domingo, 17 de marzo de 2024

SI EL GRANO DE TRIGO CAE EN TIERRA Y MUERE DA MUCHO FRUTO. V DOMINGO CUARESMA -B

 


Lecturas misa Aquí.  

Os dejamos el Evangelio según San Juan 12, 20-33:

MEDITAMOS
Se acercaba la Pascua y gente de todas partes subía a Jerusalén para celebrarlo. Jesús ya había sido recibido con palmas y aclamado como Rey de Israel.
Aquellos extranjeros querían conocerlo. ¿Quién era aquel del que todo el mundo hablaba maravillas y al que aclamaban como Rey?
¿Os acordáis de los tres reyes magos que adoraron a Jesús en Belén? En ese momento nos representaban a todos los hombres, de todas las razas y colores.
Estos griegos también nos representan a todos. Jesús padecerá y morirá por todos los hombres, de todos los tiempos y naciones. 
«Si el grano de trigo no cae en tierra y muere, queda él solo; pero si muere, da mucho fruto»
Para que nosotros podamos alcanzar la salvación era necesario que Cristo muriera y fuera sepultado. 
«El que ama su vida, la pierde; y el que odia su vida en este mundo, la guardará para la vida eterna»
Solo si amamos y nos entregamos a Dios y a los demás, como lo hizo Jesús, encontraremos la vida eterna.
PARA VIVIR: 
Jesús me quiere decir hoy que se está acercando la Semana Santa. Llevas muchos días preparándote, rezando, limpiando tu corazón y ayunando de pequeños caprichos.
Lo estás haciendo muy bien y eres un gran consuelo para mi.
Esta semana, antes del domingo de Ramos, ¿Por qué no te esfuerzas para que todos los que están a tu alrededor sean muy felices?. Preocúpate por ellos. Fíjate en lo que les gusta, en lo que necesitan; una sonrisa, una palabra amable, un buen consejo… Y los dos seremos también muy felices.
ORACIÓN:
Querido Jesús: 
vamos creciendo 
y en misa y en catequesis
vamos conociendo, 
todo lo que has hecho por nosotros. 
¿Cómo podremos agradecerte? 
Lo que podemos hacer 
 es amarte mucho y seguirte, 
respetando, ayudando y amando a los demás. 
Jesús, todo esto es difícil, pero confiamos en ti. ¡Ayúdanos! Amén.
ACTIVIDADES:
1. Lee o ve de nuevo el Evangelio. Después comenta con tus padres y catequistas, las siguientes cuestiones:
  • Contesta: ¿Qué dijo Jesús acerca del grano de trigo? ¿Qué significa para Jesús, ser glorificado? ¿Qué nos recuerdan las palabras de Jesús: "Cuando yo sea levantado de la tierra, atraeré a todos hacia mí"?  
  • Estamos casi al final de la vida pública de Jesús: y el evangelio, hoy, nos presenta a unos peregrinos que vienen a celebrar la Pascua, y le hacen una petición a Felipe: «Queremos ver a Jesús». Podemos aplicarnos a nosotros esta petición, nos acercamos a la Iglesia pidiendo ver a Jesús. Y ellos, al igual que nosotros, no lo hacen por curiosidad sino por que han descubierto en Él algo importante, algo que nos ayuda a vivir nuestra vida de forma totalmente diferente a como lo hacemos.  
  • Jesús dice: Ha llegado la hora de que el Hijo del hombre sea glorificado. Esta glorificación tiene un precio, pasar por la muerte, como el grano de trigo que se entierra en la tierra para que muera y produzca una planta, que a su vez producirá mucho fruto. Jesús, dice también, que quien se ama a sí mismo, el egoísta que se niega a ayudar a morir como el grano de trigo, se pierde y no se transforma, no produce nada.
    Quien quiera servir a Jesús debe seguirlo, eso está muy claro, los servidores de Jesús son sus seguidores pero hay que seguirlo hasta el final y, como él estar dispuestos a ser enterrados y morir como el grano de trigo. ¿Nos vamos a llenar de miedo? No. Jesús es nuestra esperanza y él ruega constantemente ante Dios por todos y si somos sus seguidores, mayor confianza debemos tener en él.
  • Llega la hora«Llega la hora de que sea glorificado el Hijo del Hombre». Jesús sabe que ha llegado su hora, que morirá, pero también tiene la certeza que todos veremos su glorificación en la Resurrección. Ellos no lo entenderían, pero y nosotros, ¿lo entendemos? Atendamos el Evangelio si nos paramos en cada palabra, en cada gesto, en cada signo, que hace Jesús estamos descubriendo el amor más sublime, el más altruista: Dios a través de su Hijo, nos lo hace saber. Dios es Amor.  
  • Reflexión:  «Queremos ver a Jesús»: estas palabras, al igual que muchas otras en los Evangelios, van más allá del episodio particular y expresan algo universal; revelan un deseo que atraviesa épocas y culturas, un deseo presente en el corazón de muchas personas que han oído hablar de Cristo, pero no lo han encontrado aún. «Yo deseo ver a Jesús», así siente el corazón de esta gente. «Ha llegado la hora de que sea glorificado el Hijo del hombre».
