sábado, 12 de octubre de 2024

EL ÚNICO TESORO ES JESÚS EN MI CORAZÓN. XXVIII DOMINGO TO-B

Lo tenemos todo
si Jesús está en nuestro corazón

 Lecturas misa AQUÍ.

Os dejamos el Evangelio según San Marcos 10, 17-30:
MEDITAMOS: Jesús nos llama a seguirlo
Hoy en el texto del Evangelio, un hombre le preguntó a Jesús qué tenía que hacer para alcanzar la vida eterna. Jesús le dice que cumpla los mandamientos y el hombre responde que desde joven los está cumpliendo. Entonces, Jesús le propone algo muy importante: liberarse de las riquezas; venderlo todo, dar el dinero a los pobres para así tener un tesoro en el cielo y luego, seguir a Jesús. El hombre no fue capaz de renunciar a su dinero y se fue triste. Jesús dijo entonces a sus discípulos que era muy difícil para un rico entrar en el Reino de los Cielos. Los discípulos se asustaron y dijeron que: ¿Quién, entonces podría salvarse? Jesús respondió que es difícil para el hombre pero con la ayuda de Dios se logra porque para Dios todo es posible.
PARA VIVIR:
Las riquezas no son para guardarlas ni para ponerlas en un altar dentro del corazón. Son para compartirlas. Dios-Padre nos regala el aire que respiramos, la naturaleza que disfrutamos, el amor que sentimos, la alegría que nos embarga. ¿Qué hace un rico sin aire, sin la naturaleza, sin amor, sin alegría? Vive una vida triste y con mucho miedo de perder las riquezas, es una persona amarrada, esclavizada. Jesús quiere lo mejor para nosotros y por eso nos propone liberarnos del dinero, del tener, del poder y del placer. Y seguirlo.
Para los más pequeños "El joven rico"
ORACIÓN:
💗Jesús es mi tesoro💗
Señor, 
estamos seguros 
que tu eres el mayor de los tesoros. 
Sin Ti, ¿Qué podemos hacer? 
Te pedimos que limpies nuestro corazón 
de tanta suciedad 
que se va colando por ahí, 
para que te sientas contento con nosotros. 
No nos dejes caer en la tentación 
de amar a las riquezas, a las cosas, 
más que a las personas. Amén.
ACTIVIDADES:
1. Lee o ve de nuevo el Evangelio. Después comenta con tus padres y catequistas las siguientes cuestiones:
  • Contesta: 
    - ¿Qué pregunta le hizo el hombre que se acercó a Jesús?
    - ¿Qué le propuso Jesús al hombre que le hizo la pregunta?
    - ¿Por qué el hombre dejó a Jesús y se fue triste?
    - ¿Qué dijo Jesús respecto de los ricos?
    - ¿Qué promete Jesús a los que lo dejan todo por Él y por el Evangelio?  
  • ReflexiónEn este texto, Jesús realiza una propuesta ambiciosa y desafiante para todo aquél que quiera buscar, construir y realizar el Reino y su justicia: pasar del verbo “ACUMULAR” al verbo “COMPARTIR”.
    Muchas veces, en nuestra vida, vamos acumulando orgullos, riquezas, prestigios, y creemos que la construcción del Reino de Dios pasa pura y exclusivamente por el “cumplir”. Sin embargo, hoy el Señor nos invita a dejar todo tipo de seguridades, salir de nuestra zona de confort, dejar todo y seguirlo.
    El joven rico tuvo miedo, y se perdió en el Evangelio, no volvimos a saber más nada sobre su existencia. Se perdió la Buena Noticia por quedarse abrazado a todo aquello que lo hacía importante y le daba seguridad.
    A partir del mensaje de este texto,
    ¿Cuál es tu meditación, tu reflexión personal?
    ¿Cuál es la invitación que te hace el Señor para seguirlo? ¿Cuál es tu respuesta?   
