntos Simón Pedro, Tomás apodado el Mellizo, Natanael el de Caná de Galilea, los Zebedeos y otros dos discípulos suyos. Simón Pedro les dice: "Me voy a pescar". Ellos contestan: "Vamos también nosotros contigo". Salieron y se embarcaron; y aquella noche no cogieron nada. Estaba ya amaneciendo, cuando Jesús se presentó en la orilla; pero los discípulos no sabían que era Jesús. Jesús les dice: "Muchachos, ¿tenéis pescado?". Ellos contestaron: "No". Él les dice: "Echad la rea a la derecha de la barca y encontraréis". La echaron, y no tenían fuerzas para sacarla, por la multitud de peces. Y aquel discípulo que Jesús tanto quería le dice a Pedro: "Es el Señor".

Comentario
En los momentos de incertidumbre, los apóstoles se unen en el trabajo con Pedro. La barca de Pedro, el pescador de Galilea, es imagen de la Iglesia, cuyos miembros, a lo largo de la historia están llamados a poner por obra el mandato del Señor: "seréis pescadores de hombres". Pero no vale únicamente el esfuerzo humano, hay que contar con el Señor, fiándonos de su palabra, y echar las redes. En las circunstancias difíciles, cuando parece que humanamente se ha puesto todo por nuestra parte, es el momento de la confianza en Dios, de la fidelidad a la Iglesia, a su doctrina. El apostolado, la extensión del Reino, es fruto de la gracia de Dios y del esfuerzo y docilidad del hombre. Pero hay que saber descubrir a Jesús en la orilla, con esa mirada que afina el amor. Y Él nos premiará con frutos abundantes.

Oración
Señor Jesús, haz que nos sintamos orgullosos de estar subidos en la barca de Pedro, en la Iglesia. Que aprendamos a amarla y respetarla como madre. Enséñanos, Señor, a apoyarnos no sólo en nosotros mismos y en nuestra actividad, sino sobre todo en Ti. Que nunca te perdamos de vista, y sigamos siempre tus indicaciones, aunque nos parezcan difíciles o absurdas, porque sólo así recogeremos frutos abundantes que serán tuyos, no nuestros.

DÉCIMA PRIMERA ESTACIÓN
JESÚS CONFIRMA A PEDRO 
EN EL AMOR

Jesús ha cogido aparte a Pedro porque quiere preguntarle por su amor. Quiere ponerlo al frente de la naciente Iglesia. Pedro, pescador de Galilea, va a convertirse en el Pastor de los que siguen al Señor.
Del Evangelio según San Juan 21, 15-19.

Comentario
Pedro, el impulsivo, el fogoso, queda a solas con el Señor. Y se siente avergonzado porque le ha fallado cuando más lo necesitaba. Pero Jesús no le reprocha su cobardía: el amor es más grande que todas nuestras miserias. Le lleva por el camino de renovar el amor, de recomenzar, porque nunca hay nada perdido. Las tres preguntas de Jesús son la mejor prueba de que Él sí es fiel a sus promesas, de que nunca abandona a los suyos: siempre está abierta, de par en par, la puerta de la esperanza para quien sabe amar. La respuesta de Cristo, Buen Pastor, es ponerle a él y a sus Sucesores al frente de la naciente Iglesia, para pastorear al Pueblo de Dios con la solicitud de un padre, de un maestro, de un hermano, de un servidor. Así, Pedro, el primer Papa, y luego sus sucesores son "el Siervo de los siervos de Dios".

Oración
Señor Jesús, que sepamos reaccionar antes nuestros pecados, que son traiciones a tu amistad, y volvamos a Ti respondiendo al amor con amor. Ayúdanos a estar muy unidos al sucesor de Pedro, al Santo Padre el Papa, con el apoyo eficaz que da la obediencia, porque es garantía de la unidad de la Iglesia y de la fidelidad al Evangelio.

DÉCIMA SEGUNDA ESTACIÓN
JESÚS ENCARGA SU MISIÓN 
A LOS APÓSTOLES
Antes de dejar a sus discípulos el Señor les hace el encargo apostólico: la tarea de extender el Reino de Dios por todo el mundo, de hacer llegar a todos los rincones la Buena Noticia.
Del Evangelio según San Mateo 28, 16-20. cf. Lc 24, 44-48.

