También podéis verlo:
Meditamos: los hombres quieren poner a prueba a Jesús; quieren saber si cumple con la Ley judía: «castigar a quien comete pecado, en este caso, adulterio».
Jesús que conoce el amor de Dios, no condena, como hacen los demás, él sabe que esta mujer está siendo humillada públicamente, la están juzgando sin haber tenido un juicio, Él en cambio la mira con misericordia y después se dirige a los escribas, fariseos y personas que estaban allí expectantes, (escribas son los que interpretan la Biblia y fariseos grupos sectarios que hacen cumplir la Ley), les dice: «Aquel que esté libre de pecado tire la primera piedra» y acto seguido se pone a escribir en la arena los pecados de ellos.
Todos comienzan a retirarse, porque todos sin excepción tienen pecados, faltas de amor.
Cuando se quedan solos Jesús le dice a la mujer: ¿Dónde están los que te acusaban?... Vete, yo tampoco te condeno, pero a partir de ahora no peques más.
Jesús le ofrece el perdón del Padre, la misericordia infinita de Dios, pero también le dice que no vuelva a pecar.
Para vivir: Jesús le pide a la mujer un cambio radical en su vida: "NO PEQUES MÁS". También a nosotros nos pide lo mismo: que no juzguemos, no condenemos y no pequemos. Él nos ofrece su perdón y misericordia, a cambio solo nos pide que cambiemos, que volvamos nuestros ojos, nuestro corazón, hacia Él. Que convirtamos nuestro corazón de piedra en un corazón de amor, abierto a la vida, y no a la muerte, que es a lo que nos conduce el pecado.
ORACIÓN:
Gracias Señor,
por estar siempre conmigo.
Tú me amas, me cuidas
Y me perdonas.
Ayúdame a cambiar mi corazón,
a ser mejor siempre con todos,
a parecerme a Ti. Amén.
Cantamos ¿Quién te ha condenado, mujer?
ACTIVIDADES:
1. Lee o ve de nuevo el Evangelio y comenta con tus padres y catequistas las siguientes cuestiones:
- El efecto de encontrarse con Jesús y acercarlo a sus vidas los cambió poderosamente. Los fariseos y escribas, a través de las palabras de Jesús, eran capaces de ver que ellos también eran pecadores, como la mujer a quien acusaban, y que no eran perfectos. La mujer, que esperaba ser castigada por su error, recibió una amorosa acogida de Jesús, que debe haber dejado en ella una memorable impresión.
- El encuentro con Jesús es siempre una experiencia que da vida, como Él mismo lo dijo: “Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida”.
- ¿Con quién te identificas más en esta historia? ¿Con la mujer adúltera, quien, si bien culpable, no merecía la muerte por lapidación? Y aparte de eso, ¿Dónde estaba su compañero de adulterio, no era él igualmente culpable? ¿O te ves entre aquellos que la condenaron, la humillaron públicamente y estaban dispuestos a acribillarla a pedradas? ¿O te identificas con Jesús, quien habla con ella amablemente, rechaza condenarla, y la alienta a llevar una vida más moral en el futuro?. La Misericordia tiene una alta prioridad en el sistema de valores de Jesús. ¿Hay alguien con quien tu has sido llamado a ser misericordioso, (perdonando)?
- ¿Qué estaba Jesús escribiendo en el suelo? Algunos manuscritos posteriores agregan “los pecados de cada uno de ellos” ¿Sería posible? ¿Hace alguna diferencia lo que Él escribió?
- A veces me siento mal por mis faltas de amor (pecados)... Señor, como la mujer en la lectura, que podamos escuchar cómo se desvanecen las voces de condena, hasta que sólo queda Tu voz, diciéndonos que sigamos adelante y no pequemos más.
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Termina la Cuaresma en esta semana y coloreamos el 5º peldaño y toda la parte superior dela escalera para unirlo a la Semana Santa con la Pasión, Muerte y Resurrección de Jesús:
3. Ve el siguiente vídeo "Elogio frente a condena"4. Realiza el Puzzle:
5. Cantamos "Tu que siempre nos perdonas"
JESÚS LE DIJO:
YO TAMPOCO TE CONDENO.
VETE Y NO PEQUES MÁS
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