- Contesta: ¿Qué dice Jesús que sucederá cuando Él venga, al final de los tiempos?¿Quienes son los cabritos y quienes las ovejas? ¿Jesús, con quienes se identifica para decir que lo hemos servido? ¿Quién se acuerda, cuál es el mandamiento de Jesús?
- El Rey en su trono separará a las ovejas de los cabritos y dirá a los que tenga a su derecha: ‘Vengan, benditos de mi Padre, y reciban en herencia el Reino que les fue preparado desde el comienzo del mundo, porque tuve hambre, y ustedes me dieron de comer; tuve sed, y me dieron de beber; estaba de paso, y me alojaron; desnudo, y me vistieron; enfermo, y me visitaron; preso, y me vinieron a ver’. Y el Rey les responderá: ‘Les aseguro que cada vez que lo hicieron con el más pequeño de mis hermanos, lo hicieron conmigo’
- Meditamos: El Señor nos dice que somos el Cuerpo de Cristo y además en cada uno de nosotros, está el rostro de Cristo, esta Cristo mismo. Así también, notemos que la humildad, la solidaridad y la misericordia son los elementos o factores o actitudes que el Rey o el Señor observa en nosotros, así lo hará al final de nuestros días y este es el camino para llegar a su Reino. ¿Me doy cuenta que soy parte del cuerpo y rostro de Cristo al igual que mis demás hermanos, semejantes?, el Señor busca en nosotros la humildad, la solidaridad, la fraternidad, la misericordia y todos aquellos buenos valores y actitudes que alimentan el corazón, dan alegría, paz y amor, ¿Qué tan cercano me siento a estas actitudes y valores?, si hoy el Señor nos preguntara: ¿Cuándo te vimos hambriento, y te dimos de comer; sediento, y te dimos de beber?, ¿Cuándo te vimos de paso, y te alojamos; desnudo, y te vestimos?, ¿Cuándo te vimos enfermo o preso, y fuimos a verte?, ¿Qué le diríamos?
- Oramos: Poniéndonos en las manos de Dios misericordioso. Señor ayúdanos a vivir las bienaventuranzas con las Obras de misericordia, que veamos siempre el rostro de Cristo en los hermanos más necesitados; y nos dé la gracia de dar, dar misericordia, alegría, paz y amor. Tengamos en cuenta a cada uno de nuestros seres queridos que ya están en la casa de Dios, digámosles cuanto les amamos y pidamos que intercedan por nosotros.
- Me examinará del AMOR: Al final de la vida, rendiré cuentas del amor y el servicio a los demás. Repetimos:
«Se sentará en su trono glorioso»
- Nos comprometemos: A lo largo de la semana a vivir las Obras de Misericordia espirituales y Corporales, o al menos alguna de ellas: