domingo, 2 de junio de 2024

ESTO ES MI CUERPO, ESTA ES MI SANGRE. CORPUS CHRISTI 2024

 

Lecturas Misa. Aquí

Os dejamos el Evangelio de San Marcos 14, 12-16. 22-26

MEDITAMOS
JESÚS FUENTE DE NUESTRA VIDA

Hoy es La Solemnidad del Cuerpo y la Sangre de Cristo. Celebrar esta fiesta es celebrar que Jesús se queda con nosotros para siempre y siempre se hace presente en los dones del pan y del vino. 
En todas nuestras parroquias, en estos días, se está celebrando la Primera Comunión de muchos niños/as, la primera vez que muchos niños/as reciben el Cuerpo y la Sangre de Cristo. Y nos quedamos tristes, porque son muchos los niños y niñas que después de la Primera Comunión no suelen aparecer por la parroquia. Es un reto importante para toda la Iglesia conseguir que las personas reciban a Cristo no sólo un día, sino durante toda su vida. Y también que cuando comulgamos cada uno de nosotros seamos siempre conscientes de que recibimos a Jesús, fuente de nuestra vida.
En la Procesión del Cuerpo y la Sangre de Cristo
mostramos por la calle que Jesús se ha quedado
con nosotros en el Pan de la Eucaristía.
PARA LA VIDA:
Jesús me dice:
¡Te espero en el sagrario!
¡Te espero siempre en la Eucaristía!
Quiero alimentar tu alma y hacerte fuerte para amar.
Acude al confesonario. A través del sacerdote te digo lo que tienes que hacer para ser curado. Ten fe y confía.
Para los pequeños Corpus Christi:

