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MEDITAMOS: "La pesca milagrosa" En este pasaje, se nos cuenta cómo logró conquistar a Pedro -Cristo va guiando a sus amigos hacia la conversión-
El apóstol San Pedro, antes de conocer al Señor, era Simón el pescador. Un hombre recio, acostumbrado a la dura tarea de la pesca. Seguramente era uno de los más importantes del negocio y uno de los más respetados, debido a su carácter fuerte. Jesús se acercó a él, se subió a una de las barcas y le pidió que se alejara un poco para poder predicar a la muchedumbre. Pedro estaba pendiente del timón y de los remos, quizás sin escuchar las palabras del Señor.
Pero luego, Jesús le miró y le dijo que fuera mar adentro, a pescar. Simón se extrañó. ¿Pero cómo? ¿No sabe éste que yo soy un profesional? Si no he pescado nada durante la noche, ¿Cómo voy a hacerlo a pleno día? Sin embargo, le dijo: Lo haré porque tú me lo pides (Jesús esperaba esta muestra de humildad por parte de Pedro, el impetuoso). Fue entonces cuando se obró el milagro. “Y pescaron gran cantidad de peces”. Al ver lo sucedido, Pedro se olvidó de la pesca y cayó de rodillas ante Jesús. El Señor sabía muy bien cómo ganárselo, con amabilidad, sin recriminaciones. Y luego le dijo: "No temas, desde ahora serás pescador de hombres".
PARA VIVIR: El Evangelio de hoy nos enseña que el Señor siempre nos ve, Él sabe cuáles son nuestras necesidades, nuestros temores, Él sabe cuándo nos hemos alejado de la comunión con su palabra. Y nos dice una vez más: ve, echa nuevamente las redes y pesca, pero ahora en mi nombre. Y es que para pescar.... primero ser "pescados" por Jesús, así estaremos siempre atentos a las redes de la solidaridad, las redes de ayuda a los más necesitados, de los que sufren...
ORACIÓN:
Gracias Señor
por querer ser mi amigo siempre.
quiero perseverar con alegría y esperanza
al servicio de los que me necesitan.
Ayúdame a confiar siempre en tí Señor.
No te alejes de mi Señor,
porque yo soy una persona pecadora
y necesito mucho de Tí. Amén.
Cantamos Jesús me ama
ACTIVIDADES:
1. Lee o ve de nuevo el Evangelio de Lucas y después comenta con tus padres y catequistas:
- Pedro piensa que sabe más que Jesús. ¿Hay ocasiones en que creo que mi vida debía ser diferente que la vida de los demás; que Dios debería haber ordenado las cosas en distinta forma?
- “No temas”. ¿A qué temo en este momento? Habla con Jesús sobre estos temores.
- “Lo dejaron todo y lo siguieron” ¿Qué he dejado atrás por seguir a Jesús? ¿Qué encuentro difícil dejar en este momento, para seguirlo más cerca?
- Dios utiliza las experiencias de vida cotidianas, para atraer las personas hacia Él. Las puertas del cielo están siempre abiertas, para todos. ¿Por qué entonces podría volverme desesperanzado sobre personas – quizás algunas de mi familia – que no practican su religión?
- ¿No vivimos tiempos apasionantes? Las Iglesias deberían cambiar sus pieles, volverse humildes y crecer en la Gracia. Deberían liberarse para celebrar el Dios de los nuevos comienzos. Señor, a tu Palabra yo dejaré caer las redes en la aguas profundas de nuestras vidas.
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