    ¡Es la hora de la Cruz! Es la hora del triunfo definitivo del amor misericordioso de Dios. Cristo será «levantado sobre la tierra»: «levantado» en cuanto crucificado, y «levantado» porque fue exaltado por el Padre en la Resurrección, para atraer a todos hacia sí y reconciliar a los hombres con Dios y entre ellos. La hora de la Cruz es la fuente de salvación para todos los que creen en Él. Jesús usa una imagen sencilla y sugestiva, la del «grano de trigo» que, al caer en la tierra, muere para dar fruto… La cruz de Cristo es fecunda. La muerte de Jesús, de hecho, es una fuente inagotable de vida nueva, porque lleva en sí la fuerza regeneradora del amor de Dios. Inmersos en este amor por el Bautismo, los cristianos pueden convertirse en «granos de trigo» y dar mucho fruto si, al igual que Jesús, «pierden la propia vida» por amor a Dios y a los hermanos. A aquellos que también hoy «quieren ver a Jesús», a los que están en búsqueda del rostro de Dios; a quien recibió una catequesis cuando era pequeño y luego no la profundizó más y quizá ha perdido la fe; a muchos que aún no han encontrado a Jesús personalmente…; a todas estas personas podemos ofrecerles tres cosas: el Evangelio; el Crucifijo y el testimonio de nuestra fe, pobre pero sincera. El Evangelio: ahí podemos encontrar a Jesús, escucharlo, conocerlo. El Crucifijo: signo del amor de Jesús que se entregó por nosotros. Y luego, una fe que se traduce en gestos sencillos de caridad fraterna. Pero principalmente en la coherencia de vida: entre lo que decimos y lo que vivimos, coherencia entre nuestra fe y nuestra vida, entre nuestras palabras y nuestras acciones. Evangelio, Crucifijo y testimonio. (Papa Francisco).
  • Contemplamos: «Ha llegado la hora de que sea glorificado el Hijo del hombre» Es la hora del Maestro, de la fama, del éxito, de la popularidad, de la gloria y del triunfo … : La hora del «grano de trigo»; del amor …, del que se pierde …, del que se aborrece …, del que entrega la vida …, del que sirve … La hora de la cosecha, de la sementera, de la fecundidad, de la ocultación, de la sepultura … La hora de la glorificación es la hora de la luminosidad del amor en la Cruz. Jesús es un modelo de amor en ese abrazo fuerte con que se une a la naturaleza humana en la cruz. Sabe que todo lo negativo en el mundo, toda traición, toda violencia, todo poder ceden frente a la fuerza del amor. Sobre la cruz no reivindica otra gloria más que la gloria del amor. Después de un tiempo de contemplación e interiorización personal, podemos preguntarnos y respondernos cómo se refleja en nuestra propia realidad y situación personal. ¿Qué hora estamos viviendo, tú, yo, nosotros como Iglesia? ¿Qué me exige a mí y en relación a los demás? ¿Tengo conciencia de la fructífera que puede ser mi vida? ¿La entrego, cómo, a quién, en qué servicios concretos?  Esta semana
    Jesús sembrador
    Fano nos habla de  La pedagogía del grano de trigo es tan sabia y espiritual que tendríamos que tenerla más presente en nuestro proceso vital. La enfermedad, la muerte, nos espanta de alguna manera. Sin embargo, solo desde la limitación, la entrega, el darse hasta el final, el morir… es la vía para la vida. Ahí se desparrama, se extiende el Amor. Por eso: Siémbrate, crece… y comparte
    .
    La Cruz es la vía del crecimiento. Ahí florecerá la espiga que se convierte en alimento. Todos estos textos que nos preparan a la Pascua del Señor, nos ayudan al cambio de mentalidad y a entrar en la esperanza del sueño de Dios para la humanidad.
    Seamos grano de trigo… pequeño, que cae y muere. Confiemos en el Sembrador de la Vida. Siempre. Y en su Amor. Sin límite.
  • Me comprometo:  «si el grano de trigo no cae en tierra y muere, queda infecundo; pero si muere, da mucho fruto». Vive esta realidad pasando por la muerte a tus gustos, preferencias, reivindicar la razón ante tu familia y amigos,…. y deja que el «grano» del amor crezca y dé vida. Plantéate si estás dispuesto a «morir» a tus gustos y preferencias para poder servir a otros. «El que quiera servirme, que me siga, y donde esté yo, allí también estará mi servidor» Busca la manera de servir a los demás, no desde una simple ONG, sino desde Jesús. Allí estará también Jesús. Prepárate para acompañar a Jesús en su Pasión y en su Resurrección por medio de la Eucaristía. Dedica algún momento de tu oración para agradecer a Dios el que te haya salvado con su muerte y resurrección. En tu realidad de cada día, ve a Jesús en el rostro de los más pobres, ve a Jesús en medio del arduo trabajo de cada día, ve a Jesús en… Queremos ver a Jesús… Ayuda a la gente que te rodea para que ellos también quieran ver a Jesús. Sé puente entre ellos y Jesús. Se tú como Felipe y Andrés y ponlos en comunicación con Jesús.
  • Si el grano de trigo… muere, da mucho fruto. ¿Qué tiene que morir en ti para que se manifieste la Vida de Jesús?
2. Aprende y colorea:
3. Ve el vídeo "Vivir para dar fruto" Después coméntalo con tus padres y catequistas:
4. Realiza el puzzle: 
 Cantamos "Nadie te ama como yo"
¡DONDE YO ESTÉ 
TAMBIÉN ESTARÁ
MI SERVIDOR!

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