Comentario
Los últimos días de Jesús en la tierra junto a sus discípulos debieron quedar muy grabados en sus mentes y en sus corazones. La intimidad de la amistad se ha ido concretando con la cercanía del resucitado, que les ha ayudado a saborear estos últimos instantes con Él. Pero el Señor pone en su horizonte toda la tarea que tienen por delante: "Id al mundo entero...". Ese es su testamento: hay que ponerse en camino para llevar a todos el mensaje que han visto y oído. Están por delante las tres grandes tareas de todo apóstol, de todo cristiano: predicar, hablar de Dios para que la gente crea; bautizar, hacer que las personas lleguen a ser hijos de Dios, que celebren los sacramentos; y vivir según el Evangelio, para parecerse cada día más a Jesús, el Maestro, el Señor.

Oración
Señor Jesús, que llenaste de esperanza a los apóstoles con el dulce mandato de predicar la Buena Nueva, dilata nuestro corazón para que crezca en nosotros el deseo de llevar al mundo, a cada hombre, a todo hombre, la alegría de tu Resurrección, para que así el mundo crea, y creyendo sea transformado a tu imagen.
DÉCIMO TERCERA ESTACIÓN
JESÚS ASCIENDE ALCIELO
Cumplida su misión entre los hombres, Jesús asciende al cielo. Ha salido del Padre, ahora vuelve al Padre y está sentado a su derecha. Cristo glorioso está en el cielo, y desde allí habrá de venir como Juez de vivos y muertos.
De los Hechos de los Apóstoles 1, 9-11 (cf. Mc 16, 19-20; Lc 24, 50-53).

Comentario
Todos se han reunido para la despedida del Maestro. Sienten el dolor de la separación, pero el Señor les ha llenado de esperanza. Una esperanza firme: "Yo estaré con vosotros todos los días hasta el fin del mundo". Por eso los ángeles les sacan de esos primeros instantes de desconcierto, de "mirar al cielo". Es el momento de ponerse a trabajar, de emplearse a fondo para llevar el mensaje de alegría, la Buena Noticia, hasta los confines del mundo, porque contamos con la compañía de Jesús, que no nos abandona. Y no podemos perder un instante, porque el tiempo no es nuestro, sino de Dios, para quemarlo en su servicio.
Jesucristo ha querido ir por delante de nosotros, para que vivamos con la ardiente esperanza de acompañarlo un día en su Reino. Y está sentado a la derecha del Padre, hasta que vuelva al final de los tiempos.
Oración
Señor Jesús, tu ascensión al cielo nos anuncia la gloria futura que has destinado para los que te aman. Haz, Señor, que la esperanza del cielo nos ayude a trabajar sin descanso aquí en la tierra. Que no permanezcamos nunca de brazos cruzados, sino que hagamos de nuestra vida una siembra continua de paz y de alegría.

DÉCIMO CUARTA ESTACIÓN
LAVENIDA DEL ESPÍRITU SANTO EN PENTECOSTÉS
La promesa firme que Jesús ha hecho a sus discípulos es la de enviarles un Consolador. Cincuenta días después de la Resurrección, el Espíritu Santo se derrama sobre la Iglesia naciente para fortalecerla, confirmarla, santificarla.
De los Hechos de los Apóstoles 2, 1-4

Comentario
Jesús, el Hijo de Dios, está ya en el cielo, pero ha prometido a sus amigos que no quedarán solos. Y fiel a la promesa, el Padre, por la oración de Jesús, envía al Espíritu Santo, la Tercera Persona de la Santísima Trinidad. Muy pegados a la Virgen, Madre de la Iglesia, reciben el Espíri tu Santo. Él es el que llena de luz la mente y de fuego el corazón de los discípulos para darles la fuerza y el impulso para predicar el Reino de Dios. Queda inaugurado el "tiempo de la Iglesia". A partir de este momento la Iglesia, que somos todos los bautizados, está en peregrinación por este mundo. El Espíritu Santo la guía a lo largo de la historia de la humanidad, pero también a lo largo de la propia historia personal de cada uno, hasta que un día participemos del gozo junto a Dios en el cielo.

