sábado, 26 de febrero de 2022

DE LO QUE REBOSA EL CORAZÓN HABLA LA BOCA. VIII DOMINGO TO-C


 



ATESORAR LA BONDAD DEL CORAZÓN


Lee el Evangelio según San Lucas 6, 39-45 aquí.

También podéis verlo:

MEDITAMOS: "Por tus frutos se te conocerá"
- No eres superior: Que te quede claro que en esta vida nadie es más que nadie, ni menos que nadie, eso no quita de tu trato con respeto a los demás. Pero no te olvides que todos en esta vida tenemos un caminar con golpes pero también con satisfacciones; porque hay veces que uno puede creerse "Rambo" y como que lucha solo contra el mundo. ¡No! Mira la cruz, allí esta la mayor enseñanza de nuestro maestro.
- ¡Hipócrita!: Hay veces que tu y yo caemos en hipocresía, en donde nos creemos que podemos juzgar a todo el mundo, es como que se nos sale la cadena y no perdonamos ni una. Al final los que estamos dentro de la Iglesia terminamos siendo un nido de víboras o hay veces que más usamos la vida con lo que le llamo personas de «lengua a la vinagreta» porque con su hablar te avinagra la vida. 
- ¿Qué hay dentro de ti?: La enseñanza final del evangelio nos dice que uno expresa lo que en su corazón tiene. Si eres una persona de bien, transmites bondad, si eres una persona de mal, entonces transmites maldad. ¿Cómo darse cuenta? Mirando atrás y fijándote lo que hiciste.
PARA LA VIDA: Jesús nos habla de la facilidad que tenemos para ver las faltas o los errores en las otras personas y la poca capacidad que tenemos para reconocernos a nosotros mismos y reconocer a los demás que a veces nos equivocamos y hacemos cosas que hacen daño a otras personas.
Escuchemos la Palabra de Dios y dejémonos ayudar por el Espíritu de Jesús para que renueve nuestro corazón y transforme nuestra vida, para dar buenos frutos atesorando la bondad en el corazón.
¿A qué suenan tus palabras?
¿De qué llenas tu corazón?

ORACIÓN:
Gracias Señor,
porque tus palabras son cercanas
y nos animan a construir la paz.
Ayúdame a ser mejor, 
a escuchar tu palabra 
y ponerme en acción con los demás;
a perdonar y, a darme cuenta de mis errores.
A rectificar según nos enseñas,
para caminar siempre a tu lado.
Gracias Señor. Amén.
Cantamos "No me estimes superior"

ACTIVIDADES:
1. Vuelve a leer el Evangelio y comenta después con tus padres y catequistas las siguientes cuestiones:
  • Jesús les puso también esta comparación: “¿Puede un ciego guiar a otro ciego? Ciertamente caerán ambos en algún hoyo.
Nuestro maestro debe ser Cristo
  • "Así (obedeciendo) cumpliremos por semejanza las obras del Pedagogo (Cristo) y así se realizará plenamente la palabra. El mejor guía no es ciertamente el ciego que según la Escritura llevando a otro ciego guía hacia el precipicio; lo es, en cambio, Cristo cuya mirada penetra hasta el fondo de los corazones. Y como no puede existir luz que no ilumine ni objeto en movimiento que no se mueva, ni puede haber un amante que no ame, de la misma manera no puede darse un bien que no sea un beneficio y que no conduzca a la salvación. Amemos, pues, los preceptos del Señor traduciéndolos en acciones.
         ¿Quién es o quiénes son tu modelo? 
         ¿De quién sigues aprendiendo?
  • ¿Y por qué te fijas en la mota o paja que tiene tu hermano en un ojo, si no eres consciente de la viga que tienes en el tuyo? Aprender lo de "¿Porqué juzgas tú cuando el Maestro no juzga? No ha venido al mundo para juzgar al mundo sino para salvarlo. Comprendiendo el sentido de lo que precisamente he explicado la palabra de Cristo sonará así: "Si yo no juzgo, tampoco juzgues tú que eres mi discípulo. Puede que eres culpable de transgresiones más graves que aquel al que juzgas. ¡Cuál no será tu vergüenza si te das cuenta de ello!" .
  • ¿Cómo puedes decir a tu hermano: “Hermano, deja que te saque la mota o paja que tienes en el ojo”, si tú no ves la viga en el tuyo? Hipócrita, saca primero la viga de tu propio ojo para que veas con claridad, y entonces sacarás la pelusa del ojo de tu hermano.
  • Él, Jesús, nos convence con argumentos irrefutables de no querer juzgar a los demás y de escrutar más bien nuestro propio corazón... Los que tienen el encargo de enseñar..., si son virtuosos y temperados dando ejemplo de vida evangélica por medio de su vida, reprocharán con dulzura a los que no están dispuestos a actuar de la misma manera demostrando que no toman como modelo de su manera de vivir la virtud del maestro.
  • No hay árbol bueno que dé frutos malos, ni tampoco árbol malo que dé frutos buenos. Las obras demostrarán la calidad del creyente. Cada árbol se conoce por sus frutos.  Deberíamos mantener alejadas las preocupaciones que debilitan el alma y ponen árido el espíritu sino preocupémonos para recoger los frutos maduros de una diligente labranza" (San Ambrosio).


