sábado, 13 de febrero de 2021

TEMA 22. JESÚS RESUCITADO NOS ENVÍA AL ESPÍRITU SANTO


 EL ESPÍRITU SANTO GUÍA A LA IGLESIA

Y A CADA UNO DE NOSOTROS


SÍNTESIS DEL TEMA:

En la fiesta de Pentecostés, Dios Padre envía al Espíritu Santo sobre los Apóstoles. Así cumple la promesa de Jesús.

El Espíritu Santo es Dios, como el Padre y el Hijo, y habita en nuestro corazón. Es la tercera persona de la Santísima Trinidad.

Por el Espíritu Santo participamos del amor que une a Jesús con Dios, su Padre.

También os dejamos el Vídeo de D. Manuel Alfonso Pérez  Galán:


Jesús había prometido a sus discípulos: “Yo le pediré al Padre que os envíe al Espíritu Santo. No os dejaré huérfanos” (Leer Juan 14, 16-18). Después de su Muerte y Resurrección, antes de subir al Cielo, Jesús les dijo: “Dentro de pocos días, cuando el Espíritu Santo descienda sobre vosotros, recibiréis fuerza para ser mis testigos
En la fiesta de Pentecostés, María y los Apóstoles estaban reunidos en oración. “De repente un ruido del Cielo, como de un fuerte viento, resonó en toda la casa donde se encontraban. Vieron aparecer unas lenguas, como llamaradas que se repartían, posándose encima de cada uno. Se llenaron todos del Espíritu Santo” (Hechos 2, 2-4).

El Espíritu Santo, el amor que une al Padre con Jesús, llenó de alegría a los Apóstoles y, con valentía, comenzaron a anunciar: “Jesús, al que matasteis en la cruz, Dios lo resucitó y todos nosotros somos sus testigos. Dios lo ha constituido Señor y Mesías” (Hechos 2, 23.32.36). Gracias al Espíritu Santo reconocieron que Jesús era el Hijo Único de Dios.
El Espíritu Santo nos da fuerza para vivir como Jesús. Nos reúne como Iglesia y nos enseña a llamar Padre a Dios.
Jesús nos habla del Espíritu Santo y nos dice:
El Espíritu Santo será quien os lo enseñe todo
y os vaya recordando todo lo que os he dicho” (Juan 14, 25-26).
ORACIÓN:
¡Ven, Espíritu Santo,
llena de fuerza nuestros corazones,
enciende en ellos el fuego de tu amor!
¡Ven, Espíritu Santo,
haz de todos los hombres el Pueblo Santo de Dios.
Que nada nos distinga,
ni la lengua que hablamos, ni el color de la piel.
Que todos seamos uno por gracia de tu amor!

ACTIVIDADES:
1. Contesta comentando con tus padres y catequistas las siguientes preguntas:
-¿Quién y cuando es enviado el Espíritu Santo?
-¿Quién es el Espíritu Santo?
-¿Qué hace posible el Espíritu Santo?
-¿Quién prometió el Espíritu Santo?
-¿Cómo fue enviado el Espíritu Santo?
-¿A quién une el Espíritu Santo?
-¿Qué hizo el Espíritu Santo con los Apóstoles?
-¿Qué nos da el Espíritu Santo?
2. Observa y realiza cliqueando la imagen:


3. Encuentra palabras pinchando en la sopa de letras:
3. Aprende y colorea en una aplicación de tu ordenador o tablet:
5.  Realiza los puzzles: 
6. Me comprometo a rezar todos los días antes de ponerme a estudiar la oración al Espíritu Santo:
VEN, ESPÍRITU SANTO,
ILUMINA NUESTROS CORAZONES
Y LLÉNALOS CON EL FUEGO 
DE TU AMOR
7. Cuánto sabes del tema. Pincha la imagen:
Cantamos Espíritu Santo de Dios 
CREO EN DIOS, ESPÍRITU SANTO,
 SEÑOR Y DADOR DE VIDA, 
QUE PROCEDE 
DEL PADRE Y DEL HIJO

viernes, 12 de febrero de 2021

TEMA 04. VENID, ACLAMEMOS AL SEÑOR

 UN AÑO EN LA VIDA 

DE UN CRISTIANO


OBJETIVOS:
- Conocer el significado del Año Litúrgico y de los tiempos que lo componen.
- Conocer, comprender y aprender los cinco mandamientos de la Iglesia .
- Descubrir a la Iglesia como madre que nos ayuda a amar a Dios y a orar durante el año litúrgico

Para facilitarnos el cumplimiento de nuestro deber de amar a Dios y de orar pública y comunitariamente, la Iglesia ha establecido el Año litúrgico: domingo tras domingo, durante todo el Año, los cristianos celebramos la obra de salvación que Jesucristo ha realizado a favor de la humanidad. La máxima solemnidad del Año litúrgico es la celebración de la Pascua de Resurrección.
Empezamos el recorrido por el Año litúrgico en el tiempo de Adviento, viviendo la esperanza en el Señor que viene. Son las cuatro semanas que preceden a la Navidad.
El tiempo de Navidad se extiende desde el 25 de diciembre hasta el domingo después del 6 de enero, día en que se celebra la fiesta del Bautismo del señor. El 6 de enero se celebra la solemnidad de la Epifanía. Conmemoramos el acercamiento decisivo de Dios a todos los hombres en Jesús, el «Emmanuel», que significa «Dios con nosotros».
El tiempo de Cuaresma comienza el Miércoles de Ceniza y comprende cuarenta días que nos preparan para la celebración de la Pascua. Es un periodo para purificar nuestro corazón y cambiar nuestra conducta, que termina en la Semana Santa.
Sigue el Triduo Pascual, que es la culminación de todo el Año litúrgico. Comienza el Jueves Santo, día en el que celebramos la institución de la eucaristía, y día del sacerdocio y de la entrega del Mandamiento del amor durante la última cena que Jesús celebró con los Apóstoles. El Viernes Santo la Iglesia conmemora la Pasión y Muerte del Señor. El Sábado Santo meditamos estos misterios junto al sepulcro de Jesús. Después, en la Vigilia Pascual y en el gran domingo de solemnidad de Pascua de Resurrección, celebramos la Resurrección de Cristo
El tiempo de Pascua es el periodo de cincuenta días que comienza con la Octava de Pascua y termina el domingo de Pentecostés. El domingo de Pentecostés conmemoramos el envío del Espíritu Santo sobre los Apóstoles y la manifestación de la Iglesia.
El tiempo ordinario es el tiempo litúrgico destinado por la Iglesia a profundizar en lo que Jesús hizo y dijo para salvar a la humanidad. Dura 33 o 34 semanas, durante las cuales la comunidad de bautizados es llamada a profundizar en el Misterio pascual y a vivirlo en el desarrollo de la vida cotidiana. La solemnidad de Jesucristo como Rey del Universo, tiene lugar en el último domingo de este tiempo. A largo del año la Iglesia, en fiestas y memorias especiales, recuerda y venera a los santos y, sobre todo, a la santísima Virgen María.
Año Litúrgico


SALVACIÓN
Salvar a alguien es sacarlo de un peligro o de un mal, liberarlo del miedo o del olvido, alejarlo y protegerlo de la soledad, del sufrimiento o de la muerte, dándole plenitud y felicidad para siempre. En la Biblia Dios es siempre el salvador de su pueblo y el nombre de «Jesús» significa «Dios salva». Jesús es el Salvador prometido y nos da la vida eterna: Tanto amaste al mundo, Padre santo, que, al cumplirse la plenitud de los tiempos, nos enviaste como Salvador a tu único Hijo (Plegaria eucarística VI). Creer en Jesucristo es, por tanto, entrar en el camino que conduce a la vida verdadera, que es la salvación del mal y de la muerte.

CRISTO ESTÁ CON NOSOTROS
Nosotros recordamos con alegría a las personas y las cosas buenas que nos ofrece la vida. El pueblo de Israel recordó siempre con diversas fiestas el amor que Dios le había manifestado al sacarlo de la esclavitud de Egipto y conducirlo a la tierra prometida.
Durante todo el año, también los cristianos recordamos y damos gracias a Dios por el amor tan grande que nos ha tenido al enviarlos a su hijo Jesucristo, que está con nosotros todos los días, hasta el final de los tiempos (Mt 28, 20).
En la liturgia, especialmente en la misa, Jesús nos entrega realmente su palabra, su vida, su Muerte y su Resurrección. Por ello, durante todo el año no dejamos de celebrar la eucaristía, palabra que significa «dar gracias», y continuamente damos testimonio de la alegría del Señor resucitado.  

LITURGIA
La liturgia es la celebración del misterio de Cristo y en particular de su Pasión, Muerte y Resurrección. Es la cumbre hacia la que tiende la acción de la Iglesia y, al mismo tiempo, la fuente de la que emana su fuerza vital. A través de la liturgia celebrada por su Iglesia, Cristo continúa la obra de nuestra redención.