Oración
Dios Espíritu Santo, Dulce Huésped del alma, Consolador y Santificador nuestro, inflama nuestro corazón, llena de luz nuestra mente para que te tratemos cada vez más y te conozcamos mejor. Derrama sobre nosotros el fuego de tu amor para que, transformados por tu fuerza, te pongamos en la entraña de nuestro ser y de nuestro obrar, y todo lo hagamos bajo tu impulso.
ORACIÓN FINAL
Señor y Dios nuestro,
fuente de alegría y de esperanza,
hemos vivido con tu Hijo los acontecimientos de su Resurrección y Ascensión hasta la venida del Espíritu Santo;
haz que la contemplación de estos misterios nos llene de tu gracia y nos capacite
para dar testimonio de Jesucristo
en medio del mundo.

Te pedimos por tu Santa Iglesia:
que sea fiel reflejo
de las huellas de Cristo en la historia y que, llena del Espíritu Santo,
manifieste al mundo los tesoros de tu amor,
santifique a tus fieles con los sacramentos y haga partícipes a todos los hombres
de la resurrección eterna.         Fuente: catholic.net


viernes, 2 de abril de 2021

VIACRUCIS DEL PAPA 2021 CON LOS NIÑOS Y JÓVENES


Introducción

En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo.
R/. Amén.

Querido Jesús:
Tú sabes que también nosotros los niños tenemos cruces, que no son ni más livianas ni más pesadas que las de los grandes, pero que son verdaderas cruces, que sentimos pesadas también de noche. Y sólo Tú lo sabes y las tomas en serio. Sólo Tú.
Sólo Tú sabes qué difícil es para mí aprender a no tener miedo a la oscuridad y a la soledad.
Sólo Tú sabes qué difícil es no poder contenerme y despertarme cada mañana todo mojado.
Sólo Tú sabes qué difícil es no llegar a hablar bien, a pensar rápido o a hacer los cálculos correctos como hacen los demás.
Sólo Tú sabes qué difícil es ver a mis padres discutir, dar un fuerte portazo y no hablarse durante días.
Sólo Tú sabes qué difícil es cuando me doy cuenta de que los demás se burlan de mí y me excluyen de las fiestas.
Sólo Tú sabes qué significa ser pobre y tener que renunciar a lo que tienen mis amigos.
Sólo Tú sabes qué difícil es liberarse de un secreto que me hace mucho daño y no saber a quién decírselo por miedo a que me traicionen, me acusen o no me crean.
Querido buen Jesús: Tú has sido un niño como yo, también Tú has jugado y tal vez te has caído y te has hecho daño; también Tú has ido a la escuela y quizás alguno de tus deberes no te salió bien; también Tú has tenido una mamá y un papá y sabes que a veces no tengo muchas ganas de obedecer cuando me dicen que haga las tareas, que saque la basura, que tienda la cama y que ordene la habitación; también tú has ido a catequesis y a rezar y sabes que no siempre voy muy contento.

Mi querido buen Jesús: Tú sabes sobre todo que en el mundo hay niños que no tienen para comer, que no tienen formación, que son explotados y obligados a ir a la guerra.

Ayúdanos a cargar con nuestras cruces cada día como Tú cargaste con la tuya. Ayúdanos a ser cada vez más buenos, a ser como Tú nos quieres. Y te agradezco porque sé que siempre estás cerca de mí y que nunca me abandonas, sobre todo cuando tengo más miedo, y porque has enviado a mi Ángel custodio que cada día me protege e ilumina. Amén.

Poncio Pilato les habló de nuevo, porque quería liberar a Jesús, pero ellos gritaban: «¡Crucifícalo! ¡Crucifícalo!». Entonces Pilato decidió acceder a su petición: les dejó en libertad al que pedían, que estaba en la cárcel por disturbio y homicidio, y les entregó a Jesús para que hicieran con él lo que quisieran (Lc 23,20-21.24-25).