  • Así, el hombre bueno saca cosas buenas del tesoro que tiene en su corazón, mientras que el malo, de su fondo malo saca cosas malas. La boca habla de lo que está lleno el corazón. Frente a la Escritura se manifestará muy pronto la diferencia entre el oyente interesado y el discípulo que obedece.
¿Por qué me llaman: -¡Señor! ¡Señor!-, 
y no hacen lo que digo?
2. Aprende y colorea:

3. Mira el vídeo "Sencillez y aprendizaje" y coméntalo después con tus padres y catequistas:
4. Realiza el puzzle:
 Cantamos "Vale la pena seguir"
¡ES BUENO 
DARTE GRACIAS, SEÑOR!

martes, 22 de febrero de 2022

TEMA 35. ESPERAMOS UNOS CIELOS NUEVOS Y UNA TIERRA NUEVA


OBJETIVOS
:

- Descubrir que, más allá de la muerte, Cristo nos invita a la vida eterna.
- Conocer que en el cielo estaremos unidos a Dios y gozaremos de una felicidad sin fin junto con nuestros hermanos.
- Profundizar y avivar la esperanza cristiana.
- Reconocer que el tiempo presente debe ser vivido en espera y vigilancia.

El Credo que la iglesia profesa se abre con la profesión de fe en Dios y se cierra con la proclamación de de la esperanza:  "creo en la resurrección de la carne y la vida eterna". Dios nos ha creado para conocerlo y amarlo, para hacer el bien según su voluntad y para ir un día al cielo.  Para que podamos entrar en comunión de vida y amor con Él, nos ha enviado a su Hijo que nos ha liberado del pecado, nos ha salvado de todo mal y nos conduce a la vida eterna.

Por la FE y el BAUTISMO estamos unidos al Señor, muerto y resucitado, y esperamos seguir unidos a Él después de la muerte, en la RESURRECCIÓN. Así la muerte no tiene la última palabra sobre nuestra vida. El que vive en Cristo no muere para siempre, sino para resucitar a una vida nueva y eterna, que ya ha iniciado Jesucristo con su Muerte y Resurrección.

Creemos que hay una patria futura para todos nosotros, la Casa del Padre, a la que llamamos cielo y de la que nos habla la Sagrada Escritura con parábolas y símbolos como la fiesta de las bodas, la luz y la vida. Esto sobrepasa la posibilidad de nuestro entendimiento; pero por la FE, creemos que al final de los tiempos seremos transformados a imagen de Cristo resucitado y nuestro cuerpo será semejante al suyo, con su gloria y perfección. La muerte y el dolor desaparecerán para siempre y gozaremos de la vida eterna.

