domingo, 27 de agosto de 2023

A TI TE DARÉ LAS LLAVES DEL REINO DE LOS CIELOS. DOMINGO XXI TO-A


PRIMERA LECTURA: “Pongo sobre sus hombros la llave del palacio de David” (Isaías 22, 19-23) SALMO: “Señor, tu misericordia es eterna, no abandones la obra de tus manos” (Salmo 137) SEGUNDA LECTURA: "De Él, por Él y para Él existe todo” (Romanos 11, 33-36). EVANGELIO: “Tú eres Pedro, y te daré las llaves del reino de los cielos” (Mateo 16, 13-20). AQUÍ.

Os dejamos el Evangelio en el siguiente vídeo:

MEDITAMOS: TU ERES PEDRO Y SOBRE ESTA PIEDRA EDIFICARÉ MI IGLESIA
Jesús al escuchar a Pedro, confesando su fe en Él, le da una misión: edificar la Iglesia. Le concede el poder de atar y desatar. Por la fe de Pedro estamos atados a Cristo. Quien está atado a Él no puede vivir sin Él. Si estamos atados a Cristo cimentamos nuestra fe sobre roca y no sobre arena. Pedro, el primer Papa de toda la Iglesia, expresa de manera muy sencilla y clara quien debe ser Jesús para todos nosotros.
PARA VIVIR:
Creer en Jesús significa que Él nos conduce a la libertad y a la vida. Ahí radica el valor de las llaves, en que nos abren la puerta de la vida. Colaboremos con Pedro en la edificación de la Iglesia, de nuestra familia. Colaboremos con Pedro en llevar la Buena Noticia a todo el mundo. Colaboremos con el Sucesor de Pedro, el Papa Francisco, en construir un mundo más solidario y justo, anunciando a Jesucristo.
Átanos a Ti, Señor, para quedar liberados para siempre de lo que nos esclaviza y deshumaniza. Átanos a Ti, para descubrir la solidez de los cimientos de nuestra fe.
ORACIÓN:
Querido Jesús,
gracias por amarme,
acompañarme y ser mi amigo.
Yo quiero conocerte mejor
para poder hablar de ti
y poder decirles a todos
que eres nuestro Salvador,
el Hijo de Dios.
Enséñame a amar a todos
como tu lo haces. Amen.
Cantamos "Tu mi raíz" 
ACTIVIDADES:
1. Lee o ve de nuevo el Evangelio. Después comenta con tus padres y catequistas las siguientes cuestiones:
  • Contesta- ¿Qué preguntó Jesús a sus discípulos? - ¿Cuál fue la respuesta de Pedro a Jesús? - ¿Qué le respondió Jesús a Pedro? 
  • Jesús nos pregunta: ¿Quién dice la gente que soy yo? Y vosotros, ¿Quién decís que soy yo? Sería muy bueno que cada uno de nosotros respondiéramos al Señor en el silencio de la oración. ¿Quién es Jesús? ¿Quién es Jesús para mí? Nosotros, los cristianos, creemos que Jesús es una persona del presente, con la que podemos dialogar, es un amigo al que acudir cuando lo necesitamos. Sin embargo, Jesús es (o debería ser) mucho más para nosotros. Jesús es el Salvador del mundo, el salvador de mis pecados y miedos, de mis tristezas y desesperanzas. Jesús es el Hijo de Dios, es Dios mismo que se ha hecho hombre para decirnos con sus palabras, con su vida y con su muerte y resurrección, que Dios nos ama, que Dios es un abismo de generosidad, de sabiduría y conocimiento
  • Jesús es el Hijo de Dios y nos revela que también nosotros somos hijos de Dios, que estamos llamados a vivir plenamente felices, en comunión con Dios y con los hermanos, ya aquí, en esta tierra, y por toda la eternidad. Jesús es Dios con nosotros que ha venido a mostrarnos el camino de la paz. Jesús es el Señor de la historia y debería ser el Señor de nuestras vidas.
  • Jesús dice a Pedro que le da «las llaves del Reino». El Apocalipsis habla de Jesús, como el Señor, el que posee las llaves: él es el que abre y nadie puede cerrar; cierra y nadie puede abrir. Es el mismo Jesús el que transmite esa misión a Pedro. Pedro está llamado a ser el mayordomo fiel al que se puede dar las llaves de casa. Jesús también dice: «sobre esta piedra edificaré mi Iglesia». Jesucristo ha querido que Pedro sea el fundamento sólido sobre el que se construye la comunidad cristiana. En el Evangelio es claro que Jesús da una misión especial a Pedro y a los que en la historia han sido sus sucesores: los Papas. Pedro, en la primera comunidad, y el Papa, como sucesor suyo a través de las generaciones, es el encargado de animar en la fe a sus hermanos, de confirmar su fidelidad en las dificultades, de ser el «pastor» de todos en nombre de Jesús; de ser portavoz de la fe de los demás y guía de la comunidad   
  • Jesús asigna a Simón un nuevo nombre: «Pedro», «roca». En la Biblia este término, «roca», se refiere a Dios. Jesús lo asigna a Simón no por sus cualidades o sus méritos humanos, sino por su fe genuina y firme, que le es dada de lo alto. (Papa Francisco)
  • Jesús tiene el propósito de dar vida a «su» Iglesia, un pueblo fundado en la fe, en relación con Él mismo, en una relación de amor y de confianza. Nuestra relación con Jesús construye la Iglesia. Y, por lo tanto, para iniciar su Iglesia Jesús necesita encontrar en los discípulos una fe sólida, una fe «fiable». Es esto lo que Él debe verificar en este punto del camino. (Papa Francisco)
  • Lo que sucede a Pedro en el Evangelio sucede en cada cristiano que madura una fe sincera en Jesús el Cristo, el Hijo del Dios vivo. Hoy nos interpela también a cada uno de nosotros. Que cada uno responda en su corazón. ¿Cómo va tu fe? ¿Cómo encuentra el Señor nuestro corazón? ¿Un corazón firme como la piedra o un corazón arenoso, es decir, dudoso, desconfiado, incrédulo? (Papa Francisco). 
    ¿QUIÉN SOY YO PARA TI?