  • El Papa Francisco:  El Evangelio de hoy se articula en tres escenas, marcadas por tres miradas de Jesús. La primera escena… el encuentro de Jesús con un joven. Él corre hacia Jesús, se arrodilla y lo llama «Maestro bueno». Luego le pregunta: «¿qué haré para heredar la vida eterna?» …«Jesús se lo quedó mirando, lo amó». …le hace una propuesta concreta: dar todos sus bienes a los pobres y seguirlo. Pero ese joven tiene el corazón dividido entre dos dueños: Dios y el dinero, y se va triste. Esto demuestra que no pueden convivir la fe y el apego a las riquezas. Así, al final, el empuje inicial del joven se desvanece en la infelicidad de un seguimiento naufragado. 
    En la segunda escena, el evangelista enfoca los ojos de Jesús y esta vez se trata de una mirada pensativa, de advertencia: …»¡Qué difícil les será entrar en el reino de Dios a los que tienen riquezas»»
    «Entonces, ¿Quién puede salvarse?», Jesús responde con una mirada de aliento —es la tercera mirada— y dice: la salvación, sí, es «imposible para los hombres, no para Dios». Si nos encomendamos al Señor, podemos superar todos los obstáculos que nos impiden seguirlo en el camino de la fe. Encomendarse al Señor. Él nos dará la fuerza, Él nos da la salvación, Él nos acompaña en el camino. 
    Y así hemos llegado a la tercera escena: En verdad os digo que quien deja todo para seguirme tendrá la vida eterna en el futuro y cien veces más ya en el presente. Este «cien veces más» está hecho de las cosas primero poseídas y luego dejadas, pero que se reencuentran multiplicadas hasta el infinito. Nos privamos de los bienes y recibimos en cambio el gozo del verdadero bien; nos liberamos de la esclavitud de las cosas y ganamos la libertad del servicio por amor; renunciamos a poseer y conseguimos la alegría de dar. Lo que Jesús decía: «Hay más dicha en dar que en recibir» 
    El joven no se dejó conquistar por la mirada de amor de Jesús, y así no pudo cambiar. Sólo acogiendo con humilde gratitud el amor del Señor nos liberamos de la seducción de los ídolos y de la ceguera de nuestras ilusiones. El dinero, el placer, el éxito deslumbran, pero luego desilusionan: prometen vida, pero causan muerte. El Señor nos pide el desapego de estas falsas riquezas para entrar en la vida verdadera, la vida plena, auténtica y luminosa. 
    Y yo os pregunto a vosotros… «¿Habéis sentido la mirada de Jesús sobre vosotros? ¿Qué le queréis responder? ¿Preferís dejar esta plaza con la alegría que nos da Jesús o con la tristeza en el corazón que nos ofrece la mundanidad?».
  • Oración:  Señor Jesús, también hoy nosotros te decimos: “¿Qué debo hacer para llegar a tu Reino?” Danos la valentía de los hijos de Dios, para dejar de lado riquezas, honores, orgullos; y con libertad y desde la libertad, amar a todos, sin excluir a nadie, privilegiando a los pobres y los más necesitados. Amén
    Partiendo del mensaje de este texto,
    Sigue tu oración personal
    Amén.   
  • Interiorizamos la Palabra de Dios Una cosa te falta: ve, vende todo y sígueme…” (Repetimos)
    Siguiendo este mensaje...
    ¿Cuál es la palabra o frase o párrafo o actitud que te ayuda a recordar este texto?   
  • Contempla al joven: Se acerca corriendo hacia Jesús y así muestra una cierta urgencia para cambiar su vida, por poseer la vida eterna. Pregunta, busca, se interroga.
    Dice NO al seguimiento. Queda desconcertado por la propuesta de Jesús que rompe sus esquemas. En el fondo no está dispuesto a pasar de hombre que cumple la justicia a hombre que sigue a Jesús en el camino, no está dispuesto a vivir desde lo esencial. Quiere cambiar su vida pero sin dejar lo que para él es valioso.
    Queda frustrado y abatido y se va triste ya que no se arriesga a aceptar la propuesta de radicalidad y esencialidad que le hace Jesús. No escoge el camino de la libertad y la felicidad. 
