domingo, 27 de abril de 2025

SEÑOR MÍO Y DIOS MÍO. II DOMINGO DE PASCUA -C

Lecturas misa AQUÍ.

Os dejamos el Evangelio según San Juan 20, 19-31:
MEDITAMOS:
Nos vamos a fijar en ese amor de Jesús a los discípulos. Ellos estaban tristes, miedosos, encerrados sin saber qué hacer. Seguramente estaban enterados de las apariciones de Jesús a algunas personas pero no terminaban de creer que Jesús había resucitado. Cuando Jesús se presenta, las puertas están cerradas y, los saluda deseándoles la paz y enviándolos a las gentes, así como él fue enviado. Les dice que reciban al Espíritu Santo y que perdonen los pecados. Jesús lo que recibió se lo entrega también a los discípulos.
PARA VIVIR:
Para nosotros, es muy importante creer en esas palabras de Jesús pues implican el que creamos en su Iglesia. Jesús está resucitado, en los que se reúnen en su nombre, en los que creemos en él, en el pobre y humilde, en la Eucaristía, en su Palabra. La Iglesia es la comunidad que vive de esa fe en Jesús resucitado, la que nos anima a creer y la que guarda dones que Jesús dejó a sus discípulos.
ORACIÓN:
Querido amigo Jesús,
te encuentras aquí, 
en medio de nosotros 
porque creemos en tus palabras. 
Aumenta nuestra fe, 
que a veces,  se debilita, 
como la de los apóstoles. 
Líbranos del miedo que nos hace caer 
en la desconfianza y en la tristeza. 
Contigo siempre vamos seguros 
porque nunca nos fallas. 
Eres el más importante para nosotros. 
Aumenta la fe de todos 
los que creemos en tu resurrección gloriosa. Amén.
ACTIVIDADES:
1. Lee o ve de nuevo el Evangelio. Después comenta con tus padres y catequistas las siguientes cuestiones:
  • Contesta
    - ¿Qué sucedió al anochecer del día de la resurrección?
    - ¿Cómo fue el saludo de Jesús a los discípulos?
    - ¿Quién no estaba presente cuando Jesús se apareció?
    - ¿Qué dijo Tomás al respecto de lo que le contaron los demás discípulos?
    - ¿Qué sucedió ocho días después estando Tomás presente?
  • - ¿Cómo comienza este relato?
    - ¿Dónde estaban los discípulos y porqué estaban en esa situación? ¿Qué sentimiento tenían?
    ¿Qué les dijo Jesús cuando apareció en medio de ellos?
    ¿Qué les mostró Jesús?
    ¿Qué les dijo con respecto a la misión que les daba?
    ¿Qué gesto realizó cuando les dijo “reciban el Espíritu Santo”?
    ¿Cómo se llamaba el Apóstol que no estaba con ellos en ese momento?
    ¿Qué dijo el Apóstol cuando escuchó lo que le dijeron?
    ¿Qué sucedió ocho días después? ¿Qué le dijo Jesús al discípulo incrédulo?
    ¿Cuál fue la frase que dijo el discípulo? ¿Qué significa esta frase?
    ¿Qué añadió Jesús sobre los creyentes que vendrían después?
    ¿Por qué Juan escribió todas estas cosas?
  • El texto
  • El texto de San Juan comienza la narración el día de la Resurrección. Es decir el primer día de la semana, para los judíos, después del sábado. Ya al atardecer, después que el Evangelista nos ha contado que María Magdalena fue al sepulcro y no encontró el cuerpo, entonces volvió y lo dijo a sus Apóstoles y Pedro y Juan corroboraron que no estaba y luego cómo se le apareció a la Magdalena. Ahora Jesús Resucitado entra en el lugar donde ellos estaban.
    Es importante el dato que ofrece Juan, estaban cerradas las puertas ¿Cómo entró Jesús? Es una muestra de su cuerpo glorioso y resucitado. Así no habla con este lenguaje tan simple que después de su muerte, ha entrado en otra dimensión inexplicable, sólo con estos hechos puede dar a entender.
    En esta escena no estaba Tomás, al que luego la Iglesia lo apoda “el incrédulo”. Es conocido por todos la frase: “si no pongo mi dedo en sus llagas y no meto mi mano en su costado abierto, no creeré”. El Evangelista Juan inmediatamente cuenta que una semana después Jesús vuelve a aparecerse y llama a Tomás, lo invita con amor a que corrobore que es Él quien ha vuelto de la muerte y le pide que sea un hombre de fe. La respuesta del discípulo incrédulo es: “Señor mío y Dios mío”. Es el reconocimiento profundo y verdadero de darse cuenta que Jesús no es un simple maestro, es el “Señor” que quiere decir el dueño de la vida, de la historia. Es Dios. No hay título más supremo en este mundo y esas palabras encierran la síntesis de la fe cristiana más importante. Jesús es el Señor. Jesús es Dios que se encarnó en el seno de María y murió para salvarnos.
    El texto finaliza con una idea muy alentadora para todos nosotros: “felices los que crean sin ver”. San Juan nos pone de relieve a todos los creyentes, que esa misma alegría que tuvieron los discípulos al ver al Señor la pueden tener también todos los creyentes en Él. Por eso mismo dice que estas palabras “quedan escritas para que crean que Jesús es el Mesías y creyendo en Él tengan la vida eterna”.
  • Reflexión: Profundizamos en la Palabra de salvación:
  • ¿También yo me encierro en mis formas de pensar, de sentir, de creer y no quiero aceptar que Jesús es más grande que mis formulaciones humanas?
    ¿Estoy convencido que ser un seguidor de Jesús es ser una persona de paz? ¿Recibo conscientemente la paz y la transmito?
    Los discípulos del Señor somos enviados por Él. ¿Estoy consciente que creer en Jesús también implica ser enviado por Jesús para la misión de transmitir la Buena Noticia?
    ¿Cuántas veces al igual que Tomás exijo “pruebas para creer”? ¿Qué dirá el Señor sobre todo esto?
    ¿Soy capaz de reconocer a Jesús resucitado y viviente en mi vida, en nuestra vida de Iglesia? Aún cuando parezca una respuesta sencilla es necesario repensar bien, pues el reconocer en mi vida a Jesús, implica vivir con alegría, vivir con la meta de llevar el Evangelio a la mayor cantidad de personas y no dejar que nadie me quite la esperanza.
    ¿Creo de verdad en que Jesús es el Mesías, es el Hijo de Dios y es el único que me salva?
    ¿Cuál es el concepto de Salvación que yo tengo? ¿Entiendo que por creer en Jesús tendré la vida verdadera?
  • Oración
  • Hacemos nuestra oración con el texto de la segunda Lectura de la Primera Carta de Juan:
1,5: Éste es el mensaje que le oímos y les anunciamos: 
que Dios es luz sin mezcla de tinieblas.
1,6: Si decimos que compartimos su vida 
mientras caminamos a oscuras, 
mentimos y no procedemos con sinceridad. 
1,7: Pero si caminamos en la luz, como él está en la luz, 
estamos en comunión unos con otros 
y la sangre de su Hijo Jesús nos limpia de todo pecado.
1,8: Si decimos que no hemos pecado, 
nos engañamos y no somos sinceros. 
1,9: Si confesamos nuestros pecados, 
él es fiel y justo para perdonarnos los pecados 
y limpiarnos de todo delito. 
1,10: Si decimos que no hemos pecado, 
lo hacemos pasar por mentiroso y su palabra no está en nosotros.

