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AMAR A TODOS Y HACER EL BIEN |
MEDITAMOS:
Jesús nos propone un programa que él mismo puso en práctica: el amor a los demás, a los que no nos quieren, a nuestros enemigos. Amar a los que nos quieren no requiere mucho esfuerzo y eso lo hacen hasta los pecadores. Siempre esperamos que sea la otra persona la que dé el primer paso: para el perdón, para agradecer, para tener detalles y, no es eso lo que Jesús nos dice, sino que tratemos primero a los demás como queremos que nos traten. De ahí viene el respeto, los buenos modales, la consideración con los demás. Cuando hagamos el bien no esperemos recompensas pues, si Dios sabe como hemos llevado a cabo nuestra acción, él dará la recompensa.
PARA LA VIDA:
"La medida del amor es amar sin medida" (San Agustín). Bien lo expresa este evangelio. El que ama no juzga, ni condena, sino que perdona y se da a los otros.
Cuando alguien me ha golpeado en una mejilla y le pongo la otra, significa que debo ser una persona de paz y que debo desterrar del corazón cualquier venganza. Debemos, pues, orar por los enemigos, por los compañeros que nos hacen burla, por quienes nos forman pleito y en el fondo del corazón no maldecir a nadie sino decir: yo te bendigo, que Dios te bendiga. La medida de nuestra misericordia o amor a los demás es la misericordia y al amor que nos tiene Dios.
Querido Jesús, Gracias por enseñarnos tantas cosas...
a AMAR.
Ayúdanos a buscar siempre
el bien de las personas,
a valorar aquello
que tiene más importancia,
a saber perder
por el bienestar de los demás.
Danos la luz que necesitamos
para saber escoger lo mejor,
y poder amar pase lo que pase.
A pesar de los pesares, Amemos.
¡Jesús, cambia nuestra mentalidad!
que pasemos del rencor, el juicio o la condena,
a la nueva medida. Amemos.
Y esta semana recemos
con todo el cariño del mundo
por nuestro querido Papa Francisco. Amén.
Cantamos "El amor de Dios es maravilloso"
ACTIVIDADES:
1. Lee o ve de nuevo el Evangelio. Después comenta con tus padres y catequistas las siguientes cuestiones:
- Contesta:
- El texto: El texto resume la enseñanza de Jesús y su radicalidad: Ama a quién te hace daño, entrégate a aquellos que no tienen como retribuirte, perdona sin juzgar. Cómo trates a los demás;:’ así serás tratado. Es el modo de vida de los que siguen a Jesús.
- Reflexión:
- Papa Francisco:
- Oración:
- Interiorizo la Palabra de Dios:
- ¿Qué dice Jesús, respecto de los enemigos y de los que nos odian?
- ¿A quienes debemos bendecir y por quienes debemos orar?
- ¿Cómo debemos tratar a los demás?
- ¿Cuándo hacemos el bien, debemos esperar algo a cambio?
- ¿Cómo debe ser la misericordia que tengamos a los demás?
Para Jesús, no basta con amar sólo a los que nos aman, es decir con esto no habría en ello mérito alguno y, sobre todo, nuestro amor no sería signo distintivo de nuestra pertenencia a Cristo: Porque hasta los pecadores aman a aquéllos que los aman. Si se hace el bien a aquéllos que nos lo hace, ¿Qué mérito tenemos?
Nos pide además que seamos misericordiosos, como Dios es misericordioso con nosotros. Se trata de un amor que sabe perdonar porque ha experimentado el don del perdón. Ser misericordioso es una invitación que nos hace Jesús, para imitar a Dios, «que es amor misericordioso», por medio de actos de bondad, de compasión, piedad y humanidad.
Este texto del Evangelio nos invita a que seamos como Jesús de Nazaret, que amó hasta la entrega de sí mismo, sin reservas ni intereses. Entonces, debemos preguntarnos y responder al Señor si somos capaces y si estamos dispuestos a amar hasta el extremo de nuestras propias fuerzas, sin remordimientos ni desagravios, es decir amar a todos siempre, sin exceptuar a nadie.
Releo el texto y comprendo que estoy muy lejos de ser cristiano. La regla es clara y muy díficil de vivir plenamente. Es muy fácil querer imponer reglas que yo mismo no soy capaz de respetar sino es con la ayuda de Dios. Y sin embargo, puedo ser un ente de reconciliación porque es Dios quien me ama primero, y me promete que la misma compasión que yo tenga para con mis hermanos, en la misma medida seré tratado al juzgar mis acciones.