  • Contempla a Jesús
  1. Que habla de un Dios que es bueno, de un Dios que debe ser el centro de nuestra vida y no puede ser sustituido por nada ni por nadie. Habla de un Dios que lo puede todo, que puede cambiar el corazón de las personas, que puede romper la incapacidad humana, que nos puede hacer comprender que dando se recibe. 
  2. Que mira las personas y las ama. Jesús acoge las inquietudes, las dudas, las incertidumbres, la sorpresa, el desconcierto. Jesús acepta la persona tal como es, no la quiere manipular sino que respeta su libertad. 
  3. Que hace propuestas radicales: «ve, vende cuanto tienes y dáselo a los pobres… Después ven y sígueme». Jesús propone un seguimiento. Concreto y pobre, no idealizado, y conlleva una identificación con Él. Llama a compartir una relación personal, a compartir un tiempo, a hacer camino juntos. No oculta la dificultad y la incomprensión de este camino y anuncia también posibles persecuciones.
Cantamos "Levanto mis manos"
  • Ahora, después de estos dos momentos de contemplación, déjate interpelar por Jesús y comprométete.
  1. Piensa y decídete: ¿Cuáles son las riquezas que no estoy dispuesto a dejar? El protagonismo, la comodidad, la autosuficiencia, la seguridad…? ¿Qué esquemas me rompe hoy Jesús? ¿Qué me desconcierta de su propuesta?
  2. ¿Cómo es mi seguimiento de Jesús? ¿Qué dificultades me supone? ¿Qué experiencias me aporta? ¿Cómo acerco a los jóvenes al seguimiento de Jesús? ¿Cómo planteo el seguimiento de Jesús en mi acción pastoral?
  3. Proponte realizar cualquier tipo de despojo (dinero, comida, tiempo), y se lo daré a algún hermano que esté necesitado de ello. Así, ligero de equipaje, podré seguir al Señor que me invita a acompañarlo.  
  4. Cumplir los mandamientos
    Analiza y replantéate tu seguimiento a Jesús. ¿Qué respuesta estás dando ante una sociedad en crisis? ¿Estás dispuesto/a a vivir más austeramente, a compartir?
  5. Quizás seamos como el joven del evangelio. Cumplimos los mandamientos, somos buenos, fieles cumplidores de las normas y preceptos, pero estamos vacíos, porque nos falta lo principal: amar a Jesús y amar al prójimo.
  6. Para llegar un día a la vida eterna, debemos ser desprendidos, generosos, vivir la caridad y aceptar la invitación de Jesús, prescindir de nuestras seguridades materiales para lanzarnos a una aventura fascinante: hallar a Jesús y la vida nueva.
  7. Da gracias a Jesús por su presencia constante en tu vida y la llamada que te ha hecho a seguirlo. Pídele el coraje de vivir el seguimiento desde la profundidad, la autenticidad y la generosidad. Tus bienes, tus talentos, tus capacidades son de Dios que Él te ha concedido. Agradécelos y ponlos al servicio de los demás sin regateos.
  8. En tu oración pide a la Virgen María que te ayude a abrir el corazón al amor de Jesús, a la mirada de Jesús, el único que puede colmar tu sed de felicidad.
  9. Jesús le dice ««Una cosa te falta: anda, vende lo que tienes, dáselo a los pobres, así tendrás un tesoro en el cielo, y luego ven y sígueme»». Ponte en camino y deja todo lo que te aparta del amor de Dios.
  10. Jesús les dijo: «Es imposible para los hombres, no para Dios. Dios lo puede todo». Pon la confianza no en ti, sino en la Gracia de Dios, que todo lo puede.
2. Aprende y colorea:
3. Ve el vídeo "Desprenderse" Después coméntalo con tus padres y catequistas:
4. Realiza el puzzle:
Cantamos "Nada es imposible para Dios"
¡SEÑOR, QUIERO 
ANUNCIAR TU PALABRA,
  CONSTRUIR TU REINO!

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