  • A lo largo de la semana nos planteamos en nuestra oración: ¿Qué supone para ti ser seguidor de Jesús, ser cristiano? ¿Cómo podemos mostrar a todo el mundo que Jesús es el Hijo de Dios? Haz un compromiso que te ayude a mostrar a los demás quien es Jesús para ti. Todos estamos llamados a ofrecer a Jesús la propia fe, pobre pero sincera, para que Él pueda seguir construyendo su Iglesia. …pidámosle a Jesús que nos dé la gracia de responder, con corazón sincero: «Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios vivo». Busca a un amigo o una persona que no haya conocido la Iglesia fundada por Jesús, háblale e invítala a que conozca esta gran familia de los cristianos.

2. Aprende y colorea:
¡TU ERES EL MESÍAS,
EL HIJO DE DIOS VIVO!

sábado, 19 de agosto de 2023

MUJER ¡QUÉ GRANDE ES TU FE! DOMINGO XX TO-A

PRIMERA LECTURA: “A los extranjeros los traeré a mi monte santo” (Isaías 56, 1.6-7) SALMO: “Oh, Dios, que te alaben los pueblos, que todos los pueblos te alaben” (Salmo 66). SEGUNDA LECTURA: "Los dones y la llamada de Dios son irrevocables para Israel” (Romanos 11, 13-15.29-32). EVANGELIO: “Mujer, qué grande es tu fe” (Mateo 15, 21-28). AQUÍ.
Os dejamos a continuación el Evangelio:
MEDITAMOS:
La mujer cananea es del tipo de personas vistas por los "creyentes" como alejadas de la religión y pecadoras, son las más dispuestas a acoger el mensaje de la salvación y, por su fe en la bondad de Dios, a recibir de él gracias especiales. La mujer no viene buscando algo para ella sino para su hija. Ella conoce que nuestras vidas pueden ser cambiadas, incluso con un poco de súplica al Corazón de Jesús. 
PARALA VIDA
ORACIÓN PERSEVERANTE
Este Evangelio nos enseña la importancia de la perseverancia en la oración y la fe. La mujer cananea no se rindió cuando Jesús la ignoró o cuando sus discípulos intentaron apartarla. En cambio, siguió rogando y confiando en Jesús. Qué poderosa es la plegaria de intercesión. Jesús, Señor de todos, oye nuestras plegarias de intercesión por aquellos que amamos.
ORACIÓN:
Querido Jesús,
gracias por estar siempre
a nuestro lado, acompañarnos y querernos.
Tu siempre orabas incansablemente.
Ayúdanos a orar insistentemente,
para que no nos separemos de Ti,
aunque las cosas no nos salgan bien. Amén.
Cantamos "Sabes una cosa"
ACTIVIDADES:
1. Lee o ve de nuevo el Evangelio. Después comenta con tus padres y catequistas las siguientes cuestiones:
  • El evangelio nos cuenta la historia de Jesús con aquella mujer extranjera, cananea. Esta madre se acerca a Jesús, sin duda porque había oído hablar de él, de los milagros que hacía con los enfermos: Ten compasión de mí, Señor, Hijo de David. Mi hija tiene un demonio muy malo. Pero Jesús calla,  no parece darse por aludido y sus discípulos interceden a favor de aquella madre angustiada. La respuesta de Jesús es decepcionante: «Sólo me han enviado a las ovejas descarriadas de Israel… No está bien echar a los perros el pan de los hijos».
  • La mujer responde con humildad pero con gran osadía: Tienes razón, Señor; pero también los perros se comen las migajas que caen de la mesa de los amos. Tienes razón, Señor, pero... Con ese «pero» pone al Señor de su parte. Lo arranca de los hijos, para interesarle por los «perros». No pretende el pan de los hijos, se contenta con lo que sobra, suplica los desperdicios que dan los amos a los perros. Esta mujer sabe que lo que pide no lo puede exigir, pero lo pide porque lo necesita y porque tiene fe en Jesús