Después de la institución de los doce, Jesús bajó con sus discípulos a donde una muchedumbre lo esperaba para escucharlo y hacerse sanar. La llamada de Jesús a los apóstoles va acompañada de este «ponerse en marcha» hacia la llanura, hacia el encuentro de una muchedumbre que, como dice el texto del Evangelio, estaba «atormentada». La elección, en vez de mantenerlos en lo alto del monte, en su cumbre, los lleva al corazón de la multitud, los pone en medio de sus tormentos, en el llano de sus vidas. (Papa Francisco)
El Señor les hace plasmar su vocación en lo concreto, en lo cotidiano de la vida, con cuatro acciones que darán forma y harán tangible el camino del discípulo…: amen, hagan el bien, bendigan y rueguen. Son acciones que fácilmente realizamos con nuestros amigos, con las personas más o menos cercanas, cercanas en el afecto, en la idiosincrasia, en las costumbres. (Papa Francisco)
El problema surge cuando Jesús nos presenta los destinatarios de estas acciones: Amen a sus enemigos, hagan el bien a los que los odian, bendigan a los que los maldicen, rueguen por los que los difaman… Jesús nos dice que al enemigo, al que te odia, al que te maldice o difama: ámalo, hazle el bien, bendícelo y ruega por él. (Papa Francisco)
Nos encontramos frente a una de las características más propias del mensaje de Jesús, allí donde esconde su fuerza y su secreto; allí radica la fuente de nuestra alegría, la potencia de nuestro andar y el anuncio de la buena nueva. El enemigo es alguien a quien debo amar. En el corazón de Dios no hay enemigos, Dios tiene hijos. Nosotros levantamos muros, construimos barreras y clasificamos a las personas. Dios tiene hijos. (Papa Francisco)
Nuestro Padre no espera a amar al mundo cuando seamos buenos, no espera a amarnos cuando seamos menos injustos o perfectos; nos ama porque eligió amarnos, nos ama porque nos ha dado el estatuto de hijos… El amor incondicionado del Padre para con todos ha sido, y es, verdadera exigencia de conversión para nuestro pobre corazón que tiende a juzgar, dividir, oponer y condenar. (Papa Francisco)
Cuántas situaciones de precariedad y sufrimiento se siembran por el crecimiento de enemistad entre los pueblos, entre nosotros, dentro de nuestras comunidades, de nuestros encuentros. El virus de la polarización y la enemistad se nos cuela en nuestras formas de pensar, de sentir y de actuar. (Papa Francisco)
Jesús no deja de «bajar del monte», no deja de querer insertarnos en la encrucijada de nuestra historia para anunciar el Evangelio de la Misericordia. Jesús nos sigue llamando y enviando al «llano», seguimos siendo invitados a abrir nuestros ojos para mirar las heridas de tantos hermanos y hermanas privados de su dignidad, privados en su dignidad. (Papa Francisco)
Señor, te doy gracias por ser mi amigo,
porque me amas y quieres que te siga.
Señor tú conoces mi debilidad
y la dureza de mi corazón.
Ten compasión de mi
y dame la capacidad de ser compasivo
y misericordioso con aquellos que me agravian
así como tú lo eres conmigo…
Señor Jesús, enséñame a perdonar. Amén.
A lo largo de toda la semana intentaré prolongar mi oración repartiendo la frase corta:
- Me comprometo:
» Enséñame Señor a perdonar…»
Contempla el lugar, métete en la escena… Mira a Jesús, escúchalo…, déjalo entrar en tu vida… La misericordia y la compasión, son actitudes que te llevan a anunciar todo lo que «has visto y oído», todo lo que el Señor ha hecho contigo en tu vida no te lo puedes guardar…
El amor que te propone Jesús: no es vengativo: no paga mal por mal, responde al mal con el bien. No juzga ni condena: está listo para perdonar siempre y dar el perdón con alegría. Es gratuito y generoso: porque no espera recompensa.
«¿Qué estás haciendo de extraordinario?». Jesús te invita a vivir la vida, que muchas veces se considera ordinaria, de una manera extraordinaria, a vivir, no con un amor limitado o en tu zona de confort, sino con un amor que libera, que siempre va más allá… Te invita a amar como Él ama.
Hacer el bien a quien nos hace mal, es lo propio del discípulo de Jesús, que quiere ANUNCIAR que otro mundo es posible, que conocer a Jesús es vivir con una mirada de acogida incondicional, de perdón, de confianza y de entrega a su amor que va más allá de nuestra lógica humana.
Jesús propone el perdón siempre… Jesús perdonó al que le dio la bofetada… El amor generoso, la misericordia del Padre manifestada hacia nosotros en Jesús, nos ha de llevar a ser siempre instrumentos de amor, paz y perdón…
En tu vida diaria te encuentras con personas que consideras poco simpáticas, pesadas, que te han ofendido… ¿Cómo es tu actitud frente a esas personas?, ¿las tratas con frialdad, las evitas…? Jesús te propone vivir y dar vida desde la gratuidad, es decir, hacer el bien sin buscar nada a cambio.
Me propongo acercarme, primeramente a quienes he ofendido. Sin crear expectativas, en silencio, daré el primer paso, elr segundo, y todos los pasos necesarios para alcanzar la reconciliación, vivir sin juzgar a los demás y cultivando la misericordia sobre todo con los más débiles que yo.
En nuestra sociedad, amamos a los que nos aman; hacemos el bien a quienes nos lo hacen y prestamos a quienes sabemos nos lo van a devolver. Obrando así, ¿Qué es lo que te distingue de los que no tienen fe?
La vida cristiana es una vida que sale de sí misma para darse a los otros. Es un don, es amor, y el amor no vuelve sobre sí mismo, no es egoísta: se da.
Te invito a que hagas un rato de oración, por esa persona con la que te cuesta relacionarte, que no soportas, que te cuesta amar, que te lastimó…. Y pide a Jesús por ella y que te ayude a amarla.
Transforma los problemas y conflictos en oportunidades para crecer en confianza en la providencia de Dios.
Adelántate a hacer el bien, para despertar en el corazón de otros sentimientos de perdón, de entrega, de generosidad, de paz…
«Amad a vuestros enemigos, haced el bien a los que os odian, bendecid a los que os maldicen, orad por los que os calumnian. Al que te pegue en una mejilla, preséntale la otra; al que te quite la capa, no le impidas que tome también la túnica». Tienes muchas formas de actuar en cristiano. No te detengas, ya sabes la respuesta de Jesús. «pues con la medida con que midiereis se os medirá a vosotros».
Pide al Señor que te dé valor para saber superar y perdonar de verdad como Él supo hacerlo y así ser mensajero de esperanza, de paz, de amor para nuestro mundo.

3. Ve el vídeo "Dar color a la vida" Después coméntalo con tus padres y catequistas:4. Realiza el puzzle:
¡ SIEMPRE, SIEMPRE
HACED EL BIEN...!
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