Lee el Evangelio según San Lucas 20, 27-38 aqui.
También podéis verlo:
MEDITAMOS:
Los saduceos eran la aristocracia del pueblo judío. Eran considerados como la nobleza (como los príncipes, condes, marqueses...)
Les preocupaba más la política que la religión y, como no creían en la vida después de la muerte, solo les interesaba atesorar mucho dinero y vivir ricamente.
Se unen a los fariseos para condenar a Jesús porque tienen miedo de que estropee sus negocios con los romanos y terminen por perder sus riquezas.
Los saduceos daban mucha importancia a los libros de Moises por eso Jesús les enseña con ellos.
No dice: "fui el Dios de Abraham" sino «Yo soy el Dios de tu padre, el Dios de Abraham, el Dios de Isaac y el Dios de Jacob».
PARA VIVIR: JESÚS HOY NOS DICE:
Quiero formar parte de tu vida. Disfrutar contigo en los momentos felices y ayudarte, consolarte y darte fuerzas en los dolorosos.
¡Te quiero con locura!
Querido Jesús,
tu nos acompañas,
si no fuera por el amor que nos tienes,
¿Cuál sería nuestro destino?
San Pablo nos dice que no podemos imaginar,
lo que nos tienes preparado
a nosotros en tu casa del cielo.
¡Qué alegría saber y tener la seguridad
de que tus promesas las cumples siempre!
¡Gracias, Jesús!
Auméntanos la fe
y haz que todos los hombres y mujeres
del mundo crean en tus palabras. Amén.
ACTIVIDADES:
1. Vuelve a leer o ver el Evangelio y después coméntalo con tus padres y catequistas con las siguientes cuestiones:
- Jesús nos invita a reflexionar sobre la meta final de nuestra vida. Él, con su muerte y resurrección nos abrió las puertas del Reino de Dios y nos propone que tengamos fe y seguridad en sus palabras. Jesús es nuestro camino, nuestra verdad y nuestra vida.
- La vida en la que creemos los cristianos comienza, pero no termina; es vida inmortal. La misión más claramente reseñada y ensalzada que Jesús de Nazaret realizó mientras estuvo en este mundo fue la de dar vida. Dio vida a los enfermos, a los pecadores, a las personas marginadas, a todos los que sufrían y tenían hambre y sed de pan y de justicia. Vivió y murió luchando contra los enemigos de la vida, contra los que explotaban al huérfano y a la viuda, contra los que lapidaban a las mujeres pecadoras, contra los que despreciaban al pobre y al marginado. Jesús de Nazaret fue siempre amigo de la vida, dador de vida, como su padre, Dios.
- Los cristianos debemos ser siempre y en todas partes amigos y defensores de la vida, de toda vida, desde el momento mismo en que esta es concebida. Amigos de esta vida, en la tierra, y de la otra vida, en el más allá. Porque creemos en la resurrección de los muertos.
- ¿Creo en la vida eterna?, ¿Cómo la imagino?
- Cantamos "Por qué tengo miedo"
Una jornada que se convierte en una oportunidad para dar las «Gracias por tanto», que es el lema que se propone para este año.
El Día de la Iglesia diocesana es un día de fiesta. Un día para celebrar que “juntos logramos una parroquia viva, apasionada por Jesucristo y entregada a los demás”. En la parroquia nacemos a la fe y en ella descubrimos que somos una familia dentro de otra gran familia, la de los hijos de Dios. Pero además, activa a “esta gran familia” a ponerse al servicio de los demás y a contribuir para hacer una parroquia más comprometida y cercana porque “juntos llegamos más lejos”.
JUNTOS LLEGAMOS MÁS LEJOS:
Y como juntos llegamos más lejos, la campaña para el Día de la Iglesia diocesana no pierde la oportunidad de promover la corresponsabilidad. No se trata de obligar ni de imponer, sino de promover un modo de seguir a Jesucristo.
Para ello, proponen cuatro alternativas de colaboración:
– Tu oración: Puedes rezar por tu parroquia porque tu oración es necesaria y será el alma de toda la actividad que se realice. Con ella, los frutos serán mayores y más permanentes.
– Tu tiempo: Dedica algo de tu tiempo en tu parroquia a los demás. El tiempo que puedas: media hora, una, tres horas… Lo que se ajuste a tu situación de vida.
– Tus cualidades: Cada uno puede aportar un poco de lo que sabe: una sonrisa cercana, una mano que apoya un hombro desconsolado, remangarse cuando sea necesario, acompañar en silencio al que sufre.
– Tu apoyo económico: Haz un donativo. Con tu aportación periódica ayudas más, porque permiten elaborar presupuestos y mejorar la utilización de los recursos y planificar acciones a medio y largo plazo.
5. Realiza el puzzle:
Cantamos "Dios de Vivos"
SEÑOR DANOS FUERZA
PARA TODA CLASE DE PALABRAS
Y OBRAS BUENAS
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