Meditación

Cuando estaba en primero de primaria, Marcos, un niño de mi clase, fue acusado de haber robado la merienda de su compañero de banco. Yo sabía que no era cierto, pero me callé, no era mi problema, y además todos lo señalaban a él como culpable. ¿Por qué tendría que haber intervenido?
Todavía, cada vez que lo recuerdo, siento vergüenza, me duele mi actitud. Hubiera podido ayudar a mi amigo, decir la verdad y ayudar a que se haga justicia, en cambio me comporté como Pilato y preferí mirar hacia otra parte. Elegí el camino más cómodo y me lavé las manos. Hoy estoy muy arrepentido. Hubiera querido tener un poco de valentía, seguir mi corazón y ayudar a mi amigo en dificultad.
A veces sólo sentimos la voz de quien hace y quiere el mal, mientras la justicia es un camino cuesta arriba, con obstáculos y dificultades, pero tenemos a Jesús a nuestro lado, dispuesto a sostenernos y ayudarnos.

Oración de los niños

Jesús, concédeme un corazón sencillo y sincero, así tendré el valor y la fuerza de caminar en tu justicia, aun en las dificultades. «Aunque camine por cañadas oscuras, nada temo, porque tú vas conmigo» (Sal 22,4).

Oremos

Señor, Padre bueno,
infunde en nosotros tu Espíritu Santo
y concédenos tu fortaleza,
porque sólo así tendremos la valentía
de testimoniar tu verdad,
que es camino de justicia y reconciliación.
Por Cristo nuestro Señor. Amén.


Los hombres que habían detenido a Jesús se burlaban de él y lo golpeaban y, tapándole los ojos, le decían: «¡Adivina!, ¿Quién te pegó?». Y le gritaban toda clase de insultos (Lc 22,63-65).

Meditación

En clase leíamos por turnos el libro Historia de una gaviota y del gato que le enseñó a volar. Cuando fue el turno de Martina, comenzó a confundir las letras unas con otras y así las frases perdieron el significado. Palabra tras palabra empecé a reír y conmigo todos los demás. Todavía recuerdo el rostro de Martina sonrojado, la voz quebrada y los ojos llenos de lágrimas.

Tal vez no era nuestra intención burlarnos de ella, sin embargo, ¡cuánto dolor le provocamos con nuestras carcajadas!

La persecución no es un recuerdo lejano de hace dos mil años, a veces algunas de nuestras acciones pueden juzgar, herir y pisotear a un hermano o a una hermana.

En ocasiones, haber hecho sufrir a alguien puede habernos causado un poco de placer, porque detrás de esos sufrimientos enmascaramos nuestros propios problemas.

Jesús nos ha enseñado a amar y en su amor se encuentra la respuesta a todos los sufrimientos. Tenemos que estar dispuestos a todo para no hacer el mal a los demás, por el contrario, para hacerles el bien.

Oración de los niños

Jesús, nada nos separará de tu amor. Haznos capaces de amar a nuestros hermanos y a nuestras hermanas menos favorecidos.

Oremos

Señor, Padre bueno, que nos has enviado a Jesús,
obediente hasta la muerte,
concédenos la fuerza de tu amor
para tomar con valor nuestra cruz.
Concédenos tu esperanza y sabremos reconocerte
incluso en los momentos más oscuros de nuestra vida.
Por Cristo nuestro Señor. Amén.
Él cargaba y soportaba nuestros dolores; nosotros lo consideramos un castigado por Dios, golpeado y humillado. Pero él fue traspasado por nuestras rebeliones y quebrantado por nuestros crímenes (Is 53,4-5).

Meditación

En quinto de primaria era el mejor en matemáticas, terminaba los exámenes en pocos minutos y conocía solamente un resultado: “excelente”.
Cuando por primera vez leí “insuficiente” pensé que era un inútil, sentí el peso de un fracaso inesperado, estaba solo y sin ningún consuelo.
Pero ese momento me hizo crecer, en casa mis padres me animaron y me hicieron sentir su amor; volví a levantarme y seguí esforzándome en el estudio.
Hoy sé que cada día vacilamos y podemos caer, pero Jesús está siempre ahí para tendernos la mano, para hacerse cargo del peso de nuestras cruces y volver a encender en nosotros la esperanza.

Oración de los niños

Jesús, has caído debajo de la gran cruz que llevabas. También yo caigo a menudo y me lastimo. Protégeme en mi camino y concédeme la fuerza de llevar mis cargas junto a Ti.

