viernes, 8 de mayo de 2020

PADRES. 2. ¿QUÉ TIENE QUE VER JESÚS CONMIGO?

JESÚS ES EL CENTRO DE NUESTRA VIDA
SIN ÉL NO PODEMOS HACER NADA
LA VIDA ES UN REGALO DE DIOS, EN SU PROVIDENCIA DIVINA NOS CUIDA Y NOS PROTEGE.
DIOS ENVÍA A SU HIJO -JESÚS- AL MUNDO PARA SALVARNOS, PARA DECIRNOS QUE DIOS NOS AMA, PARA SERVIRNOS. JESÚS CUENTA CON NOSOTROS, PARA QUE COLABOREMOS CON NUESTRA FE Y CONFIANZA EN ÉL; Y QUIERE QUE CUMPLAMOS LA VOLUNTAD DE DIOS AMANDO Y SIRVIENDO A LOS DEMÁS.
HOY OS DEJAMOS LA CATEQUESIS DE COTELO PARA PADRES: ¿QUÉ TIENE QUE VER JESÚS CON NOSOTROS?:
Os dejamos a continuación el vídeo "¿Jesús, quién eres tu?"

Jesús a sus discípulos:
"Al llegar Jesús a la región de Cesarea de Filipo, preguntó a sus discípulos: "¿Quién dice la gente que es el hijo del hombre?"Lee evangelio según San Mateo 16, 13-20 aquí

Jesús, llegado un momento de su vida, con sus discípu­los, a los que va preparando para que continúen su mi­sión, se para con ellos, dice el Evangelio que en la región de Cesarea de Filipo, y les pregunta por lo que opina la gente sobre Él: «¿Quién dice la gente que es el Hijo del hombre?».
Los discípulos van desgrana­do las distintas opiniones que exis­ten entre los judíos: unos que Juan el Bautista, otros que Elias o uno de los profetas.
A Jesús no le importa lo que piensa la gente, pero sí le interesa que ellos confiesen quién es Él para ellos, por eso, a continuación, les pregunta: «Y vosotros, ¿quién decís que soy yo?». Y la respuesta la da Pedro en nombre de todos: «Tú eres el Hijo del Dios vivo», a lo que Je­sús le hace caer en la cuenta de que esa respuesta no se le ha ocurrido a él, sino que ha sido el Padre del cie­lo quien se lo ha revelado.
Hoy, Jesús nos hace a nosotros esas mismas preguntas: «¿Quién dice la gente que es el Hijo del hombre?». Y nosotros, seguro que le responderíamos con unas contes­taciones muy variadas, dispares y hasta contrarias sobre lo que opina el hombre actual sobre Jesús.
Pero, a Jesús le in­teresa, sobre todo, la segunda pre­gunta que va dirigida a cada uno de nosotros. Y vosotros, los que os decís mis seguidores, ¿quién soy yo para vosotros?
Es más, nos dice a cada uno de nosotros: párate y piensa de ver­dad y desde la vida que tú llevas, la fe que tienes y la vivencia que haces de mi mensaje, ¿quién soy yo para ti?
Ya no vale dar la respuesta de lo que dicen los otros y de lo que piensan los demás, sino que es nues­tra respuesta y, además, nos pide que sea una respuesta que demos desde la vida, que no le contestemos de me­moria, sino desde lo que vivimos, desde el puesto que ocupa en nuestra vida su persona y su mensaje, desde lo que vivimos como sus seguidores: ¿Quién soy yo para ti?
Sería importante, que frecuen­temente nos parásemos en la vida para preguntarnos y responder­nos a nosotros mismos: ¿quién es en realidad Cristo para mí? Porque de esa pregunta, y de la respues­ta que veamos que damos desde lo que vivimos, desde la relación que tenemos con Él, la misma respuesta es ya una llamada a la conversión. Porque, nosotros, los que nos de­cimos sus seguidores, que hemos re­cibido el bautismo y nos llamamos cristia­nos, tal vez tengamos que recono­cer que Cristo para nosotros es muy poca cosa, que su estilo personal y su mensaje no es algo que nos importe demasiado, que tal vez esta­mos haciendo un Cristo y un cris­tianismo a nuestra medida.
¿Cuál sería, de verdad, la respues­ta que desde lo que vivimos le damos al Señor a esta pregunta que nos diri­ge este domingo a cada uno de noso­tros? ¿Quién soy yo para ti?
Tal vez nuestra respuesta teóri­ca es la de «tú eres el Hijo de Dios», pero Él sigue preguntándonos y «para ti, en tu vida, ¿quién soy yo? ¿qué significo?, ¿qué puesto ocupo? ¿cómo te preocupa vivir desde lo que yo te pido?
Reflexiona su pregunta: ¿Quién soy yo para ti? La respuesta la tene­mos que dar cada uno.

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