OBJETIVOS:
1. Comprender qué es la Sabiduría Divina, manifestada en los sabios de Israel y plenamente en Jesucristo.
2. Reconocer que Cristo nos enseña a vivir con confianza y esperanza todas las circunstancias de la vida.
3. Alabar a Dios por su sabiduría que nos produce respeto y admiración.
Pasaron los años y el pueblo judío entró en contacto con culturas paganas, con gente que dejaban a muchos dioses. El modo de pensar de los paganos chocaba con muchas tradiciones judías. Dios siguió conduciendo a su pueblo por medio de algunos Sabios y israelitas, que eran como guías espirituales que ayudaron al pueblo de Israel a descubrir a Dios en la vida de los hombres de cualquier tiempo, raza y cultura.
Pero cuando en Palestina y se intentó implantar por la fuerza una cultura extraña, los israelitas más fieles se revelaron. Algunos perdieron la vida por mantenerse firmes en el cumplimiento de la Ley de Dios y fieles al mensaje de los antiguos Profetas. La muerte de los mártires desconcertó el pueblo judío y planteó a sus sabios un agudo interrogante. Se preguntaban: «¿Cómo es posible que Dios dejé morir a unos hombres precisamente cuando están cumpliendo con mayor fidelidad su Ley?».
El pueblo superó la crisis. Con la luz del Señor descubrió que Dios no hizo la muerte, ni goza destruyendo a los vivientes, sino que todo lo ha creado para que viva. Desde la esperanza de la resurrección. Cuando abra vuestros sepulcros y os saque de ellos, pueblo mío, comprenderéis que soy el Señor. Pondré mi espíritu en vosotros y viviréis (Ez 37, 13-14).
Se acercaba el tiempo en que Dios iba cumplir sus promesas enviando es un Mesías. El pueblo, purificado en su fe, continuaba aguardando. Se preguntaba: «¿Quién será el Mesías? ¿Un rey poderoso? ¿Un profeta? ¿Un personaje misterioso a quien llaman "Hijo del Hombre"? ¿Será más bien un rey sencillo y pobre? ¿Acaso será aquél "siervo de Dios" del que hablaron los Profetas, que sufriendo tomará sobre sí el pecado de todos?»
Por entonces, Dios hizo brotar, en medio de su pueblo, un pequeño grupo de personas sencillas y pobres, que vivían con toda su confianza puesta en el Señor. Les llamaron «los pobres de Yahvé» porque vivían en su pobreza fieles al Señor y abandonados a la voluntad de Dios, que velaría por su futuro y sería siempre su protector.
Las últimas promesas de Dios al pueblo de Israel despertaron gran esperanza en el corazón humilde y sencillo de este pequeño grupo elegido por Dios, también llamado «resto de Israel». Con profunda alegría veían cerca los tiempos en que Dios iba a mandar a su último enviado. Oraban con insistencia para que el Señor enviara a su Mesías Salvador. Del «resto de Israel» nació la Virgen María, la humilde esclava del Señor. Con María, despuntó en nuestra tierra la aurora de la salvación.
Vídeo A la vuelta del exilio de Babilonia
CRISTO, SABIDURÍA DE DIOS
Cuando el pueblo de Israel volvió a su tierra desde el exilio, los Sabios le ayudaron a retomar su camino de fidelidad a la Alianza amando a Dios, amando a los demás y luchando contra todo mal.
Pero la plenitud de la sabiduría llego a Israel con Jesús, el Mesías.
Hoy en día, observando algunas injusticias que hay en el mundo, algunas personas caen en la desconfianza o pierden la esperanza. Piensan que la vida humana es tan breve y difícil que hay que aprovecharla al máximo. En cambio, hay otros que, sin negar los problemas, quieren afrontarlos con sabiduría y generosidad, se ponen al servicio de los demás y trabajan para construir un nuevo mundo.
Es Jesucristo, Sabiduría del Padre, quien nos enseña a vivir la alegría y el sufrimiento, a perdonar y a trabajar con generosidad y sinceridad de corazón a favor de la justicia
Un Cristo que es fuerza de Dios y sabiduría de Dios.
Pues lo necio de Dios es más sabio que los hombres;
y lo débil Dios es más fuerte que los hombres (1 Cor 1, 24-25)
LOS CONSEJOS DE UN SABIO
El Eclesiástico fue escrito hacia el 180 a.C. en Jerusalén. Es el único del libro del Antiguo Testamento que lleva la firma de su autor, maestro de sabiduría conocido como Jesús Ben Eleazar Ben Sira; de ahí, recibe también el nombre de Sirácida.