Oremos

Señor, has asumido nuestros sufrimientos
y los has compartido hasta el patíbulo que aplasta y humilla.
No nos abandones bajo el peso de nuestras cruces,
que a veces nos parecen demasiado pesadas.
Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén.

Cuando se acabó el vino, la madre de Jesús le dijo: «Ya no tienen vino». Pero Jesús le contestó: «Mujer, ¿qué tiene que ver eso con nosotros? Todavía no ha llegado mi hora». Pero su madre dijo a los que servían: «¡Hagan lo que él les diga!» (Jn 2,3-5).

Meditación

Cuando pienso en mi mamá veo su rostro amable, siento el calor de sus abrazos y me doy cuenta de su amor por mí.
Ella me acompaña a todos lados, a los entrenamientos de fútbol, al curso de inglés y a la catequesis el domingo por la mañana.
Por la tarde, aunque esté cansada, me ayuda mientras hago los deberes; y cuando de noche tengo pesadillas, se pone a mi lado, me tranquiliza y espera que me duerma otra vez.
Si tengo un problema, una duda o sencillamente pensamientos desagradables, ella está siempre dispuesta a escucharme con su sonrisa.
Y en los momentos más difíciles no necesito decir palabras, basta una mirada, ella se da cuenta enseguida y me ayuda a superar cada sufrimiento.

Oración de los niños

Jesús, haznos capaces de dejarnos abrazar por María nuestra madre del Cielo.

Oremos

Señor, Padre bueno,
concédenos que encontremos la mirada amorosa de María,
para que cada uno de nosotros,
libres de la propia soledad interior,
podamos descansar en el abrazo maternal de Aquella
que en Jesús abrazó y amó a todos los hombres.
Él que vive y reina por los siglos de los siglos. Amén.

Cuando se llevaban a Jesús detuvieron a un hombre de Cirene, llamado Simón, que volvía del campo, y lo obligaron a cargar la cruz para que la llevara detrás de Jesús (Lc 23,26).

Meditación

Durante el verano jugaba con los amigos del barrio en el parque que está delante de mi casa. Desde hacía algunos meses teníamos nuevos vecinos con un hijo de mi misma edad. Sin embargo, él no jugaba con nosotros, ni siquiera entendía bien nuestra lengua. Un día noté que nos estaba mirando de lejos, quería jugar con nosotros, pero no tenía el valor de pedírnoslo. Me acerqué, nos presentamos y lo invité a jugar un partido de fútbol con nosotros. Walid desde aquel día es uno de mis mejores amigos, además de ser el portero de nuestro equipo.
Mirando de lejos una persona, lo primero que notamos es la figura, después nos damos cuenta si es hombre o mujer y lentamente toman forma los detalles de su rostro, pero sólo cuando lo reconocemos como hermano estamos abriendo nuestro corazón a Jesús.

Oración de los niños

Jesús, hazme acoger con amor a todos los hermanos solos y marginados que encuentre en mi camino.

Oremos

Señor, haznos capaces de reconocerte en los últimos
que encontramos a lo largo de nuestro camino;
danos la valentía y el gozo
de dar de comer al que tiene hambre,
dar de beber al que tiene sed, acoger al extranjero,
vestir al que está desnudo y curar al que está enfermo,
para encontrarte y acogerte en todos los hermanos y hermanas.
Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén.

VI Estación
Una mujer enjuga el rostro de Jesús


Entonces los justos le preguntarán [al Rey]: «Señor, ¿cuándo te vimos hambriento o sediento, forastero o desnudo, enfermo o en la cárcel?». Y el Rey les responderá: «Les aseguro que siempre que ustedes lo hicieron con uno de estos mis hermanos más pequeños, conmigo lo hicieron» (cf. Mt 25,37-40).