DÍA A DÍA, DE LA MANO DE LA IGLESIA
La iglesia es una madre que nos acompañe el día, en todos los momentos de la vida. Nos enseña a orar y a alabar a Dios en todo momento. En la Iglesia somos bautizados, en la Iglesia recibimos la fe que ella ha conservado y transmitido fielmente a través de los siglos. En la iglesia escuchamos la palabra de Dios y aprendemos a vivir conforme ella. Mediante los sacramentos de la Iglesia nos edifica, nos conforta y nos consuela. En la Iglesia están los santos, modelos de vida cristiana, quienes con su vida nos enseñan a dejarnos amar por Dios. En la Iglesia se celebra la eucaristía, en la que la entrega de Cristo se renueva y nos une en un mismo cuerpo.
Ella también nos ayuda a caminar de forma justa y buena por el camino de la fe: nos explica los Diez Mandamientos de la Ley de Dios, que Jesús vivió enseño; nos recuerda las exigencias más profundas del ser humano, hecho a imagen y semejanza de Dios. También, para ayudarnos a vivir como cristianos y miembros suyos, nos indica algunas obligaciones fundamentales en los mandamientos de la Iglesia, que muestran que no hay virtud sin esfuerzo, sin participación en la vida sacramental o sin lazos de solidaridad.
El cristiano vive muy unido a la Iglesia, pertenece a ella, que, como madre y maestra, ama a sus hijos y los educa en la fe. El cristiano da gracias por la Iglesia y pide por ella.


LOS CINCO MANDAMIENTOS DE LA IGLESIA:


































Ahora los cantamos:

SUYO ES EL TIEMPO Y LA ETERNIDAD
En la Vigilia Pascual el sacerdote, mientras bendice el gran cirio que representa Cristo resucitado, exclama:
Cristo, ayer y hoy, principio y fin, alfa y omega. Suyo es el tiempo y la eternidad. A él la gloria y el poder, por los siglos de los siglos.
Pronuncia estas palabras grabando sobre el cirio las cifras del año en que se celebra la Pascua: Cristo es el Señor del tiempo, su principio y su cumplimiento.
Por ello, la Iglesia vive y celebra la liturgia a lo largo del año, comenzando por el primer domingo de Adviento y concluyendo en la solemnidad de Cristo Rey, Señor del universo y de la historia.
Cada año, cada día y cada instante son momentos donde Cristo está presente. En nuestra oración hacemos viva nuestra confianza en él, porque Jesús es el Camino y la Verdad y la Vida (Jn 14, 6).

ALFA Y OMEGA
Son la primera y la última letra del alfabeto griego, la lengua en la cual está escrito del Nuevo Testamento. Sería similar al referirse en nuestro alfabeto a la «A» y a la «Z». El libro del Apocalipsis utiliza esta imagen para hablar de Jesús como el principio y el fin de todas las cosas (Ap 21, 6; 22, 13)
Existen desde siempre y vive para siempre. Él es el Señor del mundo y de la historia que, el único al que debemos someternos totalmente.
El CIRIO PASCUAL es el símbolo más destacado en La PASCUA. Se enciende en todas las celebraciones desde el Domingo de Resurrección hasta el Domingo de Pentecostés. Podéis verlo en este vídeo:


En el siglo II, san Ignacio, obispo de Antioquía, señala que seguir a Cristo es caminar con él en comunión con la Iglesia.




Donde está Cristo,
allí está la Iglesia universal.






¿Por qué decimos que la Iglesia es nuestra madre?
Decimos que la Iglesia es nuestra madre porque ella nos hace hijos de Dios por el bautismo, nos alimenta con el pan de la Palabra y de la eucaristía, y nos ayuda a crecer en la vida cristiana.

ACTIVIDADES:
2. Los tiempos litúrgicos. Toca la imagen:

3. Repasa con un nuevo clic en la imagen:
5. Os dejamos a continuación Los Mandamientos de la Iglesia para colorearlos:
CAMINAMOS TODO EL AÑO
DE LA MANO DE LA IGLESIA

jueves, 11 de febrero de 2021

TESTIGOS DEL SEÑOR. 03. ESTE ES EL DÍA QUE HIZO EL SEÑOR

 UNA SEMANA EN LA VIDA DEL CRISTIANO


OBJETIVOS:
- Conocer en profundidad el significado y alcance del domingo, día del Señor y de la Iglesia
- Participar activamente en la celebración de la eucaristía dominical e identificar en ellas las distintas formas de oración.
- Realizar cada domingo gestos de vida familiar y fraternal fruto de la comunión con el Señor

Desde los comienzos de la Iglesia los cristianos nos reunimos los domingos en la misa para celebrar la Pascua del Señor. El verdadero cristiano vive siempre este día como el más importante de toda la semana.

En el Nuevo Testamento los evangelios nos cuentan que la Resurrección de Jesucristo tuvo lugar el primer día después del sábado.
También aquel mismo día Jesús resucitado se manifestó a los dos discípulos de Emaús y se apareció a los apóstoles reunidos.
Ocho días después los discípulos estaban nuevamente reunidos, cuando Jesús se les apareció y se hizo reconocer por Tomás.
Era domingo cuando descendió el Espíritu Santo sobre los Apóstoles, cumpliéndose así la promesa hecha por Jesús después de la Resurrección. Aquel mismo día, domingo, fue el día de los primeros bautismos, después de que Pedro proclamara a la multitud reunida que Cristo había resucitado.

