PRIMERA LECTURA: “Quienes buscan la sabiduría la encuentran” (Sabiduría 6, 12-16) SALMO: “Mi alma está sedienta de Ti, Señor, Dios mío” (Salmo 62) SEGUNDA LECTURA: "Dios, llevará con Él, por medio de Jesús, a los que han muerto” (1 Tesalonicenses 4, 13-18) EVANGELIO: “Que llega el esposo, salid a recibirlo” (Mateo 25, 1-13) AQUÍ.
Jesús en este Evangelio presenta esta parábola a sus discípulos que se refiere a las costumbres de su tiempo. El mensaje de las jóvenes que esperan al esposo para entrar al banquete de bodas. Cinco son previsoras, se llevan aceite de sobra, por si el de la lámpara no alcanza y cinco son descuidadas, no se preocupan de mantener las lámparas encendidas. Todas se duermen pero al anuncio de la llegada del esposo las lámparas de las descuidadas se están apagando y ¿Qué pasa? Que sólo entran a la fiesta las que llevan las lámparas encendidas.
Jesús resucitó al tercer día y volverá al final de los tiempos. Jesús les quería explicar cómo deberían ser porque llegará el fin del mundo y hay que estar preparados porque no sabemos cuando vendrá.
PARA VIVIR:
Cada uno/a debe responder por su propia luz. La luz es la fe que debe estar siempre encendida como una lámpara. Si cuando llegue Jesús a llamarnos para el Banquete del Reino, hemos sido previsores, pasaremos con él a la fiesta. No dejemos que nuestra fe, nuestro amor a Jesús y a los hermanos se apaguen nunca.
ORACIÓN:
Querido amigo Jesús,
Gracias
ACTIVIDADES:
1. Lee o ve de nuevo el Evangelio. Después comenta con tus padres y catequistas las siguientes cuestiones:
- Contesta: ¿Qué les pasó a las jóvenes que esperaban al esposo? ¿Por qué las previsoras no dieron aceite a las descuidadas? ¿Qué conclusión hizo Jesús, cuando la puerta del banquete se cerró?
- En tiempos de Jesús había otras costumbres: El novio le pedía la mano de la chica a su padre y si los dos decían que sí, el chico se iba para prepararse y tenerlo todo listo para la boda. Se despedía de la chica sin decirle cuando la iría a buscar. Él podía hacer esto en cualquier momento. Era costumbre para una novia mantener una lámpara, el velo y sus otras cosas al lado de su cama.Sus damas de honor también estaban esperando y tenían que tener listo el aceite de sus lámparas. Cuando el novio y sus amigos se acercaban a la casa de la novia daban un grito para hacerle saber que había llegado el momento y que todo estaba listo.
- Y es muy triste presentarse con las manos vacías ante Dios-Esposo, que nos espera con ilusión, y que por nuestra culpa, sus sueños quedan frustrados. Todas fueron llamadas por Jesús al banquete de bodas. Pero no todas entraron. Sólo aquellas que tomaron el aceite para las lámparas. No basta decir: soy cristiano, soy sacerdote, soy religiosa, soy… Hay que llevar el aceite del amor para salir al encuentro del esposo. (Papa Francisco)
- El Esposo es el Señor y el tiempo de espera de su llegada es el tiempo que Él nos da, a todos nosotros, con misericordia y paciencia, antes de su venida final; es un tiempo de vigilancia; tiempo en el que debemos tener encendidas las lámparas de la fe, de la esperanza y de la caridad; tiempo de tener abierto el corazón al bien, a la belleza y a la verdad; tiempo para vivir según Dios, pues no sabemos ni el día ni la hora del retorno de Cristo. Lo que Jesús nos pide es que estemos preparados para el encuentro, un encuentro bello, el encuentro con Jesús, que significa saber ver los signos de su presencia, tener viva nuestra fe, con la oración, con los Sacramentos, estar vigilantes para no adormecernos, para no olvidarnos de Dios. (Papa Francisco)
- Cada uno tiene su luz, en cada uno Dios ha dejado una luz particular, una luz que le hace ser él mismo. Por eso, en el Reino de los cielos cada uno tiene que ser él mismo. Unas luces son más fuertes, otras más débiles, otras cambian constantemente… Y así podemos encontrar un sinfín de luces tantas como personas. Cada uno tiene que cuidar y dar cuentas de esa luz que recibió. Porque esa lámpara que Dios nos ha dado la tenemos que poner en el candelabro. Y puede que a veces no me guste mi lámpara, no me guste mi luz o gaste mi aceite. Puede que a veces utilice mis cualidades para presumir o a veces quiera ocultar esa luz, esas virtudes o defectos. Incluso a veces no quiero mi lámpara…Y siempre estoy queriendo la vela o el aceite de los otros. (Papa Francisco)
- Compromiso: Seamos como las doncellas sensatas y prudentes del Evangelio: espabilados, despiertos, atentos a que nunca en nuestra vida falte el aceite, la conexión con Cristo. Así podremos iluminar. De Jesús nos viene y a su servicio estamos. Que nuestra oración, nuestra manera de relacionarnos con los demás, nuestro compromiso, nuestro trabajo, nuestra solidaridad estén en contacto con el único que da sentido a nuestra vida: Jesús. ¡Llena tu lámpara!
- A lo largo de esta semana haz lo que te dice Jesús: llena tu corazón con el aceite de las obras de Misericordia. Serás una luz para tus hermanos y amigos. Sé que a veces es difícil pero Yo te voy a ayudar. Ya verás como cada vez te será más fácil perdonar y ser generoso. ¡Te quiero mucho!
Cantamos "En Ti"
¡AYÚDAME SEÑOR
A ESTAR PREPARADA/O,
PARA ENTRAR
A LA FIESTA DE TU REINO!
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