Meditación

Ese día tenía que jugar el partido más importante del campeonato, era la oportunidad para demostrar todas mis habilidades. En el vestuario estaba nervioso y asustado, pero cuando entré en el campo vi entre los espectadores a Marcos, mi mejor amigo que, aunque no le gustaba el fútbol, estaba allí para apoyarme. Era la primera vez que venía a verme jugar, y por desgracia perdimos.
Mientras me duchaba estaba triste y desanimado, pero cuando salí del vestuario me encontré con mi amigo, que me estaba esperando con un refresco de naranja en la mano. Pasamos un rato juntos, y así esa hora y ese refresco de naranja hicieron todo más llevadero, la derrota sufrida se convirtió en un recuerdo menos amargo.
Un encuentro, una mirada, un gesto pueden cambiar nuestro día y llenar nuestro corazón. En el rostro afligido de un amigo, o incluso de un desconocido, está el rostro de Jesús que pasa por el mismo camino que yo... ¿Tendré la valentía de acercarme?

Oración de los niños

Jesús, concédeme cruzarme con tu mirada en los momentos de dificultad, para que así pueda encontrar consuelo en tu amor.

Oremos

Señor, haz que la luz de tu Rostro,
lleno de misericordia,
alivie las heridas del abandono y del pecado que nos afligen.
Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén.
Él no cometió pecado ni se halló engaño en su boca. Él cargó sobre su cuerpo nuestros pecados, llevándolos al madero, para que, muertos al pecado, viviéramos para lo que es justo (1 P 2,22.24).

Meditación

En cuarto de primaria quería a toda costa ser el protagonista de la obra de teatro escolar de final de curso. Había hecho todo lo posible para conseguir el papel, había ensayado los diálogos varias veces frente al espejo, pero la maestra decidió darle el papel a Juan, que era un niño muy reservado.
En ese momento me sentí humillado y enojado, conmigo mismo, con la maestra y con Juan. La obra fue un éxito, y desde ese momento Juan se abrió más a toda la clase.
Mi decepción había servido para ayudar a otra persona, la decisión de la maestra había dado una oportunidad a alguien que realmente lo necesitaba.

Oración de los niños

Jesús, hazme instrumento de tu amor, haz que yo escuche el lamento de quien vive una situación difícil, para poder consolarlo.

Oremos

Señor, Tú caíste por tierra como cualquier otro hombre.
Concédenos la fuerza de volver a levantarnos
aun cuando no tenemos ni siquiera el deseo de hacerlo.
Aumenta en nosotros la convicción
de que, aunque estemos cansados y desanimados,
contigo a nuestro lado siempre podemos volver a caminar.
Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén.

Seguía a Jesús una gran multitud del pueblo y de mujeres que lloraban y se lamentaban por él. Pero Jesús, volviéndose a ellas, les dijo: «¡Mujeres de Jerusalén, no lloren por mí! Lloren más bien por ustedes y por sus hijos» (Lc 23,27-28).

Meditación

Mi hermano y yo habíamos estado jugando a los videojuegos toda la tarde. Al anochecer, mamá nos preguntó si habíamos hecho los deberes. Los dos le contestamos: “Claro, mamá”. Inmediatamente me fui a mi habitación y empecé a hacerlos, mientras mi hermano veía la televisión en el sofá.
Al día siguiente él no fue a la escuela, fingiendo un terrible dolor de estómago.
De regreso a casa, fui a su habitación y hablamos de lo que había pasado: nos equivocamos al mentirle a mamá y él se equivocó al fingir el dolor de estómago.
Le sugerí que hiciera los deberes enseguida, y lo ayudé a terminar los del día anterior. Cuando acabamos, pasamos el resto de la tarde jugando.
Corregir a un hermano es un gesto difícil pero necesario, requiere valor, sencillez y delicadeza.

Oración de los niños

Jesús, que has llenado nuestros corazones de dulzura y sensibilidad, haznos capaces de cuidar a nuestros hermanos más pequeños.

Oremos

Señor, Padre bueno,
haznos testigos creíbles de tu misericordia;
haz que nuestras palabras y nuestras acciones
sean siempre un signo sincero y gratuito de caridad
hacia cada uno de nuestros hermanos.
Por Cristo nuestro Señor. Amén.
[Jesús dijo:] Les aseguro que si el grano de trigo que cae en la tierra no muere queda solo; pero si muere da mucho fruto. El que se apega a su vida la perderá; el que desprecia la vida en este mundo la conservará para la vida eterna (Jn 12,24-25).