Desde entonces, los primeros cristianos se reúnen el domingo para la fracción del pan. Como hacemos hoy nosotros en la misa, aquellos cristianos leen los textos de la Biblia y pedían al Señor ayuda para ponerlos en práctica. Daban gracias a Dios, celebrando la eucaristía y comulgando.
En la eucaristía, el Señor se hace presente, real y verdaderamente, de una forma única e incomparable. Con su gracia viene al encuentro de cada uno de nosotros en el santo sacrificio, que actualiza el único sacrificio de Cristo Salvador, y nos acompaña como alimento en nuestro camino.

 
 Se cumple así la promesa del Señor, que es el secreto de la vida de la Iglesia: Yo estoy con vosotros todos los días, hasta el final de los tiempos (Mt 28, 20).
Hoy nosotros seguimos celebrando el domingo como un día de gozo. Como los primeros discípulos, nos llenamos de alegría al encontrarnos con el Señor y participar en la misa.
El domingo, los cristianos necesitamos estar juntos en nuestras iglesias. No bastaría con que cada uno de nosotros recordará individualmente el amor de Jesús. Es en la eucaristía donde cada domingo encontramos a Cristo y anunciamos a todos su presencia viva en el mundo.

IGLESIA E IGLESIA
Cuando hablamos de la gran familia de los bautizados que seguimos a Jesús, utilizamos la palabra Iglesia en mayúscula. Cuando nos referimos a los lugares donde los cristianos nos reunimos en el nombre de Jesús, utilizamos la palabra iglesia en minúscula. La Iglesia de Dios se reúne cada domingo en la iglesia para celebrar el día del Señor.
Vemos La Adoración Eucarística de la JMJ de Río de Janeiro 2014

Y BENDIJO DIOS EL DÍA SÉPTIMO
Cuando la Biblia narra la creación del cielo y la tierra, el mar y todo cuanto contiene, dice que Dios descansó el séptimo día y, por eso, lo bendijo y lo hizo sagrado.
El señor confió a Israel el día del sábado para que lo guardara como un signo de la Alianza, de la creación y de la salvación que dio a su pueblo, y lo reservase para alabarle. Hoy, el pueblo de Israel sigue recordando el día del sábado para santificarlo.
Los cristianos celebramos el domingo en lugar del sábado de los judíos porque el domingo es el día de la nueva creación inaugurada con la Resurrección de Cristo. Para nosotros se ha convertido en el primero de todos los días, la primera de todas las fiestas, el día del Señor.  

¿DOMINGO O FIN DE SEMANA?
El Papa San Juan Pablo II publicó la carta apostólica Dies Domini sobre la santificación del domingo. Invitaba a los cristianos a celebrarlo como el día de la Resurrección de Cristo. «Es la Pascua de la semana en la que se celebra la victoria de Cristo sobre el pecado y la muerte». Al mismo tiempo, recordaba «a los discípulos de Cristo se les pide que no n la celebración del domingo, que debe ser una verdadera santificación del día del Señor, con el fin de semana, entendida fundamentalmente como tiempo de mero descanso o diversión». El domingo «es un día que constituye el centro mismo de la vida cristiana».
Vemos la Institución de La Eucaristía de la serie Iglesia y Sacramentos de la Editorial Casals:

¿CÓMO SE SANTIFICA EL DOMINGO? "EL DÍA DEL SEÑOR"
Los cristianos santificamos el domingo y las demás fiestas de precepto participando en la eucaristía. Además, debemos abstenernos de las actividades que impiden rendir culto a Dios o perturben la alegría propia del día del Señor o el descanso necesario para vivir. Dedicamos tiempo a la familia, a los amigos y a ayudar a aquéllos que más lo necesitan.
El primer mandamiento de la Iglesia nos invita a participar en la misa todos los domingos y fiestas de precepto, y a no realizar trabajos y actividades que pueden impedir la santificación de estos días.
A veces es difícil que algunos comprendan que nosotros queremos ir a misa. Incluso en los tiempos de persecución de los cristianos han sido muchos los amigos de Jesús que nunca han faltado a la eucaristía dominical. La misa de los domingos, además de ser necesaria e imprescindible para la vida cristiana, nos identifica con miembros de la Iglesia.

