domingo, 6 de octubre de 2024

SEÑOR, AYÚDANOS A UNIR A LA FAMILIA Y A ACOGER A LOS NIÑOS/as, XXVII DOMINGO TO-B

 


Lecturas misa AQUÍ.

Os dejamos el Evangelio según San Marcos 10, 2-16
MEDITAMOS:
En el centro de tu Reino, la sencillez de un niño
Imaginémonos hace veintiún siglos el significado de “dejad que los niños se acerquen a mí”… Sin embargo, el deseo de Jesús sigue vivo y adquiere todo su significado también hoy. Las lógicas del poder, de los puestos para los importantes, de figurar no tienen cabida en la concepción de vida que propone el Maestro.
En el centro del Reino, la sencillez de un niño. En el centro del Reino, la sencillez de los que no cuentan. En el centro del Reino, los que viven con discreción y humildad. En el centro del Reino, los que sirven. En el centro del Reino, el amor, que es paciente, entregado, apasionado, que no lleva cuentas porque es inagotable.
PARA LA VIDA:
Los niños/as conocen a Jesús
a través del amor de sus padres
Y es que Dios creó la familia para que nos cuidemos y nos queramos siempre. Que debemos ser como niños, con corazones sencillos y llenos de confianza en Dios.
Esto nos recuerda que en casa debemos portarnos bien, ayudando a nuestros papás, hermanos y hermanas. Jesús quiere que en nuestra familia haya amor, respeto y paz. Cuando ayudamos, somos obedientes y tratamos con cariño a nuestros familiares, estamos haciendo lo que Jesús nos pide. La familia siempre unida en el amor.
ORACIÓN:
Querido Jesús, 
somos unos niños afortunados 
porque tenemos una casa, 
el cariño de nuestros padres 
y demás familiares, 
el cuidado de la salud, 
la comida, el vestido 
y el poder ir al colegio 
para aprender, el poder conocerte 
y pertenecer a un grupo en nuestra Parroquia; 
por todo esto te damos gracias y te pedimos
por todos los niños que carecen de todo eso 
que nosotros tenemos 
y encima son obligados a trabajar, 
son torturados y humillados. 
Haz que los gobiernos trabajen 
por protección al menor 
y se solucionen, sus problemas. Amén
ACTIVIDADES:
1. Lee o ve de nuevo el Evangelio. Después comenta con tus padres y catequistas las siguientes cuestiones:
  • Contesta: 
    ¿Qué le preguntaron los fariseos a Jesús?
    ¿Qué dijo Jesús respecto de lo que Dios ha unido?
    ¿Por qué se separan las personas que se han prometido amor toda la vida?
    ¿Qué dijo Jesús a los discípulos porque impedían que los niños se acercaran a él?   
  • Reflexión:  
    Los fariseos eran un grupo o secta que estudiaban mucho las Escrituras pero su corazón no era recto y para justificar sus propios deseos acomodaban la ley a su capricho. Se acercaron a Jesús para preguntarle si de podían divorciar de su esposa. Jesús les hace decir lo que Moisés escribió y les echa en cara el haber cambiado las cosas que Dios hizo desde el principio: creó al hombre y a la mujer y cuando se casan son una sola cosa. ¿Por qué hay divorcios? Porque no se ha tenido verdadero amor que es fidelidad, respeto, comprensión, ayuda y porque Dios no ha estado en medio de ese amor. Cuando un matrimonio se separa, hay un rompimiento y sufren todos: los niños y los adultos, la vida no vuelve a ser igual.
    También, Jesús quiere que los niños se acerquen a él, porque él ama a los niños. Jesús quiere sembrar en el corazón de cada niño su amistad, porque en el corazón de los niños hay confianza, hay sencillez, hay alegría y deseos de vivir. Un niño amigo de Jesús es un niño alegre y feliz, porque tiene lo más importante. Jesús quiere que toda nuestra vida tengamos ese corazón de niño en el cual, él es lo más importante.  ¿Qué me dice el Señor a mí a través de su Palabra?Hagámonos unas preguntas para profundizar más en esta Palabra de Salvación.
    • En mi vida personal, ¿Cómo vivo la relación hombre-mujer?
    • En la vida de mi familia y de mi comunidad, ¿Cómo está siendo la relación hombre-mujer?   
  •   El Papa Francisco
  • Jesús, ante la pregunta retórica que le habían dirigido responde de forma sencilla e inesperada: restituye todo al origen de la creación, para enseñarnos que Dios bendice el amor humano, es él el que une los corazones de un hombre y una mujer que se aman y los une en la unidad y en la indisolubilidad. Esto significa que el objetivo de la vida conyugal no es sólo vivir juntos, sino también amarse para siempre. Jesús restablece así el orden original y originariamente. 