Meditación

Durante el último año, con mi familia no hemos vuelto a visitar a nuestros abuelos. Mis padres dicen que es peligroso, podríamos hacer que se enfermen de Covid. ¡Los extraño!
Igual que extraño a mis amigos de voleibol y a los scouts.
A menudo me siento sola.
También la escuela está cerrada, antes iba a veces de mala gana, pero ahora sólo quisiera regresar a la clase para ver a mis compañeros y a las maestras.
La tristeza de la soledad a veces se vuelve insoportable, nos sentimos “abandonados” por todos, incapaces de volver a sonreír. Como Jesús, nos encontramos caídos por tierra.

Oración de los niños

Jesús, luz eterna, te suplico que resplandezcas cuando me pierdo en oscuros pensamientos y me alejo de Ti.

Oremos

Señor, que subiste al Calvario como cordero para el sacrificio,
ilumínanos en esta noche oscura,
para que no nos extraviemos en estos momentos difíciles.
Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén.
[Los soldados] lo crucificaron y se repartieron su ropa por sorteo, para ver qué se llevaba cada uno. Así se cumplió la Escritura: Se han repartido mi ropa entre ellos y sortearon mi túnica (Mc 15,24; Jn 19,24b).

Meditación

En las estanterías de mi habitación había muchas muñecas, cada una diferente. En cada aniversario recibía una nueva como regalo, y estaba muy encariñada a todas mis pequeñas amigas.
El domingo, durante los avisos al final de la misa, el párroco mencionó una campaña de recogida de juguetes para los niños refugiados de Kosovo.
Al llegar a casa, miré mis muñecas y pensé: “¿Realmente las necesito?”.
Con tristeza elegí algunas, las más antiguas, las que menos me gustaban. Preparé la caja para llevarla a la iglesia el domingo siguiente.
Sin embargo, por la noche tuve la sensación de que no había hecho lo correcto. Antes de irme a la cama, la caja estaba llena de muñecas y las estanterías vacías.
Deshacerse de lo superfluo aligera el alma y nos libra del egoísmo.
Dar nos hace más felices que recibir.

Oración de los niños

Jesús, vela sobre mi corazón, hazlo libre de la esclavitud de las cosas materiales. Ayúdame a no dar sólo lo superfluo, sino también algo necesario.



Oremos

Señor, Padre bueno, llena nuestras lagunas,
haznos generosos para compartir con los hermanos
los dones de tu providencia.
Por Cristo nuestro Señor. Amén.

El pueblo estaba contemplando. Los jefes se burlaban y le decían: «¡Salvó a otros! ¡Que se salve a sí mismo si este es el Mesías de Dios, el elegido!». Los soldados también se burlaban de él y, acercándose para ofrecerle vinagre, le decían: «¡Si tú eres el rey de los judíos, sálvate a ti mismo!» (Lc 23,35-37).

Meditación

El día de Navidad fuimos a Roma con los scouts, a la casa de las Misioneras de la Caridad, para distribuir la comida a los necesitados, renunciando a un día de fiesta con la familia.
A la ida, en el tren, pensaba en todas las cosas que me habría perdido: los sombreros hechos a mano por la abuela María, el juego de lotería, el pan dulce, abrir los regalos delante de la chimenea…
Al volver, pensaba en los rostros de las personas que había servido, en sus sonrisas y en sus historias… El pensamiento de haber llevado a aquellas personas un momento de serenidad hizo inolvidable aquella Navidad.
Ofrecernos nosotros mismos y nuestro servicio con amor es la lección que nos da Jesús en la cruz.

Oración de los niños

Jesús, líbranos de nuestro orgullo y de nuestros prejuicios, haz que nuestro corazón esté abierto a los demás.

Oremos

Señor, danos la gracia
de no permanecer abrumados por nuestros pecados,
y ayúdanos a ver en cada una de nuestras debilidades
una posibilidad nueva
para manifestar la fuerza de tu cruz,
que da vida y esperanza.
Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén.
Era casi mediodía y se oscureció toda la tierra hasta media tarde, porque el sol había dejado de brillar. La cortina del Templo se rasgó por la mitad. Y Jesús, dando un fuerte grito, dijo: «¡Padre, en tus manos entrego mi espíritu!». Y, después de decir esto, expiró (Lc 23,44-46).

