Lecturas II Domingo cuaresma Aquí.
Os dejamos el Evangelio de Marcos 9, 2-10:MEDITAMOS:
Todas las personas que se dejan tomar y conducir por Jesús, como Pedro, Santiago y Juan, saben que algo grande ocurrirá. La montaña es el lugar del encuentro con Dios. Este encuentro no se da en medio del bullicio de las cosas materiales y pasajeras, hay que ir al lugar adecuado, alejarse, subir al monte. Aunque seamos niños, sabemos que para hablarle y escuchar a Dios tenemos que aislarnos del ruido y seguir las indicaciones de Jesús. Si nos dejamos llevar por Jesús tendremos esa experiencia de Dios.
PARA LA VIDA:
Para dejarnos tomar por Jesús, tenemos que creer en él. No nos dejamos conducir por Jesús porque somos autosuficientes, orgullosos y cómodos. Nos da miedo confiar en él. Nuestra vida será otra realidad si parte de una conversión profunda. En nuestra oración dediquemos unos momentos a pedirle a Dios nos haga humildes y sencillos, creyentes de verdad.
ORACIÓN:
Querido Jesús,gracias por acompañarnos.
por haber venido a salvarnos
con tu Muerte y Resurrección.
Queremos escucharte y confiar en Ti.
Porque tus palabras son espíritu y vida;
en ellas encontramos la verdadera alegría. Amén.
ACTIVIDADES:
1. Lee o ve de nuevo el Evangelio. Después comenta con tus padres y catequistas las siguientes cuestiones:
- Contesta: -¿Qué significa que Jesús tomó aparte a Pedro, a Santiago y a Juan?-¿Podría alguien explicar lo que entiende acerca de que Jesús se transfiguró? -¿Qué entendemos nosotros por esa misma expresión de Jesús: "resucitar de entre los muertos"?
- Los discípulos: Hoy celebramos la Transfiguración del Señor y el evangelista Marcos coloca el texto de la transfiguración entre el anuncio de la pasión en la confesión de fe de Pedro y en la subida a Jerusalén. Situar la escena al inicio del camino de la pasión nos ayuda a comprender mejor el mensaje de Jesús sobre el suceso de la montaña: a la Gloria se llega por la cruz. En esta fuerte experiencia espiritual, donde Jesús se transfigura, y la luz inunda su rostro y sus vestidos, los discípulos no solo “vieron” a Jesús resplandeciente, sino que también “escucharon” la voz del Padre. Ver, en este caso, implica redescubrir… ampliar la mirada… y escuchar no se reduce a percibir los sonidos pronunciados, sino que implica obedecer, llevar a cabo lo escuchado. Se nos ofrece un itinerario de crecimiento y profundización de la vida en Cristo, se trata de una dinámica humanizadora y salvadora a la vez. Los apóstoles vieron y escucharon: dos sentidos entran a jugar en esta experiencia, que les atraviesa el cuerpo y les llega a lo profundo del alma para transformar sus vidas para siempre. A la luz de la Palabra de Dios, ¿Cómo transfigurar hoy, la vida personal y familiar, y la vida comunitaria en nuestro barrio?
- Medito: Jesús transfigurado -Dios-: A los primeros discípulos no les fue fácil entender que Jesús moriría en la cruz. Por eso los hizo subir al monte de la transfiguración, para que vieran, escucharan y experimentaran lo que les esperaba al final del camino. Hoy el Señor te invita a ti a tener la misma experiencia. Estamos llamados a transfigurarnos por la acción del Señor. La sociedad, el mundo, y nosotros en él, se transformará cada vez que aceptemos la voz del Padre en su Hijo, cuando escuchamos su Palabra y la llevamos a la vida. ¿Qué puedes hacer para que tu vida cada vez más transparente la de Jesús? Aceptar las palabras de Jesús, es una invitación a transfigurarnos, a transformarnos y salir al mundo a hacer el bien. ¿Has tenido alguna transfiguración en tu vida? ¿Cómo te ayuda la experiencia de la transfiguración para asumir mejor tu misión? ¿Cómo transfigurar hoy tu vida personal, familiar y comunitaria? ¿Cómo vives en tu vida personal, «Este es mi Hijo, el amado; escuchadlo»? ¿En verdad escuchas a Jesús en todos los momentos de tu vida? Tal vez escucharlo signifique dejar un estilo de vida, una instalación, ser más generoso, preocuparte por los demás… La indiferencia hacia el prójimo y hacia Dios es una tentación real también para los cristianos. Por eso, necesitamos oír en cada Cuaresma el grito de los profetas que levantan su voz y nos despiertan. Dios no es indiferente al mundo, sino que lo ama hasta el punto de dar a su Hijo por la salvación de cada hombre.
- Contemplo: La Cuaresma es un tiempo de renovación para la Iglesia, para las comunidades y para cada creyente. Pero sobre todo es un «tiempo de gracia». Dios no nos pide nada que no nos haya dado antes. Jesús es el esplendor del Padre, la luz que ilumina a toda persona, la imagen perfecta del hombre nuevo, de la mujer nueva. ¿Mi fe en Jesús, me ha regalado ya algún momento de transfiguración y de intensa alegría? ¿Cómo me han dado fuerza estos momentos de alegría en los momentos de dificultad? Contempla como el Padre te dice, «tú eres mi hijo amado…», ¿Cómo te sientes?, ¿Qué espera Él de ti?, ¿Qué le dices? «…escuchadlo» «Escuchar» lo que supone hoy ser su hijo, ser llamado al amor, ser destinado a dar vida. «Escucharlo» es dejar que resuene en ti la voz de Jesús. «Escucharlo» supone la valentía de «guardar silencio» anta Dios, un silencio lleno de sentido y esperanza… esperanza en la Pascua que se ha de realizar en cada uno de nosotros.
- Me comprometo: Jesús nos avisa de que aparentando lo que no somos no podemos seguirle. Acepta tu realidad y vívela de cara a Dios, de cara a los hermanos y de cara a ti mismo. Interioriza esta exclamación de Sta. Teresa «Ahora es tiempo de tomar lo que nos da este Señor piadoso y Dios nuestro; pues quiere amistades, ¿Quién las negará a quien no negó derramar toda su sangre y perder la vida por nosotros». Intenta manifestar con tus obras, con tus palabras, con tu oración…a otras personas la alegría de sentirse hijo de Dios. Procura no pasar indiferente ante las personas que encuentres en tu camino. ¡Qué bien se está aquí! Pero ese “bien” hay que desparramarlo, para que siga floreciendo, creciendo y para que nunca, nunca, se apague ni se agote. Bajemos, transmitamos la historia de amistad, de amor que tenemos con Dios. Lo tenemos que compartir con los demás. Oigamos, en este segundo domingo de Cuaresma, la voz del Padre, escuchemos al Hijo, su Palabra hecha carne.
2. Aprende y colorea:
36Monte Tabor_Anto
Cantamos "Este es mi Hijo amado, escuchenlo"
SUBE, REZA Y
ESCUCHA OTRAS LLAMADAS
QUE NO SON DEL MÓVIL