También podéis verlo:
MEDITAMOS:
Descubramos en Jesús el verdadero sentido de nuestras vidas. Jesús se prepara también para la misión. Por un lado, recibe la gracia del bautismo. Un bautismo que significa dar testimonio de la presencia del Señor, pero Jesús, no necesita del bautismo de penitencia que Juan administraba al que estaba arrepentido de sus pecados, porque Jesús no tenía pecados. Juan le dice que más bien es él quien necesita que Jesús lo bautice. La conversación termina cuando Jesús le dice a Juan: "Está bien que cumplamos así todo lo que Dios quiere".
Pero lo que Dios hace con este bautismo es mostrarle a todos los que están presentes, incluso especialmente a Juan Bautista la fuerza del Espíritu Santo que desciende del cielo. Como dice, el evangelio: “se abre el cielo y desciende el Espíritu Santo en forma de paloma y se oye una voz que dice de lo alto –Tu eres mi hijo muy amado, mi hijo muy querido en quien me complazco-”. Este es el bautismo propiamente dicho, en donde Jesús se manifiesta como el Hijo de Dios ante todos aquellos que están presentes. Pero previamente, cuando Jesús se acerca a la fila de los pecadores sin ser pecador, Juan Bautista se asombra al verlo y hasta por un momento niega o se niega a bautizar a Jesús considerándose él necesitado del bautismo del Señor.
Sin embargo, Jesús le dice: “que es necesario que suceda esto para que se cumpla la voluntad del Padre”, para que se cumpla todo lo que es justo. Y es por esa razón que el Señor revela su gloria, revela su presencia ante su hijo Jesús. Este hijo muy amado, este hijo muy querido con quien el Señor tiene puesta toda su predilección.
Estas palabras que el Señor pronuncia sobre su hijo Jesús, también las pronuncia sobre cada uno de nosotros. Cada vez que hemos sido cada uno de nosotros bautizados. Hemos recibido estas palabras de parte del Señor: “tú eres mi hijo muy querido, tu eres mi hijo muy amado en ti tengo puesta toda mi predilección toda mi confianza”. Podríamos nosotros interpretar de parte del Señor.
PARA LA VIDA: Pidamos al Señor la gracia de poder como Jesús, anunciar el reino con fuerza, con alegría, con esperanza. Ya que Jesús nos demuestra que ha sido ungido con el oleo de la alegría, con la fuerza del Espíritu Santo para comunicarnos vida y vida en abundancia.
Que recordemos estas palabras que suenan en nuestro oído pero de modo especial en nuestro corazón: “tú eres mi hijo muy querido, mi hijo muy amado en quien tengo puesta toda mi predilección”.
Que podamos concretar la misión que él nos ha confiado. Sobre todo, de no olvidar que la fuerza del Espíritu Santo nos guía, nos conduce en el corazón y nos impulsa anunciar en todo lugar la presencia del Señor.
Gracias Señor,
por presentarnos a Jesús
como tu hijo amado.
Gracias, Señor,
por hacernos hijos queridos tuyos
por el Bautismo.
Haz que seamos capaces
de comprender lo que nos dice Jesús.
Danos un corazón grande
para amar a todos como Él lo hizo. Amén.
ACTIVIDADES:
1. Vuelve a leer o ver el Evangelio y después comenta con tus padres y catequistas las siguientes cuestiones:
- ¿Jesús también jugaría? ¿Cómo?
- Jesús fue creciendo también y dejó de ser niño
- ¿Dónde fue a vivir al volver de Egipto?
- Jesús tenía un primo que bautizaba en un río llamado Jordán: ¿Quién era ese primo de Jesús?
- ¿Por qué quería Jesús que lo bautizaran?
- ¿Qué dijo Jesús a Juan que debían cumplir?
- ¿Qué pasó al salir Jesús del agua?
- Esta es una de las tres veces que el Padre nos habla en la historia del evangelio. Aquí es para afirmar que Jesús es su amado, al cual ama con pasión. Durante el primer milenio esta fue la manera en que se veían a sí mismos los cristianos, especialmente al comprender el significado de las palabras de Jesús: “Yo os amo como el Padre me ama a mí; permaneced, pues, en mi amor. En el amor que os tengo”(Juan 15:9)
- Ahora vamos a contemplar esto en oración: Vamos a cerrar los ojos, nos relajamos... poco a poco todo el cuerpo. A continuación y en silencio vamos a escuchar a Dios Padre que nos dice: "mis amados" "mis amados" "mis amados" varias veces, y cuando hayamos saboreado sus palabras, continuemos diciendo a Dios lo que sentimos en este momento.
- Pregúntales a tus padres como fue el día de tu Bautismo y escribe aquí lo que te han contado.
- ¿Por qué nos bautizamos los cristianos? ¿Qué supone para todos nosotros el sacramento del Bautismo?
- Esta semana en tu oración de la noche puedes pedir para que muchas más personas puedan ser bautizadas en este mundo y puedan así formar parte de la gran familia que es la Iglesia.
4. Realiza cliqueando en la imagen:5. Realiza el puzzle:
No hay comentarios:
Publicar un comentario