martes, 1 de febrero de 2022

TEMA 31.ENNOMBRE DE JESUCRISTO, LEVÁNTATE Y ANDA. EL SACRAMENTO DE LA PENITENCIA

 
OBJETIVOS:

- Conocer los efectos del sacramento de la penitencia.
- Descubrir que el sacramento de la penitencia recompone a la persona y devuelve la unidad con Dios y con los demás que el pecado rompe.
- Aprender las pautas para hacer un examen de conciencia apropiado.

La vida nueva que se nos da en los sacramentos de iniciación cristiana puede ser debilitada e incluso perdida por el pecado. El pecado original ha dejado en nosotros una herida que nos inclina al mal y puede hacernos prescindir de Dios y desobedecer sus mandamientos.
A menudo, nos damos cuenta de que no vivimos el Evangelio como conviene. Pecamos, olvidamos a Dios, vivimos como si Él no existiera y no tratamos a los demás como hermanos. Sabemos que podríamos mejorar como discípulos de Jesús. Por ello, el Señor nos llama a la conversión para unirnos más estrechamente a Él amando a Dios y al prójimo, acoger su perdón y perdonar como Él nos perdona.
Cristo instituyó el sacramento de la penitencia para la conversión de los bautizados que se han alejado de Él por el pecado. Él mismo se mostró a los apóstoles y les dijo: "Recibid el Espíritu Santo; a quienes les perdonéis los pecados, les quedan perdonados; a quienes se los retengáis, les quedan retenidos"(Jn 20, 22-23).
Este sacramento es llamado también sacramento de la reconciliación, del perdón, de la confesión y de la conversión. Por él la Iglesia, en nombre de Jesucristo, perdona nuestros pecados y nos reconcilia con Dios y con los demás. Cuando lo celebramos también nos reconciliamos con la Iglesia, a la que deshonramos con nuestros pecados. Con su amor, su ejemplo y sus oraciones, ella nos mueve a dirigir de nuevo nuestro corazón al Señor. La confesión de los pecados mortales es el modo ordinario de obtener el perdón. Cristo confió ese ministerio a sus Apóstoles, a los obispos, sucesores de los Apóstoles, y a los presbíteros, colaboradores de los obispos, los cuales se convierten en servidores de la misericordia y de la justicia de Dios. Ellos ejercen el poder de perdonar los pecados en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Solo Dios puede perdonar los pecados. Tus pecados te son perdonados (Mt 9, 2) lo pudo decir Jesús porque Él es el Hijo de Dios. Y solo porque Jesús les ha conferido este poder pueden los sacerdotes perdonar los pecados en nombre de Jesús. Hay quien dice: "Esto lo arreglo yo directamente, ¡Para eso no necesito ningún sacerdote!". Pero Dios quiere que sea de otra manera. Él nos conoce. Hacemos trampas con respecto a nuestros pecados, nos gusta echar tierra sobre ciertos asuntos. Por eso Dios quiere que expresemos nuestros pecados y que los confesemos cara a cara ante el sacerdote. Dios es la luz que nos ayuda a reconocer nuestra debilidad y nuestro pecado, pero no una luz que quema, sino una luz que cura y libera.

PADRE HE PECADO CONTRA EL CIELO Y CONTRA TI
Jesús describe qué es la conversión y la penitencia en la parábola del hijo pródigo aquí, cuyo centro es el Padre misericordioso (Lc 15, 11-24)
El abandono de la casa paterna; la miseria en la que el hijo se encuentra tras haber dilapidado su fortuna; la humillación de verse obligado a cuidar cerdos; la reflexión sobre los bienes perdidos; el arrepentimiento y la decisión de declararse culpable ante su padre; el camino de retorno; la acogida generosa y la alegría del padre; todos estos son rasgos propios del proceso de conversión. 
El mejor vestido, el anillo y el banquete de fiesta son símbolos de esta vida nueva, llena de alegría, que es la vida del hombre que vuelve a Dios y al seno de su familia, que es la Iglesia.
Solo Cristo que conoce las profundidades del amor de su Padre, pudo revelarnos su misericordia de una manera tan llena de simplicidad y belleza.