La Biblia anuncia este gran acontecimiento en el que surgirán los cielos nuevos y la tierra nueva y que se llevará a cabo con con la vuelta gloriosa de Jesucristo como Juez de vivos y muertos. Él hará triunfar de forma definitiva la verdad y la justicia, y recompensará todo el bien que hayamos hecho. A este gran acontecimiento salvador lo denominamos Juicio final. El universo entero participará también de la gloria de Cristo resucitado y será liberado de la esclavitud de la corrupción. Y así el Reino de Dios, anunciado y realizado por Jesucristo, llegará a su plenitud. Entonces Cristo reinará totalmente y Dios será todo en todos.

Cuando el hombre se acerca al fin, se descubren sus obras (Eclo11, 27). En espera del final de los tiempos, el alma de cada persona que muere se encuentra con Dios. A este encuentro la Iglesia lo llama Juicio particular. En él cada uno recibe de Dios el premio o el castigo en relación con su fe y sus obras. Para unos será disfrutar inmediatamente de la gloria de Dios; para otros será entrar en la Comunión plena con Dios tras ser purificados; y, para otros, los que lo hayan rechazado libre y voluntariamente hasta la muerte, será vivir lejos de Dios para siempre.

¿QUÉ ES LA COMUNIÓN DE LOS SANTOS?

"Creo en la Comunión de los Santos", decimos en el credo, antes de afirmar nuestra esperanza en la resurrección de la carne y la vida eterna. Nos referimos ante todo, a la participación de todos los miembros de la Iglesia en las cosas santas: la fe, los sacramentos, en particular en la Eucaristía, los carismas y otros dones espirituales.

Designa también la comunión entre las personas santas, es decir, entre quienes por la gracia están unidos a Cristo muerto y resucitado. Unos viven aún peregrinos en este mundo; otros, ya difuntos, se purifican, ayudados también por nuestras plegarias; otros, finalmente, gozan ya de la gloria de Dios e interceden por nosotros. Todos juntos formamos en Cristo una sola familia, la Iglesia, para alabanza y gloria de la Trinidad.

JESÚS ASUMIÓ LA MUERTE POR FIDELIDAD A DIOS Y POR AMOR A LA HUMANIDAD

Con la muerte termina la vida terrena de cada uno de nosotros en un día y en un momento que ignoramos. Este hecho nos plantea muchas preguntas. Pensar que tras la muerte no hay nada, que es el fin de la existencia, puede provocar mucha inquietud e incluso desesperación. Quizá por eso en nuestra sociedad se tiende a ocultar.

La fe nos ofrece una indispensable ayuda para afrontar con verdad y esperanza nuestro destino mortal, pues ilumina la realidad de nuestra muerte mostrándola como un paso hacia la vida eterna prometida por Dios a los que creen en Él.

Jesús no soportó la muerte en cruz como un destino fatal, al contrario, la asumió libremente, por fidelidad a Dios y amor a la humanidad. Gracias a El, la muerte se ha convertido en fuente de bendición y puerta de vida plena en Dios. Él mismo viene a encontrarse con nosotros y nos guía hacia la vida eterna.

A la luz de la Muerte y la Resurrección de Cristo, los creyentes descubrimos el sentido de la vida. Venimos de Dios y Él nos espera en el cielo. Caminamos en esta tierra hacia la vida plena de Dios; esto exige que apostemos por ella en cada momento, pues de cómo vivamos depende alcanzar la eterna bienaventuranza.

CIELO, INFIERNO, PURGATORIO

La Sagrada Escritura presenta la vida eterna que Dios nos promete como un banquete espléndido en manjares, una fuente de agua viva, el rebaño mejor apacentado...

El Cielo es el estado de felicidad de la que gozan los hombres y mujeres que están con Dios para siempre. Todos aquellos que mueren engracia de Dios y no tienen necesidad de posterior purificación, son reunidos en torno a Jesús, a María, a los ángeles ya los santos, formando así la Iglesia del cielo, donde ven a Dios cara a cara, viven en Comunión de Amor con La Santísima Trinidad e interceden por nosotros.



El Infierno es el estado de condenación de quienes después de la muerte  están separados de Dios para siempre.


El Purgatorio es el estado de purificación de los que han muerto en paz con Dios, pero que tienen que ser purificados de las manchas de sus pecados antes de participar en la felicidad del cielo.

