domingo, 8 de agosto de 2021

JESÚS ES EL PAN VIVO BAJADO DEL CIELO. DOMINGO XIX TO -B





EL QUE COME MI PAN Y BEBE MI SANGRE TIENE VIDA ETERNA


Lee la cita del Evangelio según San Juan 6, 41-52 aquí

También podéis verlo:


Meditamos: "Murmuraban los judíos porque había dicho: Yo soy el pan bajado del cielo", hasta este otro: "El que come este pan, vivirá eternamente"
Cuando nuestro Señor Jesucristo declaró, como hemos oído leer en el evangelio, que El era el pan que descendió del cielo, comenzaron los judíos a murmurar, diciendo: ¿Por ventura éste no es Jesús el hijo de José, cuyo padre y madre nosotros conocemos? ¿Cómo, pues, se atreve El a decir que ha bajado del cielo? ¡Qué lejos estaban éstos del pan del cielo! Ni sabían siquiera qué es tener hambre de El.

Para la vida: Jesús es el pan de vida llega a la tierra con forma de bebé, como uno de los nuestros, pequeño, débil, sin hacerse notar. 
Viene en los brazos del Padre y se convierte en el alimento verdadero para una humanidad que tiene hambre de Dios, de pan, de sentido, de plenitud.
Este pan no  es para los que esperan plenitud en el brillo de lo fugaz y en la superficialidad de lo que no tiene raíz ni fundamento. 
Alimentarnos de Jesús es volver a lo más simple y más auténtico de su Evangelio; interiorizar sus actitudes más básicas y esenciales; encender en nosotros el instinto de vivir como él; despertar nuestra conciencia de discípulos y seguidores para hacer de él el centro de nuestra vida. Sin cristianos que se alimenten de Jesús, la Iglesia languidece sin remedio.
ORACIÓN:
Gracias Señor,
Por quedarte con nosotros 
en el Pan de La Eucaristía.
Ayúdanos a escuchar tu Palabra
y a alimentarnos de ese Pan.
Que nos encontremos cada domingo
en el banquete de la Eucaristía,
que necesitemos alimentarnos de tu pan
que nos fortalece, para el camino  de la vida. Amén.
Cantamos Yo le resucitaré

ACTIVIDADES:
1. Lee o ve de nuevo el Evangelio arriba y comenta con tus padres y catequistas:
- El conocimiento que la gente tiene de Jesús los ha hecho escépticos de sus demandas. ¿Está nuestro sentido de admiración y asombro, también embotado por la familiaridad?
- ¿Comprendo que Jesús no es un hombre más, sino que es Dios? ¿Esto me ayuda a reconocer que es posible vivir e imitar la humanidad de Cristo? ¿Lo hago?
- Yo estoy diariamente invitada/o a la mesa de la Eucaristía, a comer el pan de la vida eterna. ¿Me acerco yo a esa mesa con apatía o aceleradamente? 
- ¿Cómo utilizo las facultades que Dios depósito en mí; inteligencia y voluntad? ¿Las uso para llegar a un conocimiento y amor más profundo de Dios, o me pierdo en cuestiones sin sentido?
- ¿Si alguien me preguntara que es para mí creer, que le respondo? ¿Entiendo que creer es la seguridad de llegar a la vida eterna? ¿Existe en mi vida, momentos en que se ocasiona un divorcio entre lo que creo y lo que vivo? ¿Lo reconozco, y busco unir vida y Fe? ¿Lo hago pidiéndole a Dios que me ayude?
- ¿Valoro la Eucaristía? ¿Qué significa para mí “comer” el Pan de Vida? ¿Pienso, y me imagino como sería el mundo sin su presencia encarnación, y presencia eucarística? ¿Soy agradecido/a entonces de este don de Dios que por amor permanece entre nosotros? ¿Respondo acercándome a él, al Sagrario, y a tantos lugares, y personas donde también se hace presente? ¿Cuándo fueron abiertos mis ojos últimamente y cuando fue la última vez que yo reconocí a Jesús al partir el pan?
2. Colorea las que te gusten más

3. Realiza los puzzles:
 Cantamos Jesús amigo
DANOS SIEMPRE DE TU PAN
AYÚDANOS 
A ACERCARNOS 
CON FRECUENCIA A COMER
EL PAN DE LA EUCARISTÍA

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