CON DIOS Y LOS DEMÁS HACEMOS UNA VIDA MEJOR
Queridas familias y niños/as os deseamos un feliz año nuevo, que 2022 venga cargado de prosperidad, de amor y de paz para todos.
Jesús se acurrucaba en el corazón amoroso de su Santa y Bendita Madre, como bebé que era. Hagamos un hueco en nuestro corazón para acogerlo, y que María, Madre de Dios y Madre nuestra nos proteja y nos guíe en este año que hoy comienza. María nos lleva a Jesús.
También podéis verlo:
MEDITAMOS: En el Evangelio contemplamos la maternidad de la Madre de Dios.
Lucas nos presenta el “encuentro” de los pastores “con el Niño”, que estaba acompañado de María, su Madre y de José.
Lucas habla de un “encuentro” de los pastores con Jesús. Un “encuentro” personal con el Señor que se da con fe. Sólo este “encuentro”, que ha comportado un “ver con los propios ojos”, y en cierta manera un “tocar”, hace capaces a los pastores de llegar a ser testigos de la Buena Nueva, verdaderos evangelizadores que pueden dar “a conocer” lo que les habían dicho acerca de aquel Niño. Aquí hay un primer fruto del “encuentro” con Jesús: “Todos los que lo oyeron se maravillaban”. Pidamos la gracia de saber despertar esta admiración en aquellos a quienes anunciamos el Evangelio. También hay un segundo fruto de este encuentro: La adoración del Niño les llena el corazón de entusiasmo por comunicar lo que han visto y oído. “Los pastores se volvieron glorificando y alabando a Dios por todo lo que habían oído y visto”.
María, que “guardaba todas estas cosas
y las meditaba en su corazón”, nos da hoy a Jesús.
PARA VIVIR: Hoy, al igual que hace más de dos mil años, seguimos necesitando a Jesús. Los pastores después de escuchar al ángel “fueron corriendo…” Pusieron en práctica lo que les pedía Dios: caminar hacia Belén, donde encontrarían al Salvador. Esto es lo que necesitamos. Para tener a Jesús hay que decidirse a dejar los “rebaños” del egoísmo, de la comodidad, de la vanidad… Los pastores encontraron “al niño acostado en el pesebre”.
Nos encontramos con Jesús desde la humildad. Él mismo nos enseña, desde el pesebre, que su seguimiento exige cruz, dolor, humildad… y obediencia a la voluntad de Dios. Esto es lo que da la paz y la felicidad al corazón. María, la Madre de Dios, nos enseña que para llegar a Jesús hace falta también la oración: “María conservaba todas estas cosas, meditándolas en su corazón”.
ORACIÓN (mientras nos vamos santiguándo):
nos muestre su rostro
y tenga misericordia de nosotros;
nos mire benignamente,
y nos conceda la paz
y la vida eterna. Amén.
(San Francisco de Asís)
ACTIVIDADES:
1. Vuelve a leer o ver el Evangelio. Después comenta con tus padres y catequistas:
- En María y en los pastores se nos ofrecen modelos de actitudes, formas de acoger y expresar en la vida la bendición de Dios de modo que alcancen a todo el mundo. ¿Cuál es tu disposición, desde el inicio del año, para seguir lo pasos de Jesús, que es Camino, Verdad y Vida?
2. Aprende y colorea:
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