PRIMERA LECTURA: “Preparadle un camino al Señor” (Isaías 40, 1-5.9-11) SALMO: “Muéstranos, Señor, tu misericordia y danos tu salvación” (Salmo 84) SEGUNDA LECTURA: "Esperamos unos cielos nuevos y una tierra nueva” (2 Pedro 3,8-14) EVANGELIO: “Enderezad los senderos del Señor” (Marcos 1, 1-8).-AQUÍ-
En este segundo domingo de Adviento Cambiemos nuestro corazón para amar y servir a los demás, quitemos lo que nos estorba y hagamos un mundo mejor.
Os dejamos el vídeo del Evangelio:
MEDITAMOS:
Todos sabemos que precursor o precursora es la persona que precede o va delante de otra anunciando lo que esta va a hacer. Juan el Bautista es el precursor de Jesús e invita a todos a prepararle el camino a través de una auténtica conversión, es decir: cambiar el corazón, las costumbres, los pensamientos, el estilo de vida alejado de Dios. Mucha gente acudió a Juan Bautista al escuchar sus palabras y como señal de arrepentimiento recibió de sus manos el bautismo.
Juan explicó muy bien que él no era el Mesías, el que era esperado por todos, sino una voz que grita en el desierto y llama a la conversión. Juan dice que el que va a venir es mayor que él, que bautizará con el Espíritu Santo y por lo tanto, el mismo no es digno siquiera, de desatarle las sandalias. Juan es un hombre humilde, recto, que sabe lo que tiene que hacer. Es un hombre entregado a la causa de Dios y por eso se viste y come pobremente. Nada más le interesa que llevar a cabo la misión que el señor le encomendó.
Encendemos la segunda vela |
PARA LA VIDA:
El Evangelio de hoy me invita a seguir preparándome, haciendo un mundo mejor a mi alrededor, quitar todo aquello que me estorba para amar y ayudar a los demás, porque amando a los demás, amo a Jesús.
Con nuestro deseo de cambiar, de borrar de nuestra vida todo lo que es egoísmo, engaño, avaricia, consumo, lejanía de Dios… y potenciar todo lo que es amor, entrega, fe, dejar que Jesús nos llene con su gracia y vivamos como hijos de Dios.
ORACIÓN
Querido Dios: Gracias por enviarnos
a Juan el Bautista; como él, queremos ser mensajeros
de Jesús y que sin miedo
trabajemos para llevar a todos
tu Reino de amor.
Queremos prepararle a Jesús
un camino limpio y recto
para que se encuentre bien entre nosotros.
Sabemos que nos escuchas, gracias. Amén.
Cantamos "Jesús te orienta"
ACTIVIDADES:
1. Lee o ve de nuevo el Evangelio. Después comenta con tus padres y catequistas las siguientes cuestiones:
- Contesta: - ¿Dónde apareció Juan el Bautista y cómo iba vestido? - ¿Para qué iba la gente al lugar en que estaba el Bautista y qué lugar era ese? - ¿Qué decía Juan el Bautista del que vendría después de él y quién era esa persona?
- Reflexionamos: En este segundo domingo de adviento, el comienzo del Evangelio de Marcos nos trae un eco de aquello que decía Isaías. Juan el Bautista es el continuador de esa serie de imperativos que escucharemos en la 1ª lectura de la Misa: «Consolad a mi pueblo…, gritadle que se ha cumplido su servicio…, preparadle un camino al Señor, allanad la estepa, alzad los valles, abajad las colinas, enderezad lo torcido, igualad lo escabroso…» El Bautista, mucho más escueto, dirá simplemente: «preparadle el camino al Señor, allanad sus senderos». Ambos profetas, inciden en lo mismo: que el Señor va a llegar y que su llegada no se puede improvisar. Cuáles son las altiveces que hay que allanar, cuáles los entuertos que hay que enderezar, cuáles los extravíos que hay que devolver a la verdad… es algo que cada uno debe ir viéndolo personalmente. Un creyente que se propone celebrar la Navidad cristiana, sabe que el mensaje de Isaías y del Bautista no es la consabida cantinela que corresponde a este tiempo, sino que, efectivamente, hay que ir preparando ya nuestros caminos para vivir en cristiano este tiempo que en parte ha sido secuestrado paganamente. Mirando a Dios, mirando a nuestro derredor –ese entorno más próximo como también el más lejano –, y mirando a nuestra propia conciencia personal, sin lugar a dudas que hallaremos en nuestra vida pensamientos-palabras-acciones-omisiones… que están pidiendo una revisión para que el Señor pueda transitar nuestros caminos y nosotros recorrer sus senderos. Tiempo de Adviento, tiempo de cambio, de reconciliación, de conversión.
- Algunos Santos Padres, como S. Bernardo, hablaban de los tres Advientos, las tres llegadas del Señor: la que aconteció hace dos mil años cuando vino en la humildad de nuestra carne; la que acontecerá al final de los tiempos, cuando Él vuelva en su gloria; y la que deseablemente acontece en la vida del creyente que acoge al Señor. Por eso, la actitud justa de un cristiano no es la nostalgia por aquella primera llegada de Jesucristo en Belén, ni tampoco el temor por la última venida, al final de los tiempos. La actitud de un cristiano que quiere celebrar en serio la venida cotidiana de Dios, es precisamente prepararse en el sentido que indican Isaías y Juan Bautista. ¿Qué tengo que cambiar en mí para que verdaderamente Jesús viva en mi?
- Meditamos el testimonio de Juan:
Juan era «un hombre que tuvo un breve tiempo de vida, un breve tiempo para anunciar la Palabra de Dios». Él era «el hombre que Dios envió a preparar el camino a su Hijo». ¿Qué hizo Juan?Ante todo anunció que estaba cerca el Salvador, el Señor; que estaba cerca el reino de Dios. …bautizaba y exhortaba a todos a convertirse. Juan «era un hombre fuerte y anunciaba a Jesucristo: fue el profeta más cercano a Jesucristo. Tan cercano que precisamente él lo indicó a los demás. Y cuando vio a Jesús, exclamó: «¡Es aquél!». La segunda característica de su testimonio es que no se adueñó de su autoridad moral… aunque se le había ofrecido la posibilidad de decir: «yo soy el mesías». Toda la gente iba a él. El Evangelio dice que los escribas se acercaban para preguntarle; «¿Qué debemos hacer?». Lo mismo hacía el pueblo y los soldados. «¡Convertíos!» era la respuesta de Juan. La tercera cosa que hizo Juan fue imitar a Cristo, imitar a Jesús. En tal medida que, en aquellos tiempos, los fariseos y los doctores creían que él era el mesías». Incluso «Herodes, que lo había asesinado, creía que Jesús fuese Juan». Esto muestra hasta qué punto el Bautista siguió el camino de Jesús, sobre todo en el camino del abajamiento. En Juan está «la imagen» y «la vocación de un discípulo». La «fuente de esta actitud de discípulo» ya se reconoce en el episodio evangélico de la visita de María a Isabel, cuando «Juan saltó de alegría en el seno» de su madre. Ese primer encuentro llenó de alegría, de mucha alegría el corazón de Juan. Y lo transformó en discípulo, en el hombre que anuncia a Jesucristo, que no se pone en el lugar de Jesucristo y que sigue el camino de Jesucristo». (Papa Francisco) - Contemplamos nuestra vida: Vivimos en medio de muchas dificultades, pero no estamos solos. Jesús siempre sale a nuestro encuentro: Escucha su Palabra, ábrele tu puerta, siente su presencia, vive a su paso, déjate conducir, déjate habitar por Él… «Preparad el camino del Señor, allanad sus senderos.» En medio de la sociedad actual, ¿Cómo puedes, discípulo de Jesús, preparar el camino y allanar los senderos?. Cuando tu camino está preparado y allanado Jesús puede caminar por él hacia los que le buscan, lo esperan, lo necesitan… Según el Papa Francisco «a Jesús se le debe anunciar y testimoniar con fuerza y claridad, sin medias tintas, volviendo siempre a la fuente del «primer encuentro» con Él y sabiendo vivir también la experiencia de la «oscuridad del alma».» ¿Esta imagen de discípulo se refleja en tu vida? Sugiero un examen de conciencia «acerca de nuestro discipulado» a través de algunas preguntas: ¿Anunciamos a Jesucristo? ¿Progresamos o no progresamos en nuestra condición de cristianos como si fuese un privilegio?».¿Vamos por el camino de Jesucristo, el camino de la humillación, de la humildad, del abajamiento para el servicio? Al respecto es importante mirar el ejemplo de Juan. Una forma de preparad y enderezar el camino, según el Papa Francisco, es «preguntarnos: ¿Cuándo tuvo lugar mi encuentro con Jesucristo, ese encuentro que me llenó de alegría? Es un modo para volver espiritualmente a ese primer encuentro con el Señor… El secreto, es precisamente reencontrarnos con el Señor y seguir adelante por esta senda tan hermosa, en la que Él debe crecer y nosotros disminuir.» Si contemplas tu vida, y te detienes a observar tu manera de ser y de actuar, ¿Qué deberías trabajar de manera especial para prepararte a la venida del Señor?, ¿Qué te falta y qué vas mejorar o cambiar en tu relación con el Señor, contigo mismo y con los demás?
- Mi compromiso: Juan Bautista dirá «Detrás de mí viene el que puede más que yo, y yo no merezco agacharme para desatarle las sandalias» Es una invitación a no tener el protagonismo en la acción evangelizadora, como muy bien proclama Juan. Imita en la acción su ejemplo. Juan emprende unas acciones en su vida ante la inminente llegada del Mesías. Lo anuncia, prepara el camino. ¿Qué acciones tienes previstas realizar en tu familia, ambiente, grupo…? ¿Qué cambios vas a proponerte? Una consecuencia del anuncio de Juan es que «Acudía la gente de Judea y de Jerusalén, confesaban sus pecados…» Te has planteado la necesidad de preparar también tu corazón, y de ayudar a los demás, para encontrarte con Jesús. Juan Bautista nos dice: «…allanad sus senderos…» examina si en tu vida hay algo que tengas que «enderezar» antes de la Navidad contigo mismo o con los demás y ponte a ello.
- Proponte algún rato más de oración con el Señor. Escúchalo, alábalo, contémplalo, dale gracias…
- Está atento/a a lo que el Señor te pide en este Adviento y a cubrir las necesidades y y lo que te piden las personas que tienes cerca.
2. Vemos el vídeo para conocer a San Juan Bautista, hijo de Zacarías e Isabel:Cantamos "Preparad el camino al Señor"
3. Aprende y colorea:
5. Realiza el puzzle:
PREPARA BIEN EL PESEBRE
EN TU CORAZÓN LIMPIO,
PARA QUE JESÚS NAZCA EN TI
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