    «Lo que Dios ha unido, que no lo separe el hombre». Es una exhortación a los creyentes a superar toda forma de individualismo y de legalismo, que esconde un mezquino egoísmo y el miedo de aceptar el significado autentico de la pareja y de la sexualidad humana en el plan de Dios… Sólo a la luz de la locura de la gratuidad del amor pascual de Jesús será comprensible la locura de la gratuidad de un amor conyugal único y usque ad mortem
    Paradójicamente también el hombre de hoy –que con frecuencia ridiculiza este plan – permanece atraído y fascinado por todo amor auténtico, por todo amor sólido, por todo amor fecundo, por todo amor fiel y perpetuo. Lo vemos ir tras los amores temporales, pero sueña el amor autentico; corre tras los placeres de la carne, pero desea la entrega total. 
    Dios es amor y se participa de su obra cuando se ama con Él y como Él. Con tal finalidad —dice san Pablo— el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que se nos ha dado. Y este es también el amor donado a los esposos en el sacramento del matrimonio. 
    Es el amor que alimenta su relación a través de alegrías y dolores, momentos serenos y difíciles. Es el amor que suscita el deseo de generar hijos, de esperarlos, acogerlos, criarlos, educarlos. 
    Es verdad, por otra parte, que hay casos en los que la separación es inevitable. A veces se puede convertir incluso en moralmente necesaria, cuando se trata precisamente para proteger al cónyuge más débil, o a los hijos pequeños, de las heridas más graves causadas por la prepotencia y la violencia, del enfado o del aprovecharse, de la alienación y de la indiferencia. 
  • Oración:   respondemos al Señor que nos habla primero. Estamos queriendo escuchar su Palabra Salvadora. Esta Palabra es muy distinta a lo que el mundo nos ofrece y es el momento de decirle algo al Señor. Señor Jesús, que tu Santo Espíritu me ayude a vivir las enseñanzas de tu Evangelio y a estar preparado para el encuentro definitivo contigo.  
  • Interiorizo la Palabra de Dios:  repetimos varias veces el siguiente versículo del Evangelio para que vaya entrando a nuestra vida, a nuestro corazón. “Lo que Dios ha unido, que no lo separe el hombre
    Y de esta forma nos ponemos en contemplación, repitiendo y agradeciendo a Jesús que venga.   
  • Me comprometo:  Piensa en aquellas cosas que consideras imprescindibles de realizar antes de su encuentro definitivo con el Señor. Hazlas hoy día.
  1. Jesús te invita a ser «luz» en tu casa, para iluminar tantas situaciones que necesitan de tu presencia. Intenta vivir siempre la enseñanza de Jesús en tu vida, ya sea en el noviazgo, en el matrimonio o en la familia. Ayuda a amigos o jóvenes que están en su vida de noviazgo para que se preparen seriamente al matrimonio.
  2. Piensa, y cuenta en el grupo ¿Qué deberías mejorar y cambiar para llegar a ser una familia cristiana, una comunidad cristiana… que crezca en virtudes?
  3. Comprométete para que tu comunidad o grupo de fe esté marcado por el signo del amor de Dios. Propón formaros en este tiempo especial en temas referidos a la Familia, al Matrimonio, y a cuantas problemáticas están referidas a estos temas.
  4. Da gracias a Jesús por enseñarte a amar a los demás sin esperar nada a cambio, sin condiciones.
  5. ¿Qué te dicen las palabras de Jesús «Dejad que los niños se acerquen a mí: no se lo impidáis, pues de los que son como ellos es el reino de Dios».
  6. Jesús dice «al principio de la creación Dios los creó hombre y mujer». Ten los mismos sentimientos de Cristo. Valora, reconoce, respeta… la obra creadora de Dios, tanto al hombre como a la mujer.
  7. Jesús dice «de los que son como ellos es el reino de Dios.» Ten los sentimientos de un niño, sin maldad, sin picardía, sin sabiduría reconcentrada… así estarás cerca del Reino de Dios.
2. Aprende y colorea:
3. Ve el vídeo "Cómo recibir el Reino" Después coméntalo con tus padres y catequistas:
4. Realiza el puzzle: 
Cantamos "Solo Dios basta"
¡SEÑOR BENDICE SIEMPRE
A MI FAMILIA!

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