Gracias Jesús
por amarme hasta
morir por mi.
Queremos ser tus amigos,
danos un corazón como el tuyo
para tener tus mismos sentimientos,
y llevar la alegría de tu amor a todos
Para saber más:
Jesús subió a Jerusalén con sus discípulos para celebrar la PASCUA JUDÍA, pero fue LA ÚLTIMA CENA con sus apóstoles. En esa Cena, Jesús nos va a dejar los mejores mensajes:
- Amaos unos a otros como yo os he amado (mandamiento nuevo)
- Lavatorio de pies (Servicio a los demás)
- Tomad y comed esto es mi cuerpo (Eucaristía)
- Haced esto en un recuerdo mío. (sacerdocio ministerial)
En esa cena, también Jesús hará el último intento para recuperar a Judas: “el que moja su pan en mi plato, ese es”. Y dirigiéndose a él, le dice :”Lo que has de hacer, hazlo pronto”. Pero Judas es ya un mar de confusión, desencanto de aquel líder supuestamente el libertador de su pueblo, que renuncia a reinar. Y el traidor abandona el cenáculo: ”Era ya de noche”. La noche se había echado sobre todo Jerusalén, pero sobre todo, eran las sombras de la noche en el corazón de Judas.
¿Quién estaría esa noche cenando con Jesús, celebrando la fiesta familiar de la Pascua judía? Sin duda los apóstoles; pero muy probablemente sería, también, María, su Madre, viuda por la muerte de José, sola para celebrar la pascua. Y con ella algunas de las mujeres que seguían a Jesús (¿podía acaso faltar María la de Magdala?). Otros discípulos más cercanos completarían el cuadro de celebrantes. Si era la despedida, tendrían que estar lo más íntimos, aquellos que iban a sentir y sufrir más la marcha de Jesús.
Jesús, como una especie de reproche, lleno de comprensión, le dice a Pedro: “antes de que el gallo cante, me negarás tres veces”. Y a los demás les recuerda: “ Esta noche todos vosotros os apartaréis por causa de mí, pues escrito está: Heriré al pastor y se dispersarán las ovejas”.
Sólo un resto pequeño le seguirá aquella larga noche, hasta el Calvario: María, su madre; Juan, el discípulo amado; y algunas de las mujeres mas fieles y valientes.
Dice el Evangelio, que ”acabado el canto de los Salmos, Jesús y sus acompañantes salieron para el Huerto de los Olivos, atravesando el torrente Cedrón”. Allí comenzaría la Pasión: “Padre, pase de mí este cáliz, pero no se haga mi voluntad, sino la tuya”.
Todo esto lo veremos en Semana Santa, en nuestra celebración de triduo pascua.
¡SU CRUZ NOS LLEVA AL CIELO!
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