Lo Vemos en el siguiente vídeo:

NO ESPERAMOS EL CIELO CON LOS BRAZOS CRUZADOS

Pensar en el cielo, en la otra vida, no debe hacernos descuidar las tareas que debemos realizar en esta; al contrario nos impulsa a colaborar para que en este mundo haya más amor, más generosidad, y más justicia, según el plan de Dios.

La venida de Cristo debemos prepararla trabajando por un mundo conforme a los proyectos de Dios. El mensaje del juicio de Jesucristo nos llama a la decisión y al compromiso, aquí y ahora.

Sed buenos, comprensivos, perdonándoos unos a otros como Dios os perdonó en Cristo. Sed imitadores de Dios, como hijos queridos, y vivid en el amor como Cristo os amó y se entregó por nosotros a Dios.(Ef 4, 32-5, 2).

Cantamos "Como pan pequeño"

Dios ofrece incesantemente a la persona antes de su muerte ocasión y tiempo de penitencia y de conversión. La enseñanza de la Iglesia sobre el cielo y el infierno, sobre la salvación y la condenación, nos descubre la seriedad de la vida y la grandeza de nuestra libertad. Tenemos en nuestras manos elegir entre la vida y la muerte, escoger entrar en Comunión con el Dios que nos espera o rechazarle para siempre.

ORAR POR LOS DIFUNTOS

Los santos del cielo, unidos a Cristo, que siempre intercede al Padre por nosotros, nos ayudan en las necesidades de quienes peregrinamos en este mundo.

Y nosotros oramos a Dios Por aquellos hermanos que, después de la muerte, son purificados para gozar definitivamente de Dios. La Iglesia que, como madre, ha llevado sacramentalmente en su seno al cristianismo durante su peregrinación terrena, lo acompaña al término de su caminar para entregarlo en las manos del Padre, especialmente cuando celebra por él la Eucaristía.

Cada día la Iglesia ora y celebra la Eucaristía por todos los cristianos que murieron con la esperanza de la resurrección y también por todos los hombres que murieron en la misericordia de Dios:

Acuérdate también de los que murieron en la paz de Cristo y de todos los difuntos, cuya fe solo Tú conociste (Plegaria eucarística IV).


En el Siglo XVI, San Juan de la Cruz,
nacido en Fontiveros, cerca de Ávila, presenta el itinerario espiritual para escalar la cima de la perfección cristiana.


Al atardecer de la vida,
te examinarán del amor;
aprende a amar 
como Dios quiere ser amado.


¿Qué quiere decir "Creo en la Vida Eterna"?

"Creo en la Vida Eterna"  quiere decir que creemos que, después de esta vida, Dios Padre nos dará una vida que durará para siempre.

ACTIVIDADES:

1. Comenta con tus padres y catequistas:

  • La Comunión de los Santos ¿Qué es la Comunión de los Santos?
  • El cielo ¿Quiénes van al cielo? ¿Cómo es el cielo?
  • El purgatorio ¿Qué es el purgatorio? ¿Es para siempre?
  • El infierno ¿Existe el infierno?
  • El Juicio Final ¿Cuándo será el juicio final? ¿En qué consistirá?
2. Aprende y colorea lo que pasa después de la muerte en la que cada persona se encuentra con Dios de forma particular:
CREO EN:
3. Para saber cuánto sabes del tema pincha aquí y rellena el cuestionario.
Cantamos "La muerte no es el final..."
EN LA VIDA Y EN LA MUERTE 
SOMOS DEL SEÑOR

domingo, 20 de febrero de 2022

SED MISERICORDIOSOS COMO EL PADRE ES MISERICORDIOSO. VII DOMINGO TO-C




AMAD A  LOS ENEMIGOS, 

HACED EL BIEN  

DAD SIN ESPERAR NADA 


Lee el Evangelio según San Lucas 6, 27-38 aquí.

También podéis verlo:

MEDITAMOSJesús nos explica cómo debemos amar. Como Él. Como su Padre, Dios.
¡Con Jesús puedo hacerlo!
¿Amar como Dios?
¿Crees que podemos hacerlo? 
¿Solos? 
Somos amigos de Jesús y solo lo podemos hacer con Jesús.

