sábado, 19 de abril de 2025

LA ESPERANZA NO DEFRAUDA! JESÚS HA RESUCITADO ALELUYA, ALELUYA! 2025 -C

JESÚS ES NUESTRA ESPERANZA 

Lecturas misa AQUÍ.

Os dejamos el Evangelio según San Juan 20, 1-9:
MEDITAMOS: Hoy es el día más importante del año:
¡Jesús ha resucitado!
Es el misterio central de nuestra fe y es tan importante que celebramos su resurrección durante 50 días como si fuera un día solo.
El Resucitado. Linares

Celebramos la Pascua y llamamos a este tiempo litúrgico: tiempo pascual: Empieza el domingo de Resurrección.
A los 40 días celebraremos la Ascensión de Jesús al cielo, después de prometer a los apóstoles que les enviaría el Espíritu Santo.
Termina el día de Pentecostés con la venida del Espíritu Santo.
El BLANCO es el color de las fiestas y esta es la más importante.
«Si Jesús no hubiera resucitado vana sería nuestra fe» (San Pablo)
Nosotros creemos en Jesús vivo, si no hubiera resucitado sería una tontería creer en Él.
Su Resurrección ocurrió realmente.
Muchas personas lo vieron, comieron con Él y hasta tocaron sus llagas.
PARA LA VIDA:
Hoy Jesús nos dice:
Alégrate y no temas nada.
Yo he vencido a la muerte.
Todos los sufrimientos de este mundo tienen un final y luego resucitarás conmigo.
ORACIÓN:
Ahora podrás decirle a mi Madre:
Madre del Amor Hermoso. Linares
V. Reina del cielo alégrate; aleluya.
R. Porque el Señor a quien has merecido llevar; aleluya.
V. Ha resucitado según su palabra; aleluya.
R. Ruega al Señor por nosotros; aleluya.
V. Gózate y alégrate, Virgen María; aleluya.
R. Porque verdaderamente ha resucitado el Señor; aleluya.
Oremos:
Oh Dios, que por la resurrección de tu Hijo, nuestro Señor Jesucristo, has llenado el mundo de alegría, concédenos, por intercesión de su Madre, la Virgen María, llegar a alcanzar los gozos eternos. Por nuestro Señor Jesucristo.
         ¡Llénate de alegría y celebrémoslo juntos!
Cantamos con los más pequeños "Cristo ha resucitado"
ACTIVIDADES:
1. Vuelve a leer o ver el Evangelio. Después comenta con tus padres y catequistas las siguientes cuestiones:
  • Contesta
  1. ¿Cuál es el día de la semana en el que trascurren los hechos?
  2. ¿Quién es la primera persona en dirigirse al sepulcro? ¿En qué momento del día lo hace?
  3. ¿Con qué se encuentra al llegar?
  4. ¿Hacia quién se dirigió María Magdalena? ¿Qué les dijo?
  5. ¿Qué hicieron Juan y Pedro al conocer la noticia?
  6. ¿Cuáles de los discípulos llega primero al sepulcro? ¿Qué encontraron allí dentro?
  7. ¿Qué ocurrió con Juan cuando ingreso al sepulcro?¿Según la Escritura, que debía ocurrir con Jesús? 
  8. ¿Cuál es nuestra ESPERANZA?
  • Reflexión: El viernes Santo Jesús en la Cruz nos invita a permanecer ante las cruces y los crucificados, no sintiéndonos defraudados en nuestras esperanzas sino con paciencia, confiando en que Dios cumple en Jesucristo su promesa: la salvación para cada uno, para la Iglesia, para toda la humanidad. Ésa es la esperanza cristiana que brota de Jesús en la Cruz. Y hoy estamos celebrando que, (como indica el título de la Bula de convocatoria del Jubileo 2025 de Valencia), esa esperanza no defrauda.
  • Vemos en Jesús que la esperanza cristiana es inseparable de la Cruz pero la Cruz tampoco se puede separar de la Resurrección del Señor. Así lo hemos visto en el Evangelio: “¿Por qué buscáis entre los muertos al que vive? No está aquí. Ha resucitado”.