¿QUÉ TENGO QUE HACER PARA CELEBRAR EL SACRAMENTO DE LA PENITENCIA?
  • Examen de conciencia Es la preparación para recibir el sacramento de la penitencia. Debes comenzar pidiendo a Dios luz para reconocer tus pecado y disponerte así a recibir su perdón. Con paz y confianza en la misericordia divina ya a la luz de su Palabra debes ver cuáles han sido los pecados de pensamiento, palabra, obra u omisión, que has podido cometer desde la última vez que te confesaste.
  • Dolor de los pecados u acto de contrición. Es el arrepentimiento de haber pecado. Brota en nuestro corazón cuando reconocemos que Dios es digno de ser amado sobre todas las cosas de este mundo y nos damos cuenta de que nos hemos separado del camino que lleva hacia Él. Es el pesar por no haber correspondido al gran amor que Dios nos tiene y por no haberle dado el trato que merecía.
  • Propósito de enmienda. Es la decisión de rechazar el pecado con el propósito de no volver a pecar y comenzar una vida nueva con la ayuda del Espíritu Santo.
  • Confesión de los pecados. Es la acusación sincera  e íntegra de los pecados hecha ante el sacerdote, quien se convierte en instrumento de la misericordia y justicia de Dios. 
    El sacerdote después de decir tus pecados
     te da la absolución
    Se deben confesar todos los pecados mortales, incluso los no confesados anteriormente que se recuerden. Todo fiel que haya llegado al uso de razón está obligado a confesar los pecados mortales al menos una vez al año, en peligro de muerte, y antes de recibir la sagrada comunión.
  • Absolución. Imponiendo la mano sobre la cabeza y trazando la señal de la cruz sobre ti, el sacerdote dice: Dios, Padre misericordioso, que reconcilió consigo al mundo por la Muerte y Resurrección de su Hijo y derramó el Espíritu Santo para la remisión de los pecados, te conceda, por el ministerio de la Iglesia, el perdón y la paz. Y yo te absuelvo de tus pecados en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
  • Cumplir la penitencia o satisfacción. Reconciliado con Dios y con la Iglesia, aceptas y te comprometes a realizar lo que el sacerdote te propone: un tiempo de oración, una ofrenda, un servicio al prójimo, una privación voluntaria... Cumplir la penitencia será una señal de tu seria voluntad de convertirte a Dios y de enmendar tu conducta.
PERDONA NUESTRAS OFENSAS COMO TAMBIÉN NOSOTROS PERDONAMOS A LOS QUE NOS OFENDEN
En la oración del Señor, el padrenuestro, pedimos a Dios que nos perdone, nos reconocemos pecadores ante Él y confesamos, al mismo tiempo su misericordia.
Ahora bien, Jesús nos enseña que nuestra petición, será atendida a condición de que nosotros, antes, hayamos perdonado, incluso a nuestros enemigos.
Aunque parece imposible cumplir con esta exigencia, el corazón que se entrega al Espíritu Santo puede, a ejemplo de Cristo, amar hasta el extremo, cambiar la herida en compasión y transformar la ofensa en plegaria. El perdón que ofrecemos nos hace semejantes a Dios y es una condición para la oración cristiana.
Sí, cuando vas a presentar tu ofrenda sobre el altar, te acuerdas allí mismo que tu hermano tiene quejas contra ti, deja allí tu ofrenda ante el altar y vete primero a reconciliarte con tu hermano, y entonces vuelve a presentar tu ofrenda. (Mt 5, 23-24).

San Agustín
te invita a detestar las obras malas que hiciste, sabiendo que es entonces cuando pueden empezar tus obras buenas.
Hombre y pecador son dos cosas distintas;
cuando oyes, hombre, oyes lo que hizo Dios;
cuando oyes, pecador, oyes lo que el mismo hombre hizo.
Deshaz lo que hiciste para que Dios salve lo que hizo.

¿Qué hace en nosotros el sacramento de la penitencia?
Por el sacramento de la penitencia, la Iglesia, en nombre de Jesucristo, perdona los pecados que hallamos cometido después de nuestro bautismo y nos reconcilia con Dios y con los hombres.

Fuente:
CONFERENCIA EPISCOPAL ESPAÑOLA: Testigos del Señor. Editorial EDICE, 2ª edición. Madrid, 2015.
CONFERENCIA EPISCOPAL ESPAÑOLA: Sagrada Biblia. Biblioteca de Autores Cristianos (BAC). Madrid, 2011.
ACTIVIDADES:
1. ¿Cuáles son los pasos para confesarse bien? expresa y comenta con tu catequista en el grupo en qué consiste cada uno.
2. Escribe lo que hace y dice el sacerdote después de haber confesado tus pecados y colorea.
3. Os dejamos la película de un Santo que nos enseñó con su vida la belleza de la confesión:
4. ¿Cuánto sabes del tema? aquí.
Cantamos Tu que siempre nos perdonas:
SOLO EL SACERDOTE
POR MEDIO DE JESÚS
EN EL SACRAMENTO 
DE LA PENITENCIA
NOS ABSUELVE
NOS LIBERA DE TODA CULPA

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