PARA LA VIDA
Hoy Jesús nos dice:
No te fijes tanto en lo que tus hermanos y amigos hacen mal.
No los critiques.
A ti también te cuesta mucho a veces hacer las cosas bien; obedecer a la primera, ser sincero, generoso…
A ellos les pasa igual, ¡ayúdales!
Cuando no haces las cosas bien vienes a verme en el confesionario y te perdono
.
¿Por qué no acompañas a tus hermanos y amigos al sacerdote?
¡Tengo tantas ganas de perdonarles también a ellos!
Dios ama a todos por igual
Y es que el amor del que nos habla Jesús no es solamente emoción: es un compromiso de la voluntad. Es extravagante e ilimitado y nos incluye a todos, buenos y malos por igual. Este es el verdadero Amor que libera al mundo del estancamiento del odio, juicio, culpa, recriminaciones y violencia. Es un amor activo basado en ir siempre más allá.
 
Jesús nos invita a superar toda división y todo odio, para seguir el mandamiento del amor. Cristo nos enseña a perdonar y a convertirnos en hombres y mujeres que tienen el mismo corazón misericordioso del Padre.
La medida del amor es amar sin medida.
ORACIÓN:
En la Cruz
fue tu AMOR por cada uno de nosotro
Gracias Jesús,
por ser mi amigo y modelo.
Que defienda siempre la injustica
que hay a mi alrededor.
Y vea tu rostro 
en los hermanos necesitados.
Ayúdame a tener paciencia ante las dificultades.
A amar y perdonar como Tu. Amén.
Cantamos "Ama a tus enemigos"

ACTIVIDADES:
1. Vuelve a leer o ver de nuevo el Evangelio. Después comenta con tus padres y catequistas las siguientes cuestiones:
  • Sed compasivos
    como el Padre es compasivo
    Este texto contradice completamente el pensamiento humano sobre los enemigos y el perdón. Describe la forma en que Dios hace las cosas, sin hacer nada contra nosotros a pesar de todas nuestras faltas. Así es como Jesús vivió, así es como murió en la Cruz. Su actitud de corazón fue bendecida por su Padre y lo llevó a la vida eterna.
  • Mi mundo puede transformarse si tomo seriamente a Jesús
    Mi tarea es colaborar con Él, y vivir en un nivel de amor más alto que lo que me imaginaba como posible. Estoy llamado a ir más allá de amar al prójimo como a mí mismo/a, más allá de amar solo a los que me aman a mí, más allá de amar solo a la gente simpática. ¡Debo amar a mis enemigos, hacerles el bien, rezar por ellos, desearles el bien! ¿Para qué debo rezar ahora?
  • Sed compasivos como Dios es compasivo
    Tú me pides ahora que yo traiga a mis enemigos a mi corazón y que demuestre compasión por ellos. Señor, cambia mi corazón o yo nunca llegaré a ser “un niño de lo más alto” Permíteme tomar un tiempo ponderando cuán misericordioso Tú eres conmigo, aún cuando yo soy “desagradecida/o y malvada/o”
  • Somos débiles y flaqueamos
    PECAMOS
    Eso me hará detenerme, antes de juzgar y condenar a “mis enemigos”. Jesús nos invita a responder al mundo tal como Él lo hizo: amando, bendiciendo, orando y ofreciendo. Somos llamados a esta misión, no sólo cuando enfrentamos algo que aprobamos, sino que en todas las circunstancias. Pido a Dios que retire de mi corazón toda forma de ver que me haga desconfiar, juzgar, condenar o retirarme. Ruego por la paciencia necesaria para soportar circunstancias difíciles, y valentía para ser capaz de enfrentarlas lo mejor que pueda.
  • Yo rezo por todos aquellos que podrían ser considerados como enemigos o despreciables; traigo a la mente todos los casos sin esperanza, todos aquellos que son pasados por alto o abandonados. Rezo porque ellos puedan experimentar la bondad y el amor, y porque aquellos que los describen negativamente puedan recibir la visión que Jesús tenía de ellos. 
    Mantenernos por la FE en el AMOR
    Aquellos que amo están en mis plegarias
    . A medida que pienso en ellos, permito que mis sentimientos de gratitud y de apreciación salgan a la luz y me permitan ser bendecida/o nuevamente.
TRATA A LOS DEMÁS 
COMO QUIERES 
QUE ELLOS TE TRATEN
2. Aprende y colorea:

