viernes, 16 de agosto de 2024

JESÚS ES EL VERDADERO ALIMENTO QUE DA LA VIDA AL MUNDO. XX DOMINGO TO-B

Lecturas misa AQUÍ.

Os dejamos el Evangelio según San Juan 6, 51-58:

MEDITAMOS:  
Jesús nos dice que él es verdadera comida y verdadera bebida, el alimento que da vida al mundo.
Jesús es el Pan que da la vida eterna
Si Jesús llena nuestras vidas, es para nosotros el verdadero alimento y así el mundo se irá transformando, se llenará de vida. Sin Jesús no podremos transformar nada. 
Si recordamos los pasajes del Evangelio de las semanas anteriores, parece que hubiera repeticiones, sin embargo, no es así, es el mismo capítulo 6 del Evangelio de San Juan en el cual vemos a Jesús que se encuentra entre gente tan incrédula que por más que palpan y ven los signos del Reino se tapan los ojos, los oídos y el corazón para no aceptar al Salvador que tienen delante de ellos. 
PARA LA VIDA:  
Nosotros, como seguidores de Jesús nos encontraremos como él, con gente incrédula. Tal vez, también, nos pasemos al bando de los incrédulos... Pero a nadie se le obliga a creer; la fe es un llamado, una invitación de Dios y una respuesta libre de cada uno de nosotros. Jesús es el alimento para que el mundo tenga vida. Si creemos en Jesús nuestra vida personal se transforma y seremos medio de transformación en la familia, en la sociedad y en el mundo, eso es tener vida, la vida de Dios. Si cada quien no se esfuerza cada día, por dar respuestas de fe, no tenemos derecho a quejarnos de los demás y de la sociedad que nos rodea.
ORACIÓN
Querido Jesús,
te agradecemos mucho
que seas nuestro alimento y fortaleza. 
Gracias por el regalo 
que nos hiciste en la cruz: María,
cuya asunción al cielo 
hemos celebrado durante la semana. 
Te pedimos le digas 
que la queremos mucho 
y que confiamos en sus cuidados 
y protección en todo momento. Amén.
Vemos para los más pequeños "El cuerpo y Sangre de Cristo"
ACTIVIDADES:
1. Lee o ve de nuevo el Evangelio. Después comenta con tus padres y catequistas las siguientes cuestiones:
  • Contesta:- Cuando habló Jesús ¿ por qué se pusieron a discutir los judíos?
    - Para Jesús, ¿Quién es el que tiene vida eterna?
    - ¿Cómo puede permanecer Jesús en nosotros y nosotros en él?
    - ¿Qué le promete Jesús a quien come del pan bajado del cielo?  
  • El Texto Evangélico «Quien habita en mí, yo habito en él». Jesús tiene vitalidad y fuerza al hablar, sabe que quienes le sigue tratan de vivir como Él lo hace: meditar su palabra, aprender de su forma de actuar, de su cercanía para con todos, de forma especial con los más desheredados, vivir sabiendo que el centro de nuestra existencia es Dios mismo. Es una comunión con su vida, esa vida que entrega por todos los hombres y que en la eucaristía vuelve a entregar como el resucitado. Si el Hijo vive por el Padre que le entrega su vida, nosotros vivimos por Jesús que nos entrega la que ha recibido.
    Jesús vive y está entre nosotros
    Es un misterio de donación el que acontece en la realización de la eucaristía. De ahí que sea el sacramento que nos va resucitando día a día porque nuestra meta es tener la vida que Jesús posee ahora como Señor de la vida. Ahí reside la sabiduría del misterio de la eucaristía en la comunidad: ser una donación sin medida.
    La eucaristía es el pilar central de nuestra fe, en ella compartimos la mesa y la fe, nos nutrimos de su Palabra, pero también de su Cuerpo y su Sangre, y gracias a ello «Viviremos para siempre».
  • Reflexión:
     La Carne y sangre: Es expresión de vida y de entrega total.
    Eucaristía, sacramento de amor y de fe
    Cuando dijo esto, era cerca de la fiesta de Pascua. Dentro de unos pocos días, iban a comer la carne del cordero pascual en la celebración de la noche de pascua. Ellos no entendían las palabras de Jesús, porque tomaron todo al pie de la letra; Jesús quería aprovechar el momento y hacer un ejemplo con lo que iba acontecer con su significado y eso lo vieran en él. Comer la carne de Jesús significa aceptar a Jesús como el nuevo Cordero Pascual, cuya sangre nos libera de la esclavitud. La sangre era la señal de la vida. Beber la sangre de Jesús significa asimilar la misma manera de vivir que marcó la vida de Jesús. Finalmente aquí él empieza a instituir la Eucaristía, pero hay algo muy importante que debemos entender, el valor de la Eucaristía es vivir la vida con entrega total y asimilar la misma manera de vivir que marcó la vida de Jesús,
    Somos sagrario al comulgar
    ¿Qué entiendo y que valor le doy, cuando Jesús me dice que debo comer su carne y beber de su sangre?, muchas veces creemos que tan solo con el hecho de ir a misa y comer su carne y beber su sangre es el culmen de mostrar mi amor y lealtad a él, ¿Eso es suficiente?, es cierto que ese momento es sumamente importante pero, después ¿Vivo la vida con entrega total, siguiendo la misma manera en que Jesús actuó, dio, amo, ayudó, y todo lo que él nos pide que hagamos?, si solo como su carne y bebo su sangre, pero no le doy y no cumplo con el significado que verdaderamente merece, entonces, ¿Quién soy?, ¿Qué estoy haciendo?, ¿Dónde muestro realmente que estoy comiendo la carne y bebiendo la sangre de Jesús?
    Siguiendo el mensaje de este texto,
       ¿Cuál es tu meditación, tu reflexión personal?   