  • A veces nosotros, vivimos bajo el signo de la exigencia. Rezamos y exigimos. En la misma familia, en la parroquia… exigimos. Es bueno exigir que se cumplan nuestros derechos, pero ¿tenemos derecho a todo lo que exigimos? ¿Pedimos con humildad o con prepotencia? ¿Pedimos a Dios y a los hermanos, o nos encerramos en nuestra propia impotencia? y es que la mujer no se desalienta. Apresura el paso, se postra ante Jesús y, desde el suelo, repite su petición: «Señor, socórreme». En su grito está resonando el dolor de tantos hombres y mujeres que no pertenecen al grupo de Jesús y sufren una vida indigna. ¿Han de quedar excluidos de su compasión?  La mujer confía en que en la mesa de Dios hay para todos.
  • MUJER, QUÉ GRANDE ES TU FE. Jesús se rinde frente al arma de que dispone la mujer: la fe. Jesús se deja vencer por la fe. Y manifiesta su asombro y admiración ante la fe de la cananea. Las palabras de Jesús han purificado y fortalecido la fe de aquella mujer. Y la fe hace que la fuerza de Dios actúe en su favor. El amor de Dios a los que sufren no conoce fronteras, ni sabe de creyentes o paganos. Atender a esta mujer no le aleja de la voluntad del Padre sino que le descubre su verdadero alcance
    Fe perseverante 
  • Hoy los cristianos, en una Iglesia sinodal, caminamos juntos y hemos de aprender a convivir con agnósticos, indiferentes o paganos. No son adversarios a apartar de nuestro camino. Si escuchamos su sufrimiento, descubriremos que son seres frágiles y vulnerables que buscan, como nosotros, un poco de luz y de aliento para vivir. La luz de Jesús y su fuerza sanadora son para todos. No nos encerremos en nuestros grupos y comunidades, apartando, excluyendo o condenando a quienes no son de los nuestros. Sólo cumplimos la voluntad del Padre cuando vivimos abiertos a todo ser humano que sufre y gime pidiendo compasión.
  • Hoy, como hace 2000 años, la fe crece cuando Dios calla y madura cuando parece que Él sólo no se acuerda de nosotros. Hoy también, la fe hace posible que la misericordia de Dios nos perdone, nos bendiga, nos transforme. Señor, creo, pero aumenta mi fe, sobre todo cuando no te oiga o no te entienda. Ten compasión de mí. 
  • Podemos aprender de esta mujer a gritarle a Jesús desde nuestra alma, con plegarias de una madre, pedirle la salud, pedirle la fuerza, pedirle que salgamos de la rutina. Confianza, sinceridad, todo lo que necesitamos dentro de nuestro corazón. Todos somos extranjeros y forasteros. Y preguntémonos; ¿tenemos fe como esta mujer? ¿Suplicamos así a Jesús? ¿Tenemos esa fuerza de una madre? ¿Qué sería de nosotros sin Jesús? Gritémosle: «Señor, ¡ten compasión de mí!». Con esta súplica, vamos a ser cananeos, vamos a ser mujer cananea y le vamos a pedir por todo lo que necesitemos
  • ORAMOS A LO LARGO DE LA SEMANA, ¿Cuentas con Jesús ante diversas circunstancias de tu vida para saber decidir lo correcto o lo que es mejor: al inicio de curso, ante las necesidades que van surgiendo todos los días en la familia, los amigos...? Mientras escuchamos a Jesús que nos dice: «¡Mujer, qué grande es tu fe!». Una y otra vez repitamos: «¡Ten compasión de mí, mi hija tiene un demonio muy malo! ¡Ten compasión de mí porque mira lo que tengo, mira cómo estoy! ¡Ten compasión de mí!».... En todas las circunstancias acudamos a Jesús, gritémosle y Él nos dirá: «Mujer, qué grande es tu fe, que se haga conforme a tu fe». Porque si llegamos al corazón de Jesús, Él será misericordioso ante nuestra súplica
  • En tu oración también puedes suplicar a Jesús por las personas necesitadas y alejados como los discípulos... que vienen gritando detrás de Él. 
  • Busca y acércate  a esa persona que has valorado menos por alguna razón (compañero/a o amigo/a).
  • Ayuda a alguna persona a acercarse a Jesús en oración y que confíe en Él.
2. Aprende y colorea:
3. Realiza el puzzle:
Cantamos "Fe en Jesús"