3. Ve el vídeo "La paz en un abrazo" y sigue comentando a la luz del Evangelio: 
4. Realiza el puzzle:
 5. Cantamos "Me enamoré de Jesús"
¡EL SEÑOR ES COMPASIVO
Y MISERICORDIOSO!

domingo, 13 de febrero de 2022

LAS BIENAVENTURANZAS. VI DOMINGO TO-C

Lee el Evangelio según San Lucas 6, 17.20-26 aquí.
También podéis verlo:
MEDITAMOS: "Bienaventurados o felices..." Jesús nos trae un proyecto de vida completo a través del decálogo de las bienaventuranzas y nos enseña a no victimizarnos que lo importante no es lo que el mundo nos pueda ofrecer y lo que debemos buscar es el reino de Dios, y no dejarse desanimar por las adversidades de la vida cotidiana. "Bienaventurados o Felices…», que es la dicha que es suficiente en sí misma, completa y la primera experiencia de la vida eterna. En su conjunto, describen el espíritu de aquél que vive en la Persona de Cristo. 
DOMINGO DE MANOS UNIDAS
CAMPAÑA CONTRA EL HAMBRE
También
Jesús trae la buena noticia a los pobres, a los que sufren, a los que lloran, a los necesitados… Todos ellos son proclamados felices y se les anuncia que su situación cambiará radicalmente y participarán en el gozo pleno del Reino de Dios. No se dice que sean felices porque su comportamiento es mejor que el de otras personas, sino porque reciben la misericordia de Dios
PARA LA VIDA: Jesús es nuestro amigo y es de verdad el que nos ayuda, el que nos sostiene. Jesús es como un puente, que nos ayuda a pasar de un lado al otro, a esquivar las dificultades y, sobre todo, con Él, siempre seremos felices.
¿Para qué quiere alguien muchas cosas si siempre está solo y no tiene amigos? Además, no podemos quererlo todo para nosotros, mientras hay personas muriendo de hambre en el mundo. ¡Ay, de los que no se fían de estas cosas del Señor! ¡Ay, de los ricos y saciados! Podríamos decir también de los ricos y “asociados”, de los que piensan que se es feliz con el tener. Seamos felices acogiendo a Jesús. Jesús nos pregunta si queremos ser felices de verdad, y nos da el programa de las bienaventuranzas como el camino que nos conduce a la felicidad auténtica.
ORACIÓN:
JESÚS CONFÍO EN TI
Señor, Jesús
hoy quiero darte gracias 
porque con tus palabras sencillas 
siempre me recuerdas
que estarás del lado de los que sufren,
de los que pasan hambre,
de los pobres y oprimidos, 
gracias por recordarme 
lo importante que es la oración...
Ayúdame a no separarme de Ti.
Me pongo en tus manos 
y te pido que me llenes 
de fe y esperanza. Amén.
ACTIVIDADES:
1. Lee o ve de nuevo el Evangelio. Después comenta con tus padres y catequistas las siguientes cuestiones:
  • Como cristianos ¿Crees que podemos vivir nuestra fe pasando de las personas que sufren, o pasan necesidades? ¿Qué piensas que podemos hacer desde nuestra parroquia?
  • ¿Conoces las cosas que se hacen desde nuestra parroquia para ayudar a los pobres?
  • Piensa algún compromiso que puedas hacer para ayudar a personas de las que habla hoy el Evangelio.
2. Las bienaventuranzas para los pequeños:
3. Aprende y colorea:
4. Mira el vídeo "Evangelio en la pared - Las Bienaventuranzas" y comenta con tus padres y catequistas:

5. Realiza el puzzle:

preview35pieceFelices para Jesús..._Anto 

Cantamos "Bienaventurados..."

