PRIMERA LECTURA: “Te alimentó con el maná, que tú no conocías ni conocieron tus padres” (Deuteronomio 8, 2-3.14b-16a)
SALMO: “Glorifica al Señor, Jerusalén” (Salmo 147)
SEGUNDA LECTURA: “El pan es uno; nosotros, siendo muchos, formamos un solo cuerpo” (1 Corintios 10, 16-17)
EVANGELIO: “Mi carne es verdadera comida, y mi sangre es verdadera bebida” (Juan 6, 51-58). AQUÍ.
Este domingo celebramos la fiesta del Santísimo Cuerpo y Sangre de Cristo.
El origen de esta festividad se remonta a la Edad Media, a principios del siglo XVIII. Juliana de Mont, una religiosa que pertenecía a la Abadía de Cornillón, dedicó buena parte de su vida a promover el homenaje al sacrificio de Jesús. El Corpus Christi se celebró por primera vez en el año 1246 en la diócesis de Leija, en Bélgica.
En el año 1263 tuvo lugar el conocido como «milagro de Bolsena». Un sacerdote tenía serias dudas acerca de si Jesús realmente estaba presente en la eucaristía, pero un día al romper la hostia consagrada, brotó sangre de ella.
En el año 1264, el papa Urbano IV declaró que el Corpus Christi se celebrara el 8 de septiembre.
Os dejamos el Evangelio a continuación: MEDITAMOS:
JESÚS ES EL ALIMENTO QUE DA LA VIDA
QUE DURA PARA SIEMPRE
Juan está haciendo alusión a Jesús y a su misión en la tierra y con la gente, que es restaurar y dar la vida. Jesús nos da toda su vida como alimento. La da a sus discípulos. Y nos la da a nosotros. El pan que nos da es toda su vida, que nos comparte para que podamos alimentarnos de ella y vivir en comunión.
PARA LA VIDA: Lo mismo que Jesús es alimento para todos nosotros, cada uno de nosotros debemos de ser alimento para todos los demás. Lo que recibimos de Jesús no es para tenerlo dentro de nosotros y ya está. Los cristianos tenemos la misión de dar a los demás lo mismo que recibimos de Dios. Esa es nuestra tarea, esa es nuestra misión. Y lo mejor de todo es que es una tarea que nos gusta y que disfrutamos siendo alimento para los demás.
Y en cambio, la Eucaristía, es el mayor TESORO de los cristianos, la cumbre y la expresión de unas vidas, las nuestras, que buscan identificarse con Jesús. No puede ser un rito vacío, tedioso y rutinario.
El pan que nos ofrece Jesús, es Él mismo. Sólo comiéndolo podremos tener VIDA para siempre. Uniéndose a nosotros, a nuestra debilidad, Jesús se transforma en nuestro pan para que también nosotros seamos pan para los demás.
Gracias Jesús
por quedarte en el pan de la Eucaristía
que nos da la vida que dura para siempre.
Gracias por hacerte pan para nosotros
y querer que seamos pan para los demás. Amén.
Cantamos "Pange lingua"
ACTIVIDADES:
1. Lee o ve de nuevo el Evangelio. Después comenta con tus padres y catequistas las siguientes cuestiones:
- Somos cristianos: piensa en personas de tu barrio o pueblo para quienes los cristianos son verdadero alimento como dice Jesús. ¿Cómo podemos ayudarlos?
- La mente puede tener preguntas acerca de lo que Jesús dice, pero mis oraciones me llevan a escucharle a Él, corazón a corazón. El me guía a agradecer la cercanía desde la cual el me llama.
- ‘Come’, ‘Vive’, y ‘Cumple’ son todas palabra que pertenecen al hogar. Jesús me invita a traerle lo que en mi vida esté inquieto, fuera de lugar y que pueda encontrar su hogar en El.
- Todos estamos invitados al banquete divino: lo que importa es que cada uno de nosotros profundicemos nuestra relación con Jesús. Comer su carne y tomar su sangre no es una invitación al canibalismo, como temían los judíos. En cambio, en la Eucaristía, al pan y al vino se les da un nuevo significado, profundo e impresionante: se transforman en la propia persona de Jesús.
- En la Eucaristía profundizamos nuestra relación con Jesús, no mecánicamente pero haciéndonos más y más semejantes a Él a través de los años. Encontramos a Dios de esta manera misteriosa: Dios se nos da a sí mismo y nosotros tratamos de moldear nuestras vidas en un regalo de amor a Dios. En el cielo no habrá Eucaristía como la conocemos, porque nuestra unión con Dios en ese momento será completa.
- En hebreo, la expresión “carne y sangre” significa todo el ser. La realidad de la Presencia de Cristo en la Eucaristía está más allá de nuestra comprensión. No se nos pide que la entendamos, sino que la experimentemos.
- “Moren en Mí” es una frase que Jesús utiliza una y otra vez. Nos invita a recibirlo en nuestro ser interior, y llegar a ser uno con Él. Entonces tendremos vida verdadera.
- «Comer su carne» significa aceptar, asumir, formar parte de todas estas cosas que acabamos de apuntar. Significa también que nos vamos transformando en Cristo, en Cuerpo y Carne suya («ya no soy yo el que vive, sino Cristo que vive en mí»). Significa que aceptamos ser también nosotros pan que se entrega para que otros se alimenten. Haced «esto» en memoria mía. Significa que aceptamos la entrega y el sacrificio (=sangre) por amor como estilo de vida. Significa que estamos «en proceso» de Resurrección por estar unidos a él. ¿Cómo vivo la eucaristía en mi vida? Aunque no pueda ir a misa todos los días o los domingos, mi vida debe ser eucaristía. ¿Cómo alcanzar este objetivo?
3. Para los más pequeños "La fiesta del Cuerpo y la Sangre de Cristi"4. Realiza cliqueando la imagen:
5. Ve el siguiente vídeo "Caridad y justicia" Después coméntalo con tus padres y catequistas: 6. Realiza el puzzle:
Cantamos "Eucaristía"
¡JESÚS EUCARISTÍA
ES EL PAN QUE DA LA VIDA
QUE DURA PARA SIEMPRE!
No hay comentarios:
Publicar un comentario