Hacemos un momento de silencio y reflexión para responder al Señor.
Añadimos nuestras intenciones de oración.              Amén.
  • Interiorizo La Palabra de Dios
  •  Repetimos varias veces este versículo del Evangelio para que vaya entrando a nuestra vida, a nuestro corazón.

    «¡Felices los que no vieron, pero creyeron!»
    (Versículos 29)

    Y así, vamos pidiéndole al Señor ser testigos de la resurrección para que otros crean.
  • Me comprometo
  • Debe haber un cambio notable en mi vida. Si no cambio, entonces, pues no soy un verdadero cristiano. En lo personal, vuelvo a leer detenidamente las lecturas. 
    Estamos revisando todo lo referente a mi salvación. Por lo que es importante decidir un cambio. Como acto de fe, voy a llevar en actitud misionera a alguna persona que esté pasando por un momento difícil, mi testimonio de creyente. 
    Y también voy a realizar unas obras de caridad con alguien que lo necesite. Con tu grupo, te propongo, que digamos entre todos cuántas veces somos parecidos al apóstol Tomás, por lo tanto analizamos todas las veces que pedimos a Dios pruebas constantes de su divinidad y de estar en medio nuestro. Por lo que vamos a realizar una obra que manifieste nuestra fe y nuestra alegría por ser creyentes. 
    Somos felices porque creemos sin ver y esto lo haremos también llevando alegría, felicidad a personas que por algún motivo sufren. No dejes pasar esta oportunidad.
2. Aprende y colorea: 
3. Ve el vídeo "Fuera miedos" Después coméntalo con tus padres y catequistas:
4. Realiza el puzzle:
¡QUE JESÚS RESUCITADO
EN MEDIO DE NOSOTROS
NOS ALEGRE Y DÉ SU PAZ!

viernes, 25 de abril de 2025

EL PAPA FRANCISCO HA PARTIDO A LA CASA DEL PADRE




EL PAPA FRANCISCO, EL PASTOR DEL MUNDO

Había una vez un hombre bueno llamado Francisco, que vivía en una ciudad muy lejana llamada Roma. Él era el Papa, que es como un gran pastor que cuida a toda la familia de la Iglesia Católica en el mundo entero.

Pero… ¿sabes de dónde viene ese trabajo tan especial?

Hace muchos años, cuando Jesús vivía en la Tierra, tuvo doce amigos muy cercanos llamados apóstoles. Uno de ellos se llamaba Pedro. Jesús le dijo a Pedro:

— “Tú eres la roca sobre la que voy a construir mi Iglesia.”

Desde entonces, Pedro se convirtió en el primer Papa. Y cuando Pedro fue al cielo, otro amigo de Jesús ocupó su lugar, y así uno tras otro… hasta llegar al Papa Francisco.

