OBJETIVOS:
- Descubrir que Dios Uno y Trino es el centro de la fe y de la vida cristiana.
- Saber recitar el credo para entrar en comunión con Dios y con los hermanos.
- Interiorizar que ser cristiano es confiar la propia vida a Dios y renunciar a servir a los ídolos.
- Rezar siempre en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
El credo que profesamos también llamado símbolo de la fe, y que hemos ido descubriendo en el catecismo, resume la historia de la Alianza de Dios con los hombres, expresa lo que Dios ha dicho y ha hecho para revelarnos quién es él: el Dios único y trino, Padre, Hijo y Espíritu Santo.
El misterio de la Santísima Trinidad es el Centro de la FE de la Vida Cristiana. Jesús, el Hijo de Dios, es quien nos ha revelado este misterio: el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo son un solo Dios. No podemos decir que los cristianos creamos en tres dioses, sino en un único y mismo Dios que subsiste en tres personas realmente distintas: Dios es Padre, Dios es Hijo y Dios es Espíritu Santo.
DIOS PADRE
Dios todopoderoso es el único Dios vivo y verdadero que existe desde siempre y vive para siempre. Es bueno y la fuente de la vida. Creó el mundo, al hombre y a la mujer, pero se apartaron de Él. Dios no los abandonó al poder de la muerte, sino que, compadecido, tendió la mano a todos, para que le encuentre el que le busca. Reiteró su alabanza a los hombres; por los profetas los fue llevando con la esperanza de salvación. Dios nos ama con mayor ternura que una madre a su hijo y lo demuestra enviando a su Hijo unigénito al mundo para salvarnos.
JESÚS, EL HIJO DE DIOS
Dios amó tanto al mundo que, al cumplirse la plenitud de los tiempos, nos envió como Salvador a su único Hijo, el cual se encarnó por obra del Espíritu Santo, nació de María, la Virgen, y así compartió en todo nuestra condición humana menos en el pecado;; anunció la Salvación a los pobres, la liberación a los oprimidos y a los afligidos el consuelo. Y para cumplir sus designios, Él mismo se entregó a la muerte, y, resucitando, la destruyó y nos dio nueva vida.
EL ESPÍRITU SANTO
Y porque no vivamos ya para nosotros mismos, sino para Él, que por nosotros murió y resucitó, Jesús envió al Espíritu Santo como primicia para los creyentes, a fin de santificar todas las cosas, llevando a la plenitud su obra en el mundo. El Espíritu Santo es Dios, como el Padre y el Hijo. Él da vida a la Iglesia y la hace Santa, nos hace comprender lo que Jesús dijo, nos da fuerza para seguirlo, continuar su obra y confiar en Dios Padre.
EL CREDO DE LOS CRISTIANOS
El credo que hemos ido descubriendo en el catecismo hace que profesemos nuestra fe en Dios Padre, a quien agradecemos lo que somos y tenemos; en su Hijo Jesucristo, que nos trajo su Salvación; y en el Espíritu Santo, que habita en la Iglesia y en cada uno de nosotros y nos encamina hacia la vida eterna.
Esta es nuestra fe, esta es la fe de la Iglesia que profesamos en nuestro Bautismo, que renovamos en La Vigilia Pascual y cuando celebramos la Eucaristía.
En el credo la Iglesia nos trasmite el misterio de Dios que es amor y que ha querido hacerse familiar y cercano a los hombres. Con todo, Dios es siempre más grande que lo que los seres humanos podemos conocer y decir:
¿Qué abismo de riqueza, de sabiduría
y de conocimiento el de Dios!
¡Qué insondables sus decisiones
y qué irrastreables sus caminos!
Porque de Él, por Él y para Él
existe todo.
A Él la gloria por los siglos. Amén.
CREER EN LA SANTÍSIMA TRINIDAD CENTRA NUESTRA VIDA
Creer en Dios Padre todopoderoso es afirmar que Dios es el Principio de todo, el autor de la Creación. Eso me lleva a colaborar con Él para mejorar el mundo, conservándolo, y transformándolo de modo que todo lo que hay en él esté al servicio de la humanidad, hoy y en el futuro.
Creer en Dios Hijo es afirmar que Él es la manifestación plena de Dios a la humanidad, por quien hemos sido redimidos. Seguirlo me lleva a intentar vivir como Él vivió, sabiéndome hijo/a de Dios, estando al servicio de los más débiles y compartiendo con ellos los bienes que he recibido.
Creer en el Espíritu Santo es el amor del Padre y del Hijo, que confirma y sella el amor y la Comunión entre todos los hombres y mujeres, me lleva a trabajar por la unión entre todos en mi casa, en la escuela, en la sociedad.
EN LA LITURGIA CELEBRAMOS NUESTRA FE EN LA SANTÍSIMA TRINIDAD
Nuestra vida como cristianos comienza cuando somos bautizados en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Cada vez que trazamos sobre nosotros la Señal de la Cruz, recordamos el bautismo que recibimos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Siempre que participamos en la oración comunitaria de la Iglesia profesamos nuestra fe en la Trinidad y dirigimos nuestra oración al Padre, por nuestro Señor Jesucristo, en la unidad del Espíritu Santo.
Por Cristo, con Él y en Él
a ti Dios Padre omnipotente
en la unidad del Espíritu Santo,
todo honor y toda gloria
por los siglos de los siglos.
Amén.
Las pocas palabras del símbolo de la fe
resumen y contienen, como en una síntesis,
todo lo que nos dan a conocer
el Antiguo y Nuevo Testamento.
Conservad cuidadosamente la tradición que ahora recibís y grabadla en el interior de vuestro corazón.
El misterio de la Santísima Trinidad
nos revela que el Padre y el Hijo
y el Espíritu Santo son un solo Dios.
Así se manifiesta que Dios es amor.
ACTIVIDADES:
2. Mas de La Santísima Trinidad aquí.
3. Cantamos Alma de Cristo:
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