 FELICES LOS QUE PONEN 

SU CONFIANZA 

EN EL SEÑOR

miércoles, 9 de febrero de 2022

TEMA 34. YA NO SON DOS, SINO UNA SOLA CARNE. EL SACRAMENTO DEL MATRIMONIO

OBJETIVOS:

- Comprender que el matrimonio es una vocación.
- Conocer lo fundamental de sacramento del matrimonio y sus efectos.
- Saber dar razón de la visión cristiana del matrimonio
- Orar por los matrimonios y las familias especialmente por la propia familia.

Dios creó al varón y a la mujer para que se amasen mutuamente e hiciesen crecer y rejuvenecer constantemente la humanidad. Generalmente, en la vida de toda persona llega un momento en que brota el amor. Decide comprometerse, entrar en una comunión estable de vida y formar una familia. A esta decisión y compromiso de vida y amor entre un varón y una mujer se le llama matrimonio. En él los esposos se entregan libremente el uno al otro.

El día que surja en ti este deseo de comprometerte por amor, para siempre, con otra persona, no olvides que es Dios mismo quien hace nacer este amor entre vosotros. Para los cristianos, la mutua entrega de un hombre y una mujer bautizados es sacramento, es decir, un signo que expresa y realiza la alianza de amor y fidelidad de Cristo con su pueblo, la Iglesia. Por eso dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer y serán los dos una sola carne. Es este un gran misterio: y yo lo refiero a Cristo y a la Iglesia. En una palabra, que cada uno de vosotros ame a su mujer como a sí mismo, y que la mujer respete al marido (Ef 5, 31-33).

El sacramento del matrimonio santifica la unión del hombre y de la mujer, de la que nace la familia cristiana como comunidad de vida y amor, y enriquece y hace crecer como personas y como cristianos a cada uno de los cónyuges. Los bautizados están unidos con Cristo para siempre y, cuando el varón y la mujer se unen, es Cristo quien los une y su mutuo amor es una participación del amor de Cristo.

El sacramento del matrimonio establece entre los esposos un vínculo perpetuo y exclusivo y les concede la gracia del Espíritu Santo para que sean fieles a su compromiso conyugal. El vínculo matrimonial es el signo del amor total irrompible con Cristo que ama a su Iglesia. El compromiso conyugal reclama de los esposos amarse y ser fieles el uno al otro mientras vivan; recibir libre y amorosamente los hijos y educarlos humana y cristianamente. Siempre deben llevar una vida que sea ejemplar para toda su familia.

El matrimonio se celebra cuando los contrayentes, que son los ministros de este sacramento, expresan públicamente su mutuo consentimiento de darse y recibirse el uno al otro para siempre ante el sacerdote (o un testigo cualificado de la Iglesia) y otros testigos. Lo hacen con estas palabras: Yo te quiero y me entrego a ti, y prometo serte fiel en la prosperidad y en la adversidad, en la salud y en la enfermedad, y así amarte y respetarte todos los días de mi vida.

¿ES EL MATRIMONIO UNA OBLIGACIÓN PARA TODOS?

El matrimonio no es una obligación para todos. En particular, Dios llama a algunos hombres y mujeres a seguir a Jesús por el camino de la virginidad o del celibato por el reino de los cielos; es decir, a renunciar al gran bien del matrimonio para ocuparse de las cosas del Señor tratando de agradarle, y así se convierten en signo de la primacía absoluta del amor de Cristo y la ardiente esperanza de su vuelta gloriosa. También las personas que viven solas por otros motivos pueden tener una vida plena y feliz.

LA CASA SOBRE ROCA

El matrimonio es una obra de Dios, de quien proviene todo amor verdadero. Este amor puede haberse originado en circunstancias aparentemente casuales, pero en ellas el creyente reconoce la mano de Dios.

Según las costumbres de la época, Abrahán envió un criado a casa de Rebeca, la novia de su hijo Isaac, para gestionar el matrimonio. El padre y el hermano de Rebeca respondieron al criado: "El asunto viene del Señor; nosotros no podemos responderte bien o mal. Ahí tienes a Rebeca, tómala y vete, y sea la mujer del hijo de tu amo, como el Señor ha dicho" (Gén 24, 50-51).

