PRIMERA LECTURA: “Preparará el Señor un festín, y enjugará las lágrimas de todos los rostros” (Isaías 25, 6-10a). SALMO: “Habitaré en la casa del Señor por años sin término” (Salmo 22). SEGUNDA LECTURA: "Todo lo puedo en aquel que me conforta” (Filipenses 4, 12-14.19-20). EVANGELIO: “A todos los que encontréis, llamadlos a la boda” (Mateo 22, 1-14). AQUÍ.
Os dejamos el vídeo del Evangelio:MEDITACIÓN:
El Reino de los cielos se parece a un banquete de bodas. Es una gran fiesta de alegría y amor. Jesús nos recuerda sobre la manera de entrar al Reino de los Cielos y la elección soberana de un rey que determina como Cristianos, estamos llamados a adorar a ese Rey soberano, quien nos invitó a las bodas de Su hijo, por el beneplácito de Su voluntad. Es un rey que escoge soberanamente.
PARA LA VIDA: Todos estamos invitados al gran banquete que se celebrará en el cielo. Mientras vivamos con un corazón lleno de alegría y amor y como cristianos seguidores de Jesús tengamos actitudes de fraternidad hacia los demás.
ORACIÓN:
Querido Jesús:
queremos ser tus amigos de verdad.
Fortalece y anima el corazón
de los misioneros y misioneras
que están por todo el mundo
llevando tu mensaje de amor,
tu invitación a participar
en el banquete de tu Reino.
Que haya muchas respuestas
a esa invitación tuya.
Ayúdanos a decirte siempre que sí,
como lo hizo tu Madre, la Virgen María. Amén.
ACTIVIDADES:
1. Lee o ve de nuevo el Evangelio y después comenta a con tus padres y catequistas las siguientes cuestiones:
- Contesta: ¿A qué compara Jesús el Reino de los cielos, en el Evangelio que escuchamos? ¿Quiénes son esos invitados al banquete que no quisieron ir? ¿Qué significa el traje de fiesta para asistir al banquete del Reino?
- Diversas reacciones de invitados: Contempla como Jesús entendió su vida entera como una gran invitación a una fiesta final en nombre de Dios. Por eso, Jesús no impone nada a la fuerza, no presiona a nadie. Anuncia la Buena Noticia de Dios, despierta la confianza en el Padre, enciende en los corazones la esperanza. A todos les ha de llegar su invitación.
- Cambiar de vestido-conversión, requiere cambiar de mentalidad, sentir la alegría y la confianza de saberse hijos e hijas del Padre y llevar el estilo de vida, en medio de las alegrías y tristezas, salud o enfermedad, gozos o dificultades, que Jesús nos enseña con su vida.
- Ora y observa: comprueba en tu vida que «Dios es bueno con nosotros, nos ofrece gratuitamente su amistad, nos ofrece gratuitamente su alegría, su salvación, pero muchas veces no acogemos sus dones, ponemos en primer lugar nuestras preocupaciones materiales, nuestros intereses; e incluso cuando el Señor nos llama, muchas veces parece que nos da fastidio».
- Compromiso: Seguro que en muchas ocasiones te has sentido llamado al gran banquete del Señor. Te invito a renovar tu «ropa interior». Es hora de hacer una «buena limpieza» (confesión) para sentarte a la gran mesa de la Eucaristía.
Entre los invitados, unos «no quisieron ir». Otros «no hicieron caso». Les importan más sus tierras y negocios. Y tú, ¿Cómo estás viviendo eso que el Señor quiere de ti?, ¿Tus actitudes se corresponden a lo que el Señor quiere? ¿Le dices SÍ al Señor, en todo lo que haces? ¿Cómo es la invitación de Dios en tu vida? ¿Quién te la anuncia? ¿La escuchas, la acoges..?
Cuida de no estar satisfecho con tu bienestar, atento solo a tus intereses inmediatos y vivir como si ya no necesitaras de Dios.
¿Cómo acoges y respondes ante «los dramas y las esperanzas de muchos hermanos y hermanas nuestros, excluidos, débiles, rechazados, despreciados, también los que son perseguidos a causa de la fe»?
Interioriza el mensaje de esta parábola. Tal vez sea éste un momento propicio para examinar tus ataduras, los vínculos que te sujetan, las trabas que te encadenan y te impiden responder a la llamada de Jesús. Cuestiónate ante el Señor y respóndete, ¿Cómo quieres la amistad con Él sin cambiar el traje de tu vida? ¿Cómo ser libre del pasado sin aceptar tu realidad de cada día, tus encuentros y desencuentros con el Señor, con los hermanos, tus demoras en el servicio…? ¿Cómo proclamar le justicia y luchar contra la violencia si muchas veces tu silencio es aprobación de las mismas?
La Iglesia es la casa de la amistad |
Siéntete invitado por el Señor para salir a los cruces de los caminos y llevar el mensaje en nombre de Jesús, que le invita a participar de su mesa, en la Eucaristía. Busca en nombre del Señor a los que cada domingo, se sienten invitados a la Eucaristía, pero los afanes de la vida les impide asistir. Ayúdales a descubrir el auténtico «banquete» de la Eucaristía.
Quizás conozcas a personas que se sienten solas, porque nadie quiere acompañarles en su «mesa del dolor», «de la enfermedad»… llévales el amor de Jesús a esa persona que está necesitada de compañía, de consuelo, de amor…
Analiza qué actitudes te faltan para completar el traje adecuado para el Banquete.
Transmite con tu vida la acogida, la alegría, la fiesta, la ternura, el amor… de Dios.
3. Ve el Vídeo "El mejor vestido" y coméntalo con tus padres y catequistas:4. Realiza el puzzle:
Cantamos "La Historia de Cristo"
¡SIENTE LA ACOGIDA,
LA ALEGRÍA, LA TERNURA...
EL AMOR DE DIOS
Y LLÉVALA CON TU VIDA
A LOS DEMÁS!
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