Lecturas misa AQUÍ.Os dejamos el Evangelio según San Juan 16, 12-15:
MEDITAMOS:
Dios: Padre, Hijo y Espíritu Santo es una comunidad de Amor y a nosotros nos ama con un Amor que nunca termina.
En el momento de nuestro bautismo comenzamos a vivir teniendo como referencia la familia de la Trinidad. Comenzamos así, a vivir en el Padre, movidos por el Espíritu por la entrega del Hijo. Somos casa de la Trinidad, donde ella misma dialoga con nosotros y pone en nosotros el deseo de vivir en comunidad, en caridad.
PARA VIVIR:
El amor de Dios a nosotros es más fuerte que el amor de una mamá por sus hijos. Es un amor que siempre perdona, que es gratuito, es decir, se da sin esperar nada a cambio. Dios quiere que descubramos ese amor que nos tiene porque él busca y desea nuestra felicidad, la felicidad eterna, que nunca termina. Somos libres para responder a Dios con nuestro amor, o decirle que no lo queremos amar y nuestra vida se irá alejando de él poco a poco. Vamos hoy a tratar de conversar un poco más con él y abrir los ojos y los oídos del corazón para “verlo y escucharlo”.
ORACIÓN:
Querido Dios,
siempre estás en todas partes,
nunca te vas, somos nosotros
los que nos alejamos de Ti.
Te damos gracias
porque sentimos tu presencia
en las cosas que has hecho:
la luna, el sol, las estrellas, los planetas;
los ríos, las plantas, las flores;
las aves, los grandes animales
y los pequeños que a veces
tenemos por mascotas;
el mar, los peces; las montañas.
Te damos gracias
a tu imagen y semejanza
y por eso, podemos amarte
y conversar contigo
como con un amigo,
como con papá o mamá.
Te damos gracias
porque nos abriste
las puertas del cielo
y nos acompañas siempre
hasta que lleguemos a tu casa,
a la que nos tienes preparada.
Concede el don de la paz
a todos los hombres y mujeres del mundo;
que no haya violencia ni odios.
Que en nuestra casa haya amor y alegría
y todos nos ayudemos. Amén.
Cantamos "Con amor eterno"
El MISTERIO DE LA SANTÍSIMA TRINIDAD:
Jesús les promete que el Espíritu Santo los ayudará a conocer la verdad. Y todo lo que el Espíritu diga vendrá del Padre y del Hijo.
Aquí está el gran misterio: Dios es uno solo, pero tiene tres personas.
- Dios Padre, que nos ha creado.
- Dios Hijo, que es Jesús y nos ha salvado.
¡Pero no son tres dioses! Son un solo Dios con tres personas distintas que se aman muchísimo entre sí. Dios es familia, Dios es amor. Siempre están juntos, se escuchan, se hablan, se aman.
ACTIVIDADES:
1. Lee o ve de nuevo ek Evangelio. Después comenta comenta con tus padres y catequistas, las siguientes cuestiones:
- Contesta: - ¿Recuerdan qué fiesta celebramos el domingo pasado?
- ¿Quién, dice Jesús, nos guiará hasta la verdad plena?
- ¿De quién es todo lo que viene del Padre?
- ¿Qué es lo que nos comunicará el Espíritu Santo?
- - ¿Has tenido experiencia del consuelo de Dios en tu vida?
- ¿Te ha tocado consolar a alguna persona?
- ¿Qué sugiere para ti, que el Espíritu se identifique con la verdad?
- ¿Qué dices de la expresión: Espíritu Santo, el beso de Dios?
- ¿Me dejo guiar, consolar e iluminar por el Espíritu Santo?
- El texto: Jesús sigue hablando a sus discípulos de la promesa, esa promesa que les hará sentirse completos en la verdad. Jesús manifiesta que tiene muchas cosas que decirles a sus discípulos, pero que ellos no serán capaces de cargar, aún no están preparados para entender.
Es por eso que la promesa del Espíritu no es sólo una promesa para abandonar el miedo, es una promesa para ser libres en la verdad.
