PRIMERA LECTURA: Sab 12, 13. 16-19. Concedes el arrepentimiento a los pecadores. SEGUNDA LECTURA: Rom 8, 26-27. El Espíritu intercede por nosotros con gemidos inefables. ALELUYA: V/. Bendito seas, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has revelado los misterios del reino a los pequeños.
Os dejamos a continuación el EVANGELIO:
MEDITAMOS:
CIZAÑA, GRANO DE MOSTAZA, LEVADURA
La cizaña (hierba mala, venenosa) es todo obstáculo que nos impide llegar a Dios. Jesús nos habla de la lucha entre el bien y el mal.
PARA LA VIDA:
Jesús nos dice en esta parábola muy claro, cual es nuestra responsabilidad: tenemos semilla buena y semilla mala dentro de nosotros mismos pero, tenemos que pensar en nuestro comportamiento al obrar y medir las consecuencias para no seguir la intención del enemigo. Dios nos ha hecho libres para saber escoger lo bueno de lo malo. Si consultamos con Jesús, si lo miramos a él; cómo actuó, qué dijo, nosotros trataremos de imitarlo y no nos equivocaremos. También, hay que orar siempre y pedir a Dios el Espíritu Santo para poder ser buen trigo en medio de la cizaña que nos rodea. Pero no tengamos miedo, confiemos en la ayuda de Jesús que Él nunca nos fallará.
ORACIÓN:
Querido Jesús,
gracias por acompañarme
y ser mi amigo.
Te pido me ayudes
a ser levadura de Evangelio,
en nuestro entorno,
y a dar los frutos que esperas de mi. Amén.
Cantamos "Somos el trigo"
ACTIVIDADES:
1. Lee o ve de nuevo el Evangelio. Después comenta con tus padres y catequistas las siguientes cuestiones:
- TRIGO Y CIZAÑA: Junto a las semillas de gracia, de bondad y amor, de justicia y paz, de libertad y verdad… hay otras semillas extrañas e incluso opuestas: violencia, egoísmo, frivolidad, maldad, injusticia, mentira y esclavitud…
- Dios trabaja incansablemente por nuestra felicidad, pero no es el único «obrero» en nuestro campo. Su Reino es de paz, de justicia, de amor, de misericordia y de perdón, de fe y esperanza, de fidelidad y comunión…, que se ha plantado en un campo (nuestra vida y la del mundo) en el que hay otro que también planta y acrecienta su semilla: la guerra, la injusticia, el desamor, la dureza y el rencor, el descreimiento y la desesperanza, la infidelidad y la división.
- Hay que saber convivir vigilantes con la cizaña: sin escandalizarse pero sin bajar la guardia, sin maldecir pero sin creer que todo da lo mismo. La confusión es uno de los males más frecuentes porque no permite advertir el error. Contamos con la ayuda de Dios y de su Espíritu que sostiene nuestra debilidad, y con la de la comunidad eclesial que nos acoge, discierne, educa y acompaña.
- La parábola del trigo y la cizaña afronta el problema del mal en el mundo y pone de relieve la paciencia de Dios. Porque todos sabemos que la cizaña, cuando crece, se parece mucho al trigo, y allí está el peligro que se confundan. Veamos: a) El mal que hay en el mundo no proviene de Dios, sino de su enemigo, el Maligno. El maligno va de noche a sembrar la cizaña, en la oscuridad, en la confusión; él va donde no hay luz para sembrar la cizaña. Es astuto siembra el mal en medio del bien, de tal modo que es imposible a los hombres separarlos claramente; pero Dios, al final, podrá hacerlo. b) La contraposición entre la impaciencia de los servidores y la paciente espera del propietario del campo, que representa a Dios. Nosotros a veces tenemos una gran prisa por juzgar, clasificar, poner de este lado a los buenos y del otro a los malos…
- Dios mira el «campo» de la vida de cada persona con paciencia y misericordia: ve mucho mejor que nosotros la suciedad y el mal, pero ve también los brotes de bien y espera con confianza que maduren. Dios es un padre paciente, nos espera siempre. Con el corazón en la mano para acogernos y perdonarnos. Él nos perdona siempre si vamos a Él. Gracias a esta paciente esperanza de Dios la cizaña, es decir el corazón malo con muchos pecados, al final puede llegar a ser buen trigo. Ante la cizaña presente en el mundo, el discípulo del Señor está llamado a imitar la paciencia de Dios, alimentar la esperanza con el apoyo de una firme confianza en la victoria final del bien, es decir de Dios.
- Al final, en el tiempo de la cosecha, es decir del juicio… Al final todos seremos juzgados con la misma medida con la cual hemos juzgado: la misericordia que hemos usado hacia los demás será usada también con nosotros.
- Si observamos, podemos encontrar en nuestro entorno, alguna persona que le han sembrado «cizaña» al lado de su «trigo», sigue el consejo de Jesús. Deja que la vida la haga madurar. Reza por ella para que Dios haga crecer el «trigo» en su «cosecha» por encima d e la «cizaña».
- MOSTAZA: Siembra dentro de tu entorno semillas de «mostaza» (pequeños detalles), pues siendo las más pequeñas de las semillas, cuando crezcan, darán sombra y cobijo a otros.
- LEVADURA: Dentro de la «masa» de la vida de cada día, no te olvides de introducir «levadura» pues la Palabra de Dios, hace crecer todo cuando está dentro de ti. Acércate a personas que no entienden el mensaje de Jesús y haz crecer su mensaje dentro de ellos y dentro de ti.
- Sé humano, paciente, compasivo y misericordioso contigo mismo y con los demás. Sé fermento de amor y solidaridad, de alegría y paz, de comprensión y servicio, de apertura y disponibilidad para los otros. Empezando por ti mismo.
- A lo largo de la semana, haz de lo complejo algo sencillo, ayuda a creer, a crecer, a confiar y pon una sonrisa que todos entiendan que los amas. IMITA A JESÚS.
2. Aprende y colorea:
3. Realiza clickeando la imagen:
4. Ve el vídeo "La belleza de las cosas sencillas" Después coméntalo con tus padres y catequistas:5. Realiza el puzzle:
Cantamos "Trigo o cizaña"
¡SEAMOS FERMENTO
DE AMOR Y SOLIDARIDAD,
DE ALEGRÍA Y PAZ,
DE COMPRENSIÓN Y SERVICIO,
DE APERTURA Y DISPONIBILIDAD
A TI MISMO Y A LOS DEMÁS!
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