CINCO PANES Y DOS PECES
Lee la cita del Evangelio según San Juan 6, 1-15 aquí.
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Meditamos:
El contexto geográfico es el Mar de Galilea, sus orillas y las montañas circundantes. Una enorme multitud sigue a Jesús, atraídos por su personalidad, por su humilde autoridad que funcionaba como un imán que atraía preferencialmente a los pobres, y rechazaba a los más ricos y poderosos. Cinco mil personas le siguen rodeándolo en las cercanías del Mar.
La multiplicación de los panes ocurre en la Montaña. Esta tiene una significación especial en al Antiguo Testamento como lugar de encuentro y cercanía con Dios, lugar de Teofanía.
Jesús sabe leer la realidad que lo rodea, no es indiferente a ella. Esto lo lleva a buscar una solución, alguna acción concreta para solucionar el problema, en este caso el hambre de la multitud. Es Jesús quien toma la iniciativa de dar de comer a la gente para que no sucumban en el camino. Dice la palabra que Jesús sabe lo que va a hacer, pero primero pregunta a uno de sus discípulos como hacer para darles de comer. Lo hace para ponerlos a prueba, y conocer la forma en que actuarían y reaccionarían. Como mínimo se necesitaría 200 denarios para alimentar a tanta gente. El denario es una moneda romana, y una de estas equivalía al pago de una jornada de trabajo, esto nos da la magnitud del inmenso esfuerzo económico, y físico que era necesario para alimentar a tanta multitud.
La respuesta de Andrés, el hermano de Pedro, es más acertada que la de Felipe que responde en un tono pesimista. Andrés aún sin encontrar la solución al problema, presenta lo poco y diminuto ante la inmensidad, 5 panes y dos pescados. Sabe que eso no es más que una gota en medio del desierto, pero se lo presenta de igual modo a Jesús, lo pone a su consideración.
Para los Padres de la Iglesia, y para los teólogos de la antigüedad este relato es de gran importancia por lo que se han realizado grandes trabajos de exégesis sobre el mismo. Es de allí que la tradición de la Iglesia, hace una lectura de este relato como una prefiguración a la Eucarística, y también de la predicación evangélica.
Pan de la Eucaristía |
De ahí que las sobras de pan y pescado son mayores a lo que había en un principio. En estas acciones esta condensada la liturgia eucarística, en el rito de la consagración. En esta acción Jesús anticipa el maná vivo que dará a su pueblo, el mismo será el pan que se entregará, y partirá a través de su Pasión y muerte, para que quien comiendo de él, tenga vida eterna. De allí que el relato aporta que se estaba cerca la fecha Fiesta de la Pascua Judía.
El Pan también es símbolo de la Palabra de Dios aprovechada, que alimenta y sacia, produciendo utilidad espiritual. Jesús alimenta con este pan dando acceso a un sentido más profundo. El crecimiento, y la multiplicación del pan de la Palabra aparece como un acontecimiento que se renueva con la predicación, un alimentar espiritualmente a la comunidad. El Pan de la Palabra se multiplica predicando, llevando la Palabra a otros, evangelizando.
Jesús permanece vivo y presente en la eucaristía, y de la misma manera en la Palabra, porque Él mismo es la Palabra, el verbo eterno. Ambos panes dan fuerza en el camino, son testimonios de la presencia de Dios en medio de su Pueblo, que lo acompaña en su peregrinar en la tierra, para fortalecerlos en la misión de llegar al Cielo. Estas dos interpretaciones y significaciones están presentes en las dos partes fundamentales en la que se divide toda la liturgia Eucarística: la Palabra que sacia y alimenta, y pan que transformado en el cuerpo de Jesús, que es la Palabra viva hecha carne para alimentarnos y salvarnos.
Para la vida: Hoy el Señor me invita a multiplicar gestos y actitudes esperanzadas, y evangélicas. Es por ello me comprometeré a leer la realidad que me rodea, y a partir de allí elegir hacía donde ir, y llevar el “pan material” para cubrir alguna necesidad (alimentos, medicinas, etc.), y llevando el “pan espiritual” de la Palabra, para anunciarles el consuelo, y la alegría de esperar en el Señor.
En nuestro grupo nos comprometemos a ser una comunidad Eucarística, poniendo al Señor en el centro de nuestras vidas, e historias. Buscamos a través de nuestras actividades y apostolados, lograr que la comunidad conozca a Jesús, y lo descubra cotidianamente en la eucaristía. Pensamos en personas concretas que por motivos de salud, u otros no puedan acercarse a comulgar, para informarles a nuestros sacerdotes, o ministros de la eucaristía para que puedan ir a su encuentro.
Señor Jesús,
que estemos siempre unidos a tí
en la oración y al trabajar.
Ayúdanos a ser generosos,
con nuestros hermanos,
que sintamos la alegría
de compartir lo que tenemos. Amén.
Ved también en nuestro blog Mateo 14, 13-21 dadles vosotros de comer.
ACTIVIDADES:
Contesta y comenta con tus padres y catequistas:
1. ¿Soy yo acaso, como estos seguidores de Jesús, que a pesar de las dificultades (en este caso el hambre) no lo abandonan?
2. ¿Soy como Jesús, que poniendo su mirada en la comunidad, toca la realidad que los embarga, oprime y preocupa? ¿Busco soluciones ante estas realidades, o me dejo llevar por una fría indiferencia?
3. ¿Hay en mí actitudes pesimistas similares a la de Felipe, que no logra ver más allá de lo circunstancial, aún estando en presencia del Señor?
4. ¿Y si en lugar de pesimismo pongo en las manos de Jesús lo poco, débil y limitado de mi ser y actuar, para que Él lo multiplique? ¿O me encierro en un egoísmo autorreferencial, creyendo que puedo cambiar, y mejorar solo por mi mismo? ¿En que virtudes siento que estoy necesitando crecer, y mejorar?
5. ¿Qué significa para mí tener el don precioso de recibir el pan eucarístico? ¿Comprendo realmente que Jesús se encuentra vivo y presente allí? ¿Preparo mi alma, que es templo del Espíritu Santo, para darle a Jesús un lugar acogedor y cálido?
6. ¿La tarea de multiplicar queda solo restringida a un hecho bíblico, o yo tambien me siento llamado a multiplicar el pan de la Palabra, las virtudes, y los gestos evangélicos? ¿A que me siento llamado hoy a multiplicar para bien del Reino?
7. ¿Al recibirlo, expreso mi acto de Fe, como lo hizo la multitud, que ante la magnanimidad de su presencia solo atinan a decir “este es el Profeta que ha de venir al mundo”?
8. Ve el vídeo ¿Eres capaz de beber el cáliz que yo beberé? y comenta con tus padres y catequistas
JESÚS TOMÓ LOS PANES,
DIO GRACIAS
Y LOS REPARTIO
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