¡JESÚS, SÁLVANOS!

domingo, 13 de agosto de 2023

JESÚS CAMINA SOBRE EL MAR. DOMINGO XIX TO-A

PRIMERA LECTURA: Permanece de pie en el monte ante el Señor: Lectura del primer libro de los Reyes 19, 9a. 11-13a. SALMO responsorial: Muéstranos, Señor, tu misericordia y danos tu salvación. Salmo 84, 9ab-10. 11-12. 13-14.SEGUNDA LECTURA: Desearía ser un proscrito por el bien de mis hermanos: Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Romanos 9, 1-5, EVANGELIO: Mándame ir a ti sobre el agua.  Lectura del santo Evangelio según san Mateo 14, 22-33. AQUÍ
Os dejamos el Evangelio en el siguiente vídeo:
MEDITAMOS
¡HOMBRE DE POCA FE!
Jesucristo caminó sobre el agua e invitó a Pedro a hacer lo mismo. Pedro caminó sobre las aguas, mientras confió en Jesús. Cuando Pedro vio la tormenta y las olas, se comenzó a hundir y clamó al Salvador en busca de ayuda. Esta lección puede ayudarte a seguir el ejemplo de Pedro de recurrir al Salvador durante situaciones atemorizantes o abrumadoras.
PARA LA VIDA:
El Señor hace posible ese milagro. Y es que Jesús sale a nuestro encuentro antes de que pidamos su ayuda. Ante los problemas de la vida, podemos "dudar" y nos hundimos como Pedro. Jesús nos hace caminar sobre las aguas turbias de este mundo, Él nos sostiene con su gracia para que no nos hundamos nunca en la adversidad. Por Cristo, con Cristo y en Cristo siempre estamos a flote.
                 ¡CON LA FE NO TE HUNDES!
ORACIÓN:
Querido Jesús,
gracias por salir a nuestro encuentro.
Tu siempre hablabas con Dios Padre, 
enséñame a orar
para que confíe en Ti,
ante los problemas y la adversidad.
Te pido que sepa llevarte a los demás
sembrando fortaleza y esperanza. 
Señor auméntanos la FE. Amén.
Cantamos "Ante ti Señor"