Francisco fue el Papa número 266. Era un hombre alegre, humilde, y lleno de amor. Le gustaba hablar con los niños, abrazar a los enfermos, y decirle a todos:

— “¡Dios te ama mucho, y nunca te deja solo!”

Vivía en una casa sencilla, no le gustaban los lujos. Y siempre pedía a todos que cuidáramos el planeta, fuéramos amables con los demás, y rezáramos todos los días.

Ahora que Francisco ha ido al cielo, muchos niños del mundo rezan por él con una sonrisa, recordando que fue un gran pastor del amor de Jesús, como lo fue San Pedro.

Y así, un día, otro Papa será elegido, y continuará guiando a la Iglesia con fe, como lo han hecho todos los sucesores de Pedro.
ORACIÓN:
Querido Dios, 
gracias por el Papa Francisco,
que nos enseñó a amar 
y a cuidar a los demás.
Ahora que está contigo en el cielo,
cuídalo mucho y dale paz.
Ayúdanos a seguir su ejemplo
y a ser buenos con todos. Amén.
ORACIÓN CON NIÑOS, POR EL PAPA FRANCISCO
ObjetivoQue los niños descubran que la muerte del Papa Francisco no es el final, sino el paso a la vida eterna con Jesús Resucitado y aprendan a vivir con esperanza, agradeciendo su vida y su ejemplo, como un reflejo del amor pascual de Cristo.

Desde nuestro bautismo, somos peregrinos de esperanza caminando hacia la Casa del Padre en el cielo.

El Papa Francisco era un hombre que escuchaba a Dios y también a los niños. Siempre hablaba del amor, del perdón y de la importancia de cuidar a los pobres, a la naturaleza, a los abuelitos... ¡y a los más pequeños!

Su corazón era como el de Jesús: lleno de misericordia.

¿Qué pasó con el Papa?
El Papa Francisco ya terminó su misión en esta tierra. Dios lo llamó a su casa, al Cielo.
Nosotros, con nuestra fe, creemos que ahora está
muy feliz, abrazado por Jesús, y que desde allá sigue cuidando a la Iglesia como un abuelo bueno cuida a su familia desde el cielo.
Como dice el Catecismo: "La vida no termina, Se transforma. Al morir, entramos en la vida eterna con Dios." (CIC 1012)
Vemos la vida y legado del Papa Francisco: 
¿Cómo recordamos al Papa Francisco?
Con gratitud, con cariño, con una sonrisa...
Recordamos sus gestos tiernos, sus palabras llenas de sabiduría, y su corazón que latía al ritmo del Evangelio.
Hoy queremos dar gracias a Dios por su vida, y recordar algunas de las historias que lo hacían tan especial.
Rendimos un homenaje: Con unas anécdotas del Papa Francisco:
1. El niño que se acercó a él con toda confianza.
En una audiencia, mientras el Papa escuchaba atento a los presentes, un niño corrió hacia él, lo saludó y no se quería ir. El Papa lo acarició y platicó brevemente con ternura y lo dejó quedarse a su lado. El niño terminó con un pequeño regalo de recuerdo.
Francisco dijo después: "Jesús quiere que nos acerquemos a El sin miedo, como lo hizo ese niño":
2. El niño que preguntó si su papá estaba en el cielo Emanuel, un niño italiano, con lágrimas en los ojos le preguntó si su papá, que no era creyente, estaría con Dios. El Papa Francisco, lo abrazó y le dijo con dulzura: "Dios tiene un corazón de papá... y seguro que recibió a tu papá con mucho amor";
3. El Papa que siempre abrazaba a los niños. En todas sus visitas a otros países, en sus reuniones multitudinarias con los peregrinos, nunca faltaron los gestos de cercanía y cariño para los mas pequeños. Para ellos el Papa Francisco siempre tenía el tiempo de regalarles un gesto del amor de Dios. Como fue el caso de su visita a Indionesia donde recibió y abrazo a niños huérfanos y refugiados:
"La escalera al cielo"
Reflexión:
Así, sentado con los niños en círculo:
* "¿Habéis escuchado que el Papa Francisco ya esta con Jesús? No es un adiós triste... Es como cuando alguien termina su misión con mucho amor y Dios lo llama para premiarlo con un abrazo eterno.
Jesús nos enseñó que hay una vida después de esta, una vida más bonita: la vida eterna. Es el cielo, la casa de
* Dios. No es un lugar con nubes y arpas, es un lugar de amor, donde todo será paz, donde nadie sufre, y donde están los que amaron como Jesús."
Cita para niños: "Voy a prepararles un lugar. Y cuando esté listo, vendré a llevarlos conmigo" (Juan 14,2-3)"
¿Qué creen que hizo el Papa Francisco para llegar ahí?" torbellino de ideas... guiar hacia: amó, ayudó, perdonó, compartió, oró...)
"Hoy vamos a hacer una escalera muy especial: ¡la que sube al cielo! En cada escalón vamos a poner una acción buena que el Papa hizo. Así recordamos que el amor nos lleva al cielo. ¡Como una escalera de esperanza!"
Ahora vamos a hablar con Jesús y vamos a darle Gracias por habernos dado un Pastor para toda la Iglesia: el Papa Francisco. Él ya está en el cielo pero nos dejó su sonrisa, sus palabras, su ejemplo. Y lo más bonito: ¡ Nos enseñó a amar como Jesús!
Encendemos la vela de la oración: Jesús, tu eres la luz del mundo. Gracias por encender esa luz en el corazón del Papa Francisco.
Repartimos las estampitas para escribir la oración del Papa Francisco para los niños:

Querido amigo Jesús, 
haz que mi corazón sea grande, 
generoso y lleno de amor.
Enséñame a perdonar, a ayudar y a sonreír.
Que nunca me canse de hacer el bien,
y que viva cada día con alegría, como Tú. Amén.

ACTIVIDADES:
. Aprende y colorea:
Cantamos en memoria del Papa “Papa Francisco

Para saber más:
DURANTE EL PERIODO DE SEDE VACANTE:

El fallecimiento del papa Francisco nos causa tristeza y consternación, y nos deja un cierto sentimiento de orfandad. No obstante, nuestra fe y esperanza nos animan a alzar la mirada. Por eso, se ofrecen a continuación unas orientaciones que ayuden a la comunidad diocesana a vivir con sentido de comunión eclesial y oración este tiempo de espera en la Iglesia.

Noticia de la muerte y misas exequiales

* Campanas en señal de luto. Una vez conocida la noticia del fallecimiento del Santo Padre, es conveniente que en las catedrales, parroquias y otras iglesias se toquen las campanas en señal de luto, especialmente el mismo día del fallecimiento y el día de las exequias.
* Celebraciones cotidianas de la eucaristía y actos piadosos. En los días antes de la misa exequial en Roma, se puede pedir en las celebraciones de la misa por el papa difunto en el memento correspondiente, y añadir intenciones por él en la oración de los fieles. También se pueden organizar actos de devoción y piedad, como el rezo del Santo Rosario u otros que parezcan adecuados.
* Omisión del nombre del papa en la Liturgia. En la Plegaria eucarística, se omite la fórmula habitual "con tu servidor el Papa Francisco", ya que la Sede está vacante. Se pasa directamente a nombrar al obispo diocesano.
* Misa funeral por el papa difunto (26/04/2025). Texto completo de la misa funeral. La misa funeral por el Santo Padre no se ha de celebrar antes de las exequias celebradas en la basílica de San Pedro en Roma. Una vez celebradas éstas, durante el período llamado de novemdiales, se organizará un funeral de carácter diocesano en la Santa Iglesia Catedral, y las parroquias y otras comunidades podrán hacerlo también una vez que se haya celebrado el funeral diocesano.
* Formularios para utilizar en la misa exequial. Para esta celebración se podrá utilizar uno de los tres formularios “por el papa” contenidos en las misas exequiales (Misal Romano, pp. 1118-1120), utilizando las lecturas adecuadas y el color morado, siempre que la celebración de la misa exequial no esté impedida por el día litúrgico. El día de las exequias del Santo Padre difunto en Roma puede celebrarse el Oficio de Difuntos de la Liturgia de las Horas.

Para elegir un nuevo Papa, los cardenales se reúnen en La Capilla Sixtina del Vaticano. Esa reunión se llama Cónclave:

Cónclave para la elección del nuevo papa:

* Oraciones por el cónclave y la elección del nuevo papa. Desde el inicio de la Sede Vacante, y muy especialmente desde el inicio del cónclave, se recomienda incluir en la oración de los fieles una súplica por el cónclave y la elección del nuevo papa.
* Misas por el cónclave. Durante el cónclave se puede celebrar, si el día litúrgico no lo impide, la misa por diversas necesidades “para elegir un papa o un obispo” (Misal Romano, p. 1004).
* Actos de piedad y devoción. Se pueden organizar momentos de adoración eucarística o rezar el Santo Rosario o realizar otros actos de piedad pidiendo luz para los cardenales electores.
* Campanas en señal de gozo. Una vez conocida la noticia de la elección del Santo Padre, es conveniente que en las catedrales, parroquias y otras iglesias se repiquen las campanas en señal de gozo.
(Secretariado de la Comisión Episcopal para la Liturgia 
Conferencia Episcopal Española)
. También os dejamos la última encíclica «Dilexit nos»(Nos amó), sobre el Sagrado Corazón de Jesús:

POR LA IGLESIA!
Y SUS PASTORES!

lunes, 21 de abril de 2025

¡HASTA EL CIELO PAPA FRANCISCO!

 

¿PERO QUÉ LÍO TAN GRANDE  HICISTE FRANCISCO?
¿Pero qué hiciste Francisco? Te has marchado sin darte cuenta del lío que armaste, de lo que iniciaste, del fuego que provocaste.
Sí, porque en mi vida de fe todo estaba relativamente bien antes de que llegaras. Antes de que hace poco más de 12 años te pusieras esa túnica blanca y tomaras por nombre ese nombre que ahora resuena por todos lados: “Francisco, el Papa de los marginados”.
¿Qué hiciste Francisco? Me pediste que saliera de ese cristianismo cómodo, blandengue, tibio. De ese que se deja solo para los domingos en el templo, del que se conforma con colgarse un crucifijo o un rosario, del que se queda en rezos pero no se convierte en vida.
¿Qué hiciste Francisco? No solo a mí, sino a miles de personas que ahora nos cuestionamos si de verdad estábamos viviendo nuestra fe católica o solo estábamos lavando nuestras conciencias. Porque con lo que hiciste Francisco, me quitaste la paz, la tranquilidad de un alma adormecida por la comodidad, y me pediste que volteara a ver el mundo, no mi burbuja, sino el mundo real.
¿Qué hiciste Francisco? No solo abrazaste a los enfermos, sino que los miraste a los ojos, no tuviste temor de tocarlos, de amarlos, de meterte en sus vidas. Y con ello, no solo les diste alivio, sino que les devolviste su dignidad. Comiste con los indigentes, los invitaste a tu mesa, los hiciste sentir en casa. Y con ello me pediste que yo haga lo mismo. Que no basta con dar unas monedas sino soy capaz de darles una sonrisa, una palabra, una caricia.
¿Qué hiciste Francisco? Fuiste a las prisiones, a los refugios de migrantes a lavarles los pies, no les preguntaste cuál era su delito o su religión. No te importó si eran musulmanes, hindúes o no creyentes. Para ti todos eran hijos de Dios y reflejo de su hijo Jesucristo. Ahora tengo que detenerme en los cruceros y semáforos de mi ciudad. Buscar a esos hermanos, abrirles la ventana del coche y de mi corazón. Ayudarles a comer algo, pero, sobre todo, brindarles la oportunidad de que se sientan acogidos, de que se sepan mis hermanos.
¿Qué hiciste Francisco? Les besaste los pies a líderes de África que eran enemigos entre sí para suplicarles que se perdonaran y vivieran en paz. Aún después de tu funeral lograste el milagro de que los poderosos del mundo se sentaran en la Basílica de San Pedro a dialogar para terminar la locura de la guerra. Y entonces ¿cómo puedo ser capaz de guardar orgullo o rencor en mi corazón hacia mis enemigos? ¿cómo puedo no dar el primer paso ante aquellos con quienes estoy distanciado? ¿Por qué me obligas a rendir mi orgullo, a bajar mi soberbia y a pedir perdón?
¿Qué hiciste Francisco? Escribiste un libro que se llamaba “El nombre de Dios es Misericordia”. Y yo que creía que se llamaba “Justicia”. Y por eso mismo, no tuviste temor de reunirte con aquellos que son diferentes, que son señalados por el “escándalo” de sus vidas y condenados por “su pecado”. Les abriste la puerta de la Iglesia y de tu corazón a esos “pecadores públicos”. ¡Gays, lesbianas, transexuales y prostitutos! ¿En qué estabas pensando Francisco? O mejor dicho ¿en Quién estabas pensando? Me recordaste que la única diferencia entre ellos y yo es que a ellos se les nota su pecado, y yo escondo los míos para sentirme bueno, para creerme digno, para disfrazarme de aquellos a los que Jesús les sentenció: “el que esté libre de pecado, que tire la primera piedra”.
¿Qué hiciste Francisco? Permitiste que los niños jugaran e hicieran escándalos en tus audiencias. Los mirabas divertido mientras los demás se incomodaban y reían nerviosos. ¿Te das cuenta Francisco? ¿Ahora cómo puedo mirar con desaprobación a los padres que llevan a sus niños a las celebraciones y no los pueden controlar? ¿Cómo puedo negar con la cabeza cuando vea un pequeño tirado en el piso de la Iglesia jugando en el templo? ¡Qué escándalo Francisco! ¡Qué escándalo!
¿Qué hiciste Francisco? Mientras los artistas, deportistas, influencers y demás famosos, exhibían sus lujos, su belleza, sus cuerpos y eran capaces de hacer lo que sea por tener miles de seguidores o llenar estadios, tú, en tu silla de ruedas, reuniste a 7 millones de personas en Filipinas y a 1.5 millones de jóvenes en Lisboa solo para pedirles que no te siguieran a ti, sino que alzaran su mirada hacia el único que merece la honra, el poder y la gloria. Al único que vale la pena seguir. A Aquel que te eligió como su vicario.
¿Qué hiciste Francisco? Trabajaste hasta los 88 años y, literalmente, hasta el último día de tu vida. No seguiste el consejo de los médicos que te pidieron descansar, tomar vacaciones, cuidar tu salud y tu vida. No sabían que tu misión era precisamente lo contrario. Entregarte, desgastarte, ofrecer hasta el último aliento de tu vida al igual que tu Maestro. Me has enseñado que en el servicio al Señor no existen jubilaciones, ni planes de pensiones, y que la única recompensa es el privilegio de sabernos pobres trabajadores de su Reino
¿Qué hiciste Francisco? GRACIAS POR TANTO AMOR                    Fuente catolicopreparado.es

