miércoles, 27 de julio de 2022

Tema 37: PABLO, ESCOGIDO PARA ANUNCIAR. EL EVANGELIO DE DIOS


OBJETIVOS
:

- Conocer la figura del apóstol San Pablo
- Asimilar que el encuentro personal con Cristo es el encuentro clave para anunciarle.
- Conocer el significado del acontecimiento de Pentecostés y ubicar su celebración en el año litúrgico.
- Valorar el aliento del Espíritu Santo en nuestra oración.

El día de la muerte de Esteban, el primer mártir cristiano, se desató una violenta persecución contra la Iglesia de Jerusalén. Los discípulos se dispersaron por los territorios de Judea y Samaria. Los que escapaban, al ir de un lugar a otro, difundían el Evangelio. Pablo de Tarso, joven judío que había asistido al martirio de Esteban, destacaba por la tenacidad con que perseguía a la Iglesia.

Un día, se dirigía a Damasco para encarcelar a los cristianos y, de improviso, una luz lo envolvió con su resplandor: Caímos todos nosotros por tierra y yo oí una voz que me decía en hebreo: "Saúl, Saúl, ¿por qué me persigues?". Yo dije: "¿Quién eres, Señor?". Y el Señor respondió: "yo soy Jesús, a quien tu persigues. Pero levántate y ponte en pie, pues me he aparecido a ti precisamente para elegirte como servidor y testigo tanto de las cosas que de mi has visto, como de las que te manifestaré" (Hch 26, 14-16).

Había en Damasco un discípulo que se llamaba Ananías y allí bautizó a Pablo. Tras unos días en compañía de los discípulos de esta ciudad, Pablo empezó a anunciar en las sinagogas que Jesús era el Hijo de Dios. Los oyentes quedaban admirados y comentaban: ¿No es este el que hacía estragos en Jerusalén con los que invocaban ese nombre? Y, ¿No había venido aquí precisamente para llevárselos encadenados a los sumos sacerdotes? (Hch 29, 21).

Entonces Pablo se fue de Damasco a Jerusalén. Todos le tenían miedo, porque no se fiaban que fuera discípulo de Jesús. Fue presentado a los Apóstoles y él les contó que había visto al Señor en el camino, lo que había dicho, y que en Damasco había proclamado con valentía el nombre de Jesús.

Tras su encuentro con Cristo resucitado, Pablo cambió. Ya no podía seguir viviendo como antes; desde entonces fue consciente de que el Señor le había dado el encargo de anunciar el Evangelio en calidad de apóstol.

Los Hechos de los Apóstoles nos relatan sus viajes misioneros. Iniciando la Iglesia por todo el Mediterráneo, Pablo se dedicó a la proclamación de la Palabra sin ahorrar energías y afrontando duras pruebas hasta su martirio en Roma. En su Carta a los Romanos da noticia de sus Proyectos de viajar incluso a España para anunciar el Evangelio (Rom 15, 24). El compromiso de Pablo solo se explica desde su fascinación por Cristo y su convicción de que la Buena Noticia debe ser anunciada hasta el confín de la tierra.

LAS 13 CARTAS DE SAN PABLO

Para comunicarse con las distintas comunidades cristianas que S. Pablo había fundado, les escribe cartas. En estas cartas, también llamadas epístolas, se refleja el testimonio de la vida y personalidad del Apóstol, su intensa actividad misionera, su pensamiento y la gran influencia que tuvo en las primeras décadas del cristianismo.

La biblia incluye 13 cartas que se relacionan de forma directa con el Apóstol San Pablo. Este conjunto literario es el más amplio de los atribuidos  por el Nuevo Testamento a un mismo autor.

Hay un primer grupo de cartas que habría sido escrito por el Apóstol con la ayuda de algún secretario. Este grupo lo forman:

  1. 1 Tesalonicenses, el escrito más antiguo del Nuevo Testamento y de la literatura cristiana en general.
  2. 1 y 2 Corintios 
  3. Filipenses
  4. Gálatas
  5. Romanos 
  6. y la carta a Filemón.
Un segundo grupo de epístolas fue compuesto años más tarde y con una intervención mayor de algún discípulo de Pablo. Pertenecen a este grupo:

  1. Colosenses
  2. Efesios
  3. Pastorales:

  • 1 y 2 Timoteo
  • Tito
    4. 2 Tesalonicenses

LAS PROMESAS DE DIOS SE HAN CUMPLIDO
El centro de la predicación y los escritos de S. Pablo es Jesucristo, su ministerio y su mensaje.