Hoy es el día de la caridad, DÍA DE CÁRITAS con el lema ALLÍ DONDE NOS NECESITAS, ABRIMOS CAMINOS DE ESPERANZA .
Dar de comer es una de las obras de misericordia que Jesús nos enseñó. Esta obra de caridad la llevó a cabo hasta la expresión máxima, Jesús, el alimento de los débiles y de los mediocres, quiere ser comido por todos.
Hoy Jesús quiere que nosotros le ayudemos en sus necesidades al mundo. En cada Eucaristía, Cristo se parte y nos pide que nos partamos con él, para ser  sustento, fortaleza y presencia de su CARIDAD en nuestra sociedad.
ORACIÓN:
Querido Jesús, 
gracias por quedarte en la Eucaristía,
eres quien me reconforta
cuando caigo en el camino,
quien me ayuda a quitar los obstáculos
y las asperezas
que me quieren alejar del camino a la santidad.
Ayúdame a nunca «acostumbrarme»
a este milagro de amor.
Cantamos "Eucaristía"
ACTIVIDADES:
1. Lee o ve de nuevo el Evangelio. Después comenta con tus padres las siguientes cuestiones:
  • Contesta: -¿A quién dirige su discurso Jesús? -¿Con qué se compara el mismo Jesús -¿Por qué dice que Él es el Pan de Vida? -¿Cuál es la relación entre el Pan y la carne de Jesús? -¿Qué sucede con quien come el cuerpo y bebe la sangre del Señor? -¿Cuál es la relación con quien come el pan y la vida para siempre? 
  • Marcos 14,12-16: Preparación de la Cena Pascual. En total contraste con la discípula anónima que ungió a Jesús, Judas, uno de los doce, decide traicionarlo y conspiró con los enemigos que le prometieron dinero (Mc 24,10-12). Jesús sabe que será traicionado. Pero aún así, trata de fraternizar con los discípulos en la última cena. Seguramente que han gastado mucho dinero para alquilar “aquella sala grande, al piso superior, con tapetes” (Mc 14,15). Además, siendo la noche de pascua, la ciudad está que rebosa de gente que está de paso. Por lo que la población se triplicaba. Era difícil encontrar una sala para reunirse. En la noche de Pascua, las familias llegadas de todas las partes del país, cargaban su propio cordero para ser sacrificado en el templo, y luego, cada familia en una celebración íntima y muy familiar en casa, celebraban la Cena Pascual y comían el cordero.
    La celebración de la Cena Pascual estaba presidida por el padre de familia. Por esto Jesús presidía la ceremonia y celebraba la pascua junto a sus discípulos, su nueva “familia” (cf. Mc 3,33-35). Aquella “sala grande al piso superior” quedó en la memoria de los primeros cristianos como el lugar de la primera eucaristía. Es allí donde se reúnen después de la Ascensión del Señor Jesús (Act 1,13) y allí estaban reunidos cuando descendió el Espíritu Santo en el día de Pentecostés (Act 2,1). Pudo ser la sala donde se reunían para rezar durante la persecución (Act 4,23.31) y donde Pedro los encontró después de su liberación (Act 12,12). La memoria es concreta, ligada a los tiempos y lugares de la vida.
    Marcos 14,22-26: La Eucaristía: el gesto supremo de amor. El último encuentro de Jesús con los discípulos se desarrolla en el ambiente solemne de la tradicional celebración de Pascua. El contraste es muy grande. Por un lado, los discípulos, que se sienten inseguros y no entienden nada de lo que sucede. Por otro lado, Jesús tranquilo y señor de la situación, que preside la cena y realiza el gesto de partir el pan, invitando a los amigos a tomar su cuerpo y su sangre. Él hace aquello por lo que siempre oró: dar su vida a fin de que sus amigos pudiesen vivir. Y este es el sentido profundo de la Eucaristía: aprender de Jesús a distribuirse, a darse, sin miedo de las fuerzas que amenazan la vida. Porque la vida es más fuerte que la muerte. La fe en la resurrección anula el poder de la muerte.
  • La fiesta del Corpus Christi nos pone cerca del corazón, de nuestro corazón, para alcanzar el Corazón de Dios que se entrega, partido y repartido, en la Eucaristía. En este ejercicio, diálogo entre corazones, se genera en nosotros la dinámica del compartir. Damos porque hemos recibido. Damos porque hemos acogido el misterio del Amor y queremos amar. La mejor manera de amar compartir. Compartir el pan, compartir el tiempo, compartir la escucha, compartir el silencio, compartir la alegría… Hemos acogido al Señor en la intimidad del corazón. Él nos ha revolucionado para ser cuerpos “eucarísticos” que se entregan y se comparten. Ahora contemplemos a los que verdaderamente custodian a Cristo-Eucaristía. Los pobres son sacramento del encuentro con Jesús. Su verdadera custodia. Dejémonos interpelar por este misterio santo. 
  • La celebración de la Pascua en tiempos de Jesús. La Pascua era la fiesta principal de los judíos. En ella se conmemoraba la liberación de la esclavitud de Egipto, que se encuentra a los orígenes del pueblo de Dios. Pero más que una simple memoria del Éxodo, la Pascua era una puerta que se abría de nuevo cada año, a fin de que todas las generaciones pudiesen tener acceso a aquella acción liberadora de Dios que, en el pasado, había generado el pueblo. Mediante la celebración de la Pascua, cada generación, cada persona, bebían de la misma fuente de la que habían bebido los padres en el pasado, al ser liberados de la esclavitud de Egipto. La celebración era como un renacimiento anual.