También el matrimonio entre Tobías y Sara es pensado y bendecido por Dios. Ragüel, el padre de Sara dijo: "Dios ordena que sea tuya. Recíbela. Desde ahora sois marido y mujer" (Tob 7, 12).

La presencia de Jesús en las bodas de Caná es confirmación de la bondad del matrimonio y el anuncio de que en adelante será signo eficaz de la presencia de Cristo. Los que viven el matrimonio teniendo esto en su mente hacen realidad este anuncio:

El que escucha estas palabras mías y las pone en práctica se parece a aquel hombre prudente que edificó su casa sobre roca. Cayó la lluvia, se desbordaron los ríos, soplaron los vientos y descargaron contra la casa; pero  no se hundió, porque estaba cimentada sobre roca (Mt 7, 24-25).

CASARSE COMO CRISTIANOS EN LA IGLESIA

Algunas personas dicen a los jóvenes que no se casen porque el matrimonio es algo así como una unión de intereses en el que se hacen en público promesas que a la larga no se pueden cumplir.

Pero un matrimonio cristiano es el mayor regalo que Dios ha pensado para dos personas que se aman. El vínculo que Dios establece es de una fortaleza tal que sería imposible de lograr por los hombres.

Jesucristo, quien dijo: "Sin mi no podéis hacer nada" (Jn 15, 5), está presente de forma permanente en un matrimonio. Él es el amor en el amor de los esposos. El poder de Cristo les fortalece en todos los momentos, incluso cuando aparentemente los esposos han perdido la fuerza para amar.


Poor eso, el sacramento del matrimonio es algo muy diferente a un pedazo de papel o a un contrato. En este sacramento Cristo entra en la alianza entre el varón y la mujer y concede abundancia de gracias y dones a los esposos.

ORAMOS POR LOS NUEVOS ESPOSOS

Seguramente has vivido o vas a vivir la celebración del matrimonio entre personas que conoces y a las que quieres. Cuando se celebra un matrimonio los cristianos nos reunimos en torno a los nuevos esposos, que hacen visible con su unión el misterio del amor fecundo ente Cristo y la Iglesia.

Con nuestra alegría y, sobre todo, con nuestra oración, pedimos al Señor que alcancen una vida familiar cada día más santa y más feliz:

Nuestro Señor Jesucristo, que santificó con su presencia las bodas de Caná, os conceda a vosotros, y a vuestros familiares y amigos, su bendición.

Nuestro Señor Jesucristo, que amó a su Iglesia hasta el extremo, os conceda amaros el uno al otro de la misma manera.

Nuestro Señor Jesucristo os conceda ser testigos fieles de su Resurrección en el mudo y esperar con alegría su venida gloriosa (Bendición final del rito del matrimonio).

Ya desde primeros tiempos de la Iglesia, los cristianos valoran en gran medida el sacramento del matrimonio y animan a los esposos a vivir santamente y a ser testigos del Señor ante todos. Tertuliano, que vivió en los siglos II y III, decía:

¡Qué matrimonio el de dos cristianos,
unidos por una sola esperanza,
un solo deseo, una sola disciplina,
el mismo servicio!
Son verdaderamente dos en una sola carne
Donde la carne es una, también es uno el Espíritu.

¿Qué es el sacramento del matrimonio?

Es el sacramento que santifica la unión del hombre y de la mujer, de la que nace la familia cristiana como comunidad de vida y amor.

Fuente:
CONFERENCIA EPISCOPAL ESPAÑOLA: Testigos del Señor. Editorial EDICE, 2ª edición. Madrid, 2015.

CONFERENCIA EPISCOPAL ESPAÑOLA: Sagrada Biblia. Biblioteca de Autores Cristianos (BAC). Madrid, 2011.

Cantamos: "Amor sin límite"

ACTIVIDADES:

1. Aprende y colorea:

2. Para ver cuánto sabes del tema, pincha aquí.
EL SACRAMENTO DEL MATRIMONIO
SANTIFICA LA UNIÓN 
DE UN HOMBRE CON UNA MUJER
FIDELIDAD PARA SIEMPRE