JESÚS, MI AMIGO, RESUCITÓ Y VIVE PARA SIEMPRE. ME ACOMPAÑA, ME AMA Y QUIERE QUE SEAMOS COMO ÉL.
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domingo, 1 de noviembre de 2020
DÍA DE TODOS LOS SANTOS. LOS SANTOS:AMIGOS DE DIOS PARA SIEMPRE. DOMINGO XXXI TO-A
ALEGRAOS Y REGOCIJAOS
PORQUE VUESTRA RECOMPENSA
SERÁ GRANDE EN EL CIELO
Queridas familias y niños/as, en este año que vivimos en la pandemia del COVID-19. Padecer el sufrimiento con Jesús y su obra redentora, con FE y ESPERANZA hasta que lleguemos un día a nuestra meta, el CIELO. En el Cielo está nuestro comienzo de la Vida Eterna.
Nacimos para ser felices y cuando lleguemos al cielo, más felices sin ninguna limitación, unidos a Jesucristo y a todos los ángeles y los santos.
Jesús habla de ser dichosos, felices los pobres, los hambrientos, a los que les insultan...los perseguidos, los que se han decidido por Jesús y su Reino.
Para vivir: Dejemos la dicha y la felicidad que ofrece el mundo, que son el éxito o el dinero. Con Jesús amando y perdonando, pareciéndonos a Él en todo, salvaremos las dificultades y haremos felices a los demás.
Cantamos: Para ser SANTO:
T. 44. LOS SANTOS AMIGOS DE DIOS PARA SIEMPRE
Síntesis del tema:
Creados para gloria de Dios, caminamos con Jesús hacia un mundo
nuevo.
Con la Virgen y los Santos estamos invitados a la fiesta que no
tiene fin.
Todos estamos llamados por Dios a ser santos, Dios nos llama a parecernos a Jesús, su Hijo. Para ello, mientras vivimos en este mundo, el Espíritu Santo nos anima a amar siempre a todos, sembrando alegría y paz en los corazones de quienes viven con nosotros.
Los Santos son hombres, mujeres y niños que, en la tierra, siguieron a Jesús y amaron mucho a Dios y a los hombres. Conocemos a algunos de estos Santos: san Vicente, san Ignacio, santo Domingo, santa Teresa... Son muchos y sólo Dios los conoce a todos. Entre los Santos sobresale la Virgen María, Madre de todos los creyentes. Ella, y todos los Santos, piden a Dios por nosotros, por medio de Jesucristo.
Los cristianos caminamos al encuentro del Señor. Por eso en nuestra oración decimos:
¡Ven, Señor Jesús! Con esta aclamación expresamos el deseo y la esperanza de encontrarnos con el Señor resucitado cuando vuelva al final de los tiempos. Él lo hará todo nuevo y llevará a plenitud su Reino. Jesús resucitado dará nueva Vida a todo lo creado. También a nuestro cuerpo que resucitará glorioso. Jesucristo ha resucitado y vive para siempre. Nosotros resucitaremos de entre los muertos y viviremos con Jesús.
Jesús está con nosotros en la vida y en la muerte. Él nos dijo: “En la Casa de mi Padre hay muchas estancias.
Cuando vaya y os prepare sitio, volveré y os llevaré conmigo,
para que donde estoy yo, estéis también vosotros” (Juan 14, 2-3).
ORACIÓN:
No podemos imaginar cómo será el Cielo que Dios nos promete, pero tenemos la certeza de que Él nos espera al final de la vida.
Todavía estamos en camino.
¡Ven, Señor Jesús! Envíanos al Espíritu Santo,
así viviremos el Mandamiento del Amor con generosidad y alegría. ¡Así prepararemos tu venida definitiva!
ACTIVIDADES:
1. Los santos se han fiado de Jesús. Han marcado a fuego en su corazón la ley del Señor. La ley del amor no pesa, libera, nos hace felices hasta la eternidad. Fano la ha dibujado y tu la puedes colorear en una aplicación de tu tablet u ordenador:
2. Lee de nuevo el evangelio y comenta con tus padres y catequistas:
-¿Quiénes son dichosos para el Señor?
- ¿Quiénes son dichosos para el mundo?
3. Ahora lee el tema y contesta:
-¿Hacia dónde caminamos?
-¿A qué estamos invitados?
-¿A qué estamos llamados? -¿Cómo podemos ser santos?
-¿Qué son los santos?
-¿Qué lugar ocupa María? -¿Cuál es la misión de los santos? -¿Qué hará Jesús al final del mundo? -¿Qué nos ocurrirá a nosotros?
La comunión de los santos «es la unión común que hay entre Jesucristo, Cabeza de la Iglesia, y sus miembros, y de éstos entre sí.
Comunión quiere decir «común unión«; y Comunión de los Santos quiere decir unión común con Jesucristo de:
-todos los santos del cielo,
-las almas del purgatorio
-los fieles que aún peregrinamos en la tierra.
Es la unión de todos los santos con la Cabeza de la Iglesia, que es Jesucristo, y de todos los santos entre sí.
Los del cielo interceden por los demás; los de la tierra honran a los del cielo y se encomiendan a su intercesión, también oran y ofrecen sufragios por los difuntos del purgatorio, y estos también interceden a favor nuestro.» (Catecismo de la Iglesia Católica).
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