  • Oración
  • Mi Señor Jesús, si deseo y quiero comer de tu carne y beber tu sangre, 
    porque tu eres ejemplo de vida, 
    de vivir de acuerdo a las instrucciones de Dios Padre, 
    quiero ser como tú y aceptar que tú vivas en mí y yo en ti; 
    recordar siempre, que cuando voy al templo 
    y me acerco a comer la Eucaristía, 
    estoy diciéndote que quiero «Vivir como tú nos enseñaste», 
    darle el valor y significado propio 
    y que se vea reflejado en mis actos y actitudes; 
    soy humano y muchas veces no logró alcanzar 
    completamente este propósito, 
    pero mi esfuerzo y mi voluntad también lo valen 
    porque creo en ti y tú en mi.
    Siguiendo el mensaje de este texto, 
    ¿Cuál es tu oración personal? 
    Cada uno expresa sus intenciones....
  • Interiorizo la Palabra de Dios:  
            «La verdadera comida … , la verdadera bebida»
    EUCARISTÍA, SACRAMENTO DE NUESTRA FE
    Jesús de los Hombres Salvador
    (Repetimos)
    «La verdadera comida … , la verdadera bebida»
    «La verdadera comida … , la verdadera bebida«
    ¿Cuál es la palabra o frase o párrafo o actitud que te ayuda a recordar este texto?  
  •  Me comprometo
  • . A entender el significado de comer la carne y la sangre de Jesús.
    . A recordar que en mis actos y actitudes estoy mostrando cómo es que como la carne y bebo la sangre de Jesús, el valor y significado que le doy.
    . A buscar y aceptar en todo momento que el Señor viva en nosotros y nosotros en él.
    . Siguiendo el mensaje de este texto, ¿Cuál es la acción concreta que te invita a realizar?
2. Aprende y colorea:
3. Ve el vídeo "Muy Jesús- cuerpo y sangre de Cristo"
4. Para saber más:
¿POR QUÉ AL COMULGAR SÓLO NOS DAN EL PAN Y NO EL VINO?¿CÓMO ES ESO DE COMULGAR EN UNA O DOS ESPECIES?
Por Jesús Mondragón (Saulo de Tarso)
SI CRISTO DIJO:
Juan 6,54
El que come mi carne y bebe mi sangre, tiene vida eterna, y yo le resucitaré el último día.
Surgen una serie de preguntas muy interesantes, que muchas personas se han hecho en algún momento de su vida y que incluso, los no católicos nos hacen también:
¿Por qué no siempre se nos da la comunión bajo las dos especies del pan y del vino?
¿Por qué generalmente sólo nos dan el pan y no nos dan el vino?
La respuesta a esta interrogante es en realidad muy sencilla, pero se debe analizar desde varias vertientes o enfoques.
Comencemos diciendo que al ser consagrados el pan y el vino, Cristo se hace presente en la Eucaristía, NO simbólicamente, sino de forma real, literal y verdaderamente. Es su Cuerpo, pero que se nos es dado en las especies de pan y de vino. De manera que aunque sepan a pan y vino, realmente son su cuerpo y sangre, alma y divinidad. Sabe a pan, pero no es pan. Sabe a vino, pero no es vino.

La substancia se transubstancia, es decir, la substancia se convierte en otra substancia. A eso llamamos: "transubstanciación" o cambio de substancia. Lo que permanece sin cambios por el poder de Dios en la Eucaristía, son los accidentes, especies o apariencias del pan y del vino.

¿Cuáles son los accidentes que permanecen sin cambio después de la transusbtanciación? Son: peso, tamaño, gusto, cantidad, olor, color, sabor, figura, medida, etc, de pan y de vino. Sólo cambia la sustancia.

Si el pan y el vino se convierten en el Cuerpo y la Sangre de Cristo, ¿Por qué saben a pan y a vino? La respuesta es simple: para creer debes tener fe y como dijo San Pablo:
Hebreos 11,1
La fe es garantía de lo que se espera; la prueba de las realidades que no se ven.

Si los accidentes también cambiaran, todo el mundo creería. ¿Dónde quedaría entonces la fe? El verdadero mérito de la fe no es creer en Cristo, sino el creer a Cristo. Porque si Cristo dice: "esto es mi Cuerpo" ¿Quiénes somos nosotros para decir como los protestantes: No Señor, no es tu cuerpo, eso es pan nada más?

