CATEQUESIS ANTO Y JULIA -SANTA MARÍA-: VENID A MI LOS QUE ESTÁIS CANSADOS Y AGOBIADOS. DOMINGO XIV TO-A

PRIMERA LECTURA: “Mira a tu rey que viene a ti pobre” (Zacarías 9, 9-10). SALMO: “Bendeciré tu nombre por siempre, Dios mío, mi rey” (Salmo 144). SEGUNDA LECTURA: “Si con el Espíritu dais muerte a las obras del cuerpo, viviréis” (Romanos 8, 9.11-13). EVANGELIO: “Soy manso y humilde de corazón” (Mateo 11, 25-30) AQUÍ.

Os dejamos el Evangelio en el siguiente vídeo:

MEDITAMOS:

Jesús, se siente emocionado al ver que la gente pobre, sencilla y humilde escucha y vive el mensaje del Reino, en cambio, los fariseos, los que se creen sabios y entendidos no entienden nada de nada.

Jesús, el Cristo, el Señor, que es perfecto en su justicia, caridad y misericordia, no hace distinción de personas. Todos, incluso el herido y tembloroso, puede acercarse a recibir de su divina gracia.

Y aclara que no sólo los muy agobiados sino todos los que llevan cargas pesadas, las pueden poner en Jesús también para que sea más llevadera. Es importante notar que no dice “que soy manso” sino “porque soy manso” Jesús es manso y no se enoja cuando somos torpes en la vida.

PARA LA VIDA:

Jesús nos invita a confiar en él, a depositar en su corazón nuestras preocupaciones y sufrimientos. Dice que tomemos su yugo que es suave y como ligera carga, es decir, que hagamos vida sus enseñanzas y como él seamos mansos (no violentos) y humildes, hermanos de todos y dispuestos a ayudar siempre.

ORACIÓN:

Querido Jesús,

gracias por ser mi amigo,

por enseñarme tantas cosas.

Hemos acabado el curso

y podemos disfrutar de las vacaciones,

pero seguir siendo amigo/a tuya...

escuchando tu Palabra,

colaborando en casa,

ayudando a los demás

donde quiera que me encuentre. Amén.

Cantamos "Vengan a mi"

ACTIVIDADES:

1. Lee o ve de nuevo el Evangelio y comenta con tus padres las siguientes cuestiones:

Contesta:

¿Porqué alaba Jesús al Padre?

¿Qué es lo que a ocultado a unos y ha mostrado a otros?

¿Quién verdaderamente conoce al Padre?

¿Quién verdaderamente conoce al Hijo?

¿Cómo podemos llegar a conocer al Padre?

¿Cómo se muestra Jesús para los que llegan a Él?

¿Qué encontrarán en Jesús, los que vivan en su cercanía

y bajo sus mandatos?

Continúo profundizando en este texto evangélico: ¿En cuántas ocasiones en tu vida te detienes para alabar a Dios? ¿Qué haces concretamente para esta alabanza?¿En qué momentos alabas a Dios? ¿Eres lo suficientemente humilde para sentirte que el Señor te ha revelado las cosas?¿Te quejas de que no entiendes el plan de Dios en tu vida? ¿Porqué será? ¿Cuál es tu verdadera relación con Jesús? ¿Te limitas a los actos cultuales y con eso crees que ya cumpliste? Todos, en algún momento nos sentimos cansados y agobiados ¿Es Jesús nuestro primer punto de búsqueda? O en esos momentos preferimos enojarnos y hasta separarnos de Dios. ¿Entiendo esto que ofrece Jesús del Yugo? ¿Pongo mis cargas, mis agobios en las manos del Señor para que sea más llevadero? ¿Qué me impide a mí hacer esto?
En mi oración te doy Gracias Señor por tu Palabra Salvadora.
Gracias por invitarme a llevar el yugo de mi vida, por compartirlo conmigo.
Muchas veces se me hace difícil llevar mi vida, siento que no tengo fuerzas.
Te pido perdón por no buscarte y poner el yugo de mi vida en tus manos.
Señor, quiero volver a recibirte, eres Tú el que me busca para ayudarme. Que no sea testaruda, que me deje ayudar por Ti.
Hoy pongo mis cargas en Ti Señor, humildemente te pido que me ayudes.
Pongo toda mi vida en tus manos. Yo sé que sólo Tú me puedes ayudar a tener una vida mejor, una vida más segura, una vida sin tantos contratiempos.
Que mi objetivo sea dejarme encontrar por Ti, Señor, que venza mi orgullo que me tiene prisionera. Gracias Señor por venir en mi auxilio.
Podemos repetir el versículo "Venid a mi todos los que estáis cansados y agobiados, y yo os aliviaré" varias veces.
El verano es el tiempo por excelencia del descanso y del relax, y por ello también, según las palabras anteriores del Evangelio, es el tiempo de no dejar de acudir al encuentro del Señor en su Palabra, en los sacramentos y en cada hombre y mujer.
A lo largo de la semana quiero dejar de lado mi orgullo y pedirle al Señor que me acompañe siempre en todas las circunstancias de mi vida. También si conozco al alguien que esté sufriendo por alguna causa, le presentaré este texto evangélico para ayudarla a encontrarse con Jesús.