ACTIVIDADES:
1. Lee o ve de nuevo el Evangelio. Después comenta con tus padres y catequistas las siguientes cuestiones:
  • Contesta: ¿Qué hizo Jesús después de despedir a la gente cuando la multiplicación de los panes? Mientras Jesús estaba en oración, ¿Qué hacían sus discípulos? ¿Cómo era la confianza de Pedro en Jesús? ¿Qué dijeron los discípulos cuando Jesús y Pedro subieron a la barca?
  • DUDA. ¡Con qué facilidad dudamos de Dios! A todas las personas creyentes alguna vez Jesús nos dice: ¡Qué poca fe! ¿por qué has dudado? Esta duda viene en muchas ocasiones de la mano del sufrimiento. Cuando parece que el mar va a tragar a nuestra débil barca, cuando esperamos que Dios actúe de una determinada forma y no lo hace, cuando nos parece que en el mundo domina el mal, la injusticia, el egoísmo. Dudamos. Los mismos discípulos que van en la barca con el Señor dudan y dudan después de que el maestro ha realizado el milagro de la multiplicación de los panes y de los peces, después de comprobar la fuerza de Jesús
  • Los creyentes también tenemos esta misma experiencia; dudamos de Dios a pesar de que en muchas ocasiones hemos comprobado como el Señor ha estado de nuestra parte y ha convertido nuestro luto en danza. La duda es muy humana. Dudamos y en esos momentos hemos de ser humildes. A veces nos encerramos en nuestro propio dolor y no permitimos ni a Dios a los hermanos que nos ofrezcan su fuerza. Pedro, sin embargo, pide ayuda y extiende su brazo para que Jesús lo libre del hundimiento. La experiencia de salvación les ayuda a reconocer en Jesucristo al mismo Hijo de Dios, al Mesías, al Salvador. También nosotros vivimos experiencias que nos ayudan a reconocer que sólo Jesús puede salvarnos y conducirnos a la felicidad más grande
  • PEDRO. En el personaje de Pedro, con sus impulsos y sus debilidades, se describe nuestra fe: siempre frágil y pobre, inquieta y con todo victoriosa, la fe del cristiano camina hacia el encuentro del Señor resucitado, en medio de las tempestades y peligros del mundo. (Papa Francisco)
  • DISCÍPULOS. En la barca todos se postraron ante Él diciendo: «Realmente eres Hijo de Dios»!» Sobre la barca estaban todos los discípulos, unidos por la experiencia de la debilidad, de la duda, del miedo, de la «poca fe». Pero cuando a esa barca vuelve a subir Jesús, el clima cambia inmediatamente: todos se sienten unidos en la fe en Él. Todos, pequeños y asustados, se convierten en grandes en el momento en que se postran de rodillas y reconocen en su maestro al Hijo de Dios. (Papa Francisco)
  • NOSOTROS. También a nosotros, en multitud de ocasiones, nos sucede lo mismo. Sin Jesús, lejos de Jesús, nos sentimos asustados e inadecuados hasta el punto de pensar que ya no podemos seguir. ¡Falta la fe! Pero Jesús siempre está con nosotros, tal vez oculto, pero presente y dispuesto a sostenernos. La fe nos da la seguridad de la presencia de Jesús siempre a nuestro lado, con su mano que nos sostiene para apartarnos del peligro. Todos nosotros estamos en esta barca, y aquí nos sentimos seguros a pesar de nuestros límites y nuestras debilidades. Estamos seguros sobre todo cuando sabemos ponernos de rodillas y adorar a Jesús, el único Señor de nuestra vida. (Papa Francisco)
  • ORAR EN TODAS LAS CIRCUNSTANCIAS DE NUESTRA VIDA. Si vamos aprovechando las diferentes pruebas que la vida nos traiga seremos cristianos cada vez más maduros y firmes, capaces de afrontar las dificultades, las cruces pesadas de la vida con fe, con valentía, con esperanza y hasta con buen humor. ¿Aprovechas estos momentos en tu vida para reconocer en Jesús al HIJO DE DIOS, que nos tiende su mano y nos levanta?
  • SÁLVAME SEÑOR! De la poca confianza, mi cobardía, mis temores, de mi egoísmo, de no arriesgar más por Ti. ¿En qué barro estoy sumergido y prisionero que me hunde? ¿Qué me agobia en mi vida, que me angustia?...
  • ¡SEÑOR AUMÉNTAME LA FE! Aprovechar los momentos de duda, de tempestad, de dificultad, para hacer crecer nuestra fe, para ser más humanos, más comprensivos, más solidarios de los que se equivocan, de los que se quejan y retroceden
  • ¿CONFÍAS EN JESÚS? Jesús siempre camina con nosotros, nos da su mano, nos cuida y nos protege. Piensa en una situación de tu vida en la que hayas confiado plenamente en Jesús y cuéntanosla
  • A lo largo de esta semana vamos a hacer el compromiso de confiar plenamente en Jesús. Cuéntale a alguna persona (compañeros, amigos, familiar, vecino....) que has decidido confiar en Jesús en cualquier circunstancia de tu vida, (sin que te dé vergüenza decir que eres cristiano/a).
3. Aprende y colorea:
4. Descubre las diferencias:
5. Realiza el puzzle:
 Cantamos "Esa luz es Jesús"
¡SEÑOR SÁLVAME!