Otro aspecto importante a considerar, es que el Cuerpo de Cristo que se hace presente en la Eucaristía, no es su cuerpo de carne y hueso con el que vino al mundo, eso sería canibalismo.

Juan 6,52
Discutían entre sí los judíos y decían: «¿Cómo puede éste darnos a comer su carne?»

Juan 6,60
Muchos de sus discípulos, al oírle, dijeron: «Es duro este lenguaje. ¿Quién puede escucharlo?»

Por desgracia, sabemos que son muchos los que no creen, los que no pueden soportar este lenguaje.

El Cuerpo de Cristo que se hace presente en la Eucaristía, es su cuerpo resucitado, glorificado, de forma “sacramental”, no un cuerpo carnal:

Juan 6,63
«El espíritu es el que da vida; la carne no sirve para nada. Las palabras que os he dicho son espíritu y son vida.

Sin embargo, muchos que alardean de poseer el Espíritu Santo no le creen a Cristo, aunque aseguran tener mucha fe en Él. ¿Y por qué no creen? Porque realmente no tienen el Espíritu Santo, pues como explica San Pablo:

I Corintios 3,1-3
Yo, hermanos, no pude hablaros como a espirituales, sino como a carnales, como a niños en Cristo.
Os di a beber leche y no alimento sólido, pues todavía no lo podíais soportar. Ni aun lo soportáis al presente; pues todavía sois carnales...

"No pueden soportar el alimento sólido", dice Pablo. Recordemos que los judíos tampoco pudieron soportar ese lenguaje.

EL CUERPO DE CRISTO NO PUEDE SER DIVIDIDO
Los judíos acostumbraban a utilizar la expresión "carne y sangre" para denotar la totalidad de la persona humana.

I Corintios 15,50
Os digo esto, hermanos: La carne y la sangre no pueden heredar el Reino de los cielos: ni la corrupción hereda la incorrupción.

Es decir, la persona humana está compuesta de "carne y sangre". En el contexto bíblico y no podemos separarlos. En circunstancias naturales, un cuerpo sin sangre no es una persona, es un cadáver. La sangre separada del cuerpo no es una persona, no puede sobrevivir. La persona humana es un todo indivisible.

De igual modo Cristo en la Eucaristía, no puede ser dividido, como si por un lado estuviera la carne y por otro la sangre, porque Cristo ya ha resucitado y ha sido glorificado.
Cristo está totalmente entero en la especie del pan y está totalmente entero en la especie del vino, al ser transformados.
A esta doctrina le damos el nombre de “concomitancia” y es por eso que la Iglesia Católica puede dar la Comunión en una o dos especies, pues en ambos casos se recibe entero el Cuerpo del Señor. Si el sacerdote parte en dos o en cuatro la hostia consagrada, el Cuerpo de Cristo está completo en cada partícula y también está completo su Cuerpo en la especie del vino. Porque la enseñanza bíblica es que el cuerpo de Cristo no puede ser dividido.

I Corintios 1,13

¿Esta dividido Cristo? ¿Acaso fue Pablo crucificado por vosotros? ¿O habéis sido bautizados en el nombre de Pablo?

Romanos 12,5
así también nosotros, siendo muchos, no formamos más que un solo cuerpo en Cristo, siendo cada uno por su parte los unos miembros de los otros.

I Corintios 12,12
Pues del mismo modo que el cuerpo es uno, aunque tiene muchos miembros, y todos los miembros del cuerpo, no obstante su pluralidad, no forman más que un solo cuerpo, así también Cristo.

I Corintios 10,17
Porque aun siendo muchos, un solo pan y un solo cuerpo somos, pues todos participamos de un solo pan.

¿QUÉ MÁS CLARO LO QUIERES?

Quien come el pan o bebe la copa del Señor indignamente, sin reconocer que son el Cuerpo y la Sangre del Señor, ¡SE CONDENA!

I Corintios 11,27-29
Por tanto, quien coma el pan o beba la copa del Señor indignamente, será reo del Cuerpo y de la Sangre del Señor.
Examínese, pues, cada cual, y coma así el pan y beba de la copa.
Pues quien come y bebe sin discernir el Cuerpo, come y bebe su propio castigo.
Observemos que el Apóstol Pablo dice: "quién coma el pan o beba la copa", no dice "coma y beba" sino "coma o beba", es decir o el pan o el vino, será reo del Cuerpo y la Sangre.
Al comer el pan indignamente, se es reo del Cuerpo y la Sangre.
Al beber la copa indignamente, se es reo del Cuerpo y la Sangre.

Por eso, ya sea que comulgues en una especie: sólo el pan, o sólo el vino. O comulgues en las dos especies, estás recibiendo enteramente el Cuerpo del Señor Jesús.
5. Realiza el puzzle:
Cantamos "Yo soy el Pan de vida..."
¡EL QUE COMA MI PAN 
Y BEBA MI SANGRE
TENDRÁ VIDA ETERNA!

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