Meditación

Hace poco, después de haber tratado el tema en el colegio, escribí una redacción sobre los niños que eran víctimas de la mafia. Me pregunto: ¿cómo es posible cometer acciones tan terribles?, ¿es justo perdonar algo así? Y yo, ¿sería capaz de hacerlo?
Jesús, muriendo en la cruz, nos ha dado la salvación a todos. No vino a llamar a los justos, sino a los pecadores que tienen la humildad y la valentía de convertirse.

Oración de los niños

Jesús, danos la fuerza de perdonar, Tú que has dicho: “Habrá más alegría en el cielo por un pecador que se arrepiente, que por noventa y nueve justos que no necesitan arrepentirse”.

Oremos

Señor Jesús,
que has muerto en la cruz por nosotros,
acoge nuestra vida
que se une a la tuya
como una ofrenda perenne y definitiva.
Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén.
Al atardecer vino un hombre rico de Arimatea llamado José, quien también se había hecho discípulo de Jesús, y se presentó ante Pilato para pedirle el cuerpo de Jesús. Entonces Pilato ordenó que se lo entregaran (Mt 27,57-58).

Meditación

Bajaron de la ambulancia unos hombres que parecían astronautas, vestidos con bata, guantes, mascarillas y visera, se llevaron al abuelo que tenía dificultades para respirar desde hacía algunos días.
Fue la última vez que vi al abuelo, murió pocos días después en el hospital, imagino que sufriendo también a causa de la soledad.
No pude estar cerca de él físicamente, decirle adiós y darle consuelo.
He rezado por él cada día, así pude acompañarlo en su último viaje terreno.

Oración de los niños

Te damos gracias, Jesús, porque con tu muerte en la cruz nos has dado la fuerza de la esperanza.

Oremos

Oh Señor, Padre bueno,
concédenos sentirte cercano,
como presencia que consuela y reconcilia,
hasta el momento en que, por un don de tu providencia,
nos llames para que seamos uno solo contigo.
Por Cristo nuestro Señor. Amén.
José tomó el cuerpo de Jesús, lo envolvió en una sábana limpia y lo puso en el sepulcro nuevo que él había excavado en la roca. Después hizo rodar una gran piedra a la entrada del sepulcro y se fue (Mt 27,59-60).

Meditación

Querido Jesús: Me llamo Sara, tengo doce años y te quiero dar gracias porque hoy me has enseñado a hacer el bien en nombre de tu amor. Me has enseñado a superar todo sufrimiento confiando en ti, a amar al otro como a un hermano, a caer y a levantarme, a servir a los demás, a liberarme de los prejuicios, a reconocer lo esencial y sobre todo a unir cada día mi vida a la tuya. Hoy, gracias a tu gesto de amor infinito, sé que la muerte no es el final de todo.

Oración de los niños

Jesús, ayúdanos a no interrumpir nuestra oración cuando sentimos el corazón pesado ante la piedra de tu sepulcro.

Oremos

Oh Señor, Padre bueno,
cuando el camino de la vida nos muestra historias difíciles,
concédenos la esperanza de la Pascua,
paso de la muerte a la resurrección.
Por Cristo nuestro Señor. Amén.

Oración final

Señor, Padre bueno, también este año hemos hecho memoria del Vía Crucis de tu Hijo Jesús, y lo hemos hecho con las voces y las oraciones de los niños, que Tú mismo has indicado como ejemplo para entrar en tu reino.
Ayúdanos a ser como ellos, pequeños, necesitados de todo, abiertos a la vida. Haz que volvamos a adquirir la pureza de la mirada y del corazón.
Te pedimos que bendigas y protejas a todos los niños del mundo, para que puedan crecer en edad, sabiduría y gracia, para que conozcan y sigan el proyecto de bien que Tú has pensado para cada uno.
Bendice también a los padres y a cuantos colaboran con ellos en la educación de estos hijos tuyos, para que se sientan siempre unidos a ti al dar vida y amor.
Por Cristo nuestro Señor. Amén. 
Os dejamos el vídeo completo:
Dibujos de fano.