EN LA MISA APRENDEMOS A ORAR CON LA IGLESIA
Pedimos Perdón.
Señor ten piedad. Cristo, ten piedad.
Adoramos a Dios.
Por tu inmensa gloria te alabamos, te bendecimos, te adoramos, te glorificamos.
Escuchamos la Palabra de Dios.
Señor, haces cosas maravillosas para darnos a conocer lo bueno que eres.
Presentamos los dones que Él nos concede.
Bendito seas, Señor, Dios del universo, por este pan, fruto de la tierra y del trabajo del hombre, que recibimos de tu generosidad y ahora te presentamos; él será para nosotros pan de vida.
Damos gracias.
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación, darte gracias, Padre Santo, siempre y en todo lugar, por Jesucristo, tu Hijo amado.
Alabamos a Dios.
Te alabamos por la luz del sol y por tu Palabra que ilumina nuestras vidas.
Pedimos ayuda.
No te olvides de las personas que amamos ni de aquéllas a las que debiéramos querer más.

ORAMOS
El siglo IV, San Jerónimo señala que quienes han recibido la gracia de creer en Cristo resucitado descubren el significado auténtico del domingo.



El domingo es el día de la Resurrección;

es el día de los cristianos; es nuestro día
.




¿Por qué los cristianos celebramos el domingo?
Porque el domingo es el día del Señor.
Convocados por Dios Padre, celebramos la eucaristía.
Los cristianos no podemos vivir sin el domingo.

ACTTIVIDADES:
1. Acabamos un nuevo tema, ahora con vuestros padres y catequistas podéis realizar el cuestionario aquí.
2. ¿Por qué es importante para los cristianos reunirse en la Misa del Domingo? Coméntalo con tus padres y catequistas?

4. Os dejamos la película "Marcelino pan y vino":

Cantamos Jesús amigo
¡CON JESÚS EL DOMINGO 
ES EL DÍA DEL SEÑOR!
VEN A MISA

miércoles, 10 de febrero de 2021

TEMA 21. JESÚS RESUCITÓ AL TERCER DÍA



 SI CRISTO HA RESUCITADO, TAMBIÉN NOSOTROS VIVIREMOS EN UNA VIDA NUEVA QUE DURA PARA SIEMPRE




Dios Padre resucitó a Jesús de entre los muertos. Jesús ha vencido a la muerte, es el Señor.

Los Apóstoles fueron los testigos de la Resurrección y lo comunicaron a todos.

El Domingo de Pascua es la gran fiesta de los cristianos. Cada domingo celebramos la Resurrección del Señor.

Al morir Jesús, José de Arimatea, que era amigo suyo, junto con otras personas, bajó de la cruz el cuerpo de Jesús. Lo depositaron en un sepulcro que cerraron con una piedra grande.
El domingo por la mañana, María Magdalena y otras mujeres fueron al sepulcro con perfumes y encontraron la piedra corrida. Entraron. El sepulcro estaba vacío. Un ángel les dijo: “¿Buscáis a Jesús Nazareno, el crucificado? No está aquí. Ha resucitado”. Lee Marcos 16, 1-6 AQUÍ.
También podéis verlo en el siguiente vídeo:

Después de resucitar, Jesús se apareció en muchas ocasiones: a María Magdalena, a Pedro, a los doce Apóstoles, a los discípulos de Emaús... Jesús se dejó ver y tocar. Comió con ellos y les dio muchas pruebas de que estaba vivo, pues con su poder había vencido a la muerte. Los Apóstoles llenos de alegría decían: “¡Es verdad! ¡El Señor ha resucitado!” (Lucas 24,34).
Pablo escribía así a los primeros cristianos:
“El Evangelio que yo os transmití, tal como lo había recibido, fue este: que Cristo murió por nuestros pecados, que fue sepultado y que resucitó al tercer día” (1 Corintios 15, 1.3-4)".
ORACIÓN:
Jesús, eres más fuerte que la muerte.
Con la Iglesia proclamamos: “Este es el día en que actuó el Señor, sea nuestra alegría y nuestro gozo”. ¡Aleluya!
Jesús, Tú estás siempre con nosotros: 
cuando estamos reunidos en tu nombre, 
cuando participamos en la mesa
de la Palabra y de la Eucaristía, 
cuando amamos y servimos a nuestros hermanos. Tú estás con nosotros. ¡Aleluya!
Cantamos ¡¡Aleluya, Aleluya, el Señor resucitó!!
ACTIVIDADES
:
1. Con tus padres y catequistas, contesta a las siguientes preguntas:
-¿Quién resucitó a Jesús?
-¿Quiénes fueron testigos de la resurrección?
-¿Qué celebramos cada domingo?
-¿Dónde dejaron a Jesús muerto?
-¿Quiénes se encontraron con Jesús resucitado?
-¿Cuándo resucitó Jesús?
2. Ved la Resurrección de Jesús y comentad con vuestros padres y catequistas:

4. Encuentra 8 diferencias, pinchando la imagen
5.  Aprende y colorea:

6. Realiza el puzzle:

Cantamos: Mirad, Jesús resucita hoy

JESÚS RESUCITÓ AL TERCER DÍA
SEGÚN LAS ESCRITURAS.
ÉL SERÁ DÍA Y LUZ
ESPERANZA Y FORTALEZA
VIVE ENTRE NOSOTROS

martes, 9 de febrero de 2021

TESTIGOS DEL SEÑOR. 02. SEÑOR ENSÉÑANOS TU CAMINO

   UN DÍA EN LA VIDA DEL CRISTIANO


OBJETIVOS:
- Conocer como nos narra el evangelio una jornada de Jesús
- Descubrir que el cristiano reza en diversos momentos del día
- Profundizar en las siete peticiones del padrenuestro

- Descubrir que el cristiano intentar vivir como Jesús vivía.

Por la mañana, al despertarte, con el corazón alegre, santíguate pensando en Dios. Agradécele tu vida y la de los que te rodean, el nuevo día que te dan: Alaba al Señor, Dios, en todo tiempo, ruégale que oriente tu conducta (Tob 4, 19).
Cuando comentes con tus padres y hermanos lo que hoy vas hacer, habla siempre con alegría y con amor: ellos son tu familia, lo mejor que Dios te ha dado.
Durante el día piensa a menudo en Dios, porque el siempre piensa en ti: Acuérdate del Señor todos los días (Tob 4, 5). Háblale como a un amigo.
Es por delante de la iglesia, en interés: es la casa de los cristianos contar tu casa. Ante el Señor, reza el padrenuestro.
En la escuela, haz tus tareas con orden. Esfuérzate en aprender. Tus profesores te ayudan a comprender todo aquello que el ser humano ha descubierto del mundo que Dios nos ha confiado, tan lleno de misterios y de belleza.
Sé amigo de tus amigos y haz nuevos amigos. Perdona siempre, pues Dios te perdona ti. Sé alegre y amable en el trato con los demás, especialmente con los que a veces nadie tiene en cuenta: Si algo te sobra, dalo con generosidad (Tob 4, 16).
A la hora de comer bendice la mesa con tu familia. Disfruta de los frutos de la tierra y agradecérselos al Señor. Come con moderación.
Ayuda a tus padres: ellos trabajan mucho para ti. Dedícate a tus hermanos y abuelos. No desprecies los buenos consejos (Tob 4, 18).
Ayuda con alegría a los vecinos y conocidos. Aprovecha tu tiempo libre y, en el deporte, juega limpio. Pon cuidado, hijo, en toda tu conducta, compórtate con educación (Tob 4, 14).
Por la noche, antes de ir a dormir, cuéntale al Señor todo lo que has visto, lo que has vivido y has descubierto. Pídele perdón por tus pecados. Nunca olvides dar gracias a Dios en la oración: por el bautismo eres su hijo y hermano de Jesús. Recuerda también que él te dio como madre a María, para que la ames, la trates, la imites y te dejes amar y ayudar por ella.

LA SEÑAL DE LA CRUZ
El cristiano comienza y termina su jornada, sus oraciones y sus acciones con la señal de la cruz (ver capítulo 10). Hacemos la señal de la cruz de dos maneras: santiguándonos y persignándonos. «Santiguarse» es llevar las yemas de los dedos de la mano derecha a la frente, al pecho y del hombro izquierdo al derecho diciendo: En el nombre del Padre del Hijo y del Espíritu Santo. Amén. «Persignarse» es hacer pequeñas cruces con el dedo pulgar sobre la frente, los labios y el corazón y, acto seguido, santiguarse. Decimos: Por la señal de la santa cruz de nuestros enemigos líbranos, señor, Dios nuestro. En el nombre del padre del hijo y del espíritu Santo. Amén.


UNA JORNADA EN CAFARNAÚN (
Mc 1, 21-39. Aquí)
También podéis ver el vídeo:

ENSEÑA       -     CURA       -    ORA
LA ALEGRÍA DE JESÚS, NUESTRA ALEGRÍA
Como Jesús, el cristiano trata de vivir con alegría y agradecimiento los hechos de la vida de cada día. Jesús experimenta todas nuestras alegrías y comparte los gozos de los que encuentra en su camino:
– la alegría del sembrador y del segador (Jn 4, 36-38)
– la alegría del hombre que haya un tesoro escondido (Mt 13, 44)
– la alegría del pastor que encuentre la oveja perdida (Mt 18, 10-14)
– la alegría de los novios en el día de su boda (Jn 2, 1-12)
– la alegría del padre cuando recibe a su hijo pródigo (Lc 15, 11-32)
– la alegría de los niños deseosos de acercarse a él (Mt 19, 13-15)
– la alegría de los amigos que le abren las puertas de su casa (Mt 9, 9-13) Elegimos este evangelio para comentar:
– la alegría por la acogida que se da a la Palabra (Lc 10, 21-24)
– la alegría por la conversión de una mujer pecadora (Lc 7, 36-38, 44-50)
Por sus milagros y sus palabras, por las cosas buenas que hace, la gente se alegra y da gloria a Dios. Acogiendo a Jesús, nosotros podemos vivir siempre alegres, confiando en Dios, nuestro Padre. Pero no debemos retener esta alegría, debemos compartirla con cuantos están cerca de nosotros; poner esperanza donde hay desilusión, alegría donde hay tristeza, y vida donde hay muerte.
Los cristianos recordamos las palabras de Jesús y le seguimos. Cristo mismo, por su Espíritu, se sirve de la Iglesia –de todos los bautizados– para la salvación de la humanidad.
Vemos la Alegría de los cristianos. Jóvenes que participaron en la JMJ de 2011 en España:
ORAR CONFIADAMENTE
Al contemplar como  ora Jesús nos damos cuenta de que se dirige a Dios con confianza, solo con los Apóstoles. Obedece a la voluntad del Padre y le habla con amor:
Padre este, este es mi deseo:
que los que me has dado
estén conmigo donde yo estoy
y contemplen mi gloria (Jn 17, 24)

Jesús instruye a sus discípulos para que oren: les invita a presentar sus peticiones a Dios en su nombre y él mismo escucha las plegarias que le dirigen.


Hoy, él también nos enseña a orar:
Cuando recéis,
no uséis muchas palabras…
pues vuestro Padre sabe
lo que os hace falta
antes de que lo pidáis.
Vosotros orad así:
«Padre nuestro
que estás en el cielo» (Mt 6, 7.9).
El padrenuestro es el resumen de todo el Evangelio; es la más perfecta de todas las oraciones. Situado en el centro del Sermón de la montaña, recoge en forma de oración el contenido esencial del Evangelio.
Cuando los cristianos encontramos dificultades a la hora de orar, basta con que digamos esta oración a Dios.
En el siglo IV, San Juan Crisóstomo recuerda a los cristianos cómo debemos rezar el padrenuestro.


El Señor nos enseña a orar en común
por todos nuestros hermanos.
Porque él no dice «Padre mío»
que estás en el cielo, sino «Padre nuestro»
a fin de que nuestra oración sea de una sola
alma para todo el Cuerpo de la Iglesia.


¿Cuál es la mayor aspiración de un cristiano?
La mayor aspiración de un cristiano es pensar como Jesucristo, valorar la vida como él, amar como él y, con él, vivir en comunión con el Padre y el Espíritu Santo.
ACTIVIDADES:
1. A ver cuánto sabes del tema que acabamos de ver "ENSÉÑAME SEÑOR TU CAMINO" pinchando aqui.
2. Cantamos Padrenuestro:
3. Reza la Oración que Jesús nos enseñó parándote a reflexionar las frases que lo forman: JESÚS NOS ENSEÑA A ORAR (Mt 6, 7-9):

PADRE NUESTRO QUE ESTÁS EN E L CIELO. Con esta pequeña frase nos ponemos en presencia de Dios para adorarle, amarle y bendecirle.

¡PADRE!: JESUCRISTO, el Hijo de Dios hecho hombre, nos ha revelado que Dios es Padre. Al decirle Padre, nosotros nos reconocemos como hijos suyos y tenemos el deseo y el compromiso de portarnos como hijos de Dios, tratar de parecernos a Él. Confiamos en Dios porque es nuestro Padre.

PADRE “NUESTRO”: Al decir Padre Nuestro reconocemos todas las promesas de amor de Dios hacia nosotros. Dios ha querido ser nuestro Padre y Él es un Padre bueno, fiel y que nos ama muchísimo. “Padre Nuestro” porque es mío, de Jesús y de todos los cristianos.

“QUE ESTÁS EN EL CIELO”: El cielo no es un lugar sino una manera de estar. Dios está en los corazones que confían y creen en Él. Dios puede habitar en nosotros si se lo permitimos. Dios no está fuera del mundo, sino que su presencia abarca más allá de todo lo que podemos ver y tocar.

Las siete peticiones

Después de ponernos en presencia de Dios, desde nuestro corazón diremos siete peticiones, siete bendiciones. Las tres primeras son para dar gloria al Padre, son los deseos de un hijo que ama a su Padre sobre todas las cosas. Las cuatro últimas le pedimos su ayuda, su gracia.