    La esperanza en una vida que vence a la muerte es consecuencia de la fe en Dios. El ser humano tiene en sí mismo un deseo de inmortalidad y vida eterna que por sí mismo no puede satisfacer. El cumplimiento de ese anhelo sólo puede venir de Quien es la fuente de la vida, que nos hace capaces de vivir en Cristo superando el pecado, el miedo y la muerte. Su amor es para nosotros la garantía de que existe aquello que sólo llegamos a intuir vagamente y que, sin embargo, todos esperamos en lo más íntimo de nuestro ser, de un modo u otro: la vida que es «realmente» Vida.
    La Resurrección de Jesús es la esperanza que no defrauda porque es el cumplimiento de la promesa de salvación de Dios. Y la liturgia de la Vigilia Pascual desarrolla el mensaje de la Resurrección de Jesús como el cumplimiento de la esperanza de Israel, recogida en el Antiguo Testamento, y que en definitiva es la esperanza de toda la humanidad y de la creación entera.
    En la primera lectura se recuerda la creación primera: así como entonces Dios llamó a la existencia a lo que no era, del mismo modo al resucitar a Jesús llama a los muertos a la nueva vida.
    En la segunda lectura, se anuncia la resurrección como el cumplimiento de la historia de la salvación, que comenzó con la vocación de Abrahán.
    En la tercera lectura, la resurrección se presenta con la liberación de Israel, esclavizado en Egipto: el paso del Mar Rojo es prefiguración del paso de Jesús de la muerte a la vida.
    Las otras lecturas del Antiguo Testamento interpretan la Pascua como cumplimiento de la promesa profética que asegura la renovación del pueblo elegido de Israel mediante un nuevo corazón y un nuevo espíritu.
    Y las lecturas del Nuevo Testamento no sólo vuelven la mirada hacia atrás, sino que se proyectan sobre todo hacia adelante. En la Resurrección de Jesucristo se abre el futuro y se instaura definitivamente, para todos, la esperanza que no defrauda. Su Resurrección es la garantía de que al final la vida vencerá a la muerte, la verdad a la mentira, la justicia a la injusticia y el amor al odio e incluso a la muerte. Por eso, la Resurrección de Jesucristo es el punto de partida y el fundamento de nuestra esperanza. La esperanza cristiana no es una ilusión o una proyección de nuestros deseos, ni es una confianza simplista en un final feliz. El fundamento de nuestra esperanza es la Resurrección de Jesucristo, y nosotros esperamos participar de esa misma Resurrección. Esta esperanza no sólo afecta a nuestra alma; es también esperanza en una transformación de nuestro cuerpo y del cosmos entero. Por eso no defrauda porque nada, excepto el mal, queda excluido de esta esperanza. 
  • Meditación
  • Luego de haber recorrido el camino cuaresmal, y llegar a este día ¿qué experimento? ¿Siento la alegría que nace del resucitado? ¿Cuál es la diferencia entre la alegría que viene de Dios, y la que “supuestamente” nos da el mundo?
    ¿Qué imagen tengo de Jesús? ¿Me quedo con un Jesús muerto, o con un Jesús glorioso y resucitado?
    ¿Soy como Juan, que ante el “misterio” vio y creyó? ¿Si me cuesta creer, le pido al Señor el don del entendimiento?
    ¿Comprendo que, en la resurrección de Jesús también yo recuerdo y celebro mi propia resurrección? ¿Cuál es mi resurrección, en qué lugares donde habitaba la muerte Jesús vino y me dio vida?
    ¿Vivo esta Fe pascual abierto a compartirla con los demás?
    Oración
    La Palabra es muy distinta a lo que el mundo nos ofrece y es el momento de decirle algo al Señor.