Estamos llamados a ser santos por vocación cristiana:
...Sé santo porque Yo soy santo... (1 Pedro 1,16)
Desde nuestro bautismo peregrinamos a la casa del Padre, el cielo, El Papa Francisco ya ve cara a cara a Jesús. Creemos que en el cielo vemos a Jesús tal como es, con amor. -El mejor premio de todos-
Cantamos "Veré su rostro"

Gracias Papa Francisco: Te fuiste como viviste: saliendo al encuentro de todos hasta el último momento.
Nos dejaste el Evangelio hecho carne en cinco palabras: misericordia, misión, encuentro, fraternidad y escucha.
Nos enseñaste que Dios es un Padre que nunca se cansa de perdonar, que la Iglesia debe salir y no instalarse, que la creación es un don que clama ser custodiada, que todo ser humano es hermano, y que el camino se hace juntos, escuchando al Espíritu.
Descansa en la ternura del Dios que tanto predicaste.
Nos dejas mucho! Tu ejemplo habló más que las palabras!
Gracias Francisco! Te debo tanto…
Nos queda su legado y ejemplo:
El Papa Francisco ha publicado una serie de exhortaciones apostólicas, encíclicas, cartas apostólicas y otros documentos magisteriales desde el inicio de su pontificado en 2013. 
Resumen de los principales documentos divididos por tipo:
📜 Encíclicas:

Son cartas solemnes dirigidas a toda la Iglesia (y a veces también a “todas las personas de buena voluntad”), donde el Papa trata temas de doctrina, moral, sociedad o medioambiente.
1. Lumen Fidei (2013)
Tema: La fe cristiana.
Nota: Fue comenzada por Benedicto XVI y finalizada por Francisco.
2. Laudato Si’ (2015)
Tema: Cuidado de la casa común (ecología, medio ambiente, justicia social).
Importancia: Llamado fuerte a una conversión ecológica.
3. Fratelli Tutti (2020)
Tema: Fraternidad y amistad social.
Mensaje: Superar divisiones, construir la paz y una cultura del encuentro.

📢 Exhortaciones Apostólicas

Son textos papales que exhortan a la comunidad cristiana a vivir ciertos valores o enseñanzas. Suelen seguir a sínodos.
1. Evangelii Gaudium (2013)
Tema: El anuncio del Evangelio en el mundo actual.
Importancia: Documento programático de su pontificado.
2. Amoris Laetitia (2016)
Tema: El amor en la familia.
Debate: Aborda situaciones complejas como el acompañamiento a divorciados vueltos a casar.
3. Gaudete et Exsultate (2018)
Tema: El llamado a la santidad en el mundo actual.
Estilo: Cercano y práctico.
4. Christus Vivit (2019)
Tema: Jóvenes y vocación.
Contexto: Posterior al Sínodo de los Jóvenes.
5. Querida Amazonia (2020)
Tema: La región amazónica y sus pueblos.
Contenido: Incluye sueños sociales, culturales, ecológicos y eclesiales.

📝 Cartas Apostólicas

Son documentos menos extensos que tocan temas específicos.
1. Misericordia et Misera (2016)
Tema: Al final del Jubileo de la Misericordia.
Mensaje: Continuar viviendo la misericordia.
2. Scripturae Sacrae Affectus (2020)
Tema: Amor a la Sagrada Escritura, en el 1600 aniversario de San Jerónimo.
3. Desiderio Desideravi (2022)
Tema: La formación litúrgica del pueblo de Dios.
¡GRACIAS PAPA FRANCISCO
POR TU EJEMPLO DE SANTIDAD! 

sábado, 19 de abril de 2025

LA ESPERANZA NO DEFRAUDA! JESÚS HA RESUCITADO ALELUYA, ALELUYA! 2025 -C

JESÚS ES NUESTRA ESPERANZA 

Lecturas misa AQUÍ.

Os dejamos el Evangelio según San Juan 20, 1-9:
MEDITAMOS: Hoy es el día más importante del año:
¡Jesús ha resucitado!
Es el misterio central de nuestra fe y es tan importante que celebramos su resurrección durante 50 días como si fuera un día solo.
El Resucitado. Linares

