Santa Clara enfrentó a los soldados musulmanes cuando estos intentaban conquistar Asís, Italia, en el año 1240. Ella, orando a la Eucaristía, logró replegarlos a sus territorios.
Os dejamos la historia de Santa Clara:
La historia de la santa narrada por Tomaso da Celano :
“Por orden imperial, los regimientos de soldados sarracenos [musulmanes] y arqueros estaban estacionados allí [en el convento de San Damián, en Asís, Italia], agrupados como abejas, listos para devastar los campamentos y apoderarse de las ciudades.
Una vez, durante un ataque enemigo contra Asís, ciudad amada del Señor, y mientras el ejército se acercaba a las puertas, los feroces sarracenos invadieron San Damián, y entraron en los confines del monasterio e incluso en el mismo claustro de las vírgenes.
Las mujeres se desmayaron aterrorizadas, sus voces temblaban de miedo mientras lloraban a su Madre, Santa Clara.
Santa Clara, con un corazón intrépido, les ordenó que la condujeran, enferma como estaba, al enemigo, precedida por un estuche de plata y marfil en el que el Cuerpo del Santo de los santos [la Eucaristía] se guardaba con gran devoción.
Y postrada ante el Señor, le habló entre lágrimas a su Cristo:
‘Mira, mi Señor, ¿es posible que quieras entregar en manos de paganos a tus indefensas siervas, a quienes he enseñado por amor a ti? Te ruego, Señor, proteja a estas Tus siervas a las que ahora no puedo salvar por mí mismo’.
De repente, una voz como la de un niño resonó en sus oídos desde el tabernáculo: ‘¡Siempre te protegeré!’
‘Mi Señor’, agregó, ‘si es Tu deseo, protege también esta ciudad que es sostenida por Tu amor’.
Cristo respondió: ‘Tendrá que someterse a pruebas, pero será defendido por Mi protección’.
Entonces la virgen, alzando una cara bañada en lágrimas, consoló a las hermanas: ‘Les aseguro, hijas, que no sufrirán maldad; solo tengan fe en Cristo.
Al ver el coraje de las hermanas, los sarracenos tomaron el vuelo y huyeron hacia las paredes que habían escalado, desconcertados por la fuerza de la que rezaba.
Y Clara, inmediatamente, advirtió a aquellos que escucharon la voz de la que hablé arriba, diciéndoles severamente:
‘Tenga cuidado de no contarle a nadie acerca de esa voz mientras todavía estoy viva, queridas hijas’”.
¡Cristo siempre está con nosotros! Recuérdalo cuando recibas la Eucaristía.
ORACIÓN:
Para saber más. Los milagros de Santa Clara.
ACTIVIDADES:
1. Aprende y colorea:
2. Cantamos Estás aquí en la Eucaristía.
¡BENDITO SEA EL SANTÍSIMO
SACRAMENTO DEL ALTAR!
¡SEA POR SIEMPRE
BENDITO Y ALABADO!
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