domingo, 6 de agosto de 2023

LA TRANSFIGURACIÓN. DOMINGO XVIII TO-A

PRIMERA LECTURA: Lectura de la profecía de Daniel 7, 9-10. 13-14 Su vestido era blanco como la nieve. SALMO: Sal 96 R./ El Señor reina, Altísimo sobre toda la tierra. SEGUNDA LECTURA: Lectura de la segunda carta del apóstol san Pedro. 1, 16-19. Esta voz del cielo la oímos nosotros. EVANGELIO: Lectura del Santo Evangelio según San Mateo 17, 1-9.  Su rostro resplandecía como el sol.

 AQUÍ.
OS DEJAMOS EL EVANGELIO: La transfiguración:
MEDITAMOS: ¡ESCUCHADLO!
Jesús manifiesta la gloria de Dios. Los tres discípulos ven un adelanto del cielo y se encuentran maravillosamente en el Tabor.
La voz de Dios Padre que resuena desde la nube tiene un mensaje importante que transmitir a los discípulos y a nosotros: "Escúchenlo". Un corazón que escucha es un corazón animado por el amor de Dios e instruido por sus palabras. A quien escuchamos es al Hijo de Dios, Jesús, transfigurado en su humanidad. 
PARA LA VIDA:
Como niños, estamos llamados a vivir la Buena Nueva, el Reino de Dios. Vivir una vida llena de amor, bondad y misericordia y compartir esta alegría con todas las personas que encontramos todos los días. Estamos llamados a crecer en nuestra fe y a ORAR, nutrir nuestro Espíritu con la Palabra de Dios a diario
ORACIÓN:
Gracias Señor 
por amarme.
Ayúdame a llevar tu gloria y majestad a  los demás.
Padre nuestro 
que estás en el cielo...
Cantamos "Por la fe" confiando en Dios
ACTIVIDADES:
1. Vuelve a ver o leer el Evangelio. Después comenta con tus padres y catequistas las siguientes cuestiones:
  • CONTESTA:
    - ¿Qué significa transfigurarse?
    - ¿Qué palabras oyeron los discípulos que les hizo caer con el rostro en tierra?
    - ¿Quiénes eran Moisés y Elías?

     