    En tiempo de Jesús, la celebración de la Pascua se hacía de modo tal que los participantes pudiesen recorrer el mismo camino que fue recorrido por el pueblo, después de la liberación de Egipto. Para que esto pudiese suceder, la celebración se desarrollaba con muchos símbolos: hierbas amargas, cordero mal asado, pan sin levadura, cáliz de vino y otros. Durante la celebración, el hijo menor debía preguntar al padre: “Papá, ¿por qué esta noche es diversa de las otras?¿Por qué comemos hierbas amargas? ¿Por qué el cordero está a medio asar?¿Por qué el pan no tiene levadura?” Y el padre respondía, narrando con libertad los hechos del pasado: “Las hierbas amargas nos permiten experimentar la dureza y amargura de la esclavitud. El cordero mal cocinado evoca la rapidez de la acción divina que libera al pueblo. El pan no fermentado indica la necesidad de renovación y de conversión constante. Recuerda también la falta de tiempo para preparar todo, siendo como es muy rápida la acción divina”. Este modo de celebrar la Pascua, presidida por el padre de familia, daba libertad y creatividad al presidente en el modo de conducir la celebración.
    Eucaristía: La Pascua celebrada por Jesús en la Última Cena. Fue con la intención de celebrar la Pascua de los judíos, cuando Jesús a la vigilia de su muerte, se reunió con sus discípulos. Era su último encuentro con ellos. Por esto lo llamamos encuentro de la “Última Cena” (Mc 14,22-26; Mt 26, 26-29; Lc 22,14-20). Muchos aspectos de la Pascua de los judíos continúan siendo válidos para la celebración de la Pascua de Jesús y son el fondo. Ayudan a entender toda la portada de la Eucaristía.
    Aprovechando de la libertad que el ritual le daba, Jesús dio un nuevo significado a los símbolos del pan y del vino. Cuando distribuye el pan, dice: “Tomad y comed, esto es mi cuerpo entregado por vosotros” Cuando distribuye el cáliz con el vino, dice: “Tomad y bebed, ésta es mi sangre derramada por vosotros y por todos”. Y finalmente, sabiendo que se trataba del último encuentro, la “última cena”, Jesús dice: “Ya no beberé más del fruto de la vid hasta el día en el que lo beberé de nuevo en el reino de Dios”. (Mc 14,25). De este modo Él unía su dedicación, simbolizada en el pan partido y compartido, a la utopía del Reino.
    Eucaristía quiere decir celebrar la memoria de Jesús que da su vida por nosotros, a fin de que nos sea posible vivir en Dios y tener acceso al Padre. He aquí el sentido profundo de la Eucaristía: hacer presente en medio de nosotros y experimentar en la propia vida, la experiencia de Jesús que se da, muriendo y resucitando.
    La celebración de la Eucaristía por parte de los primeros cristianos. No siempre los cristianos han conseguido mantener este ideal de la Eucaristía. En los años cincuenta, Pablo critica a la comunidad de Corinto por que cuando celebraban la cena del Señor hacían exactamente lo contrario, porque algunos comen primero su cena y así uno tiene hambre, el otro está borracho (1Cor 11,20-22). Celebrar la Eucaristía como memorial de Jesús quiere decir asumir el proyecto de Jesús. Quiere decir asimilar el proyecto de Jesús. Quiere decir imitar su vida compartida, puesta completamente al servicio de la vida de los pobres.
    Al final del primer siglo, el evangelio de Juan, en vez de describir el rito de la Eucaristía, describe cómo Jesús se arrodilla para cumplir el servicio más común en aquel tiempo: lavar los pies. Al término de aquel servicio, Jesús no dice: “Haced esto en memoria mía” (como en la institución de la Eucaristía en Lc 22,19; 1Cor 11,24), sino que dice: “Haced lo que yo he hecho” (Jn 13,15). En vez de ordenar que se repita el rito, el evangelio de Juan pide actitudes de vida que mantenga viva la memoria del don sin límite que Jesús hace de sí mismo. Los cristianos de la comunidad de Juan sentían la necesidad de insistir más en el significado de la Eucaristía como servicio, que del rito en sí. 
  • Reflexión Papa Francisco: La última Cena representa el punto de llegada de toda la vida de Cristo. No es solamente anticipación de su sacrificio que se realizará en la cruz, sino también síntesis de una existencia entregada por la salvación de toda la humanidad. Por lo tanto, no basta afirmar que en la Eucaristía Jesús está presente, sino que es necesario ver en ella la presencia de una vida donada y participar de ella. Cuando tomamos y comemos ese Pan, somos asociados a la vida de Jesús, entramos en comunión con Él, nos comprometemos a realizar la comunión entre nosotros, a transformar nuestra vida en don, sobre todo a los más pobres. 
    Ciber-apóstol de la Eucaristía
    Su canonización está próxima 
    La fiesta de hoy evoca este mensaje solidario y nos impulsa a acoger la invitación íntima a la conversión y al servicio, al amor y al perdón. Nos estimula a convertirnos, con la vida, en imitadores de lo que celebramos en la liturgia. El Cristo, que nos nutre bajo las especies consagradas del pan y del vino, es el mismo que viene a nuestro encuentro en los acontecimientos cotidianos; está en el pobre que tiende la mano, está en el que sufre e implora ayuda, está en el hermano que pide nuestra disponibilidad y espera nuestra acogida. Está en el niño que no sabe nada de Jesús, de la salvación, que no tiene fe. Está en cada ser humano, también en el más pequeño e indefenso. La Eucaristía, fuente de amor para la vida de la Iglesia, es escuela de caridad y solidaridad.