Pablo proclama que Jesús es el Hijo de Dios enviado al mundo en la plenitud de los tiempos, nacido de la Virgen María, descendiente de Abrahán y de David, y por eso mismo, el Cristo, el Mesías de Israel.
Pablo anuncia además que Cristo murió por nuestros pecados, que resucitó de entre los muertos; en Cristo, Dios ha ofrecido la Salvación al mundo, cumpliendo definitivamente sus promesas.


El Hijo de Dios, Jesucristo,
que fue anunciado entre vosotros por mi,
por Silvano y por Timoteo,
no fue "sí" y "no", sino que en Él solo hubo "Sí".
Pues todas las promesas de Dios han alcanzado su "sí" en Él 
                                                                                 (2cor1, 19-20).
SOLO SOMOS CRISTIANOS SI NOS ENCONTRAMOS CON CRISTO
"La conversión ensanchó el corazón de Pablo y lo abrió a todos. En ese momento no perdió cuanto había de bueno y de verdadero en su vida, en su herencia, sino que comprendió de forma nueva la sabiduría, la verdad, la profundidad de la Ley y de los Profetas, se apropió de ellos de modo nuevo. Al mismo tiempo, su razón se abrió a la sabiduría de los paganos. Al abrirse a Cristo con todo su corazón, se hizo capaz de hacerse todo a todos. Así realmente podía ser el Apóstol de los gentiles.
En relación con nuestra vida, podemos preguntarnos: ¿Qué quiere decir esto para nosotros? Quiere decir que tampoco para nosotros el cristianismo es una filosofía nueva o una nueva moral. Solo somos cristianos si nos encontramos con Cristo.
Ciertamente no se nos muestra de esa forma irresistible, luminosa, como hizo con San Pablo para convertirlo en Apóstol de todas las gentes. Pero también nosotros podemos encontrarnos con Cristo en la lectura de la Sagrada Escritura, en la Oración, en la vida litúrgica de la Iglesia. Podemos tocar el corazón de Cristo y sentir que Él toca el nuestro. Solo en esta relación personal  con Cristo, solo en ese encuentro con el Resucitado, nos convertimos realmente en cristianos" (Benedicto XVI Audiencia General 03/09/2008).


ORAR CON SAN PABLO

En sus cartas, San Pablo nos ofrece una gran riqueza de formas de oración que van de la acción de gracias a la bendición, de la alabanza a la petición y a la intercesión, del himno a la súplica.
Esta gran variedad demuestra que la oración tiene que ver con todas las situaciones de la vida, tanto las personales como las de las comunidades cristianas a las que pertenecemos.



El Espíritu acude en ayuda de nuestra debilidad, 
pues nosotros no sabemos pedir como conviene;
pero el Espíritu mismo intercede por nosotros. 
                                                 (Rom 8, 26).

La oración es ante todo un don, fruto de la presencia viva de Dios en nosotros. Queremos orar, pero a veces Dios parece lejano y nos es difícil encontrar las palabras para hablar con Él.
Debemos abrir nuestro corazón y poner nuestro tiempo a disposición de Dios, esperar que Él nos ayude a entrar en un verdadero diálogo. El Espíritu Santo nos hará comprender y expresar lo que queremos decir.

PABLO DA GRACIAS A DIOS POR LOS NUEVOS CRISTIANOS
Doy gracias a Dios por vosotros, por la Gracia de Dios que se os ha dado en Cristo Jesús; pues en Él habéis sido enriquecidos en todo; porque en vosotros se ha probado el testimonio de Cristo, de modo que no carecéis de ningún don gratuito, mientras aguardáis la manifestación de nuestro Señor Jesucristo. Él os mantendrá firmes hasta el final. Fiel es Dios. Os llamó a la Comunión con su Hijo.
(cf 1 Cor 1, 4-9).
SAN JUAN CRISÓSTOMO en el Siglo IV.
obispo de Constantinopla y Padre de la Iglesia,
alaba la predicación del Apóstol San Pablo y siguiendo su ejemplo, nos invita a ser ante el mundo testigos de la Verdad.

¿Qué es la Gracia?
La Gracia es la participación en la vida de Dios.
Es la ayuda que Dios nos da para responder a su llamada.

ACTIVIDADES:
1. Realiza el cuestionario para ver cuanto sabes del tema aquí
2. Observa los 4 viajes de Pablo:
3. Vemos Pablo de Tarso:
4. Cantamos Es tiempo de cambiar:
¡¡SEAMOS TESTIGOS DEL EVANGELIO
ANUNCIEMOS A JESUCRISTO!! 

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