Celebramos la Pascua y llamamos a este tiempo litúrgico: tiempo pascual: Empieza el domingo de Resurrección.
A los 40 días celebraremos la Ascensión de Jesús al cielo, después de prometer a los apóstoles que les enviaría el Espíritu Santo.
Termina el día de Pentecostés con la venida del Espíritu Santo.
El BLANCO es el color de las fiestas y esta es la más importante.
«Si Jesús no hubiera resucitado vana sería nuestra fe» (San Pablo)
Nosotros creemos en Jesús vivo, si no hubiera resucitado sería una tontería creer en Él.
Su Resurrección ocurrió realmente.
Muchas personas lo vieron, comieron con Él y hasta tocaron sus llagas.
PARA LA VIDA:
Hoy Jesús nos dice:
Alégrate y no temas nada.
Yo he vencido a la muerte.
Todos los sufrimientos de este mundo tienen un final y luego resucitarás conmigo.
ORACIÓN:
Ahora podrás decirle a mi Madre:
Madre del Amor Hermoso. Linares
V. Reina del cielo alégrate; aleluya.
R. Porque el Señor a quien has merecido llevar; aleluya.
V. Ha resucitado según su palabra; aleluya.
R. Ruega al Señor por nosotros; aleluya.
V. Gózate y alégrate, Virgen María; aleluya.
R. Porque verdaderamente ha resucitado el Señor; aleluya.
Oremos:
Oh Dios, que por la resurrección de tu Hijo, nuestro Señor Jesucristo, has llenado el mundo de alegría, concédenos, por intercesión de su Madre, la Virgen María, llegar a alcanzar los gozos eternos. Por nuestro Señor Jesucristo.
         ¡Llénate de alegría y celebrémoslo juntos!
Cantamos con los más pequeños "Cristo ha resucitado"
ACTIVIDADES:
1. Vuelve a leer o ver el Evangelio. Después comenta con tus padres y catequistas las siguientes cuestiones:
  • Contesta
  1. ¿Cuál es el día de la semana en el que trascurren los hechos?
  2. ¿Quién es la primera persona en dirigirse al sepulcro? ¿En qué momento del día lo hace?
  3. ¿Con qué se encuentra al llegar?
  4. ¿Hacia quién se dirigió María Magdalena? ¿Qué les dijo?
  5. ¿Qué hicieron Juan y Pedro al conocer la noticia?
  6. ¿Cuáles de los discípulos llega primero al sepulcro? ¿Qué encontraron allí dentro?
  7. ¿Qué ocurrió con Juan cuando ingreso al sepulcro?¿Según la Escritura, que debía ocurrir con Jesús? 
  8. ¿Cuál es nuestra ESPERANZA?
  • Reflexión: El viernes Santo Jesús en la Cruz nos invita a permanecer ante las cruces y los crucificados, no sintiéndonos defraudados en nuestras esperanzas sino con paciencia, confiando en que Dios cumple en Jesucristo su promesa: la salvación para cada uno, para la Iglesia, para toda la humanidad. Ésa es la esperanza cristiana que brota de Jesús en la Cruz. Y hoy estamos celebrando que, (como indica el título de la Bula de convocatoria del Jubileo 2025 de Valencia), esa esperanza no defrauda.
  • Vemos en Jesús que la esperanza cristiana es inseparable de la Cruz pero la Cruz tampoco se puede separar de la Resurrección del Señor. Así lo hemos visto en el Evangelio: “¿Por qué buscáis entre los muertos al que vive? No está aquí. Ha resucitado”.
    La esperanza en una vida que vence a la muerte es consecuencia de la fe en Dios. El ser humano tiene en sí mismo un deseo de inmortalidad y vida eterna que por sí mismo no puede satisfacer. El cumplimiento de ese anhelo sólo puede venir de Quien es la fuente de la vida, que nos hace capaces de vivir en Cristo superando el pecado, el miedo y la muerte. Su amor es para nosotros la garantía de que existe aquello que sólo llegamos a intuir vagamente y que, sin embargo, todos esperamos en lo más íntimo de nuestro ser, de un modo u otro: la vida que es «realmente» Vida.
    La Resurrección de Jesús es la esperanza que no defrauda porque es el cumplimiento de la promesa de salvación de Dios. Y la liturgia de la Vigilia Pascual desarrolla el mensaje de la Resurrección de Jesús como el cumplimiento de la esperanza de Israel, recogida en el Antiguo Testamento, y que en definitiva es la esperanza de toda la humanidad y de la creación entera.
    En la primera lectura se recuerda la creación primera: así como entonces Dios llamó a la existencia a lo que no era, del mismo modo al resucitar a Jesús llama a los muertos a la nueva vida.
    En la segunda lectura, se anuncia la resurrección como el cumplimiento de la historia de la salvación, que comenzó con la vocación de Abrahán.
    En la tercera lectura, la resurrección se presenta con la liberación de Israel, esclavizado en Egipto: el paso del Mar Rojo es prefiguración del paso de Jesús de la muerte a la vida.
    Las otras lecturas del Antiguo Testamento interpretan la Pascua como cumplimiento de la promesa profética que asegura la renovación del pueblo elegido de Israel mediante un nuevo corazón y un nuevo espíritu.
    Y las lecturas del Nuevo Testamento no sólo vuelven la mirada hacia atrás, sino que se proyectan sobre todo hacia adelante. En la Resurrección de Jesucristo se abre el futuro y se instaura definitivamente, para todos, la esperanza que no defrauda. Su Resurrección es la garantía de que al final la vida vencerá a la muerte, la verdad a la mentira, la justicia a la injusticia y el amor al odio e incluso a la muerte. Por eso, la Resurrección de Jesucristo es el punto de partida y el fundamento de nuestra esperanza. La esperanza cristiana no es una ilusión o una proyección de nuestros deseos, ni es una confianza simplista en un final feliz. El fundamento de nuestra esperanza es la Resurrección de Jesucristo, y nosotros esperamos participar de esa misma Resurrección. Esta esperanza no sólo afecta a nuestra alma; es también esperanza en una transformación de nuestro cuerpo y del cosmos entero. Por eso no defrauda porque nada, excepto el mal, queda excluido de esta esperanza. 
  • Meditación
  • Luego de haber recorrido el camino cuaresmal, y llegar a este día ¿qué experimento? ¿Siento la alegría que nace del resucitado? ¿Cuál es la diferencia entre la alegría que viene de Dios, y la que “supuestamente” nos da el mundo?
    ¿Qué imagen tengo de Jesús? ¿Me quedo con un Jesús muerto, o con un Jesús glorioso y resucitado?
    ¿Soy como Juan, que ante el “misterio” vio y creyó? ¿Si me cuesta creer, le pido al Señor el don del entendimiento?
    ¿Comprendo que, en la resurrección de Jesús también yo recuerdo y celebro mi propia resurrección? ¿Cuál es mi resurrección, en qué lugares donde habitaba la muerte Jesús vino y me dio vida?
    ¿Vivo esta Fe pascual abierto a compartirla con los demás?
    Oración
    La Palabra es muy distinta a lo que el mundo nos ofrece y es el momento de decirle algo al Señor.