1.SANTIFICADO SEA TU NOMBRE: Con esto decimos que Dios sea alabado, santificado en cada nación, en cada hombre. Depende de nuestra vida y de nuestra oración que su nombre sea santificado o no. Pedimos que sea santificado por nosotros que estamos en Él, pero también por los otros a los que todavía no les llega la gracia de Dios. Expresamos a Dios nuestro deseo de que todos los hombres lo conozcan y le estén agradecidos por su amor.
Expresamos nuestro deseo de que el nombre de Dios sea pronunciado por todos los hombres de una manera santa, para bendecirlo y no para blasfemar contra él. Nos comprometemos a bendecir el nombre de Dios con nuestra propia vida.

2.VENGA A NOSOTROS TU REINO: Al hablar del Reino de Dios, nos referimos a hacerlo presente en nuestra vida de todos los días, a tener a Cristo en nosotros para darlo a los demás y así hacer crecer su Reino; y también nos referimos a que esperamos a que Cristo regrese y sea la venida final del Reino de Dios. 
Pedimos que el Reino de Dios crezca aquí ya, desde ahora, gracias a la santificación de todos los hombres y mujeres y su compromiso al servicio de la justicia y de la paz, según las Bienaventuranzas.
Cristo vino a la Tierra por primera vez como hombre y nació humildemente en un establo. En el fin del mundo, cuando llegue la Resurrección de los muertos y el juicio final, Cristo volverá a venir a la Tierra, pero esta vez como Rey y desde ese momento reinará para siempre sobre todos los hombres. Se trata de ayudar en la Evangelización y conversión de todos los hombres. Hacer apostolado para que todos los hombres lo conozcan, lo amen.
Pedimos el crecimiento del Reino de Dios en nuestras vidas, el retorno de Cristo y la venida final su Reino.

3.HÁGASE TU VOLUNTAD EN LA TIERRA COMO EN EL CIELO: La voluntad de Dios, lo que quiere Dios para nosotros es nuestra salvación, es que lleguemos a estar con Él. Sabiendo que encontramos nuestra felicidad cumpliendo sus preceptos.
Le pedimos que nuestra voluntad se una a la suya para que en nuestra vida tratemos de salvar a los hombres. Que en la tierra el error sea desterrado, que reine la verdad, que el vicio sea destruido y que florezcan las virtudes.

4.DANOS HOY NUESTRO PAN DE CADA DÍA: Al decir “danos” nos estamos dirigiendo a nuestro Padre con toda la confianza con la que se dirige un hijo a un padre.
Al decir “nuestro pan” nos referimos tanto al pan de comida para satisfacer nuestras necesidades materiales como al pan del alma para satisfacer nuestras necesidades espirituales. En el mundo hay hambre de estos dos tipos, por lo que nosotros podemos ayudar a nuestros hermanos necesitados, con justicia y  solidaridad.

5. PERDONA NUESTRAS OFENSAS COMO TAMBIÉN NOSOTROS PERDONAMOS A LOS QUE NOS OFENDEN.
PERDONA NUESTRAS OFENSAS: Los hombres pecamos y nos alejamos de Dios, por eso necesitamos pedirle perdón cuando lo ofendemos. Para poder recibir el amor de Dios necesitamos un corazón limpio y puro, no un corazón duro que no perdone los demás.
COMO TAMBIÉN NOSOTROS PERDONAMOS A LOS QUE NOS OFENDEN: Este perdón debe nacer del fondo del corazón. Para esto necesitamos de la ayuda del Espíritu Santo y recordar que el amor es más fuerte que el pecado.

6. NO NOS DEJES CAER EN TENTACIÓN
Pedimos a Dios Padre que no nos deje solos y nos ayude a entender qué nos hace crecer en el bien y qué nos conduce al pecado y a la muerte; pedimos la gracia de la vigilancia y de la perseverancia hasta el final.
El pecado es el fruto de consentir la tentación, de decir sí a las invitaciones que nos hace el demonio para obrar mal. Le pedimos que no nos deje tomar el camino que conduce hacia el pecado, hacia el mal. El Espíritu Santo nos ayuda a decir no a la tentación. Hay que orar mucho para no caer en tentación.

7. Y LÍBRANOS DEL MAL
El mal es Satanás, el ángel rebelde. La pedimos a Dios que nos guarde de las astucias del demonio. Pedimos por los males presentes, pasados y futuros. Pedimos estar en paz y en gracia para la venida de Cristo.

AMÉN: Así sea.  
Fuente: Testigos del Señor. Editorial EDICE, 2ª edición. Madrid, 2015
Catholic.net
4. Compromisos para realizar a lo largo de la seana:
. Compromiso Grupal
. Compromiso Familiar
Cantamos: Enséñanos a orar, Señor

SEÑOR, ENSÉÑANOS A ORAR