  • ESTE ES MI HIJO AMADO:…Toda la fuerza, toda la majestuosidad de la Gloria de Dios les revelaba que Jesús era el Hijo predilecto del Padre Dios, al que había que escuchar, como testimonió aquella misma Voz al comienzo del ministerio público de Jesús durante su bautismo en el Jordán.
  • El resultado es que el bienestar eufórico de Pedro y sus compañeros, se cambió notablemente: «al oírlo, los discípulos cayeron de bruces, llenos de espanto». Finalmente, Jesús les «despierta» de sus euforias y de sus miedos, y les dice: «levantaos, no temáis». Y alzando sus ojos sólo vieron a Jesús.
  • El fin de la vida, de toda vida -incluida la cristiana-, es realizar el plan que Dios nos confió a todos y a cada uno, encontrarse con Jesús, y con Él caminar hacia su Pascua, entrar en ella, acogerla y vivirla.
  • Aquellos tres discípulos no habrían podido llegar a la Pascua si no hubieran bajado de la montaña, …no habrían podido seguir a Jesús que haciendo el plan que el Padre le trazó, seguía adelante, bajaba de la Transfiguración de su tabor y subía al Jerusalén de su calvario.
  • Nuestra condición de cristianos no nos exime de ningún dolor, no nos evita ninguna fatiga, no nos desgrava ante ningún impuesto. Hemos de redescubrir siempre que ser cristiano es seguir a Jesús, en el Tabor o en el Calvario
  • ESCUCHAD A JESÚS: La consigna para los discípulos y para nosotros es esta: «¡Escuchadlo!». Escuchad a Jesús. Él es el Salvador: seguidlo. Escuchar a Cristo lleva a asumir la lógica de su misterio pascual, ponerse en camino con Él para hacer de la propia vida un don de amor para los demás… (Papa Francisco)
  • Mirar a Jesús purifica nuestros ojos y los prepara para la visión del Cielo. Tal vez nuestros ojos están un poco enfermos porque vemos muchas cosas que no son de Jesús, cosas que no hacen bien a la luz del alma. Y así esta luz se apaga lentamente y sin saberlo terminamos en la oscuridad interior, en la oscuridad espiritual, en la oscuridad de la fe: oscuridad porque no estamos acostumbrados a mirar, a imaginar las cosas de Jesús. (Papa Francisco).
  • Es necesario estar dispuestos a «perder la propia vida», entregándola a fin de que todos los hombres se salven. El camino de Jesús nos lleva siempre a la felicidad. Habrá siempre una cruz en medio, pruebas, pero al final nos lleva siempre a la felicidad. Jesús no nos engaña, nos prometió la felicidad y nos la dará si vamos por sus caminos. (Papa Francisco).
  • LEVANTAOS, NO TENGÁIS MIEDO: «Levantaos. No tengáis miedo»». Jesús sabe que necesitan experimentar su cercanía humana: el contacto de su mano, no solo el resplandor divino de su rostro. Siempre que escuchamos a Jesús en el silencio de nuestro ser, sus primeras palabras nos dicen: «Levántate, no tengas miedo». «Al oír esto, los discípulos caen de bruces, llenos de espanto». La escena es insólita: los discípulos preferidos de Jesús caídos por tierra, llenos de miedo, sin atreverse a reaccionar ante la voz de Dios. La actuación de Jesús es conmovedora: «Se acerca» para que sientan su presencia amistosa. «Los toca» para infundirles fuerza y confianza. Y les dice unas palabras inolvidables: «Levantaos. No temáis». Poneos de pie y seguidme. No tengáis miedo a vivir escuchándome a mí.
  • Escucha a Jesús que te dice: «No tengas miedo. Abandónate con toda sencillez en el misterio de Dios. Tu poca fe basta. No te inquietes. Si me escuchas, descubrirás que el amor de Dios consiste en estar siempre perdonándote. Y, si crees esto, tu vida cambiará. Conocerás la paz del corazón».
  • Con Pedro, Santiago y Juan subamos también nosotros hoy al monte de la Transfiguración y permanezcamos en contemplación del rostro de Jesús, para acoger su mensaje y traducirlo en nuestra vida; para que también nosotros podamos ser transfigurados por el Amor. Imita a Jesús.
  • Piensa y plantéate qué lugar ocupa la palabra de Dios en tu vida. ¿La lees, rezas con ella?, ¿Es ella el alimento de tu fe?, ¿La tienes como aquello que te ayuda a conocer y amar más al Señor?, ¿De qué manera?
  • A lo largo de la semana, lo mismo que Jesús eligió a tres discípulos; Busca tú a otras personas y pídeles que te acompañen para tener una experiencia luminosa de fe, en la presencia de Dios. A lo largo de tu día a día, buscas iluminar tus actitudes y tu manera de ser con lo que el Señor quiere y espera de ti.
  • Jesús nos invita a verle en la Eucaristía con ojos de fe, y decirle como Pedro: ¿Qué bien se está aquí, Señor? Él nos está esperando para que le encontremos en el sagrario. Él está allí, y se te transfigurará sólo si estás dispuesto a seguirle con humildad y amor. Pero es preciso subir al monte y esto siempre cuesta, como cuesta la vida vivirla en cristiano, para poder gozar con El.
  • Aunque estemos de vacaciones, Jesús te invita a la EUCARISTÍA DOMINICAL. VEN A MISA TODOS LOS DOMINGOS.
2. Para los más pequeños "La Transfiguración"
3. Aprende y colorea:

4. Ve el vídeo "Identidad" después coméntalo con tus padres y catequistas:
5. Realiza el puzzle:
 Cantamos "¡Este es mi Hijo amado, escuchenlo!"
ESTÁS CONMIGO, SEÑOR
¡HAZ QUE IRRADIE 
EL RESPLANDOR 
DE TU CORAZÓN!
¡CONFÍEMOS SIEMPRE EN DIOS!