• Contesta: ¿Por qué dice Jesús a la gente que no imiten las obras de los escribas y fariseos? ¿Qué les gustaba a los fariseos y escribas, que Jesús les recrimina? ¿A quién, dice Jesús, debemos llamar Maestro, Padre y Guía? ¿Qué dice Jesús debe hacer el que quiera ser mayor entre todos? como cristianos: ¿Qué estoy diciendo con mi vida? ¿Qué se expresa con mi manera de obrar?
  • Dicen y no hacen. Jesús se dirige a la multitud y hace ver la incoherencia entre palabra y práctica. Hablan y no practican. A pesar de todo, Jesús reconoce la autoridad y el conocimiento de los escribas. (Papa Francisco)
  • Jesús enumera varios puntos que revelan una incoherencia… Querían ser llamados ¡»Maestro»¡ Representaban un tipo de comunidad que mantenía, y legitimaba los privilegios de los grandes y la posición inferior de los pequeños. Ahora, si hay una cosa que a Jesús no le gusta son las apariencias que engañan. ¿Cómo combatir esta incoherencia? ¿Cómo debe ser una comunidad cristiana? Todos los trabajos y responsabilidades de la vida en común deben ser asumidos como un servicio: El mayor entre vosotros será vuestro servidor. A nadie hay que llamar maestro (rabino), ni padre, ni guía. Pues la comunidad de Jesús debe mantener, legitimar, alimentar no las diferencias, sino la fraternidad. Ésta es la ley primordial: Ustedes son hermanos y hermanas. La fraternidad nace de la experiencia de que Dios es Padre, y que hace de todos nosotros hermanos y hermanas. Pues, el que se ensalce será humillado, y el que se humille será ensalzado. (Papa Francisco)
  • «Decía san Francisco a sus hermanos: Predicad siempre el Evangelio y, si fuera necesario, también con las palabras. No hay testimonio sin una vida coherente. Hoy no se necesita tanto maestros, sino testigos valientes, convencidos y convincentes, testigos que no se avergüencen del Nombre de Cristo y de su Cruz ni ante leones rugientes ni ante las potencias de este mundo.»  
  • Miremos a nuestro interior y contemplemos: “Haced y cumplid lo que os digan, pero no hagáis lo que hacen…» ¡Qué actual es esta recomendación que nos da el Señor! ¡Cuánto nos cuesta aceptar estas palabras! ¿Por qué desoímos tantas veces lo que el Señor nos pide a través de su Palabra? ¿No será para justificarnos en la incoherencia de los demás? Mejor sería que pusiéramos en práctica todo lo que el Señor nos va pidiendo sin esperar nada de los demás, sin olvidar que el instrumento es pequeño. Levantemos la mirada del horizonte y miremos en vertical, porque es de Dios y para Dios todo en nuestra vida. No justifiquemos nuestros errores en los errores de los demás, pues nuestro único modelo debe ser Jesús, en Él debemos fijar todas nuestras metas. Ante Él la verdad y la autenticidad permanecen, todo lo demás es desechado.
  • Todo lo anterior nos lleva a plantearnos: ¿Cuáles son las motivaciones que tengo para vivir y trabajar en la Iglesia, en la comunidad, en mi trabajo? ¿Cuál es mi actitud de servicio, amor o presunción, dominación? ¿Cómo me ayudan la comunidad, mis amigos, familiares, compañeros a corregir y mejorar mis motivaciones?
  • El único maestro, Jesús: “Uno sólo es vuestro Padre, el del cielo.» ¿Cuándo vamos a creer del todo estas palabras? ¿Cuándo vamos a interiorizarlas y a asumir la grandeza de este hecho? Porque si Dios es mi Padre, me conoce totalmente, me cuida, se preocupa por mí, le interesa lo que a mí me interesa, vela por mi vida, por mi bien, me da lo que necesito…   
  • Mi compromiso: Contempla como es el camino de seguimiento a Jesús: abajamiento, humildad, servicio… Si un deseo te lleva por este camino, es de Jesús. Pero si te lleva a la suficiencia, al orgullo, a la vanidad… no es el camino de Jesús. ¿En que camino te encuentras? ¿Cuál es el verdadero maestro en tu vida, al que obedeces y sigues por encima de todo? Ponte en camino y piensa que solo a Dios adoraras. Comprometete.
  • En el evangelio dice que no hagas lo que ellos hacen. Quizás sea también alguna vez una excusa para no hacer nada. Ponte en camino, hay muchos que te esperan para que los ayudes a caminar. No somos como Jesús que se preocupaba de hacer ligera la carga pues era sencillo y humilde de corazón. Pregúntate si agobias a los que se relacionan contigo con tus exigencias y no le facilitas la acogida del evangelio.
  • Esfuérzate en hacer de tu vida una búsqueda sincera de Dios, que se manifiesta en tu relación con los demás.
  • Lleva a tu oración estas palabras del Papa Francisco: Jesús “nos llama a dar testimonio en nuestra vida de la humildad, la sencillez y el espíritu de servicio que nos ha enseñado».
2. Aprende y colorea:
3. Ve el vídeo "Personas extraordinarias" Después coméntalo con tus padres y catequistas:
4. Realiza el puzzle:
 Cantamos "Te tengo a Tí"
¡SEÑOR QUIERO HACER
TU VOLUNTAD!