Lee el Evangelio según San Lucas 2, 16-21 aquí.
También podéis verlo:
MEDITAMOS:
Comenzamos un nuevo año, y lo hacemos de la mejor manera posible, contemplando a María. El Evangelio de esta fiesta de la Madre de Dios nos habla de un encuentro; del encuentro de los pastores con Jesús. En efecto, sin la experiencia de un “encuentro” personal con el Señor no se da la fe. Sólo este “encuentro”, el cual ha comportado un “ver con los propios ojos”, y en cierta manera un “tocar”, hace capaces a los pastores de llegar a ser testigos de la Buena Nueva, verdaderos evangelizadores que pueden dar «a conocer lo que les habían dicho acerca de aquel Niño».
PARA LA VIDA:
Ante esta obra amorosa de salvación, sólo podemos tener la actitud de María y de los pastores: contemplar y alabar. Que estas sean actitudes muy presente en este año.
Señor,
tu comienzas de nuevo con nosotros
en todas las etapas
y circunstancias de nuestras vidas.
Te damos las gracias
porque Tú estás siempre presente
para nosotros en Jesús.
Con Él nosotros esperamos con entusiasmo
ser partícipes, a través de todo el 2023,
de un mensaje de confianza,
de fe, de paz y esperanza
para nuestro mundo. Amén.
Cantamos "Aleluya, ha nacido el Salvador"
ACTIVIDADES:
1. Vuelve a leer o ver de nuevo el Evangelio y después comentas con tus padres y catequistas las siguientes cuestiones:
- ¡Esta imagen merece una contemplación interminable! Con María, me maravillo frente al admirable niño, Hijo de Dios, a través del cual todas las cosas llegaron a ser, y que es encontrado en el lugar donde comen los animales.
- Los pastores eran los más pobres de los pobres, y sin embargo fueron los primeros en divulgar las buenas nuevas del nacimiento del Salvador. ¿Cómo puedo yo difundir las buenas nuevas del Evangelio?
- Se pone nombre al niño. “Cada lengua debe confesar que Jesucristo es el Señor” (Filipenses 1:9).
- Este es el octavo día después de Navidad, dedicado como una solemnidad a María, la Santa Madre de Dios. El evangelio nos invita a unirnos a los pastores mientras visitan al recién nacido en Belén, y a compartir su maravilla y alegría. ¿Nos han acercado a Jesús y a su madre, nuestras celebraciones de la época navideña? ¿O nos ha resultado difícil encontrar oasis de tiempo tranquilo, para entrar en profundidad en el misterio de todo esto?
¡JESÚS BENDICE
NUESTRO AÑO! - No podemos sino advertir que también éste es el día de Año Nuevo. ¿Cómo nos sentimos al entrar en una nueva fase de nuestro camino a lo largo de la vida? ¿Estamos expectantes y esperanzados/as, o estamos apáticos o abatidos? Cualquiera sea nuestro sentir, sería bueno compartirlo con Dios y pedir su bendición para los días y meses que tenemos por delante.
- La revelación de Dios como Amor no es para unos pocos elegidos: es para tí y para mí. La grandeza de María se observa en el hecho que se tomó un tiempo para meditar esta revelación, no sólo en su mente, sino que “en su corazón”.
- En tus oraciones, podrías pedirle a María que te relate lo que sucedió, y entonces meditarlo con ella.
- De acuerdo a la historia, hacía algunos meses un ángel se le había aparecido a María, y ahora otros ángeles se le habían aparecido a los pastores. Todos los mensajeros divinos habían coincidido y asegurado: “Tú vas a llegar a ver que Dios ha enviado a este mundo a un Príncipe del Reino de los Cielos”. La promesa los contentó a todos con anticipación, y su realización los llenó – a María y los pastores – de agradecimiento.
- Colocándome frente a María y al Niño, trato de abrir mi corazón para agradecer por todo lo que Dios ha hecho en mi vida.
- Nosotros comenzamos el año como comenzamos nuestra vida, bajo la protección de una madre. Hoy celebramos la más apasionada y duradera de todas las relaciones humanas, aquella de una madre y su hijo. Así como María miraba a su bebé y le daba de mamar, ella sabía que en esto había una dimensión más allá de sus suposiciones. Con los deseos de un bendecido año para todos, nos podemos preguntar: ¿a qué me está llamando el Señor al iniciar este año?. Fuente: espaciosagrado.com
- Los cristianos pensaron acerca de esto por tres siglos, antes del Concilio de Éfeso, cuando ellos se atrevieron a consagrar el título de Madre de Dios. Como María, yo atesoro las palabras dichas acerca de Jesús y las sopeso en mi corazón.
- El primer día del Año Nuevo es un nuevo comienzo como seguidores de Jesús. Podríamos estar nerviosos; pero somos el pueblo de una gran Promesa, por lo que comenzaremos con valentía y confianza. En el Hijo de María tenemos la esperanza cierta que la Palabra de Dios, hecha carne, vive entre nosotros, y cargará con nuestros temores y nuestras pesadumbres.
- Los mensajeros de Dios les dicen a los pastores algo asombroso: que un niño que ha nacido en un pesebre es a la vez Mesías y Señor, Dios y Salvador! Ellos, a su vez, repiten ese mensaje a María y José. A medida que Jesús crecía, María debe haber recordado todas estas cosas, mientras le abrochaba las sandalias, le preparaba el alimento, lo consolaba cuando lloraba y lo vigilaba cuando aprendía a usar las herramientas de carpintero. Como toda mamá, ella debe haber meditado sobre el futuro que le esperaba a su hijo.
- Los que no poseen nada se abren al mensaje del ángel. Sus respuestas son de alegría y alabanza por el misterio de amor que se despliega frente a ellos: un niño vulnerable y dos padres sin experiencia.
- Somos nombrados y amados por Dios antes de nacer. Desde el momento de la concepción, se nos nombra en la mente y en el amor de Dios, tal como le sucedió a Jesús. Ese amor lo llevamos a lo largo de nuestra vida. En oración, podríamos repetir nuestros nombres bautismales - o cristianos - como un mantra, y colmar esa elección de Dios para nosotros, con gratitud, amor y compromiso. ¡Feliz Año Nuevo!
3. Cliquea la imagen y realiza:
Y en la siguiente imagen:
4. Ve el siguiente vídeo "Nuevos planes" y coméntalo después con tus padres y catequistas:5. Realiza el puzzle: 6. Cantamos "¿Qué te puedo dar...?"
¡GRACIAS MARÍA, POR TU "SÍ"
JESÚS ESTÁ A NUESTRO LADO!
No hay comentarios:
Publicar un comentario