Cada uno de nosotros recibe el don de la sabiduría cuando vive en un clima de «temor de Dios», es decir, con respeto amoroso a Dios Padre. Así, podemos obrar rectamente, adaptando nuestra vida a la voluntad del Señor. Por eso, tener temor de Dios no produce en nosotros ni tristeza ni angustia, sino gozo y alegría del corazón: da plenitud a la vida. Quien, movido por el temor de Dios, es fiel, no vive agobiado. Su vida lleva el sello de la confianza.
- No tardes en convertirte al Señor, ni lo dejes de un día para otro (Eclo 5, 7).
- Mantente firme en tus convicciones, y no tengas más que una palabra (Eclo 5, 10).
- Un amigo fiel es un refugio seguro, y quien lo encuentra, ha encontrado un tesoro (Eclo 6, 14).
- Inclina tu oído hacia el pobre, y respóndele con suaves palabras de paz (Eclo 4, 8).
GLORIA A DIOS
En la Vigilia Pascual, después de la última lectura del Antiguo Testamento, se encienden los cirios del altar y el templo se ilumina. Mientras el sacerdote entona el gloria, que canta toda la comunidad reunida en esta noche santa, voltean las campanas de la iglesia anunciando la Resurrección del Señor:
Gloria a Dios en el cielo
y en la tierra paz a los hombres que ama el Señor.
Por su inmensa gloria te alabamos, te bendecimos,
te adoramos, te glorificamos, te damos gracias.
Señor Dios, Rey celestial, Dios Padre todopoderoso.
Señor Hijo único, Jesucristo,
Señor Dios, Cordero de Dios, Hijo del Padre:
tú que quitas el pecado del mundo, ten piedad de nosotros;
tú que quitas el pecado del mundo, atiende nuestra súplica;
tú que estás sentado a la derecha del Padre,
ten piedad de nosotros:
porque solo tú eres Santo, solo tú Señor,
solo tú Altísimo, Jesucristo,
con el Espíritu Santo en la gloria de Dios Padre. Amén.
Tomás de Kempis, es un cristiano del siglo XV, autor del libro La imitación de Cristo, nos enseña a preparar nuestro corazón para que, como Israel, podamos acoger a Jesús.
Cristo vendrá a ti
y te dará a probar su consuelo,
si preparas una digna morada
en tu interior.
¿Quién nos ha enseñado mejor que nadie a conocer a Dios?
Jesús nos ha enseñado mejor que nadie a conocer a Dios. Con sus obras y sus palabras Jesús nos hace ver cuánto nos ama Dios, que quiere que le llamemos Padre y seamos de verdad sus hijos.
Fuente:
- CONFERENCIA EPISCOPAL ESPAÑOLA: Testigos del Señor. Editorial EDICE, 2ª edición. Madrid, 2015.
- CONFERENCIA EPISCOPAL ESPAÑOLA: Sagrada Biblia. Biblioteca de Autores Cristianos (BAC). Madrid, 2011.
ACTIVIDADES:
Piensa y reflexiona las siguientes cuestiones. Después coméntalas con tus padres y catequistas:
1. Antes de la venida de Nuestro Señor Jesucristo, el pueblo de Israel se preguntaba quién sería el Mesías. De las diferentes suposiciones ¿cuál fue la más certera?:
¿Un rey poderoso?
¿Un profeta?
¿Un personaje misterioso a quien llaman "Hijo del Hombre"?
¿Un rey sencillo y pobre?
¿Acaso será aquél "siervo de Dios" del que hablaron los Profetas, que sufriendo tomará sobre sí el pecado de todos?»
2. ¿Con quién llegó a Israel la plenitud de la Sabiduría?
3. El libro del Sirácida es uno de los libros del Antiguo Testamento.
¿Con qué otro nombre se le conoce?, ¿En qué difiere de todos los demás libros del Antiguo Testamento?, ¿Quién lo escribió?
4. ¿De qué manera Jesús nos ha enseñado mejor que nadie a conocer a Dios?
5. Aprernde Los Libros Sapienciales del Antiguo Testamento:
LA CONFIANZA EN DIOS
SIEMPRE VENCE
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