También en este pasaje miramos la relación directa entre el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo, dándonos un testimonio de comunión, manifestada en la comunicación. Nuestro conocimiento se irá acrecentando si nos dejamos guiar por el Espíritu, Maestro interior de la Verdad plena, es decir, quién nos hará comprender el propósito espiritual de las palabras de Jesús y de su alcance. Así “verdad” es Jesucristo: camino, verdad y vida. “No hablará por su cuenta” es decir, en comunión Trinitaria (Dios Padre, Dios Hijo, Dios Espíritu Santo, son una comunidad de amor, cuyo lenguaje es el amor, a eso nos referimos cuando hablamos de en comunión Trinitaria, en comunión de amor). “Lo que haya oído”, es decir, del Padre y del Hijo. Los Padres de la Iglesia siempre decían que del amor del Padre y del hijo, brotaba el beso que es el Espíritu Santo. El Espíritu Santo es el beso de Dios, no es por nada que se llame en este texto: “Consolador” un beso en la frente, por ejemplo, reconforta, alivia, acerca, comunica y transmite, sobre todo: amor y consuelo. “Anunciará las cosas por suceder”; yo veo aquí el papel de un “centinela” que ve desde lo alto y avisa que avista para información de todos. Por ejemplo: lo que va a suceder es que llegaremos a puerto seguro.La última idea: este “Ayudante” (con mayúsculas), al servicio de la verdad del Evangelio y del Reino, fue una promesa de Jesús antes de subir al cielo. Seremos conducidos por ese “Padrino” que nos bautizará: con Espíritu Santo y con Fuego, por esa “Nodriza” que nos criará hasta que comamos alimento sólido; por ese “Pedagogo” que nos enseñará la Verdad del Evangelio; por ese “Mentor” que nos apoyará y promoverá en nuestro crecimiento, en nuestras empresas y proyectos; por ese “Guía” que nos indicará el camino sobre todo en la oscuridad, que nos acompañará siempre hasta el fin de nuestros días.; por ese “Abogado” que nos defenderá. Saludemos y dejemos que siga su obra en nosotros no lo contristemos, más bien, dejemos que nuestros pasos no se aparten jamás de sus sendas que nos llevarán sin dudar al mismo corazón de Dios. - Reflexión: Este hermoso episodio del Evangelio me hace meditar y reflexionar sobre ¿Cuán libre me siento? Yo que he recibido el Espíritu Santo en mi bautismo, en mi confirmación, que lo celebro en cada Pentecostés y que lo invoco a diario ¿siento? ¿vivo? ¿la libertad que el Espíritu Santo me ha dado al revelarme la verdad de Jesucristo? ¿Glorifico a Dios con mis acciones? ¿Anuncio con valentía la verdad de que Jesucristo ha muerto en la cruz por mi y ha resucitado para salvarme de la muerte eterna? Me cuestiono hoy mi radicalidad con el Evangelio.
- Oración:
Dios Padre, gracias por tu gran amor, mi corazón arde de felicidad al saber que tú me has revelado lo bueno, lo verdadero, lo bello… y eso quiero comunicarlo al mundo.
- Dios hijo, quiero glorificarte con mi vida, anunciarte con mis palabras, pero sobre todo con mis acciones, ayúdame a serle fiel a tus promesas.
- Interiorizo la Palabra de Dios: Con la canción "Espíritu de Dios llena mi vida" suave. Los invitamos a cerrar los ojos, respirar hondo y dejar que Dios hable en el corazón. (Imagina a Jesús a tu lado, hablándote con ternura. Siente su paz. Deja que el Espíritu Santo llene tu corazón).
Dios Espíritu Santo, te haces presente en mi vida desde el respiro del que soy consciente cada mañana y desde la fuerza que me impulsa a diario a continuar mi camino. Ayúdame a ser testigo de la verdad, que sean siempre tus palabras en mi boca y tus motivaciones y caminos en mis pies. Amén
- “Cuando venga el Espíritu de la verdad,
- Me comprometo: - Comenzaré el día PIDIENDO ESPÍRITU SANTO para que me guíe y me conduzca con guía y amparo.
Él los guiará hasta la verdad completa.”
- Escuchar con más atención a las personas que me aconsejan con amor.
- Pedir al Espíritu Santo que me ayude cuando no sepa qué decisión tomar.
- Compartir con un amigo una palabra de esperanza o fe.

3. Ve el vídeo "Canto de Amor compartido" Después coméntalo con tus padres y catequistas:4. Realiza el puzzle:
Cantamos: "En el nombre del Padre, del Hijo y del Espiritu Santo..."
¡GUIAME SEÑOR
PARA ESTAR VIVOS Y UNIDOS!
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