    Quien se come del Pan de Cristo no puede quedar indiferente ante los que no tienen el pan cotidiano. Y hoy, lo sabemos, es un problema cada vez más grave. (Papa Francisco) ¿Cuándo oyes las palabras de la consagración del sacerdote sobre las especies sagradas, recuerdas que son las mismas pronunciadas por Jesús, que se actualizan en ese mismo momento y lugar? La Eucaristía es sacrificio y entrega de Jesús, y que lo hace también por ti. El Señor nos ha dejado la expresión máxima de su amor, quedándose Él mismo, en las especies del pan y del vino, nos ha dejado la Eucaristía, ¿Cómo estás respondiendo a ese amor? ¿Qué es la Eucaristía para ti?, ¿Qué lugar ocupa en tu fe, en tu vida? ¿Cómo te preparas para recibir al Señor? Que el Señor te encuentre en paz con los hermanos, preocupado por ellos, atendiéndolos, cuidándolos…  
  • Lo reflejo en mi vida: «Reconoced en el pan al mismo que pendió en la cruz; reconoced en el cáliz la sangre que brotó de su costado. Tomad, pues, y comed el cuerpo de Cristo, tomad y bebed su sangre. Sois ya miembros de Cristo. Comed el vínculo que os mantiene unidos, no sea que os disgreguéis; bebed el precio de vuestra redención, no sea que os depreciéis». (Responsorio de la segunda lectura del Oficio de lecturas). Nos disgregamos cuando no somos dóciles a la Palabra del Señor, cuando no vivimos la fraternidad entre nosotros, cuando competimos por ocupar los primeros sitios, cuando no encontramos la valentía de testimoniar la caridad, cuando no somos capaces de dar esperanza. Así nos disgregamos. La Eucaristía nos ayuda a no disgregarnos, porque es vínculo de comunión, es realización de la Alianza, signo vivo del amor de Cristo que se humilló y abajó para que nosotros permaneciésemos unidos. Participando en la Eucaristía y alimentándonos de ella, somos introducidos en un camino que no admite divisiones. El Cristo presente en medio de nosotros, en el signo del pan y del vino, exige que la fuerza del amor supere toda laceración, y al mismo tiempo se convierta en comunión también con el más pobre, apoyo para el débil, atención fraterna hacia quienes luchan por sostener el peso de la vida diaria, y están en peligro de perder la fe.
    ¿Qué significa hoy para nosotros depreciarnos, o sea aguar nuestra dignidad cristiana? Significa dejarnos mellar por las idolatrías de nuestro tiempo: el aparentar, el consumir, el yo en el centro de todo; pero también ser competitivos, la arrogancia como actitud triunfante, el no admitir nunca haberme equivocado o tener necesidad. Todo esto nos deprecia, nos hace cristianos mediocres, tibios, insípidos, paganos. La Eucaristía actualiza la Alianza que nos santifica, nos purifica y nos une en comunión admirable con Dios. Aprendemos que la Eucaristía no es un premio para los buenos, sino que es la fuerza para los débiles, para los pecadores. Es el perdón, es el viático que nos ayuda a dar pasos, a caminar. Hoy, fiesta del Corpus Christi, tenemos la alegría no sólo de celebrar este misterio, sino también de alabarlo y cantarlo por las calles de nuestra ciudad. Que la procesión… exprese nuestro reconocimiento por todo el camino que Dios nos hizo recorrer a través del desierto de nuestras pobrezas, para hacernos salir de la condición servil,
    alimentándonos con su Amor mediante el Sacramento de su Cuerpo y de su Sangre. Mientras caminemos a lo largo de la calle, sintámonos en comunión con los numerosos hermanos y hermanas nuestros que no tienen la libertad de expresar su fe en el Señor Jesús. Sintámonos unidos a ellos: cantemos con ellos, alabemos con ellos, adoremos con ellos. Y veneremos en nuestro corazón a los hermanos y hermanas a quienes se les ha pedido el sacrificio de la vida por fidelidad a Cristo: que su sangre, unida a la del Señor, sea prenda de paz y reconciliación para todo el mundo. (Papa Francisco)   
  • Ve el vídeo "El Corpus Christi"
  • Me comprometo: La solemnidad del Corpus, es una llamada a procura vivir con mayor conciencia, fe, amor y gratitud cada eucaristía y acudir con frecuencia a visitar a Jesús en el Sagrario, con una actitud de adoración y veneración:
  • Que tu amor a Jesús se convierta en obras de caridad y de auténtica vida cristiana. Sólo así serás un verdadero testimonio de Él ante el mundo.
  • El día del Corpus, es el día de la Caridad fraterna. Vive el amor a la eucaristía, en el amor al prójimo. 
  • Invita a algún amigo que te acompañe a la procesión del Corpus Christi y dile que Jesús está presente en la Eucaristía, se hace pan, se parte y se reparte en cada misa que celebra el sacerdote. El domingo ve a misa, es un encuentro con Jesús que nos invita al banquete eucarístico y un encuentro con los hermanos; para que estemos más unidos a Jesús y a los demás.
  • El Señor te invita a reconocer y vivir gozosamente su presencia eucarística. Busca como puedes conseguirlo, procura ponerte en la presencia de Dios, invoca al Espíritu Santo, para acercarte con sencillez de corazón al «Cordero de Dios que quita el pecado del mundo».
  • La Eucaristía es «acción de gracias». Procura que cada momento del día, sean actos de agradecimiento al Señor por quedarse con nosotros.
  • Invita a alguien que no suele ir a misa para que en la semana te acompañe y comience a comprenderla, valorarla, vivirla… 
2. Aprende y colorea:
3. Ve el Vídeo "Ser muy Jesús" Después coméntalo con tus padres y catequistas:
4. Realiza el puzzle:
¡TOMAD Y COMED
ESTO ES MI CUERPO!

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