    Señor resucitado, que sienta la paz que me muestras,
    Que no se cierren mis “puertas” por el miedo,
    Que me aferre al Espíritu que me regalas,
    Para vivir intensamente el compromiso de sentirme enviado…
    Señor mío y Dios mío, perdona mis debilidades, mis dudas, mis temores…
    Porque aun siendo a veces como Tomás, deseo buscarte, estar contigo…
    Porque aunque me encierre en mis silencios o en mis ruidos, en mis comodidades o en mis ocupaciones…
    Tú sabes cómo entrar en mi vida, como hacerla distinta, como insuflar aire en mis vacíos y oxigenar mi alma endurecida.
    Que el Espíritu renovado de la resurrección,
    Nacido de la victoria sobre la muerte y alimentado por el Amor más generoso…
    Impulse mi fe, mi permanencia en Ti, y aliente el ánimo modesto de quien quiere quererte, seguirte y responderte, Padre…
    Tu Amor es mi paz, mi paz es tu perdón, y tu perdón es mi camino de testimonio al amparo de tu Fuerza.

    Hacemos un momento de silencio y reflexión para responder al Señor. Hoy damos gracias por su resurrección y porque nos llena de alegría y Esperanza que no defrauda. Añadimos nuestras intenciones de oración.
    AMEN.
    Interiorizo la Palabra de DiosPara el momento de la contemplación podemos repetir varias veces este versículo del Evangelio para que vaya entrando a nuestra vida, a nuestro corazón.
    Repetimos varias veces esta frase del Evangelio para que vaya entrando a nuestro corazón:
    «Vio y creyó»
    (Versículo 8)
    Y así, vamos pidiéndole al Señor ser testigos de la resurrección para que otros crean.
  • Me comprometo: 
  • La Resurrección confirma la vida de Jesús. Ese Jesús bueno, servicial, soñador de un mundo mejor, tenía razón. Convéncete de que la Resurrección puede cambiar totalmente tu vida y vívela como un acontecimiento de gozo intenso y permanente.
    Si estoy solo, vuelvo a leer detenidamente las lecturas. Hoy el Señor me invita a vivir plenamente la alegría de la resurrección. Me propongo compartir mi gozo pascual, dando gestos concretos de generosidad, desprendimientos, escucha, servicio, y caridad para con quienes lo necesitan. Llevo Esperanza  a los que me rodean. Debes proponerte hacerlo con alguien concreto.
    En el grupo, nos comprometemos a celebrar el misterio pascual. Pero como comunidad no podemos permanecer “encerrados”, sino que vamos a compartir el gozo pascual con quienes más lo necesitan. Puede ser un asilo de ancianos, orfanatos, hospitales, etc. Decidan cuál de todas las obras harán. 
    Piensa en alguna experiencia de resurrección que hayas tenido en tu propia vida. Habla con María sobre la muerte de su hijo ahora que está vivo. Pídele que te regale la fe en el Señor Resucitado y que seas capaz de llevarla a las personas con quienes te relacionas. 
    Los discípulos buscaban a un muerto, miraban desde el dolor y la cruz y solo cuando miran con los ojos de la fe, descubren a Jesús resucitado. Cambia tu mirada.
    Sin necesidad de apariciones, con la Palabra de Dios, en la fe desnuda, te puedes encontrar con el Resucitado. Haz tuya la bienaventuranza de Jesús a Tomás: “Dichosos los que sin ver, creyeren”.
    Busca un cambio en ti: A través de la Palabra, en silencio, ahóndala en el corazón. Busca a los hermanos, únete a ellos y encontrarás la Paz del Resucitado. Acércate a los alejados, a los necesitados, escucha, dialoga, sírveles y Cristo te encontrará. La resurrección es una semilla de vida que hemos de sembrar, cultivar y vivir ahora mostrando al Resucitado llenos de Esperanza.
2. Aprende y colorea: 
3. Ve el vídeo "Corre hacia la vida" Después coméntalo con tus padres y catequistas:
4. Realiza el puzzle:
Cantamos "Él resucita hoy"
¡CRISTO VIVE, ALELUYA!

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