    Señor resucitado, que sienta la paz que me muestras,
    Que no se cierren mis “puertas” por el miedo,
    Que me aferre al Espíritu que me regalas,
    Para vivir intensamente el compromiso de sentirme enviado…
    Señor mío y Dios mío, perdona mis debilidades, mis dudas, mis temores…
    Porque aun siendo a veces como Tomás, deseo buscarte, estar contigo…
    Porque aunque me encierre en mis silencios o en mis ruidos, en mis comodidades o en mis ocupaciones…
    Tú sabes cómo entrar en mi vida, como hacerla distinta, como insuflar aire en mis vacíos y oxigenar mi alma endurecida.
    Que el Espíritu renovado de la resurrección,
    Nacido de la victoria sobre la muerte y alimentado por el Amor más generoso…
    Impulse mi fe, mi permanencia en Ti, y aliente el ánimo modesto de quien quiere quererte, seguirte y responderte, Padre…
    Tu Amor es mi paz, mi paz es tu perdón, y tu perdón es mi camino de testimonio al amparo de tu Fuerza.

    Hacemos un momento de silencio y reflexión para responder al Señor. Hoy damos gracias por su resurrección y porque nos llena de alegría y Esperanza que no defrauda. Añadimos nuestras intenciones de oración.
    AMEN.
    Interiorizo la Palabra de DiosPara el momento de la contemplación podemos repetir varias veces este versículo del Evangelio para que vaya entrando a nuestra vida, a nuestro corazón.
    Repetimos varias veces esta frase del Evangelio para que vaya entrando a nuestro corazón:
    «Vio y creyó»
    (Versículo 8)
    Y así, vamos pidiéndole al Señor ser testigos de la resurrección para que otros crean.
  • Me comprometo: 
  • La Resurrección confirma la vida de Jesús. Ese Jesús bueno, servicial, soñador de un mundo mejor, tenía razón. Convéncete de que la Resurrección puede cambiar totalmente tu vida y vívela como un acontecimiento de gozo intenso y permanente.
    Si estoy solo, vuelvo a leer detenidamente las lecturas. Hoy el Señor me invita a vivir plenamente la alegría de la resurrección. Me propongo compartir mi gozo pascual, dando gestos concretos de generosidad, desprendimientos, escucha, servicio, y caridad para con quienes lo necesitan. Llevo Esperanza  a los que me rodean. Debes proponerte hacerlo con alguien concreto.
    En el grupo, nos comprometemos a celebrar el misterio pascual. Pero como comunidad no podemos permanecer “encerrados”, sino que vamos a compartir el gozo pascual con quienes más lo necesitan. Puede ser un asilo de ancianos, orfanatos, hospitales, etc. Decidan cuál de todas las obras harán. 
    Piensa en alguna experiencia de resurrección que hayas tenido en tu propia vida. Habla con María sobre la muerte de su hijo ahora que está vivo. Pídele que te regale la fe en el Señor Resucitado y que seas capaz de llevarla a las personas con quienes te relacionas. 
    Los discípulos buscaban a un muerto, miraban desde el dolor y la cruz y solo cuando miran con los ojos de la fe, descubren a Jesús resucitado. Cambia tu mirada.
    Sin necesidad de apariciones, con la Palabra de Dios, en la fe desnuda, te puedes encontrar con el Resucitado. Haz tuya la bienaventuranza de Jesús a Tomás: “Dichosos los que sin ver, creyeren”.
    Busca un cambio en ti: A través de la Palabra, en silencio, ahóndala en el corazón. Busca a los hermanos, únete a ellos y encontrarás la Paz del Resucitado. Acércate a los alejados, a los necesitados, escucha, dialoga, sírveles y Cristo te encontrará. La resurrección es una semilla de vida que hemos de sembrar, cultivar y vivir ahora mostrando al Resucitado llenos de Esperanza.
2. Aprende y colorea: 
3. Ve el vídeo "Corre hacia la vida" Después coméntalo con tus padres y catequistas:
4. Realiza el puzzle:
Cantamos "Él resucita hoy"
¡CRISTO VIVE, ALELUYA!